6 septiembre 2021

El incidente es apodado en las redes como 'El bulo del culo'

Falsa agresión de Malasaña: Medios de comunicación y partidos políticos responsabilizan a Vox de un crimen homófobo que resultó ser falso

Hechos

  • El 6.09.2021 se hizo pública la denuncia de una presunta agresión de un joven de 20 años que aseguraba haber sido agredido por 8 encapuchados.
  • El 8.09.2021 el denunciante reconoció que se lo había inventado.

Lecturas

CRONOLOGÍA DEL BULO DEL CULO

El 6 de septiembre de 2021 los informativos de ‘La Sexta Noticias’ dan la información de una agresión homófoba en Madrid en el barrio de Malasaña en Madrid. La noticia asegura que un comando de ocho encapuchados rodeó el 5 de septiembre de 2021 en el portal de su vivienda a las 17.00 horas, le agredieron y le grabaron en el glúteo la palabra ‘maricón’ con una navaja. Ese mismo día el presidente del Gobierno D. Pedro Sánchez hace público un comunicado de condena a la agresión y de ‘cariño’ al joven agredido.

El mismo 6 de septiembre de 2021 la periodista Dña. Carme Chaparro dedica un artículo en Yahoo en el que, a raíz del supuesto incidente de Malasaña vincula la violencia a los homosexuales con el partido político Vox. El título del artículo es «VOX y los gays: cuando regalas lanzallamas, el peligro es real».

El 7 de septiembre de 2021 D. Antonio García Ferreras abre su programa ‘Al Rojo Vivo’ con el hecho: “España, siglo XXI, y las agresiones homófobas crecen (…) fíjense en esta nueva locura. Una terrible agresión homófoba a un chaval de 20 años en pleno centro de Madrid a las 17.00 de la tarde, atacado por ocho encapuchados que le agredieron con un cuchillo”.

A última hora de la mañana del día 7 D. Santiago Abascal Conde, presidente de Vox publica un tuit condenando el crimen de Malasaña, creyendo que era real, y deseando que los presuntos agresores se pudran en la cárcel.

Todos los informativos del mediodía día 7 de TVE, Atresmedia y Mediaset dedican amplio espacio a analizar la agresión de Malasaña trasladando a reporteros al barrio sin que ningún reportero ni tertuliano ponga en duda la existencia de esa ‘banda de encapuchados’. Desde el Gobierno los ministros D. Fernando Grande Marlaska y Dña. Irene Montero vincularon el crimen con el crimen de odio que crea el partido político Vox y el Gobierno de Madrid y anunciaron la convocatoria de manifestaciones «contra el odio» y de una comisión del parlamento contra la LGTHfobia.

EL GOBIERNO Y SUS AFINES SEÑALAN A VOX

Creyendo que el crimen es real, el ministro de Interior y (miembro de la comunidad LGTB) D. Fernando Grande Marlaska concede una entrevista al Canal 24 Horas con carácter extraordinario y en ella considera que el crimen es en parte culpa del ‘caldo de cultivo’ que crean «la ultraderecha:  el partido político Vox». La periodista Dña. Carmen Chaparro en un artículo en Yahoo del día 6 había sido de las primeras en vincular el crimen con el discurso de Vox (crítico con el lobby LGTB).

Dña. Angels Barcelò inicia su programa de ‘Hoy por Hoy’ de la Cadena SER con el mismo argumento que el ministro: responsabilizar del crimen a los que instalan ‘el discurso del odio’: «Esto tiene consecuencias».

Desde ‘Cuatro al Día’ de Mediaset D. Javier Ruiz Pérez repitió la misma argumentación que el ministro Sr. Grande Marlaska: «Hay ciertos discursos en la política que están sembrando lo que vamos viendo» en referencia a la supuesta violencia en Malasaña.

Desde ‘El Programa de Ana Rosa’ de Mediaset Dña. Esther López Palomera usa las mismas palabras que el ministro: «Determinados discursos como el practicado por Vox, respecto a la inmigración y al colectivo LGTB crean un caldo de cultivo que puedan causar un repunte de la violencia».

Para Dña. Carla Delgado Gómez «Carla Antonelli» en ‘Más Vale Tarde’ de Atresmedia el crimen de Malasaña «es producto directo de que el PP haya cohabitado con Vox, habiéndole dado fuerza y poder»

D. Fernando Garea: «Siempre que hay una agresión por odio es porque ha habido previamente unos discursos que la azuzan».

«Santiago Abascal debe pedir perdón por el crimen de Malasaña».

Uno de los que llega mas lejos es, en ‘Más Vale Tarde’, D. Ramón Espinar, que al comentar el tuit de D. Santiago Abascal condenando la agresión, comenta que no basta con que lo condene: «tiene que pedir perdón, porque es el crimen de los suyos. Tienen que pedir perdón por crear el clima de odio».

Dña. Pilar Rahola Martínez desde ‘Todo Es Mentira’ de Mediaset: «Desde la aparición de Vox hay un discurso de banalización de la lucha contra la violencia y una deshibición del machismo»-

 Dña. Angélica Rubio en ‘Al Rojo Vivo’ de Atresmedia: «Los ataques a la comunidad LGTB están relacionados con el repunte de la extrema derecha».

Reportera de La Sexta a Díaz Ayuso: «¿Cree que el discurso de Vox ha incitado la agresión de Malsaña?»

El día 7 una reportera de La Sexta Noticias abordó a la presidente de Madrid Dña. Cristina Díaz Ayuso con una pregunta sobre el crimen de Malasaña cuando se creía que este era verdad: «¿Cree que el mensaje de Vox incita ese tipo de comportamientos?».

D. Ignacio Escolar no tenía dudas de que era un crímen homófobo a pesar de que reconocía que era ‘pronto’ para obtener avances de la información.

D. Gerardo de la Torre Cortés (Gerardo Tecé), de CTXT, tenía claro que una agresión que ni siquiera había existido era culpa del partido político Vox.

La cuenta de Twitter de los Chicos del Maiz también vinculó el atentado inexistente a Vox.

El 8 de septiembre de 2021 a media tarde saltará la noticia en todas las cadenas de que la supuesta víctima reconoce ante la policía que se inventó la agresión y que no hubo ni ataque en el portal ni comando de ocho encapuchados. Y que la marca en el gluteo se la hizo de manera voluntario dentro de un juego sexual con otra persona y que se inventó la agresión para no tener que dar cuentas a su novio de ello. D. Manuel Marlasca desde Atresmedia y D. Alfonso Egea desde Mediaset informan casi a la vez del descubrimiento de la policía.

Todos los informativos de la noche del día 9 de septiembre de 2021 abren desvelando la verdad que en redes sociales es bautizado como ‘El Bulo del Culo’.

 

06 Septiembre 2021

VOX y los gays: cuando regalas lanzallamas, el peligro es real.

Carmen Chaparro

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Libertad es llegar sana y salva a casa.

Sano y salvo también.

Libertad es no tener miedo. Poder caminar sola de noche. Poder caminar solo a la hora que sea.

Libertad es que nadie dirija contra ti discursos de odio, cualquier eslogan que predique o insinúe que el colectivo al que perteneces no es igual que los demás. O no tiene los mismos derechos.

Libertad es ser homosexual y no pasar miedo. Libertad es ser homosexual, tener 20 años y poder llegar a tu casa, en pleno centro de Madrid, con total tranquilidad.

El resultado directo de no poner freno a los discursos de odio es lo contrario a la libertad. Es que este domingo un joven reciba una paliza a las puertas de su casa, por ocho homófobos ultras -aún sin identificar-, que le han cortado el labio y le han acuchillado en el muslo la palabra maricón mientras le gritan maricón asqueroso comemierda, según publica ElDiario.es. A plena luz del día, en el centro de la -eso dicen- capital de la libertad.

Hemos llenado la sociedad de discursos de odio. En las teles. Las radios. Las redes sociales. La prensa. Desde todas las trincheras. Y de esas trincheras en las tribunas, ese odio ha saltado a las calles. Y el odio produce monstruos.

«¿Por qué los gays celebran tanto el día de San Valentín si lo suyo no es amor, es solo vicio?»

Juan Ernesto Pflüger, director de comunicación de VOX.

«Si mi hijo es homosexual, preferiría no tener nietos».

Gádor Joya, diputada de Vox en la Asamblea de Madrid.

«Hay terapias para reconducir a los gays»

Fernando Paz, número uno de Vox por Albacete.

«Los actos del “orgullo gay” son una imposición ideológica, vulneran derechos de los vecinos, normativas municipales y se malversan bienes y dinero de titularidad pública (…) con actividades claramente escandalosas en los lugares públicos a la vista de adultos y menores».

Comunicado de Vox del 5 de julio de 2018

«El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Es esencial cambiar su nombre».

Santiago Abascal, líder de VOX.

«Cada uno su orientación sexual en su casa y en su cama»

Concejal de Vox en Vila-Real.

Porque, claro, la libertad es la suya, no la de los demás. Basta ya de discursos de odio.

09 Septiembre 2021

Marlaska debe pedir perdón y dejar el Gobierno

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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UN GOBIERNO castigado en las encuestas y desbordado por su incapacidad para detener el aumento del precio de la luz decidió hace unos días, con su ya acostumbrada falta de escrúpulos, que la mejor forma de mitigar el desgaste de su imagen sería volver a utilizar un recurso ya habitual en su demagógica y cortoplacista forma de entender la política. Como en otras tristes ocasiones, e ignorando conscientemente que esa táctica supone una peligrosa y obscena banalización de delitos tan graves como los de odio, la plana mayor del Ejecutivo -con Pedro Sánchez a la cabeza- no dudó en instrumentalizar una supuesta agresión homófoba en el madrileño barrio de Malasaña para lanzar un ataque frontal a la oposición, en este caso a Vox, pero por extensión al centroderecha. El propio presidente del Gobierno ha encabezado esa estrategia de alarmismo social sin justificación al convocar para mañana de forma extraordinaria la comisión de seguimiento del plan contra los delitos de odio, que según el ministro del Interior habrían aumentado un 43%.

Porque como ya hizo en el pasado reciente, ha sido Fernando Grande-Marlaska quien se ha convertido en el ariete político de esta estrategia con su agresivo sectarismo. Ya lo hizo en 2019, cuando amparó y justificó la agresión a líderes de Cs en las Fiestas del Orgullo Gay de Madrid, fruto de la concepción patrimonialista de la izquierda en la defensa de los derechos de las minorías y la diversidad de género, valores que han formado parte históricamente del discurso liberal. Recientemente, en plena campaña electoral en Madrid, el ministro del Interior volvió a responsabilizar a la derecha del envío de amenazadoras cartas con balas a varios ministros, sin pedir disculpas cuando se descubrió que detrás se encontraba un enfermo mental. Y ahora, desde que el pasado domingo trascendió la denuncia de un joven de 20 años que habría sufrido una agresión homófoba por parte de una banda de encapuchados en el centro de la capital, Marlaska inició un periplo por televisiones y radios afines para lanzar un grandilocuente discurso en el que hacía responsable al discurso de la oposición del aumento de las agresiones a homosexuales. Resulta inadmisible que un ex magistrado ignore que una denuncia solo es el principio de una investigación, y que hay que respetar los tiempos de las pesquisas policiales antes de convertir en categoría un caso aislado o dos. Pero la precipitación del ministro, que tenía unos fines marcadamente políticos, ha jugado de nuevo en contra suya en forma de desmentido del propio denunciante, quien, al comprobar la inusitada repercusión mediática del caso, y cercado por los interrogatorios policiales, confesó que no existió nunca tal agresión.

La seguridad de los españoles no puede estar en manos de un ministro irresponsable. A Marlaska no le cabe ya más que una salida: pedir perdón por haber reducido los delitos de odio a un mero instrumento oportunista y anunciar su dimisión irrevocable. Porque no es este el único caso que lo inhabilita para la política. Hay que recordar que la Justicia ha corregido decisiones tan arbitrarias como la destitución de Pérez de los Cobos y la devolución en caliente de menores en Ceuta.

Es alarmante que, siendo tan graves los delitos de odio, el Gobierno no muestre igual sensibilidad con otro tipo de violencia, como la nacionalista en Alsasua o Cataluña, los homenajes a etarras, la persecución a militantes del PP en Vitoria, la imagen de una pistola nazi en un artículo de Iglesias (nuevo fichaje de Gara), la participación de sus escoltas en la pelea del mitin de Vox en Vallecas o los delirios criminales de una entrevistada de Rufián. Nada de esto merece el mínimo desvelo de Sánchez. Pero si rastreamos discursos de odio, hay que empezar por la izquierda abertzale, los comandos separatistas y los escraches que Podemos legitimó como «jarabe democrático».

10 Septiembre 2021

La mentira

Antonio Lucas

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UNA MENTIRA no exige demasiadas palabras, pero puede sacrificar todas las verdades. Además, siempre implica a alguien: su corrupción zarandea por igual a un novio o novia que a medio mundo. La mentira no pesa por su sucia bandera, sino por la realidad que niega. Muy pocas son necesarias. El tipo que fingió la agresión homófoba de Malasaña es uno de tantos tarados dispuestos a lo que sea por salvar un trapicheo, pero con la idiotez de intentar taparse de una bronca de rellano ha desatado algo perverso: el peor de los mecanismos de la política en cuanto se abre la grieta oportuna donde se aprovecha una mentira para alimentar otra mentira más grande y siniestra. Un estúpido fracaso individual será usado para hacer palanca contra la certeza de un colectivo. Para amortizar un discurso que niega evidencias, muchas o pocas pero evidencias. La peor de las derechas ha echado por delante la maza del mortero, fingiendo ser ajena a las consecuencias que puede provocar. Les da igual que sepamos lo que asoma en la superficie de este jaleo absurdo. Tienen testada la confusión como el arma de más futuro. El vocerío da mejores ejercicios contables que la verdad, pues la verdad está limitada por lo evidente.

Algunas mentiras facilitan el juego de los trileros, hábiles en armar con el sebo de la idiotez o de la impericia una menestra de arengas sacadas de quicio que irrumpen en ciertas cabezas cerrando ventanas y apagando luces. Por eso conviene distinguir entre el que engaña y el que amortiza el desarreglo de la mentira, dispuesto a ganar algo con cualquier despojo fácil y barato.

Las agresiones contra la gente LGTBI empezaron a avergonzarnos hace relativamente poco. Pero el odio que las activa sí requiere tiempo. Gota a gota hasta hacer charco. Cuanto ocurre en este sentido (y en tantos otros) también habla de un pueblo, de un país, de una democracia y su famosa libertad.

El mentecato que ha provocado el lío va a ser el tonto útil de unas fuerzas vivas que bien podrían haber dudado de su relato en el caso de que lo que no sucedió hubiese ocurrido. Una denuncia falsa es un delito específico que se tramita en unos minutos, pero según los casos puede condenar demasiadas verdades largamente aplastadas. Hay daños que duran algo menos que un polvo y farsas venidas de un polvo que duran más que una vida.