17 noviembre 2008

'Jaque-mate' de las fuerzas de Seguridad del Estado contra la organización asesina

La policía francesa y española logra apresar a Txeroki único dirigente destacado de ETA que seguía en libertad

Hechos

En noviembre de 2008 la Polícia francesa, con ayuda de la policía española arrestó al dirigente terrorista conocido como ‘Txeroki’.

Lecturas

DETENIDOS:

txeroki_detenido leire_lopez  Garikoitz Aspiazu y Leire López Zrutuza fueron detenidos en Cauterets el 17.11.2008.

EL SUCESOR 

arizol_iriondo  El terrorista Aitzol Iriondo fue señalado como el sucesor Garikoitz Aspiazu junto con Eneko Zarrabeitia y Aitor Artexe.

18 Noviembre 2008

Cae Txeroki

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Doce días después del comunicado en el que los jefes de ETA extendían sus amenazas a todos los que no estuvieran de acuerdo con ellos, y de que advirtieran de que seguirían matando hasta «obligar al Gobierno a sentarse de nuevo» a negociar, la policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, detuvo ayer cerca de Lourdes al más buscado miembro de la banda.

Lo era, sin duda, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, nombre que aparece desde hace años detrás de cada atentado, como el de Barajas a fines de 2006, o de cada comando detenido, como el Nafarroa, cuyos miembros fueron apresados en octubre. Sin que ello signifique que fuera el dirigente principal de la banda, a la manera como lo fueron en su momento Josu Ternera o Mikel Antza, Txeroki era, especialmente desde la ruptura de la tregua de 2006, el eje de toda la actividad terrorista: el jefe de los comandos, a los que instruía, armaba, transmitía objetivos y despedía cuando iban a pasar la frontera para cumplir sus órdenes.

Esta captura es un espléndido éxito de las fuerzas de seguridad y de la política antiterrorista. Permitirá verificar si Txeroki, como dijeron algunos de esos detenidos recientes, participó personalmente en el asesinato, el 1 de diciembre pasado, de Raúl Centeno y Fernando Trapero, en Capbreton. El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo ayer interés en subrayar que los agentes que han participado en la operación pertenecen a la misma unidad en la que estaban ambos jóvenes guardias civiles. Es lógico, por tanto, que las autoridades españolas y las francesas destacaran la importancia de la captura. La decadencia de ETA está muy relacionada con la intensa colaboración francesa: el pasado año, 41 de los 84 etarras detenidos lo fueron en ese país.

Es pronto para saber si la caída de quien pasaba por ser el cabecilla del sector opuesto a la tregua de 2006 tendrá consecuencias políticas. Es, en cambio, seguro que no hay en el horizonte ninguna posibilidad de reiniciar un proceso como aquél. Como declaraba hace poco en este periódico Michael Burleigh, autor de una monumental historia del terrorismo moderno, no fue la negociación lo que acabó con el IRA, sino la infiltración del espionaje británico, que provocó su derrota total; su conclusión era que después de la derrota puede buscarse una salida personal para los terroristas, pero nunca antes.

También es seguro que la batalla para convertir la debilidad de ETA en derrota política se juega en España y sobre todo en el País Vasco: todos los días. Quitar toda esperanza a los terroristas pasa por demostrar con hechos que casi todos acaban en la cárcel, pero también por su deslegitimación política. No tiene sentido que los mismos dirigentes nacionalistas que condenan los atentados mantengan el rutinario discurso de la «mala calidad de la democracia española», identificando la prohibición del brazo político de ETA con «ilegalización de ideas», ligando el fin de ETA con aspiraciones nacionalistas y pactando con sus representantes en algunos ayuntamientos.

18 Noviembre 2008

La unión de las democracias hace la fuerza contra ETA

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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¿Las matrículas de los coches o los correos electrónicos? ¿La Policía francesa o los servicios de Inteligencia estadounidenses? ¿La Guardia Civil o el CNI? Seguramente todo y todos a una.

La versión oficial de la detención del jefe de ETA, la que ayer expuso en rueda de prensa el ministro del Interior, dice que el seguimiento de un coche con placas falsas condujo a los agentes hasta Txeroki. Según Pérez Rubalcaba, en el acuerdo de colaboración firmado en enero de este año entre las Policías francesa y española para hacer un seguimiento conjunto de los coches con matrícula sospechosa está la clave del último gran éxito en la lucha contra ETA.

Fuentes de la investigación advierten, sin embargo, que la pista que permitió tirar del hilo para localizar a Garikoitz Aspiazu en una localidad cercana a Lourdes la dieron los servicios de espionaje de Estados Unidos, que descubrieron dos de las direcciones de correo electrónico que utilizaba el jefe de la banda terrorista. Los agentes americanos informaron al CNI y, a raíz de los mensajes que le interceptaron, las Fuerzas de Seguridad localizaron el vehículo que condujo a su paradero.

Ambas versiones, ésta y la del ministro, no son contradictorias ni se excluyen entre sí. Es más, lo que ponen de manifiesto es el compromiso y la coordinación internacional para acabar con ETA. Sarkozy es un fiel aliado, pero Bush -tan cuestionado- también lo ha sido. Y es seguro que si algo cambia con Barack Obama será para mejorar aún más. Aunque la prudencia llevó a Rubalcaba a no desvelar todos los pormenores del operativo policial, es conveniente que la opinión pública conozca que España no sólo está haciendo bien sus propios deberes, sino que cuenta con la valiosísima ayuda de Francia y de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. Como bien dijo ayer el presidente Zapatero, «hoy ETA es más débil y la democracia es más fuerte».

Txeroki era un objetivo prioritario de las Fuerzas de Seguridad. Fue quien dinamitó la última tregua al ordenar el atentado de la T-4 en Barajas y, según los testimonios de los etarras del comando Nafarroa detenidos hace 20 días, fue también el asesino material de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero en Capbreton (Francia), en diciembre de 2007. Es, pues, un terrorista sanguinario que encarna además las posiciones del sector más duro de ETA.

Su caída no significa que la banda haya perdido capacidad de atentar, ni siquiera que le vaya a sustituir en la dirección alguien menos cruel. De hecho, se da por seguro que le reemplazará Aitzol Iriondo, uno de sus íntimos colaboradores, cuya cara figura ya desde hace tiempo en miles de carteles distribuidos en lugares estratégicos de Francia y España como la de uno de los seis etarras más buscados. Pero Iriondo y quienes pretendan recoger el testigo de la barbarie etarra deben saber que su destino es el mismo que el de Txeroki: salir esposado de madrugada de su escondrijo, envuelto en una manta como un fardo y camino de una larguísima temporada en prisión.