28 mayo 1986

La Federación de Fútbol presidida por José Luis Roca expulsa a los periodistas de José María García (ANTENA 3 RADIO) de las instalaciones contratadas en México y los veta de todos sus locales

Hechos

  • En mayo de 1986 la Federación Española de Fútbol anunció que a los periodistas enviados por ANTENA 3 RADIO para cubrir la información sobre el Mundial de México fueron expulsados de las instalaciones contratadas por el organismo en Tlaxcala y vetados todos los redactores de esa emisora para acceder a los locales federativos de Madrid.

28 Mayo 1986

Los modos de la Federación

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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EL CAMBIO que los socialistas promovieron en la dirección de la Federación Española de Fútbol no ha conseguido borrar, a lo que se ve, el talante, arbitrario y autoritario, que durante décadas caracterizó a la institución. Los tres periodistas enviados por Antena 3 para cubrir la información sobre el Mundial de México han sido expulsados de las instalaciones contratadas por el organismo en Tlaxcala y vetados todos los redactores de esa emisora para acceder a los locales federativos de Madrid. La decisión o, mejor, la represalia se justifica por la junta directiva en base a que uno de los enviados especiales hizo comentarios por la radio a los que califica de expresiones «constitutivas de uno de los más graves insultos en cualquier entorno social- civilizado y que atentan, además, a la dignidad y honorabilidad personal y familiar de los dirigentes deportivos». No defendemos la actuación del «periodista acusado, que, si cometió delito, debe ser castigado por ello. Pero son los tribunales los encargados de hacerlo, no la propia federación, juez y parte en el tema. La junta directiva o quien se sintiera afectado en su honorabilidad puede recurrir a los tribunales y querellarse por ello. Esto es lo que corresponde a un entorno civilizado. Que en lugar de seguir este camino se haya decidido conculcar el derecho a informar y negar el libre ejercicio profesional constituye directamente un atropello y desdice de los afanes de civilización que la incivil junta directiva presume de tener.