24 septiembre 1917

Gómez Carrillo dimite como director del diario EL LIBERAL para ‘recuperar su libertad’, le sustituye Miguel Moya Gastón

Hechos

El 24.09.1917 el diario EL LIBERAL anunció el nombramiento de D. Miguel Moya Gastón como nuevo director del medio.

Lecturas

D. Enrique Gómez Carrillo dimite como director de El Liberal. D. Miguel Moya Ojanguren, presidente de la Sociedad Editorial, el Trust, la empresa editora a la que pertenecen tanto El Liberal como Heraldo de Madrid, nombra nuevo director de El Liberal a su hijo D. Miguel Moya Gastón Iriarte, mientras que D. Eduardo Rosón asumirá el cargo de redactor jefe. El Sr. Gómez Carrillo pasará a ser colaborador del ABC, a las órdenes de D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio.

24 Septiembre 1917

Carta de Gómez Carrillo a Miguel Moya Ojanguren

Gómez Carrillo

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Mi muy querido maestro:

Cuando, a finales de Junio, después de trabajar doce horas diarias durante nueve meses, me ordenaron los médicos el descanso, usted tuvo la bondad de darme una licencia ilimitada.

Desde hace un par de semanas, mi salud es excelente. El aire del campo, y sobre todo la vida libre, sin preocupaciones del día ni de la hora me ha devuelto la salud.

Mi deber, pues, consistiría en sentarme de nuevo en la ilustre butaca que usted me honró durante dieciséis años, y de la cual nuestro gran Vicenti no se levantó sino para irse al cementerio. Más como a usted tengo el deber de hablarle con una lealtad filial, debo confesarle que, al sólo pensar en renunciar otra vez a mi independencia, me siento angustiado.

Sin duda, es muy glorioso dirigir uno de los diarios más importantes de Europa; sin duda millares de compañeros deben de envidiar mi suerte; sin duda hay una satisfacción apostólica en el cumplimiento del ministerio al cual usted me llamo hace un año. Pero, qué quiere usted; yo no soy sino un escritor nómada, un cazador de quimoras, un bohemio sin ambiciones y sin vanidades. Y ante la perspectiva de una existencia sedentaria, de labor constante, en la que hay necesidad de ocuparse de lo que se dice en el Congreso, de lo que se trama en la calle, mis fuerzas me abandonan.

Por eso, mi querido maestro, en nombre del cariño tan grande que usted me profesa, le pido, con toda sinceridad, que me permita alejarme de modo definitivo de la Dirección de EL LIBERAL para ocupar de nuevo mi puesto de ercuista andariego que es, para mí, el mejor de los puestos. El público, que me quiere cuando no me meto en política, que me estima como liderato que se ha acostumbrado a mis fantasías cosmopolitas, y que me perdona mis caprichos, se une a mí para usted, que en dieciseís años pude haber escrito algunos libros admirables y los sacrificó la tarea de director: un director no escribe. No tiene tiempo para escribir. Y yo quiero escribir, escribir mucho, escribir de la vida y de la muerte, ser frívolo

¿Me devuelve usted mi libertad? No se la pido más que para servirle a usted y para servir a EL LIBERAL. Pero a uno y otro anhelo serviles vestido de soldado, y no con galones de general, que nunca han sentado bien a las mangas rojas de mi camisa de franco-tirador, ni menos aún a las mangas blancas de mi túnica de peregrino apasionado.

Lo abraza con cariño entrañable y respetuoso su amigo y admirador de todo corazón.

Gómez Carrillo

24 Septiembre 1917

Carta de Miguel Moya Ojanguren a Gómez Carrilllo

Miguel Moya Ojanguren

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Mi muy querido Gómez Carrillo

Antes de dar cuenta al Consejo de la Sociedad Editorial de su carta de dimisión, he examinado las razones que en ella me expone con el cariño de amigo entrañable que le profeso. Esto le explicará la tardanza en contestarle.

Hace veinte años que vivimos usted y yo en verdadera intimidad, y creo conocerle a usted a fondo: sé que no hay nadie más sincero que usted. Así, en sus palabras no he visto fórmulas ni pretextos, sino la expresión profunda de sentimientos muy hondos y muy respetables.

Al ofrecerle hace un año la Dirección de EL LIBERAL no se me ocultaron las dificultades que un hombre libre, nómada, como usted dice, enamorado de la literatura, acostumbrado al trabajo caprichoso, que sólo obedece a la inpsiración, encontraría en una labor constante y metódica. Pero tuve la esperanza de que, poco a poco, se acostumbrara usted a vivir atado al duro y penoso trabajo que la dirección de un periódico moderno impone.

Ahora veo que en este punto me equivoqué, y que nunca ha dejado usted de sentir la nostalgia de los grandes caminos y de los espectáculos variados.

¿Tengo derecho sabiendo que le impondría con ello un verdadero sacrificio a pedirle que continúe en su sitio? Como amigo, no lo tengo. Y, aunque con pena, le contesto que queda usted libre de sus compromisos dictatoriales.

Una cosa me consuela, y es el convencimiento de que, ya libre de la labor de director, vuelve usted a ser el más constante, el más fecundo de los cronistas de EL LIBERAL. En los dos meses que acaba usted de pasar en el campo ha escrito usted series de hermosas, insuperables páginas. Continúe usted su labor en esa forma, sin trabas, sin preocupaciones, yendo y viniendo a su antojo, y todos, lectores y compañeros, le perdonaremos su abandono.

Usted ha dicho mil veces que EL LIBERAL es su casa, que en EL LIBERAL nació usted y que en EL LIBERAL moriría. Es cierto. Es usted no sólo el hijo, sino el hija mimado de este periódico, en donde a todas horas se lo tiene presente y todos pronuncian su nombre con orgullo. Yo sé que en EL LIBERAL morirá usted. Y lo único que deseo es que sea lo más tarde posible.

En nombre de todos los compañeros y en el mío, un abrazo de su amigo y admirador de siempre.

Miguel Moya

24 Septiembre 1917

Carta de Antonio Sacristán a Miguel Moya Ojanguren

Antonio Sacristán

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Mi querido D. Miguel: Una extrema delicadeza de usted trae para mí la obligación de ser yo quien le dé cuenta de un acuerdo trascendental para EL LIBERAL.

Como desde que el ilustre Gómez Carrillo anunció su propósito de cesar en la Dirección de EL LIBERAL al pronunciar un nombre para nuevo director, se inhibió usted en absoluto del asunto y nos privó para tratarle de su guía y de su inspiración, cumplo el deber de participarle que el Comité Ejecutivo y el Consejo de Administración de la Sociedad Editorial de España ha acordado por unanimidad nombrar, aun sin el valioso voto de usted, director de EL LIBERAL a don Miguel Moya y Gastón de Iriarte.

Es su hijo de usted; pero, por ser su hijo, no podían los organismos encargados de la gestión de la Sociedad Editorial prescindir de los méritos ya contraídas por el Sr. Moya y Gaston, individuo desde hace tiempo del Consejo, quien a su cariño tradicional y a su entusiasmo probado por la obra periodística de EL LIBERAL suma cultura, capacidad, bríos y honorabilidad extraordinarios.

Es gran fortuna para EL LIBERAL que reúna todas las condiciones apetecibles para cargo tan difícil quien lleva el apellido Moya, tan respetado y que ha de perpetuarse para este periódico y para sus lectores, quienes, al conocer este acuerdo, sentirán seguramente igual satisfacción que la sentida por el Comité y el Consejo de Administración de la Sociedad Editorial.

Al mismo tiempo que a usted escribo a su hijo comunicándole el acuerdo. Esperamos que acepte la Dirección de EL LIBERAL D. Miguel Moya Gastón y confiamos en la realización del os éxitos y de los aciertos que todos le auguramos.

Con todo afecto le saluda su buen amigo.

Antonio Sacristán.

24 Septiembre 1917

Carta de Miguel Moya Gastón

Miguel Moya Gastón

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Mi muy querido y respetado amigo; El Comité Ejecutivo y el Consejo de la Sociedad Editorial de España, al enaltecer mi modestísima persona, honrándome con el encargo de dirigir EL LIBERAL me otorgan una prueba de confianza que acepto y agradezco en todo su alcance y significación.

La agradezco tanto más cuanto que nada he hecho para merecerla. Es cierto que tan altas representaciones sólo se merecen cuando se ha vencido o, por lo menos cuando se ha luchado. Yo he luchado muy poco todavía; por ello, mi juventud me obliga a no rehusar ese puesto de honor y de trabajo.

El afecto sincero y antiguo que a EL LIBERAL profeso; el recuerdo devoto de aquellos periodistas insignes ejemplos de austeridad y de hidalguía cuya labor insuperable vive en EL LIBERAL para gala y orgullo del habla castellana; la reverente admiración para los que hoy prosiguen con el mismo prestigio la tradición gloriosa del periódico; el respeto hacia la obra en que mi padre ha puesto todas sus esperanzas y las energías de su vida entera; la historia, en suma de EL LIBERAL, y el influjo que, por sus virtudes ha ejercido siempre en la vida española, todo esto, al decirme las responsabilidades que contraigo, me aconseja que debo afrontarlas.

Que los redactores de EL LIBERAL con los que me ha unido siempre una franca y cordial amistad, vean en mí un nuevo compañero humilde y entusiasta; que EL LIBERAL, periódico nacional, sea siempre, sin egoísmos ni pasiones, el reflejo imparcial y sereno de las realidades y de los problemas que interesan a España, que siga siendo un eco fuerte de la democracia.

Rogándole transmita a sus ilustres compañeros del Comité y del Consejo el testimonio de mi gratitud e incondicional adhesión, es de usted muy afectísimo buen amigo, q. e. s. m.

Miguel Moya Gastón