21 mayo 2007

Manipulan las palabras del obispo de Pamplona, Fernando Sebastián, para dar a entender que pedía el voto para Falange

Hechos

El 8.05.2007 el diario EL PAÍS aseguró que monseñor Fernando Sebastián, «animaba a votar a la extrema derecha»

Lecturas

LAS PALABRAS DEL OBISPO SEGÚN EL PAÍS.COM (7.05.2007):

Titular: ‘El arzobispo de Pamplona anima a votar a la extrema derecha’

«‘La Iglesia católica está débil, atacada por la deserción silenciosa y el alicismo público, advierte el arzobispo de Tudela, Fernando Sebastián Aguilar.  Afortunadamente, existen partidos como Falange Española que ‘quieren ser fieles a la doctrina social de la Iglesia’ aclara el responsable del clero navarro en una conferencia publicada en su página web».

 

LAS VERDADERAS PALABRAS DEL OBISPO,  FERNANDO SEBASTIÁN (17.03.2007):

Participación política de los católicos

El otro tema importante anunciado es la participación de los católicos en los partidos políticos no confesionales. Hoy en España hay algunos partidos políticos que quieren ser fieles a la doctrina social de la Iglesia en su totalidad, como por ejemplo, Comunión Tradicionalista Católica, Alternativa Española, Tercio Católico de Acción Política, Falange Española de las JONS. Todos ellos son partidos poco tenidos en consideración. Tienen un valor testimonial que puede justificar un voto. No tienen muchas probabilidades de influir de manera efectiva en la vida política, aunque sí podrían llegar a entrar en alianzas importantes si consiguiesen el apoyo suficiente de los ciudadanos católicos. Por eso no pueden ser considerados como obligatorios pero sí son dignos de consideración y de apoyo. Los grandes partidos, los que rigen la vida social y política son todos ellos aconfesionales, algunos radicalmente laicos y claramente laicistas. En esta situación la doctrina de la Iglesia la podemos resumir así.

– – La Iglesia no exige, ni recomienda, la constitución de partidos confesionales (partidos sólo de católicos, sólo para católicos, con política pretendidamente católica, incluso en las cuestiones contingentes y opinables).

– Es legítimo a los católicos participar en partidos no confesionales, colaborando con no católicos, siempre que se reconozca la validez de la ley moral natural como norma moral para el tratamiento de todos los temas políticos.

– Los partidos laicos, para que los católicos puedan participar en ellos, deben también reconocer y respetar la libertad de conciencia de los católicos para manifestar sus puntos de vista confesionales como fundados en la recta razón, y se admita la objeción de conciencia en todos aquellos temas que les parezcan contrarios a la moral natural o a la moral católica, tanto en las decisiones partidistas, como en las votaciones de los diputados y las decisiones de gobierno.

– Los católicos no deben intervenir en aquellos partidos que expresamente nieguen la existencia de una ley moral objetiva que se debe respetar en la vida política o se manifiesten contrarios a la libertad religiosa de los ciudadanos en general, de los católicos, o de la Iglesia católica sin el reconocimiento de la objeción de conciencia y de la libertad religiosa de sus propios militantes y representantes.

En una sociedad tan abierta y compleja como la nuestra, con tantas diferencias, es necesario que los católicos no queramos someter a la Iglesia entera a nuestras propias ideas o preferencias políticas, que admitamos con cierta tranquilidad la dispersión política o las legítimas diferencias políticas de los católicos, que aprendamos a mantener la unidad eclesial por encima de las diferencias políticas legítimas que se pueden dar y de hecho se dan entre los católicos, que concedamos primacía a nuestra identidad y plena comunión católica antes y por encima de las exigencias y posiciones de los diferentes partidos. Hay quien para sentirse cómo participando a la vez en un determinado partido y en la vida de la Iglesia, pide a ésta que acepte los postulados de su partido. El buen cristiano pone siempre la comunión eclesial por encima de las exigencias de un partido político cualquiera.

Por eso mismo los pastores, obispos y sacerdotes, tenemos que abstenernos de opinar y actuar en todo aquello que sea políticamente discutible y no tenga claras y graves implicaciones morales obligatorias para todos. También hemos de saber aceptar con normalidad las restricciones políticas que puede llevar consigo la comunión católica, es decir la no posibilidad de apoyar a un partido que propugna elementos claramente inmorales, como pueden ser la legitimación de la violencia, la extensión de la permisividad moral, la legitimación del aborto, de la eutanasia, o la disolución del matrimonio y de la familia.

Fernando Sebastián