25 mayo 1926

Éxito militar español: derrota definitiva de Abd-el-Krim

Hechos

Fue noticia el 25 de mayo de 1926.

Lecturas

La rendición de Abd-el-Krim es ya un hecho. Tras el desastre sufrido por sus tropas rifeñas en Alhucemas, en septiembre del año pasado, el jefe rifeño estaba prácticamente acorralado. Aunque intento rebajar su derrota en la conferencia de Uxda, el pasado 27 de abril, su situación no mejoró. Del 8 al 10 de mayo los Beni Urriagueles han perdido más de mil hombres y su fama de invencibles.

La entrada de los españoles en Targuist, el 23, movió a Abd-el-Krim a capitular y entregarse a las fuerzas francesas. La lucha de Abd-el-Krim se inició en 1917 a raiz de su detención por los españoles. Llegado a Melilla en 1908, pronto pasó a trabajar para la administración española, llegando a ser condecorado con la Cruz del Mérito Militar.

Su detención supuso un grave error, ya que no existían pruebas de su posible traición. Trasladado a la prisión de Rostrogordo, se escapó partiéndose una pierna durante la fuga, lo que le provocaría una cojera permanente. El ultraje no lo ha olvidado nunca. La pérdida de un colaborador fiel y entusiasma, a quien se convirtió en un feroz enemigo, hay que achacarla a la cuenta de las autoridades españolas. Para poder pagar la campaña contra los españoles, Abd-el-Krim explotó los filones de hierro cobre y hasta oro y plata del Rif. Con la zona de Alhucemas convertida en gran centro de contratación el caudillo rifeño pudo armar sus harcas e inciiar el hostigamiento a las tropas españolas.

Su mayor victoria fue el llamado desastre de Annual donde murieron o desaparecieron unos 15.000 españoles. Desde entonces se produjo un gran avance de las fuerzas rifeñas, que llevó a hacer pensar al general Primo de Rivera en abandonar el territorio.

De 1921 a 1923 Abd-el-Krim disfrutó de su mayor periodo de victorias. Comenzó a organizar lo que deseaba que fuera el futuro estado rifeño, y llegó a realizar en ese sentido gestiones internacionales. Aclamado como emir de Rif y sultán de Marruecos, contra la dinastía reinante en Fez, inició una política que a la postre le llevaría a la derrota.

Atacó las posiciones francesas de Beni-Zezual y los destacamentos de Uazán y de Uarga. La negativa francesa a colaborar militarmente con España, desapareció; Abd-el-Krim tuvo que dividir sus fuerzas en dos frentes. Por donde cayó su capital, Axdir, significó el fin. La capitulación no podría hacerse esperar, como así ha corurrido. Inteligentemente, Abd-el-Krim se ha rendido a Francia en Corap, en el macizo de Adrar. Según se dice, será enviado con todo su séquito y familia a la isla francesa de Reunión, desestimando las pretensiones españoles que les fuera entregado.

Con el fin de Abd-el-Krim acaba una de las mayores preocupaciones de los españoles.