14 enero 1983

El endeudamiento del periódico de Prensa Española con los bancos, entre ellos el Central de Escámez y el Bilbao de Sánchez Asiaín parecía haber dejado al periódico sin posibilidad de supervivencia

Luis María Anson nombrado nuevo director del diario ABC con el objetivo de salvar al periódico de la inminente quiebra

Hechos

En enero de 1983 el Consejo de Administración de Prensa Española nombró a D. Luis María Anson nuevo director del periódico.

Lecturas

El 13 de enero de 1983 el Consejo de Administración de Prensa Española S. A. presidido por D. Guillermo Luca de Tena Brunet y la Junta de Fundadores de ABC presidida por D. Benito Pico Martínez eligen a D. Luis María Anson Oliart nuevo Director de ABC con plenos poderes, en un nombramiento que ha contado con el respaldo de los acreedores de Prensa Española entre los que destaca el Banco Central de D. Alfonso Escámez López y el Estado a través de la Seguridad Social. De esta manera cambia el modelo del director-propietario, que había ejercido D. Guillermo Luca de Tena desde 1977 asumiendo a la vez los cargos de director de ABC y presidente de Prensa Española. 

CDe esta manera Prensa Española S. A. ha evitado que el Sr. Anson Oliart ponga en marcha con el apoyo de la CEOE de D. Carlos Ferrer Salat un nuevo periódico en Madrid denominado La Nación, que hubiera podido vaciar de lectores a ABC.  

D. Darío Valcárcel Lezcano seguirá siendo Subdirector de ABC, pero todas las funciones máximas ejecutivas y editoriales quedan en manos del Director, por lo que desaparece el cargo de ‘Consejero delegado’ que hasta ese momento ocupaba D. Nemesio Fernández-Cuesta Illana, al pasar parte de sus funciones al Sr. Anson Oliart. La estructura empresarial de Prensa Española S. A. mantiene a D. Guillermo Luca de Tena Brunet como Presidente, a D. José Manuel González Úbeda como Director General y a D. Jesús Fernández Miranda Lozana como secretario del consejo.

En tirada el ABC está en un momento delicado. Su tirada es de 131.545 ejemplares. Lo que no sólo le sitúa cada vez más por detrás de El País (que con 296.258 ejemplares le duplica y se acerca a los 300.000), sino que además corre el riesgo de ser alcanzado en tirada por Diario16, que desde la llegada de D. Pedro José Ramírez Codina a la dirección no ha parado de subir y ya cuenta con una tirada de 120.284 ejemplares.  La etapa de D. Luis María Anson en Prensa Española duró hasta 1997. 

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El diario ABC, el decano de la prensa, y su empresa editora Prensa Española estaba en enero de 1983 en una crisis aparentemente sin salida. El ABC acumulaba un gran número de deudas desde una década anterior que no habían hecho sino aumentar conforme avanzaba la democracia, lo que había dejado al periódico totalmente en manos de sus acreedores: los bancos encabezados por el Banco Central de D. Alfonso Escámez. Para empeorar las cosas, la tirada de lectores de ABC no había hecho más que bajar durante la etapa de D. José Luis Cebrián Boné (1975-1977) y la de D. Guillermo Luca de Tena y Brunet (1977-1982). El veterano periódico había sido adelantado tanto por los nuevos periódicos EL PAÍS y DIARIO16. Además, Prensa Española tenía un exceso de personal arrastrado desde hace años, problema que no tenían ni EL PAÍS y DIARIO16.

OBJETIVO DE ABC: ABORTAR EL PROYECTO DE UN NUEVO DIARIO, LA NACIÓN, BAJO LA BATUTA DE ANSON

Con EL PAÍS y DIARIO16 como nuevos periódicos progresistas en la izquierda, parecía lógico que, ante el resquebrajamiento de los viejos periódicos conservadores (ABC y YA), apareciera un nuevo periódico de derechas que no arrastrara deudas ni exceso de empleados: ese iba a ser el caso de LA NACIÓN, el periódico que había proyectado el presidente de Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), D. Carlos Ferrer Salat y en el que quería colocar a D. Luis María Anson como director. De hecho durante su breve estancia como columnista del YA (finales de 1982 y principios de 1983), el Sr. Anson llamó a su sección ‘La Nación’ con aparente intención de publicitar su inminente periódico. El Sr. Anson se despidió del YA el 15 de enero de 1983, con amables palabras a su director, D. José María Castaño para anunciar su paso a ABC.

El nacimiento de LA NACIÓN con el Sr. Anson hubiera supuesto la estocada final para el periódico ABC. Pero D. Guillermo Luca de Tena resolvió la situación ofreciendo a D. Luis María Anson la dirección del periódico ABC, que este aceptó, con lo que abortaba el proyecto de LA NACIÓN.

ferrer_salat_ceoe D. Carlos Ferrer Salas, el presidente de la CEOE, había tramado la creación de un nuevo periódico de derecha democrática, LA NACIÓN que debía dirigir el Sr. Anson.

Consultado por La Hemeroteca del Buitre, D. Guillermo Luca de Tena realizó el siguiente relato de los hechos:

 “Se me ocurrió a mí. Anson es un periodista brillantísimo y el periódico había sufrido porque arrastraba los cuarenta años de franquismo, aunque no fueramos franquistas, mientras que EL PAÍS nace con unas ventajas estupendas, la competencia era brutal”.

D. Luis María Anson, declaró a La Hemeroteca del Buitre su punto de vista:

El ABC estaba a punto de cerrar porque debía mucho dinero y gastaba mucho dinero. Los  dueños del periódico acudieron a mí en una operación  de  salvamento en  la  que nadie  creía. Yo  lo cogí en el mes de enero y no hubiera llegado al mes de mayo». 

SITUACIÓN DE PRENSA ESPAÑOLA S. A. (EDITORA DE ABC): GRANDES DEUDAS Y PÉRDIDA DE LECTORES

 La publicidad del DIARIO16 de D. Pedro J. Ramírez y D. Juan Tomás de Salas de «Ya somos los segundos» (tras EL PAÍS) acreditaba la trágica realidad para el ABC de que habían quedado relegados a la tercera posición. Junto a la pérdida de lectores, la empresa propietaria del diario ABC, Prensa Española S. A., arrastraba un gran endeudamiento desde la llegada de la democracia y los bancos encabezados por el Banco Central de D. Alfonso Escámez reclamaban el pago de esas deudas.

LÍNEA EDITORIAL DE ANSON: ANTI-GOBIERNO PSOE

Uno de las señas de identidad de la nueva etapa del periódico iban a ser la críticas al PSOE, algo que ningún medio democrático se había atrevido hacer, quizá por el miedo al ser tachados de franquistas. Pero esa acusación no podía hacerse contra el nuevo director, D. Luis María Anson, que había sido sancionado durante la dictadura. Por ello, este inició su campaña sistemática al Gobierno felipista

 “El ABC fue el único medio que no se alineó con el socialismo, que lo arrollaba todo. Todos los que luego se pusieron luego en contra de Felipe en ese momento estaban a favor, Antonio Herrero y todos esos”.

JAIME CAMPMANY ACEPTÓ QUEDARSE EN ABC GRACIAS A GUILLERMO LUCA DE TENA

La toma del ABC por D. Luis María Anson podía haber causado la marcha de D. Jaime Campmany por la mala relación entre ambos periodistas después de que el Sr. Anson le echara de LA HOJA DEL LUNES en 1980, pero una negociación con D. Guillermo Luca de Tena permitió que se quedase.

Audio: el Hijo de D. Jaime Campmany habla sobre aquel pacto:

SUBIDA DE LECTORES

La estrategia del Sr. Anson cosecharía pronto un éxito de lectores que, tras un par de años, consolidaría al ABC en la segunda posición (subiendo de 120.000 a 330.000 lectores), quedando sólo detrás de EL PAÍS, convertido así en su principal rival. Al igual que don Manuel Fraga había conseguido crear una Coalición Popular, como alternativa de la derecha democrática al socialismo, ABC iba en camino de conseguir el equivalente resultado en el campo mediático.

“En dos años aquello se quedó saneado y el periódico subió por las nubes, EL PAÍS le sacaba 300.000 ejemplares cuando yo llegué. Y luego apenas le sacaba 60.000, que eran los que vendía en el extranjero. Le habíamos cazado, materialmente”, relató a La Hemeroteca del Buitre con merecido orgullo el Sr. Anson.

Por otro lado, D. Dario Valcárcel subdirector de ABC en aquel momento, también consultado por La Hemeroteca del Buitre, aseguró a este medio que la crisis no era tan grave como el Sr. Anson la pintaba.

LA GUERRA DE EL PAÍS

El recibimiento que EL PAÍS dio a la nueva etapa de ABC llegó con un reportaje en el que se sembraba la duda de posibles irregularidades de la gestión del Sr. Anson en su etapa al frente de la agencia EFE. Fue la primera batalla mediática.

Memorias

Rafael Pérez Escolar

(Miembro del Consejo de Prensa Española)

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El periódico que requirió mi colaboración en mayor medida, con más intensidad y durante más tiempo fue el ABC. Darío Valcárcel vino a mi despacho para contarme la situación crítica en que se hallaba el viejo rotativo. Guillermo Luca de Tena, presidente de Prensa Española y director del periódico, no acertaba a llevar apropiadamente una empresa de tanta envergadura, por lo que se inició una serie de conversaciones en las que intervinimos Guillermo Luca de Tena, Darío Valcárcel, Rafael Atienza y yo. Guillermo, con pocas esperanzas por su parte de que aceptase su ofrecimiento, me rogó que entrara a formar parte del consejo de administración de Prensa Española. No conocía mi condición innata de apostante por causas imposibles y se vio sorprendido por mi aquiescencia, lo que me permitió profundizar en los entresijos de la empresa: maquinaria obsoleta, organización deplorable, especialmente en cuanto al personal. La situación era tan desesperada que Nemesio Fernández Cuesta, una persona tan íntimamente vinculada a la familia Luca de Tena, presentó su dimisión como consejero delegado de Prensa Española, aunque siguió ocupando un puesto como administrador. Guillermo me ofreció la presidencia de la sociedad, lo que yo rechacé porque en mi despacho profesional me encontraba como pez en el agua y no estaba dispuesto a abandonar la abogacía por nada del mundo. Entonces me pidió que preparase la presentación de Prensa Española en suspensión de pagos.

Cumplí el encargo, pero al mismo tiempo sugerí a Guillermo que no diera trámite al escrito sin hacer previamente un último esfuerzo para remediar la penosa situación de la casa. En cuanto a la empresa, le dije que sin pérdida de tiempo tenía que nombrar un administrador con mano firme para renovar unas estructuras ruinosas, y, en cuanto a la dirección del periódico, le recomendé que pusiese el puesto en manos de una persona con verdadera capacidad para desempañar el cargo. Luca de Tena empezó por lo segundo y un buen día nos invitó a almorzar en El Bodegón a Jaime Campmany y a mí para recabar nuestra opinión sobre Luis María Anson, lo que ambos aceptamos como la mejor noticia para resolver los gravísimos problemas del periódico, que iba de mal en peor y sin criterio en las cuestiones fundamentales, abandonado como estaba a su suerte. Considero ocioso de todo punto, por ser sobradamente conocido destacar el inmenso trabajo que llevó a cabo Luis María Anson para resolver de raíz la decrepitud del periódico, recuperar la autoridad perdida y atraer lectores y anunciantes que había huido en desbandada. Más, aunque con todo esto se logró enmendar en parte la precaria situación económica.

Persistía un inminente peligro a consecuencia de las cargas hipotecarias constituidas a favor de los bancos, especialmente el Español de Crédito y el Central, que amenazaban un día sí y otro también con promover la ejecución. Para buscar la solución a tan grave problema, Luis María, por su lado, y yo, por el mío, nos entrevistamos con los banqueros más relevantes. Él lo hizo con Alfonso Escámez y José Ángel Sánchez Asiaín; yo planteé la cuestión a Pablo Garnica y Emilio Botín. Todos sin excepción mostraron algo más que un explicable recelo sobre la escasa capacidad de Guillermo Luca de Tena como gestor empresarial, por lo que, también sin excepción, propusieron una fórmula que muy probablemente ya habían convenido entre sí: Luis María Anson y yo tomaríamos a nuestro nombre la mayoría del capital social de Prensa Española para desplazar de la empresa a los Luca de Tena y nombrar sin pérdida de tiempo un gerente de nuestra confianza, en cuyo caso los bancos estarían dispuestos a otorgar la financiación que requiriese el relanzamiento del periódico. Nuevamente en El Bodegón, Luis María y yo cambiamos impresiones sobre lo que nos habían dicho los banqueros y al unísono acordamos rechazar la propuesta, aunque sin dar cuenta a Guillermo de lo sucedido, dada la fragilidad de su carácter, para no acentuar la depresión y desconcierto que le aquejaban. Aquella noche, por tanto, se decidió la subsistencia de la familia Luca de Tena en Prensa Española.

Empecé predicando con el ejemplo al suscribir un paquete de acciones de la sociedad, prácticamente en quiebra, pagando el nominal más una prima por el mismo importe. Se trataba de una ampliación de capital en el que la familia Luca de Tena no suscribió ni una sola acción. En la venerable biblioteca de Prensa Española, entonces en la calle Serrano, se celebró una reunión a la que asistió un buen número de empresarios, al frente de los cuales se encontraba José María Cuevas, presidente de la CEOE, que exhortó a sus representados a prestar la colaboración necesaria para la salvación del periódico. La fórmula consistía en qu las empresas desembolsaran por anticipado el importe de la publicidad prevista para un año, en cuya recaudación más laboriosa de lo que podíamos suponer, desempeñaron un papel destacado Darío Valcárcel y Rafael Atienza. La segunda parte de la renovación del periódico consistió en la contratación de Jesús Fernández Miranda, hijo del ilustre político, que hasta entonces ejercía la abogacía con notorio éxito. Fernández Miranda como consejero delegado de Prensa Española, desempeñó un papel esencial en la reorganización de la empresa, al solventar con buena mano problemas de extraordinaria dificultad, en especial los que correspondían a una entidad que venía ofreciendo tan graves deficiencias. Con estas medidas, los problemas más gruesos de la casa parecían conjurados.

15 Enero 1983

Zigzag

Luis María Anson

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Mañana voy a levantar de nuevo el postigo de la casa en la que me he formado profesionalmente. Regreso a ABC para colaborar con una empresa y un estupendo equipo de periodistas. Dejo con tristeza esta sección de YA, en la que me he esforzado por servir a unos lectores que inundaron mi mesa con cartas de aliento y de crítica. Gracias a todos los que tuvieron la paciencia de leer esta columna durante los dos últimos meses. Gracias al presidente de la Editorial Católica, Francisco Guijarro, del que sólo he recibido apoyo y comprensión, y cuya inteligencia y eficacia constituyen el mejor regalo para esta casa. Gracias al director, a José María Castaño, por su generosidad, por su temple y por su capacidad profesional. Gracias a los compañeros de la redacción, la colaboración, el taller y la administración. Gracias a todos al escribir estas últimas letras en un periódico admirable.

04 Marzo 1983

Luis Mari es malo

Ricardo Cid Cañaveral

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Que chico tan malo es Luis Mari Anson. Quiere que nuestros viejecitos de derechas asalten el chalet de primavera. ¿Y qué van a hacer los viejecitos en el chalet? Se van a comer la mortadela.

Luis María Anson es ahora el director del ABC, de esa zapatilla hogareña de la dictadura y su camilla (la dictadura era una camilla con brasero y ‘abecé’ de la que de vez en cuando la gente, recién parida en plan derecho a la vida, salla muerta). Luis Mari Anson es compañero, listo, de derechas, pero es que se tabica una paranoia: quiere volver tarumbas, a base de metáforas chilenas, a los coleguillas viejeras como si pasara algo. Luis Mari, tío, deja morir tranquila a la derecha, comprende que tu espíritu combativo  no justifica el atormentamiento de los abuelos, que los estas poniendo arrebatetas. Déjalos.

Desde aquí se rompe una lanza – ay, otra – por las gabardinas tiesas y las manos temblonas y las gambas a la gabardina  y a la mano. Desde aquí se reclama que cuando el ABC se hunda – que se va a hundir – la seguridad social lo publique en plan gratuito para mitigar a la sociedad de nuestros viejos, carajo, que al fin y al cabo son nuestros padres, o al menos nuestros padres de derechas (siempre tenemos otros, joderse, recoña la familia), a los cuales deben asumir esta sociedad, tan de derechas, tan de brasero, tan de Luis Mari, tan de esquela.

Por eso y por todo, coño, tío, no me los revuelvas. Luis Mari: deja a tu España muerta morir tranquila. Imaginemos para ella un jardín y no una batalla. El público que persigues – mogollón y conflicto, sociedad y pasión – jamás puede ser tuyo  ni del ABC. Deja a los abuelos no seas bestia.

Besos por lo demás, Luis Mari. No sé si sabes que te quiero. Y porque es – aunque escandaloso – cierto, en un momento – cierto, en un momento dado me imagino que eres mi hermano y le pido que dejes a papá en paz.

Río arriba

Gonzalo Fernández de la Mora

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Inicié mi colaboración en ABC el otoño de 1946 y no la interrumpí hasta la primavera de 1983, fecha en la que el diario perdió su tradicional señorió y cayó en la esquizofrenia mercantil.