12 enero 2009

Los consejeros de Izquierda Unida, Comisiones Obreras, CEOE y el socialista Antonio Romero se unen a los afines a Gallardón para defender a Blesa ante los consejeros pro-Aguirre

Esperanza Aguirre Gil de Biedma maniobra para desalojar a Miguel Blesa de la Parra de la Presidencia de Caja Madrid a través de la Comisión de Control

Hechos

El 12.01.2009 el Consejo de Administración de Caja Madrid votó la destitución de D. Pablo Abejas como Presidente de la Comisión de Control

Lecturas

EL EJE DE LA BATALLA: PABLO ABEJAS

consejero_pabloabejas D. Pablo Abejas, Presidente de la Comisión de Control de Caja Madrid había sentenciado que D. Miguel Blesa debía abandonar el cargo aplicando la nueva Ley de Cajas que la Sra. Aguirre había aprobado la pasada Navidad para cambiar el modelo de renovación de puestos en la entidad, lo que llevó al Sr. Blesa a impulsar su destitución ante lo que consideraba un intento de descabalgarle del puesto

VOTOS A FAVOR DE LA DESTITUCIÓN DE PABLO ABEJAS (PRO-BLESA):

miguel_blesa D. Miguel Blesa de la Parra – El Sr. Blesa movilizó a los consejeros para echar al Sr. Abejas, aunque el Gobierno de la comunidad lo consideró inválido.

consejero_moralSantin D. José Antonio Moral Santín (IU) – El vicepresidente de la Caja y portavoz de Izquierda Unida apoyó al Sr. Blesa en contra del grupo de la Sra. Aguirre.

mercedes_merced Dña. Mercedes de la Merced (PP) – La principal portavoz de los consejeros pro-Gallardón en Caja Madrid respaldó al Sr. Blesa.

Consejero_JesusPedroche D. Jesús Pedroche (PP) – El antiguo presidente de la Asamblea con el Sr. Gallardón y antiguo concejal del Sr. Gallardón, también respaldó al Sr. Blesa

Consejero_recarte2 D. Alberto Recarte (PP) – El Presidente de LIBERTAD DIGITAL, a pesar de presidir un medio abiertamente hostil al Sr. Gallardón, en esta ocasión se unió a él para defender al Sr. Blesa.

consejero_AntonioRomero D. Antonio Romero (PSOE) – A pesar de la decisión del PSOE madrileño de no meterse en algo que consideraban una batalla interna del PP, el que fuera Vicesecretario del Partido Socialista Madrileño con D. Rafael Simancas sorprendió apoyando al Sr. Blesa rompiendo la disciplina de su grupo.

consejero_azcona D. Juan José Azcona (CCOO) – Ex coordinador general de Izquierda Unida en Madrid, respaldó al Sr. Blesa y al Sr. Gallardón.

Rodolfo_benito D. Rodolfo Benito (CCOO) – Como los otros dos representantes de Comisiones Obreras respaldó a los Sres. Blesa y Gallardón.

bedia D. Pedro Bedía (CCOO) – Como los otros dos representantes de Comisiones Obreras respaldó a los Sres. Blesa y Gallardón.

Gerardo_CEOE D. Gerardo Díaz Ferrán (CEIM) – A pesar de estar considerado «amigo» de Dña. Esperanza Aguirre, el presidente de CEIM apoyó al Sr. Blesa alineándose con los del Sr. Gallardón.

D. Guillermo Marcos (UNIPYME)

D. Gonzalo Martín Pascua

D. Ignacio de Navasquesl

VOTOS EN CONTRA DE LA DESTITUCIÓN DE PABLO ABEJAS (PRO-AGUIRRE)

Consejero_estalisnao_RodríguezPonga D. Estalisnao Rodríguez Ponga (PP) – El ex Secretario de Estado de Hacienda, se mostró como cabecilla de los fieles a Dña. Esperanza Aguirre y, por tanto, en defensa de D. Pablo Abejas.

Consejero_FdezNorniella D. J. M. Fernández Norniella (PP) – El ex Secretario de Estado de Comercio, también se alineó en la defensa de D. Pablo Abejas en sintonía con los planteamientos de la Sra. Aguirre.

consejero_romerodetejada D. Ricardo Romero de Tejada (PP) – El ex Secretario General del PP madrileño también se alineó en la defensa de D. Pablo Abejas con la Sra. Aguirre y contra el Sr. Ruiz Gallardón.

Dña. Mercedes Rojo Izquierdo (PP)

ABSTENCIONES EN LA VOTACIÓN

consejero_josemariadelariva D. José María de la Riva (PSOE) – El ex concejal madrileño actuó como portavoz del grupo de concejales socialistas y anunció la abstención de todos los socialistas, salvo el «simanquista» D. Antonio Romero.

ramon_espinar D. Ramón Espinar (PSOE) – El que fuera cabecilla del grupo «leguinista» o «renovador» del PSM, también se abstuvo siguiendo la disciplina de voto.

consejero_arteta D. José María Arteta (PSOE) – El que fuera alcalde de Móstoles, también se abstuvo siguiendo la disciplina de voto.

 

07 Noviembre 2008

Guerra en Caja Madrid

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Esperanza Aguirre busca controlar la entidad sin importarle los desperfectos que ocasione

Ningún momento es bueno para que un Gobierno interfiera por razones espurias en las decisiones de una entidad financiera. Pero éste es, si cabe, el más inconveniente de todos. La imperiosa necesidad de que los poderes públicos infundan confianza en una situación económica como la actual no ha sido obstáculo, sin embargo, para que la Comunidad de Madrid amagara con elevar a rango de ley autonómica los problemas personales de Esperanza Aguirre con el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. Y, en último extremo, con el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón.

Blesa contó con el respaldo de Aguirre en su última elección, pero ahora las cosas han cambiado hasta el punto de que la presidenta intenta impedir su continuidad al frente de la entidad. El consejero autonómico de Hacienda y Economía, Antonio Beteta, anunció una inminente reforma legal ad hoc que afectaría al proceso electoral que Blesa y sus apoyos en la Caja -sindicatos y afines a Gallardón- se proponen abrir el próximo lunes. Finalmente, la reforma se ha aplazado, pero el enfrentamiento entre la entidad y el Ejecutivo de Esperanza Aguirre continúa, y no es previsible que remita.

El caso de Caja Madrid es sólo un ejemplo de las contradicciones que esconden algunos discursos supuestamente liberales de Esperanza Aguirre. Sus soflamas a favor de la autorregulación de los mercados y el adelgazamiento de las instituciones, en línea con el pensamiento económico que está en el origen de la actual crisis financiera, no parece ser de aplicación para el Gobierno que dirige, y que aspira a colocar Caja Madrid bajo sus instrucciones.

El nombramiento y el cese de los directivos de las cajas corresponde formalmente a su Consejo de Administración, pero la Comunidad de Madrid nunca ha ocultado su voluntad de control. Un control, por lo demás, que atiende más a criterios de afinidad política que profesionales y de gestión, haciendo de Caja Madrid -lo mismo, por cierto, que de los medios de comunicación de titularidad autonómica- un instrumento para crear redes de influencia en torno a Aguirre. Se trata de una mala práctica que algunas autonomías, y de manera singular la Comunidad de Madrid, han renunciado a corregir al descubrir su utilidad para garantizar la permanencia en el poder.

La actuación del Gobierno de Aguirre está resultando el compendio de lo que un Ejecutivo no debería hacer en ninguna circunstancia. Menos en las actuales, con las amenazas que pesan sobre las cajas. Bastantes problemas plantean la falta de liquidez y la devaluación de los activos relacionados con el ladrillo, dibujando un posible horizonte de fusiones, como para que, además, estas entidades se conviertan en un campo de batalla política. Los ciudadanos necesitan hoy más que nunca el mensaje de que sus ahorros están en manos de gestores profesionales, no a merced de los caprichos o las necesidades clientelares de ningún Gobierno.

20 Mayo 2009

El pabú

Alfonso Ussía

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En mis tiempos de niño había dos tiendas de juguetes en lo que hoy es la «Milla de Oro» de la calle de Serrano. «El Paraíso de los Niños» y «Pabú». La segunda, como su nombre indica, especializada en coches, casi todos ellos de hojalata. Mi abuelo paterno me llevó una mañana, con mis hermanos, a «Pabú». No era su preferido, y el coche que me correspondió, una birria. -Quiero ése, abuelo-; -nada, nada, el que te gusta es muy grande y tienes que aprender a medir tus caprichos-. Y me compró la birria. Pero aquel coche que se quedó en la tienda, me ha acompañado en sueños durante toda la vida, y creo que el mal carácter que en el otoño me está naciendo viene de aquella desagradable frustración. De ahí que aplauda y celebre, para que no sufran como yo sufrí, que la gente colme sus caprichos en lo que respecta al pabú. Y hoy estoy con Blesa, el presidente de Caja Madrid, que en tiempos de crisis y de discusiones políticas, se ha comprado un pabú cuyo precio supera los quinientos mil euros, casi cien millones de las antiguas pesetas. El pabú de Blesa tiene de todo, como corresponde a una persona de su categoría. Es un BMW serie 7 adaptado a sus necesidades. Por ejemplo, lleva unas ruedas antipinchazos con doble protección de kevlar que permiten rodar 50 kilómetros a ochenta por hora una vez han sido tiroteadas. Y es que Blesa está hasta el moño de que le disparen a las ruedas. No es agradable salir de la sede de Caja Madrid rumbo al restaurante en el que ha quedado con Gallardón, y ¡pumba! ¡pumba!, y las ruedas por el suelo. También tiene un parachoques reforzado para romper barreras, y suministro de oxígeno para el habitáculo. Menudo pabú. Cuatro altos personajes de la política internacional poseen un pabú similar. El Príncipe Carlos de Inglaterra -con un sistema de planchado de cutis para usarlo en los actos a los que asiste junto a su esposa- Alberto de Mónaco, el ex Primer Ministro británico Tony Blair y el jefe del Gobierno de Croacia, Ivo Sanader. A ellos se ha sumado Miguel Blesa, colocando a Caja Madrid a la misma altura que Croacia y Mónaco, lo que da a entender lo bien que lo está haciendo. Criticar la adquisición de un pabú como el de Miguel Blesa es muy español y demagógico. Además, que quien ha aprobado su compra ha sido el Consejo de Administración y no él. Blesa es un servidor de los ahorradores y clientes de Caja Madrid, y no habría aceptado un pabú de esa categoría si no fuera porque se lo han exigido sus compañeros del Consejo. Su único problema es que pesa mucho. El blindaje tiene también sus inconvenientes. No debe circular por vías y avenidas en obras, lo que limita en exceso los movimientos de Blesa. Tarda en frenar y se puede comer al pabú anterior con una facilidad asombrosa. A partir de ahora, a Blesa hay que citarlo en el campo, para que su pabú no colisione con otros pabús menos dotados. O que no salga de su despacho, circunstancia posible que haría innecesaria la adquisición del pabú de marras. Porque si no se sale del despacho, no hace falta pabú, señor Blesa, que eso lo sabe cualquiera sin ser el presidente de Caja Madrid. Pero lo del precio es lo de menos. Hablar de dinero es de mala educación, y en tiempos de crisis, una grosería. ¿Que ha costado quinientos mil euros el pabú? Pues de acuerdo, y que lo disfrute. Para eso están las Cajas de Ahorros. Prrrrrmmm, prrrmmmm. ¡Y cómo suena el motor!

20 Mayo 2009

El supercoche de Blesa, lógico motivo de escándalo

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La polémica decisión de Caja Madrid de gastar más de medio millón de euros en un supercoche de lujo para uso y disfrute del presidente de la entidad fue recibida ayer con duras críticas por parte del Gobierno de Esperanza Aguirre. El secretario de Comunicación del PP regional, Juan José Güemes, aseguró que ese dispendio supone una afrenta por tres razones: por la delicada situación de las cajas españolas, que les ha llevado a tener que pedir recursos públicos que pagamos todos; por la propia situación del país, con cuatro millones de parados; y por la falta de tacto hacia muchos clientes de Caja Madrid «que tienen dificultades para llegar a fin de mes». Que estas críticas están condicionadas por la lucha abierta por el control de la entidad tras el empecinamiento de Miguel Blesa en perpetuarse en el cargo resulta obvio, pero la torpeza de la entidad es tan evidente que lo increíble es que, estando las cosas como están en la caja, sus dirigentes hayan tenido la osadía de incurrir en un despilfarro que escandaliza a cualquier ciudadano. O Blesa es un provocador o ha perdido el norte.

01 Abril 2009

La taifa de Aguirre

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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El episodio de Caja Madrid es un síntoma de las prioridades de la presidenta madrileña

El Gobierno ha recurrido ante el Tribunal Constitucional la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de la Comunidad de Madrid, con la que Esperanza Aguirre esperaba desplazar de su puesto al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y sustituirlo por alguien más afín a sus intereses. En plena crisis económica y financiera, la presidenta madrileña ha vuelto a dar con la norma ahora recurrida una muestra de sus prioridades políticas: la utilización de su posición al frente del Ejecutivo autónomo para acaparar cuantos resortes de poder pueda con el triple objetivo de, por este orden, reforzar su posición dentro del PP, hacer oposición institucional al Gobierno central y dificultar la alternancia en la Comunidad.

La ley autonómica que habrá de revisar el Constitucional apenas alcanza a disimular su naturaleza de norma ad hoc, dirigida a forjar una mayoría de consejeros de Caja Madrid favorables a Aguirre. Para ello, la presidenta ha pretendido alterar los criterios de representación territorial que rigen la composición del consejo de la entidad financiera. La reforma resultante es tan arbitraria como descarada, según el estilo de la casa: perjudica al Ayuntamiento de la capital, que pasaría de aportar 70 representantes a la Asamblea de la caja a tan sólo 24, mientras que ganaban peso los municipios de la comunidad gobernados por regidores del PP afines a la presidenta.

El Gobierno decidió recurrir la norma tras recibir un dictamen del Consejo de Estado en el que consideraba conveniente el pronunciamiento del Constitucional «para despejar dudas» sobre los nuevos criterios de representación, dada su divergencia con el modelo participativo establecido en la legislación estatal sobre cajas de ahorros.

No es la primera vez que normas autonómicas inspiradas por el Ejecutivo de Aguirre entran en colisión con disposiciones estatales. Y no porque exista una legítima disparidad de criterios entre las distintas instancias políticas acerca de las competencias que corresponden a la autonomía de Madrid, sino porque Aguirre actúa desde el presupuesto de la legitimidad de utilizar el poder regional para hacer oposición al central. De la Ley del Tabaco a la de cajas, pasando por Educación para la Ciudadanía, la Ley de Dependencia, las listas de espera o los alquileres de emancipación, Aguirre ha tenido a gala convertir a Madrid en un foco de resistencia a las iniciativas legislativas del Gobierno central: lo contrario al mandato constitucional de cooperación entre instituciones que la presidenta no deja de reclamar en otros terrenos.

Ese empeño no le hace olvidar su tercera prioridad: dificultar la alternancia por todos los medios a su alcance, incluyendo las adjudicaciones de licencias de radio y televisión conforme al criterio de favorecer al amigo y perjudicar al adversario. De ahí que la Comunidad de Madrid lleve camino de convertirse en una taifa sometida a la voluntad de Aguirre.