28 abril 2011

El Barça anunció el 28 de abril que denunciaba al entrenador del Real Madrid ante la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA, por insinuar que detrás del triunfo del Barça 'estaban el Sr. Villar o Unicef'

Guerra de declaraciones entre los entrenadores del Real Madrid, José Mourinho y el F. C. Barcelona, Josep Guardiola: «¿Por qué los árbitros favorecen al Barça, por Ángel María Villar, por UNICEF…?»

Hechos

El 27.04.2011 D. Josep Guardiola (Barça) realizó unas declaraciones criticando a D. Josep Mourinho (Real Madrid) y sus medios de comunicación afines. El 28.04.2011 el Sr. Mourinho realizó otras declaraciones insinuando trampas en el Barça.

Lecturas

El 26 de abril de 2011, veinticuatro horas antes del partido de la Champions que enfreta a los equipos de fútbol, Real Madrid y Fútbol Club Barcelona, después de que el entrenador del Real Madrid D. Jose Mourinho Félix, se refiriera despectivamente al entrenador del Barça, al que se refirió como ‘Pep’ y reprochó que criticar a los árbitros cuando estos le favorecían, D. Jose Guardiola Sala da una rueda de prensa en la que desafía al Sr. Mourinho: “José, te regalo la Champions de la sala de prensa, aquí eres el puto jefe, el puto amo, nosotros mañana saldremos a ganar jugando fútbol”. El Sr. Guardiola también arremetió contra un grupo de medios de comunicación que, según él, eran quienes daban las indicaciones al Sr. Mourinho y a los que llamó como ‘la central lechera de los amigos de Florentino’ [no dice sus nombres, pero los periodistas que habitualmente son identificados como ‘centrla lechera’ del presidente del Real Madrid son el que hasta el pasado mazo dirigía el diario Marca, D. Eduardo Inda Arriaga, el director de La Sexta, D. Antonio García Ferreras y, sobre todo los tertulianos del programa ‘Punto Pelota’ de Intereconomía con D. Josep Pedrerol Alonso y D. Siro López Fernández a la cabeza].

El día 27 de abril de 2011 se celebra el partido que finaliza con un triunfo 0-2 del Fútbol Club Barcelona frente al Real Madrid. Al acabar el partido el entrenador del Real Madrid, D. José Mourinho Félix da una nueva rueda de prensa en la que denunció que el Sr. Guardioa y su equipo habían ganado gracias a los favores arbitrales. “Yo tengo dos Champions que gané con esfuerzo y Guardiola tiene una que a mí me daría vergüenza haber ganado así”. El Sr. Mourinho vinculaba el resultado a que no pitaran penaltis que correpsondían a favor de su equipo y que expulsarán a Pepe, Motta y Van Persie?. Y pregunta en rueda de prensa “¿por qué?” los árbitros favorecían al Barça y especulaba sobre los motivos “No sé si el poder del Barça viene por UNICEF o porque Villar manda mucho en la UEFA” [por el presidente de la Federación Española de Fútbol, D. Ángel María Villar Llona al que los madridistas acusan de beneficiar al Barça]. D. José Guardiola Sala se negará en rueda de prensa a hacer comentario alguno sobre las palabras del Sr. Mourinho.

Sus palabras causan que el Barça anuncie el día 28 que demanda al entrenador del Real Madrid ante la UEFA, que a su vez ya había anunciado un expediente por esa rueda de prensa por el cuál será multado.

audiencaPuntoPelota Los derbys disparan la audiencia de ‘Punto Pelota’ de INTERECONOMÍA TV en Madrid y en Catalunya.

Sr. Guardiola, entrenador del Fútbol Club Barcelona: «Si él me ha llamado Pep, yo le llamo José. (…) José, te regalo la Champions de la sala de prensa. Aquí eres el puto jefe, el puto amo. (…) José prefiere creer a los amigos de Florentino y a la ‘central lechera’ antes que a mí».

Sr. Mourinho, entrenador del Real Madrid: «Yo tengo dos Champions que gané con esfuerzo y Guaridola tiene una que a mí me daría vergüenza haber ganado de esa forma. ¿Por qué expulsan a Pepe, Motta, Van Persie? ¿Por qué no pitan los cuatro penaltis al Chelsea. ¿Por qué no ganan con su poder futbolístico? ¿Por qué? No sé si es el poder que el Barça tiene por Unicef o porque el Sr. Villar manda mucho en la UEFA…»

27 Abril 2011

Guardiola entra en el terreno de Mou

Alfredo Relaño

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Me cuentan que los jugadores del Barça aplaudieron a Guardiola cuando se volvió a juntar con ellos, tras la conferencia de prensa. Antes, Mourinho se había regocijado suficientemente de las quejas arbitrales de Guardiola. Éste decidió no callarse y entró en el terreno de Mourinho, yendo un poco más allá, con alguna palabra soez «es el puto amo, le doy la Champions de fuera del campo», rebautizando a la prensa de Madrid como ‘central lechera’ y anunciando con énfasis que pareció infantil que llamaba Jose a Mourinho «porque él me ha llamado Pep». Fue una versión nueva de Guardiola.

En definitiva, Guardiola se ‘mourinhizó’. Visto el provecho que su colega estaba sacando de su desliz del pasado sábado, decidió pasar al ataque a fin de recuperar la iniciativa. Para muchos madridistas se ha quitado la careta, cosa que estaban deseando; bastantes barcelonistas prudentes lo habrán visto con desagrado; pero el culé radical se lo agradecerá: su alegato es una sacudida que puede cambiar la deriva pesimista en que estaba entrando el Barça. En la guerra y el amor todos los medios son buenos ¿no? Y en fútbol también, por lo que vemos, y más ante estos acontecimientos que vivimos.

Por lo demás, no puede negar que dijo lo que dijo el sábado ni evitar la impresión de que la UEFA fue sensible a su inquietud. Respecto a la prensa de Madrid, Mourinho nos acusa de desear la victoria del Barça y Guardiola nos moteja de ‘central lechera’. Los dos nos echan a los ultras encima, cada cual a los propios. Eso les aproxima, igual que los malos modos, recién estrenados por Guardiola. En fin, todo esto durará hasta las nueve menos cuarto, hora del partido. «Cuando sale el toro, todo el mundo se sienta», dicen los taurinos. Cuando ruede el balón será la hora de los jugadores.

29 Abril 2011

Madrid delirante

Santi Nolla

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Mourinho está llevando al Madrid a una deriva delirante, que acabará mal. La UEFA le ha abierto un expediente por comportamiento inadecuado en la sala de prensa. El Barça ha enviado una queja al organismo internacional, porque el entrenador ha puesto en peligrosa tela de juicio los títulos conseguidos en el campo. Las dos decisiones se entienden. La actitud del técnico es inaceptable y el Barça debe defenderse.

Lo que resulta paranoico es que el Madrid denuncie al Barça por las acciones de sus jugadores, que no tienen nada que ver con las que los futbolistas blancos ofrecieron en Valencia en la final de la Copa.

El Real Madrid está cayendo muy bajo, arrastrado por Mourinho, un técnico que entrenó al Oporto cuando el club portugués fue sancionado por corrupción en la operación ‘Silbato de Oro’.

Una pregunta: ¿el Madrid está denunciando a los futbolistas que le dieron a España el campeonato del mundo en Suráfrica?

Ni Mourinho ni el Madrid aceptan que el Barça sea mejor, que practique un fútbol brillante, que la mayoría de sus jugadores den gloria a la Roja y que el discurso blaugrana sea de respeto.

Desde el día que Mourinho se cargó el señorío lo blanco es negro. Nunca aceptará el 5-0. Nunca lo aceptarán.

29 Abril 2011

Mourinho lo está 'mourinhizando' todo

Alfredo Relaño

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Viendo anteanoche el partido me dio por pensar en los planes de Florentino cuando llegó, en su proyecto galáctico, y en lo que ahora hay. Un equipo que se plantó atrás para esperar al Barça, con la hierba alta y sin regar en busca de un 0-0 que diera paso a un improbable 1-1 en la vuelta. Un equipo que sufrió una expulsión a la que su entrenador se agarró como un clavo ardiendo para salirse por la gatera. Se hizo expulsar, no propició una reacción del equipo como la que se dio hace diez días en el partido de Liga y en la conferencia de prensa se dio por eliminado y lanzó su alegato incendiario.

Conste que considero la expulsión desmedida y decisiva y que pienso que llueve sobre muy mojado. Ya saben, villarato y todo eso. Y que tengo a Mourinho por un gran entrenador. Pero ahora está en off-side. Me parece que su ego no se ha repuesto del 5-0, ni siquiera con la victoria en la Copa. Me parece que su forma de ser y expresarse lo radicaliza todo. El madridismo se va dividiendo en dos frentes: los que le respaldan a muerte (mayoría en el estadio) y los que van espantándose cada vez más con sus maneras. Y esa forma de esperar al Barça en el Bernabéu en dos partidos consecutivos no le ayuda.

Florentino sabrá, pero desde luego lo que vemos (y está viendo el planeta entero) no es lo que soñó, lo que esperábamos, lo que prometió. Lo que estamos viendo es una ‘mourinhización’ del ambiente y un Madrid metido progresivamente más y más en el papel de malo, sintiéndose incomprendido, convertido en sospechoso, ensalzando una y otra vez por comparación al Barça, que se ha reservado el papel de bueno y consigue que sus defectos no se vean. Florentino se jugó por Mourinho y está en ese viaje, pero sólo saldrá bien parado si es capaz de controlarle. Y cuanto antes empiece, mejor.

29 Abril 2011

Mourinho lo pagará caro y el Madrid hace trampas

Josep María Casanovas

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GUERRA ABIERTA. Jamás podíamos imaginar que esto acabaría en una guerra abierta, Barça y Madrid enfrentados como nunca fuera del césped. Una disputa agria y peligrosa que en nada beneficia al fútbol español y que puede ocasionar daños colaterales a la Roja. Y el mayor culpable es Mourinho que a lo largo de la temporada con una inconsciencia que bordeaba la temeridad ha ido alimentando el fuego de la polémica con declaraciones envenenadas hasta que al final ha encendido la mecha con gasolina. El rosario de provocaciones, infamias y maldades del portugués ha contado con el beneplácito del club que le paga, por lo que el Real Madrid es cómplice también de una situación que amenaza con salirse de madre. Bien hizo Guardiola desmontando la farsa y bien hace el Barça llevando el caso al Tribunal de Control y Disciplina de la UEFA para salvaguardar el prestigio y honor del club.

PIERDEN LOS NERVIOS Y LA ETICA Hasta el 6 de mayo no se reunirá la UEFA para tratar un caso complicado. Recordemos los hechos, el organismo europeo expedientó de oficio al entrenador del Madrid por sus declaraciones inapropiadas. Horas después, la directiva de Rosell en reunión extraordinaria denuncia al técnico luso por unas declaraciones que consideran del todo intolerables. Y por último Florentino ejerce el derecho al pataleo denunciando al Barça por conducta antideportiva de sus jugadores simulando lesiones. Lo nunca visto. Hasta han llegado a manipular las imágenes de televisión para que parezca que Alves no tocó a Pepe y mandan este trucaje a la UEFA y lo cuelgan en su web. Esto es hacer trampas. Algo parecido a cuando en Madrid modificaron una fotografía para parecer que era fuera juego de Messi. Están perdiendo los nervios y la ética.

SANCIÓN EJEMPLAR. Ahora lo más importante es enfriar el partido de vuelta. Al Barça le interesa que solo se hable de fútbol. Mourinho forzará todo lo contrario, buscará la polémica y el escándalo para ver si el equipo de Guardiola cae en la trampa. Entre tanto los rumores que llegan de Suiza apuntan que el portugués, como reincidente, puede recibir una sanción ejemplar. Se habla de un mínimo de cuatro partidos, la UEFA lo tiene fichado ya que consideran que su comportamiento antideportivo con repetidas declaraciones fuera de lugar hacen un gran daño a la imagen del fútbol. De momento, tregua de 48 horas para la jornada liguera de este fin de semana que puede servir para acercar más al Barça al título de Liga.

29 Abril 2011

La dimisión de Mourinho

Lluis Mascaró

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Sumergido durante 48 horas en las profundidades de la caverna mediática (conocida ahora también como ‘central lechera’) he podido comprobar cómo el madridismo ha pasado de la euforia a la decepción sin solución de continuidad gracias a los dos golpes mortales asestados por Guardiola y Messi. La propaganda de los altavoces del `nacional madridismo¿ habían convertido estos cuatro clásicos de Liga, Copa y Champions en la batalla final contra el dominio del Barça. Estaban empeñados en demostrar que había llegado el reiteradamente anunciado `fin de ciclo¿ barcelonista, pregonado por los amigos periodistas de Florentino Pérez, apostados en sus particulares búnqueres ‘puntopeloteros’. Y se habían lanzado, desesperadamente, en brazos de Mourinho, al que habían adoptado como su particular anticristo blaugrana. El técnico portugués, acostumbrado a ganar títulos a cualquier precio, era el último clavo ardiendo al que podían agarrarse para intentar frenar la imparable racha triunfal culé. Lo que no podían ni sospechar es que Mourinho acabaría fagocitando al Madrid, hasta convertirlo en un equipo pequeño, vulgar y protestón, alejado del supuesto señorío blanco.

Perdida la Liga, humillado el Madrid en el Camp Nou con una dolorosa manita, el madridismo apostaba fuerte por la Copa del Rey y la Champions. El 1-1 del primer clásico en el Bernabéu fue celebrado como una victoria, cuando en realidad aquella noche el Madrid certificaba su defunción liguera. Al menos, pensaban los merengues, el Barça no nos ha ganado. Y eso representaba su particular triunfo después de cinco derrotas consecutivas a manos de Guardiola. Con ese empate se rearmaron moralmente para el segundo capítulo de la serie, en Mestalla. La victoria en la final de la Copa debía suponer el punto de inflexión. El principio del fin de la ‘era Barça’ y el principio del principio de la ‘era Madrid’. Los blancos celebraron esa Copa como si se tratara de la Décima, sin darse cuenta de que era un título menor, el tercero en importancia. Un ‘chupito’, como yo les dije a mis colegas Siro López, Tomás Roncero y Fredéric Hermel, apóstoles del ‘nacional madridismo’. Se autoconvencieron de que esa Copa menor en valor futbolístico pero de gran trascendencia mediática iba a cambiar la historia. Y se equivocaron.

El tercer asalto iba a ser el definitivo. En el Bernabéu, en la ida de las semifinales de la Champions. El escenario predilecto de Mourinho. Todo estaba preparado para certificar el ‘fin de ciclo’. Pero el Barça no lo iba a permitir. Y asestó dos golpes de gracia que dejaron KO al Madrid. Primero fue Guardiola, con su genial rueda de prensa previa al partido. Pep dio el puñetazo encima de la mesa que muchos culés reclamábamos desde hace diez meses. Se arremangó y entró en el fango. Con contundencia pero con estilo. Y dejó sin argumentos dialécticos a Mourinho, al mismo tiempo que insuflaba moral a sus jugadores y a todo el entorno blaugrana, ciertamente decaído tras la derrota en Mestalla y ante la evidencia de que el Barça llegaba a este tramo final y decisivo de la temporada muy justito de fuerzas y de efectivos. Guardiola hizo lo que debe hacer un líder y sus jugadores, evidentemente, se lo agradecieron. Y se lo reconocieron.

El partido del miércoles estaba cargado de una tensión emocional sin precedentes. El Bernabéu clamaba venganza. Mourinho buscaba un 0-0 que le permitiera llegar al Camp Nou en busca de la sorpresa. Y Guardiola efectuó las variaciones necesarias en su estilo para superar el agobio del planteamiento ultradefensivo del Madrid. Lo que sucedió en el partido lo vimos todos: solo un equipo salió a ganar y acabó ganando. Con merecimiento. Incluso con brillantez. Y eso provocó la ‘dimisión’ de Mourinho. El técnico portugués se autoexpulsó en el campo y se hizo el hara-kiri en la rueda de prensa posterior. Incapaz de frenar al Barça, ni por lo civil ni por lo criminal, decidió huir de la batalla como un cobarde. Y buscó excusas patéticas que son el primer paso hacia su salida del Madrid.

Mourinho ha perdido el ‘encanto’ que tenía entre las huestes madridistas. Ni siquiera sus jugadores se lo creen. Ellos, que habían luchado como gladiadores para defender el ideario de su jefe porque éste les había asegurado la victoria final, ya le critican abiertamente. Incluso su estrella, Cristiano Ronaldo, lo hizo en público: “No me gusta jugar así, pero tengo que adaptarme a lo que me piden”. Mourinho ha fracasado. Y con él, Florentino Pérez. La continuidad del entrenador portugués en el banquillo del Madrid se antoja difícil. Casi imposible. Ni él ni el madridismo pueden soportar otra temporada como la actual. Demasiada tensión. Demasiado esfuerzo emocional. Demasiada guerra sucia. La estrategia podía mantenerse porque se presumía la victoria. Pero ahora que se ha perdido ya no tiene sentido continuar por el mismo camino de la manipulación, las mentiras y los lamentos. El Madrid aceptaba ser un equipo pequeño durante diez meses para volver a ser grande. Pero el Madrid no puede seguir siendo eternamente un equipo pequeño, con un fútbol vulgar y con el entorno absolutamente crispado. La ‘era Mourinho’ ha tocado a su fin.

28 Abril 2009

Jaque Mate de Leo y… Stark

José Damián González

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EL nuevo duelo en OK Corral lo ganaron el antifútbol, el miedo, el pánico en el cuerpo, la tensión. Todo eso derivó en un exceso de broncas, demasiado líos por momentos más propios de macarretes de barrios que de futbolistas profesionales. Mou no fue esta vez el rey táctico de la Copa, sino que volvió a dibujar al Numancia, a su Inter, catenaccio en casa para irritación supongo de Di Stéfano. Pep mantuvo su apuesta por el control y la posesión del balón, pero sin saber todavía cómo atacarle al nuevo Real, cómo hurgar entre las defensivas líneas de su enemigo.

Pepe, cuya entrada a Alves se hubiese merecido el color amarillo. Así que ya tenemos otra vez al Madrid acabando con diez frente al Barça, 0-2 de Leo, la borrica de brincos. Jaque mate… de Stark.

Mourinho no se adornó tácticamente esta vez con el brillante juego de ajedrez que planteó en Mestalla, donde fue con todo su repertorio (repliegue, presión arriba, cortes rápidos de la circulación culé y velocidad a la contra), sino que clonó el sistema amarrete, numantino: todo recluidos muy atrás, ordenaditos en 30 metros, amurallados en Numancia y desesperando al mismísimo Cristiano, que vio cómo jugando así ni él ni sus colegas iban a oler el balón. Eso y actores irritables e irritantes de teatro como Pedro tras un choque con Arbeloa, que estuvo en todas las escenas. Un drama antifutbolístico que desembocó en tragedia con la trifulca y en el posible KO blanco en este primer asalto cuando el peor árbitro de la Bundesliga echó a Pepe de manera infumable.

Y esta vez el Barça no perdonó en superioridad y Messi cazó dos goles que le dejan abiertas las puertas de Wembley. Aunque once contra once el escudo del Madrid pesa mucho…

28 Abril 2009

Al Madrid le destrozó Stark

Siro López

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Pregutnar eso es una obviedad. Hasta el más acérrimo de los culés, excepción hecha con Quim Domenech, Carme Barceló y compañía, se dio cuenta del robo, atraco, hurto, guindada, chorizada, trinque, asalto, expolio, o cualquier acepción que ustedes quieran utilizar para adjetivar lo que el miércoles aconteció en el Santiago Bernabéu. Por si mi compañero de columna aún no entiende, lo que le quiero decir, se lo diré en el idioma de Josep Pla: “¡fue un rubitori! Que traducido al idioma de Cervantes es lo mismo que he dicho en este párrafo con profusión de adjetivos.

Contestando a la pregunta que encabeza todo esto, y de ahí que hable de obviedad, los que nieguen que el árbitro influyó en el partido imagino que son los mismos que no quisieron ver los cuatro penaltis que Ovrebo no pitó a favor del Chelsea. Si, aquel noruego que regaló una final de Champions al Barça, y, de rebtoe, los tres chupitos que llegaron después. Total: seis Copas, algunas de las cuales nunca habrían estado en las vitrinas culés de no mediar la actuación de un vikingo que, a estas horas debe estar disfrutando de la insignia de oro y brillantes del club azulgrana.

Aunque Helenio Herrera decía que se jugaba mejor con diez que con 11, es evidente la injustificada expulsión de Pepe marcó el desarrollo del partido. Después de una primera parte cobardona de los dos equipos, el Madrid se había ido arriba, el Barça volvía a mostrar sus deficientes físicas y todo hacía pensar que el choque podía caer hacía el bando local. Si no fue así, hay que apuntárselo en el haber a un alemán fanático de Messi y que me imagino que a estas horas debe tener en la cabecera de su cama una camiseta blaugrana con el número diez y la serigrafía de que ‘eres el puto amo’. Es el justo regalo al trabajo de aliño que realizó en el Santiago Bernabeú.

29 Abril 2011

Todo persuasión

Diego Torres

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El técnico portugués convence a todos los estamentos del equipo blanco de que la UEFA favorece a los azulgrana

Mourinho entró al vestuario elevando la voz. «¡Siempre lo mismo!», repetía tras la derrota ante el Barça (0-2) el miércoles. «¡Siempre lo mismo!». Los jugadores lo observaron como quien asiste a un fenómeno rutinario. Los más próximos le dieron la razón entre sonoras lamentaciones. Los más alejados siguieron a los suyo, duchándose o vistiéndose. «¡Ahora cuando salgáis tenéis que decirlo! ¡El árbitro nos ha robado!», decía el técnico.

Aunque no les sugiriese nada, los jugadores ya sabían lo que tenían que hacer en caso de derrota: señalar al árbitro. El entrenador del Madrid llevaba un mes repitiéndoles que la UEFA les tendería una trampa. Sin dar más razones, les había reunido varias veces para explicarles que el organismo que rige el fútbol europeo no les quería en la Champions. «La UEFA nos vigila», les dijo Mourinho antes de la eliminatoria de cuartos contra el Tottenham, como si revelase un secreto. «Nos tienen entre ceja y ceja. Los árbitros nos estarán esperando para sancionarnos».

Muy pocos jugadores razonaron que proyectaba una coartada. La mayoría le dieron la razón sin más, confortablemente instalados en una posición, la de víctimas, que los eximía de hacerse responsables de sus actos. Antes del clásico de Liga en el Bernabéu, sin embargo, hubo jugadores que razonaron el plan desde la perspectiva de Mourinho. Interpretaron que el técnico les pediría que cedieran el campo y el balón al Barça, más pendiente de evitar una goleada que de producirla. Anticiparon que buscaría mecanizar al equipo para atribuirse el éxito, si lo había. Entendieron que si no dejaba de anunciar una conspiración arbitral era porque no tenía mucha fe en las posibilidades del equipo. Y que, en caso de perder, lo achacaría a los arbitrajes.

Si por algo se distingue el técnico portugués es por su gran capacidad de persuasión. Mourinho ha convencido al club y a la plantilla de que su denuncia del arbitraje debe ser el mensaje oficial de la misma manera que ha inducido a los futbolistas y a parte de la afición a sentir que solo pueden competir contra el Barça si asumen su inferioridad, es decir, regalando el balón. Este posicionamiento va contra una historia centenaria. La vieja divisa madridista de resistirse a la derrota, ese Hasta el final, vamos Real que canta la gente en el campo, ha quedado desvirtuada por el derrotismo que promueve Mourinho. «Estamos eliminados», anunció, sin reparar en que quedan 90 minutos de partido en el Camp Nou y que no le faltarán jugadores para asaltar la portería de Valdés. Ningún equipo en Europa tiene la nómina de atacantes del Madrid. Ninguno en la historia ha invertido 500 millones de euros en fichajes en un periodo de cuatro años.

Además de admitir que la derrota era inevitable, Mourinho acusó a la UEFA de proteger al Barcelona y, por extensión, de corromper el torneo. «Me daría vergüenza ganar esta Champions porque no está limpia», declaró, tras quejarse del arbitraje de Wolfgang Stark. Lejos de provocar una reacción en su contra, en las últimas horas Mourinho ha verificado la adhesión de todos los sectores del madridismo. En el club nadie se atreve a contradecirle. Ayer, en las oficinas del Bernabéu se barajó la posibilidad de denunciar al Barça ante la UEFA por la presunta simulación de faltas de sus jugadores. La página oficial del club en Internet publicó un catálogo de los errores de Stark que perjudicaron al Madrid. Nunca mencionó las decisiones que afectaron al Barça, como el pisotón de Marcelo a Pedro en el área de Casillas.

La clasificación para las semifinales de la Champions propagó la noticia de que Mourinho continuaría el año que viene en el club. Después de meses de incertidumbre y declaraciones ambiguas por parte del técnico, los jugadores alcanzaron la plena convicción de que el hombre que gobierna el vestuario con mano de hierro seguirá siendo su jefe el año que viene: el ejecutivo plenipotenciario que decidirá altas, bajas, renovaciones, subidas y bajadas de sueldo y reparto de minutos de juego. Ante esta realidad, muy pocos se atreven a ponerle una mala cara. Muy pocos son capaces de no sobreactuar en el cumplimiento de una orden táctica, por desagradable que resulte. Casi nadie está dispuesto a decir lo que piensa. Solo Cristiano, que, por ser una estrella mundial, se siente más fuerte que el entrenador, hizo el miércoles una crítica al planteamiento conservador de su técnico: «No me gusta jugar así, pero es lo que hay».

Cristiano Ronaldo ha sido el primero en cuestionar al entrenador. Pero es un caso excepcional. La gran mayoría no están en posición de criticar al entrenador. Como dijo un empleado del club: «Mou nunca olvida».

29 Abril 2009

El único que destrozó fue Messi

Quim Domenech

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Lo que condiciona un partido, de entrada, es el planteamiento táctico y la calidad de los futbolistas. Esto último, en el caso del Real Madrid, está fuera de toda duda. Pero, en cambio la forma de jugar del equipo de las nueve Copas de Europa en su estadio dejó mucho que desear.

Quizá las explicaciones deban empezar por ahí. En los últimos duelos has regalado el balón al rival y lo has querido recuperar esperando sus fallos o aplicándote con dureza, al límite del reglamento. Y cuando estás al filo de la navaja puedes acabar cortándote. Y sí, la roja es discutible – aunque para mó bien mostrada – pero también Pepe podría haberse ahorrado esa entrada con los tacos por delante, que pudo lesionar de gravedad a Alves. Cuando entregas el balón al rival y le esperas más allá de la línea del medio campo, sin presión alguna, estás expuesto a que en un arrebato de desesperación se te vaya la cabeza. Y eso le ocurrió al portugués.

Que quede bien claro, lo que decidió el partido fue el planteamiento de Mourinho y, sobre todo, la genalidad del mundo. Messi sí es determinante, te decanta un partido y una eliminatoria, Seguramente, sin Messi y aunque el Madrid hubiera estado con 10 el partido hubiera finalizado con empate a cero.

Los lamentos siempre llegan cuando pierdes. El madridismo intenta buscar culpables externos para no hacer autocrítica. Ya lo dijo el maestro Carrasco, el único robo que hubo en el Santiago Bernabéu fue el del balón. Siro, cada vez cuesta más que el madridismo crea vuestras excusas. Los auténticos amantes del fútbol miran más allá de una decisión arbitral, aunque quizá eso no interesa.

En fin, puestos a citar a Albert Einstein, me quedo con la siguiente frase: “Tendremos el destino que nos hayamos merecido”.

Quim Domenech

29 Abril 2009

UEFA, cueva de paniaguados

Carlos Dávila

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La UEFA es una cueva de paniaguados. El Madrid, incluso antes que Mourinho, ha desafiado a esta tropa de ganapanes y lo está pagando caro. Florentino Pérez, que sabe bien cuanto hay que cortejar al Gobierno de turno para comerse un saci empresarial en España, no ha aplicado curiosamente la misma fórmula con los jetas ‘uefos’. Este verano se trajo un gladiator que reta a los leones carnívoros (hay que ver cómo se ponen de jamón cada vez que vienen por esos pagos) y los felinos se están vengando utilizando a sujetos como Stark, que en la Bundesliga no arbitrarían ni en las campas del Rhin. La UEFA atiza al Real en el tafanario de Mourinho y la guerra ha comenzado. Aquí la sangre va a correr por todos los lados, sobre todo por la Rojigualda, o sea, por la selección.

29 Abril 2011

¿Escándalo en el Bernabéu?

Juan Cruz

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En Cien años de soledad Gabriel García Márquez señala que en aquellos tiempos de su increíble historia las cosas eran tan recientes que había que buscarles nombre. Guardando las debidas distancias entre la imaginación de Gabo y la imaginación de Mourinho, en eso podría pensarse cuando se escuchó hablar al entrenador del Real Madrid de lo que había ocurrido el miércoles por la noche en el Bernabéu.

Pues Mourinho causó un escándalo y luego habló de lo que había ocurrido como si esa palabra no la hubiera impuesto él sobre la cosa que había sucedido. El escándalo lo trajo él, lo produjo, lo alimentó, y lo calificó luego para arrojarlo contra sus críticos. En primer lugar, subvirtió de manera grave el filamento sentimental e histórico del juego de su equipo, que jamás había abordado un partido de Copa de Europa amarrando a sus futbolistas como si tuvieran un corsé estético y como si dispusieran de un manual de ataque propio de los gladiadores.

Con ese libro de estilo en las manos, estos profesionales de la plantilla abordaron un partido en el que el contrincante seguía indicaciones que forman parte de un lenguaje ya aprendido. Para llevar a cabo su estrategia de ataque fulgurante y de amedrentamiento de los futbolistas amanerados de Guardiola, Mourinho situó a Pepe como ariete de sus intenciones, y éste se tomó tan a pecho las instrucciones que consideró que podía hacer falta a un contrario incluso cuando éste no ofreciera peligro alguno. Y ahí se armó, porque el árbitro estuvo más cerca de lo rojo que de lo amarillo, sutileza en cuya conveniencia no todas las autoridades están de acuerdo.

Como se le desvanecía su esquema, la mente veloz del portugués se olvidó por completo de su función (al fin y al cabo tan institucional como las de aquellos a quienes quiere suplantar) y se dedicó a ridiculizar la decisión arbitral. Así que Pepe se fue a la ducha y él se fue a la grada.

¿Escándalo? Lo produjo él, y luego le puso nombre. El Real Madrid no es como Mourinho, resistirá como institución (y como fábrica de fútbol) igual que resistió en el pasado otras tácticas que olvidaban la historia. Pero sí corre el riesgo este club gigante de ser fagocitado por estos modos que hallaron su epítome en esa estrafalaria rueda de prensa en la que el entrenador monologó a su favor y aprovechó para volver a ridiculizar a su oponente, de nombre Guardiola. Sin entender, quizá, que el roto del miércoles tiene su origen cercano en la burla que hizo de Pep. ¿Escándalo en el Bernabeu? Si mirara más allá de sí mismo, Mourinho podría vislumbrar un verdadero escándalo, el que supone que él crea que él mismo es el Real Madrid, hasta que le digan que el equipo vale más que los vocablos que inventa para limpiarse culpas.

30 Abril 2009

La UEFA y la guerra

José Damián González

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El atentado al reglamento que cometió el tal Stark, el peor árbitro de la Bundesliga, echando a Pepe por una entrada fuerte, pero en la que no toca a Alves y que, por tnato, más que roja iría del rosa al amarillo, ha levantado en armas al madridismo. Una reacción comprensible: no se puede romper una semifinal de Champions dejando a un equipo con diez por una arbitrariedad así. Otra cosa es que no me convenciese el ejercicio de prudencia táctico excesivo de Mou en el Bernabéu, tan distinto al de la final de Copa en Mestalla con ese brillante despliegue defensa-ataque y la presión arriba y no tal abajo.

Tampoco jugó un pimiento el Barça, dicho sea de paso, hasta que el talento de Messi explotó contra diez acabando el destrozo blanco iniciado por el árbitro alemán. Lo de las ruedecitas de prensa de Starsky y Hutch (Pep y Mou) ha sido como apagar un fuego con gasolina. Ya avisé ayer de que estas cosas la UEFA no las perdona, aunque los palos no los suele repartir precisamente con equilibrio. Me da que a Mou le va a caer un puro. Eso sí, a Stark igual le regalan una caja de habanos. Aunque lo peor es la guerra total desatada ayer entre los dos grandes. Nada bueno con Monsieur Platini en el ajo…

José Damián González

30 Abril 2009

En legítima defensa

Carme Barceló

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No habían transcurrido ni dos minutos del esperpento – en formato de rueda de prensa – del señor José Mourinho cuando escribí en mi Twitter que el club blaugrana tenía que responder de inmediato. Guardiola ya se había pronunciado más que suficiente 24 horas antes en el mismo escenario del crimen y Rosell debía tomar cartas en el asunto. El presidente del Barça, que ya ha sido criticado por los de siempre por no saltar a la yugular del portugués es el mismo Santiago Bernabéu, abogo por la prudencia. Saber contar hasta 10 es una de las virtudes que debe adornar a un cargo de tanta responsabilidad. Sandro esperó, se reunió con su Junta y denunció ante la UEFA a Mou. Aunque esta ya había hecho lo propio, el Barça debía defenderse ante unas inaceptables acusaciones en las que incluso, el señor José osaba mentar a Unicef.

Motivos y porqués – adverbio repetido hasta la saciedad por el entrenador merengue – para la denuncia los hay y muchos. Mouinrho pone en tela de juicio una Champions blaugrana que dice le hubiera dado vergüenza de dar esta por perdida ante todo el madridismo, o de ordenar a sus jugadores lanzarse encima de un árbitro desde el minuto uno. El Barça ha dicho ‘hasta aquí hemos llegado’ y va a defender la legitimidad de sus éxitos hasta el final. Un club que ha tenido que soportar cagómetros, villaratos, cangüelos, fines de ciclo y presuntas acusaciones de dopaje tiene que actuar. Porque es intolerable.

Esto es una campaña en su contra en toda regla con una imagen de marca, el señor José Mourinho, y una mano que mece la cuna con complacencia y complicidad. Pero han acusado al bebé demasiado fuerte y se ha despertado gritando. Y eso molesta incluso a la familia, que es blanca y, por obra y gracia de Mou, poco radiante.

Carme Barceló