25 septiembre 1997

Anguita decide romper con Iniciativa per Catalunya (IC) y con Esquerda Unida - Esquerda Galega (EU-EG), que dejan de ser los referentes catalán y gallego de IU

Julio Anguita González expulsa de Izquierda Unida a ‘Nueva Izquierda’ (PDNI) y rompe con ICV acusándoles de ‘quintacolumnismo’ a favor del PSOE

Hechos

  • El Consejo Político Federal de Izquierda Unida celebrado el 27 de septiembre de 1997 decidió la expulsión del Partido Democrático de la Nueva Izquierda como miembro de IU y a ruptura de relaciones con los referentes de IU en Cataluña (IC-V) y en Galicia (EU-EG).

Lecturas

El 27 de septiembre de 1997 el Consejo Político de Izquierda Unida, a instancias del coordinador general aprueba la expulsión del Partido Demócrata de la Nueva Izquierda como partido integrado en Izquierda Unida y la expulsión de todos sus miembros de la formación por 123 votos a favor y 13 en contra.

También se aprueba la disolución de la dirección de Izquierda Unida en Castilla-La Mancha dirigida por D. José Molina Martínez y la de Izquierda Unida de Aragón dirigida por D. Ángel Agudo San Emeterio, ambos integrantes de Nueva Izquierda también son expulsados.

El Consejo Político de Izquierda Unida también decide romper su relación con Esquerra Unida-Esquerda Galega (EU-EG) dirigida por D. Anxo Guerreiro, que deja de ser el referente de IU en Galicia y reemplazarla por una nueva federación de Izquierda Unida con D. Manuel Peña Rey.

El mismo Consejo decide romper su relación por Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) que dirige D. Rafael Ribó Massó, que deja de ser el referente de IU en Catalunya. IU constituye un nuevo referente que se denominará Esquerra Unida i Alternativa (EUiA).    

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LOS EXPULSADOS DE IZQUIERDA UNIDA:

Almeida_LopezGarrido NUEVA IZQUIERDA

El Partido Democrático de la Nueva Izquierda, cuya Presidencia ocupaba doña Cristina Almeida y de la que D. Diego López Garrido era el Secretario General, fue el principal derrotado en aquella reunión al ser expulsado como partido de la coalición Izquierda Unida. Su salida suponía para IU perder a tres diputados, puesto que de los 21 diputados de Izquierda Unida, tres de ellos pertenecían a Nueva Izquierda (la propia Dña. Cristina Almeida, D. Ricardo Peralta y D. Manuel Alcaraz, que pasarán al Grupo Mixto).

Además IU se ve obligado a disolver sus federaciones en Castilla la Mancha y en Cantabria, puesto que esas federaciones estaban controladas por referentes de Nueva Izquierda como el castellanomanchego D. José Molina. También en la Comunidad Valencia los representantes de Nueva Izquierda tienen fuerte presencia. También pierden a uno de sus eurodiputados Dña. Maruja Sornosa, que es miembro del PDNI.

Rafael_ribo INICIATIVA PER CATALUÑA – VERDS

Junto a Nueva Izquierda, la coalición Izquierda Unida también acordaba romper con Iniciativa per Cataluña – Verds, formación presidida por D. Rafael Ribó que había sido el referente de Izquierda Unida en aquella comunidad desde su fundación y que había apoyado a Nueva Izquierda en su petición de que pactara con el PSOE. Con esta expulsión Izquierda Unida pierde a sus interlocutores en el Parlament de Catalunya y todos los ayuntamientos catalanes. Pierde en el Congreso de los Diputados a los dos diputados de ICV, D. Joan Saura y Dña. Mercé Rivadulla y a otro eurodiputado en Estrasburgo, D. Antoni Gutiérrez Díaz, también de ICV.

Su ruputa obligaba a Izquierda Unida a sacar del congelador al desaparecido PSUC y formar, a partir de él, un nuevo referente de IU en Cataluña, que se denominaría: Esquerra Unida i Alternativa (EUiA).

Anxo_Guerreiro ESQUERDA UNIDA -ESQUERDA GALEGA

A la vez que Izquierda Unida rompía con IC en Cataluña, también acordaba romper definitivamente con su brazo gallego, Esquerda Unida y que el hombre que había liderado durante años el Partido Comunista de aquella región, D. Anxo Guerreiro. Aunque electoralmente EU-EG tenía un peso muy inferior al que tenía IC, había sido precisamente la decisión unilateral de EU-EG de ir a las elecciones gallegas lo que desató aquella fuerte crisis en la coalición liderada por D. Julio Anguita y el PCE.

07 Junio 1997

Cierra la muralla

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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JULIO ANGUITA, coordinador general de Izquierda Unida, un proyecto nacido para aglutinar a las dispersas fuerzas de la izquierda política y social al margen del PSOE, ha conseguido ya convertirse en el principal opositor a los sindicatos y en un apoyo decisivo del Gobierno de la derecha; además ha logrado enfrentarse abiertamente con sus correligionarios de Cataluña y de Galicia, y también con los del partido de la Nueva Izquierda. Ello le ha valido fuertes críticas, pero sería injusto ignorar que también ha recibido reconocimientos significativos: Aznar le tiene por un hombre cabal, la prensa de la derecha tradicional le comprende y la de la nueva derecha -tan entusiasta- glosa su honestidad intelectual a la vez que le incita a expulsar de su coalición a los submarinos del PSOE.

Tiene razón Anguita al constatar que los tres diputados de Nueva Izquierda que se ausentaron del hemiciclo cuando se votaba la reforma laboral rompieron conscientemente la disciplina «mediante una decisión política». Al parecer, la referencia al carácter político de la rebeldía anuncia que la sanción consistirá en una separación de los disidentes de los órganos directivos de la coalición. Seguro que es algo acorde con los estatutos y con el reciente acuerdo de coherencia interna, pero tales sanciones no pueden dejar de ser vistas como un fracaso: IU nació con la pretensión de ser algo diferente a los viejos partidos regidos por el centralismo burocrático; fue el propio Anguita quien se opuso a la transformación de IU en un partido, prefiriendo estructuras más flexibles. La crisis del viejo Partido Comunista de España de Santiago Carrillo a comienzos de los ochenta se inició por la incapacidad del aparato para integrar tanto la disidencia autonómica en el País Vasco como al sector renovador de Madrid, decididos unos y otros a hacer virar la vieja nave comunista.

Anguita dijo ayer que estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con el PSOE si este partido defendiera un programa como el de Jospin en Francia. Pero ésa es precisamente la posición que defienden los dirigentes de Nueva Izquierda (y, con variantes, Ribó en Cataluña y ahora también los gallegos): establecer puentes entre las dos principales formaciones de la izquierda, de forma que los 12 millones de votos que recogen entre ambas conformen una mayoría alternativa. Y, para ello, convencer al sector mayoritario de IU de que deje de considerar a los socialistas su enemigo principal, a la vez que intentar de estos últimos una mayor receptividad a las aspiraciones de los sindicatos y movimientos sociales. Es decir, lo contrario a la teoría de las dos orillas, que ya probó su vaciedad en Andalucía y sigue fracasando por doquier. Pretender borrar ese fracaso con medidas disciplinarias revela no ya miopía, sino ceguera.

06 Junio 1997

¿Qué pinta el PDNI en IU?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La escena consumaba un proceso de sistemáticos desencuentros. Los tres diputados del Partido Democrático de Nueva Izquierda (PDNI), integrados en el grupo de IU, se ausentaron ayer de forma deliberada y ostentosa del Congreso para no votar en contra de la reforma laboral. Se oponían así a lo acordado por el grupo parlamentario. Eso no significa que IU esté «resquebrajada» -como llegó a decir Antonio Gutiérrez-, ya que una amplia mayoría de cuadros y militantes está homogéneamente unida en torno a la línea que lidera Anguita, pero el episodio ahonda en la crisis motivada por la sistemática disidencia que la minoría del PDNI practica en su seno.

Ya desde su etapa embrionaria, Nueva Izquierda abogó por el estrechamiento de lazos de IU con el PSOE, sin exigirle antes una regeneración. El PDNI pretendió ubicarse a mitad de camino entre el felipismo y la postura mayoritaria de la coalición. Su trayectoria ha demostrado que es mucho más lo que le une a González y a los suyos que lo que le separa. Una cosa es disentir ocasionalmente con la cúpula de una organización política y otra muy distinta estar en desacuerdo, de forma casi constante, con sus directrices.

¿Resulta casual que el PDNI se alinee con las tesis del PSOE en los asuntos políticos más decisivos? ¿Resulta casual su sintonía con los socialistas respecto al proyecto de construcción europeo?, ¿resulta casual su tibieza a la hora de extraer consecuencias políticas del caso GAL?, ¿resulta casual que la propuesta para aliarse con el PSOE en los próximos comicios gallegos partiera de un hombre próximo al PDNI como es Anxo Guerreiro?, ¿resulta casual que López Garrido criticara a la coalición por haber aplicado la pinza junto con el PP de forma «brutal» en la ley del fútbol, -una iniciativa que limita el monopolio de un grupo mediático felipista que jalea al PDNI-?, ¿resulta casual que cada vez que el PSOE pone a Anguita en la picota, los líderes de Nueva Izquierda se sumen al coro de los descalificadores?

El episodio de ayer es la gota que colma el vaso. Anguita fue tajante al advertir de que la ausencia de los 3 diputados equivalía a una ruptura de la disciplina de voto, porque no era fruto del azar, sino que «había sido decidida». Alcaraz llegó a decir que los tres parlamentarios han roto «el documento con el que accedieron a IU como partido». Ambos se remitieron al Consejo Federal en donde se decidirán las medidas a adoptar.

La situación no admite más que dos salidas. O una ruptura por las buenas, basada en el reconocimiento por ambas partes de sus profundas diferencias ; o una ruptura traumática, por vía disciplinaria. El PDNI deberá decidir luego si marcha en solitario o si, en coherencia con su trayectoria, se une al PSOE. No hay precedentes en 20 años de democracia de que una formación política haya soportado en su seno a un grupo que en la práctica es una avanzadilla de su más directo adversario. Una cosa es la democracia interna y otra bien distinta la pasividad ante quienes hacen una labor de zapa desde dentro.

02 Octubre 1997

La clarificación y la inoperancia de IU

Pablo Sebastián

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Ahora que ha concluido el proceso de clarificación de IU con la expulsión del PDNI y la traición y fuga de sus diputados al Grupo Mixto -a buenas horas dice Almeida que sólo van a criticar a la derecha. ¿Por qué no lo hicieron cuando estaban en IU?-, y con la ruptura de la relación de IU con el PSUC de Ribó -que está en manos y a merced del PSC-PSOE-, ahora que todo está claro y cada uno en su sitio, vamos a ver cuál es el proyecto político que Anguita es capaz de presentar a los militantes y votantes de IU.

Vamos a ver si Anguita y la dirección de IU son capaces de presentar, en el flanco izquierdo del arco político español, un proyecto realista, con presente y futuro, que garantice a los militantes y seguidores de IU una expectativa razonable de creciente presencia en la vida pública. Un proyecto que los saque de la posición minoritaria en la que están en pos de una ambición superior. ¿O va a ser cierto que IU sólo tiene como futuro una función de posible apéndice del PSOE o incluso del PP? ¿Acaso no podría, como en Italia, llegar a ser la nueva, limpia y renovada izquierda que sustituyera al felipismo?

Los silencios de IU sobre los escándalos del felipismo son ruidosos de un tiempo a esta parte. Sus relaciones con la nueva cúpula del PSOE, a sabiendas de que es una fachada del felipismo tras la que se esconden González, Guerra y Serra, dejan mucho que desear y confunden más a sus seguidores y votantes en un cuento largo de explicar. Tan largo y difícil de explicar como su viva relación con el Gobierno del PP.

Sobre todo ahora que los medios independientes escasean o brillan por su ausencia, por causa de ese bipartidismo que inunda la comunicación, y donde a IU sólo le ofrecen algunas migajas informativas que rebosan y caen de la mesa del gran festín del duopolio informativo y audiovisual. Migajas con las que, además, el lado aznarista de la pelea pretende comprar el silencio de IU ante la tensa situación mediática española, que daña las libertades y a la esencia del juego democrático.

Y entre este silencio, su relación incestuosa con el PSOE y su tancredismo ante la última oleada de agresiones del bando felipista a los jueces y fiscales independientes, IU recula, se ausenta del meollo del debate político y se refugia en el ámbito de lo social, su única vocación. En realidad, IU es más una izquierda social que política. Un sindicato que se presenta a las elecciones, tiene diputados y le hace más competencia a Comisiones y a UGT que al PSOE y al PP. Y en ello siguen y ahí están, llevando a sus huestes y votantes hacia la eterna minoría, vestida de digna marginalidad. Eso sí, con la ética y la retórica florida de su capitán.

28 Septiembre 1997

¡Al fin solos!

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Izquierda Unida formalizó ayer una depuración interna largamente anunciada y que esperaba sólo la rúbrica de su Comité Político Federal. Anguita y sus fieles ya han expulsado a los integrantes de Nueva Izquierda, han roto cualquier amarra con sus socios en Cataluña y Galicia y disuelto las organizaciones que los críticos controlaban en Cantabria y Castilla-La Mancha.Esta IU depurada estará sin duda mucho más unida, pero a la vez será mucho más pequeña. Anguita ha decidido limpiar la esquina izquierda del panorama político y construir un muro, sir que parezca importarle la pérdida de territorio. ¿Qué representa ahora IU? Una apenada Cristina Almeida acertó al considerar que las decisiones de ayer suponen el final de un proyecto político. ¿Tiene Anguita otro alternativo? Asegura que sí. Pero el referente no ya central, sino casi único, de esta Izquierda Unida no parece otro que el PCE, después de un largo viaje de más de diez años en los que justamente se trató de construir un proyecto plural de izquierdas para superar el techo electoral del partido comunista

La gran clarificación de IU no hace, de momento, sino añadir división y confusión en la izquierda española. Anguita aspira a que IU se convierta en un referente básico de la izquierda en Cataluña, mientras Rafael Ribó pretende exportar a toca España el modelo de Iniciativa per Catalunya como una opción electoral que se sitúe entre el PSOE y esta IU cada vez más identificada con el PCE. En esta situación la idea de una unión de la izquierda en España -sea a la italiana, sea a la francesa- pierde posibilidades, algo que seguramente debe alegrar al Partido Popular. Sea todo ello en aras de la pureza ideológica y de la unanimidad interna. ¡Al fin solos!

El Análisis

AL CALIFA SE LE ACABÓ LA PACIENCIA

JF Lamata

La decisión de D. Julio Anguita de expulsar de Izquierda Unida a ‘Nueva Izquierda’, a su referente catalán IC  y a su referente gallego EU-EG, era una decisión arriesgada, puesto que podía suponer un coste electoral, principalmente en lo referido a IC, que (al contrario que los gallegos de EU-EG) había logrado una sólida base electoral en Catalunya. ‘Nueva Izquierda’ miembro fundador de la coalición IU como grupo de independientes,  duró poco más de un año en la coalición tras haberse constituido como partido (con la denominación Partido Demócrata de la Nueva Izquierda) bajo el liderazgo de la Sra. Almeida y D. Diego López Garrido

Nueva Izquierda había discrepado del PCE y respaldado la posición del PSOE en la ‘Ley del Fútbol’ y el ‘caso Sogecable’ en contra del criterio del Sr. Anguita. Había respaldado en CCOO a D. Antonio Gutiérrez (al igual que el PSOE) en vez de apoyar al grupo de D. Marcelino Camacho y D. Agustín Moreno, que era a quienes respaldaba el Sr. Anguita. Igual que en el pasado habían apoyado Maastricht (al igual que el PSOE) en vez de abstenerse como exigía el Sr. Anguita. Ahora acababan de anunciar su apoyo  en Galicia a la coalición liderada por el PSOE a la que negaba el apoyo la dirección de Izquierda Unida. Para D. Julio Anguita era la gota que colmaba el vaso tras ‘una serie de deslealtades’. Y, en efecto, ni la Sra. Almeida ni el Sr. López Garrido tardaron demasiado en situarse en la órbita del PSOE. Eso sí, resulta inevitable ver similitudes entre la actitud del Sr. Anguita con EU-EG en 1997 con la del Sr. Carrillo con el EPK en 1981.

J. F. Lamata