25 enero 2016

Manuel María Bru ataca desde ALFA Y OMEGA a Francisco José Fernández de La Cigoña (INFOVATICANA) y este responde desde su blog

Hechos

El 25.01.2016 INFOVATICANA publicó el artículo de respuesta del blog La Cigüeña de la Torre a D. Manuel María Bru Alonso.

21 Enero 2016

Ochocientos años sirviendo a la Iglesia

Manuel María Bru Alonso

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En el mundo de la información, también de la información religiosa, no faltan profetas de calamidades, como los llamaba San Juan XXIII. Alguno de los representantes de esa nueva corriente de desinformación alarmista y agresiva, que se esconde bajo el pretexto de defensora de la ortodoxia y más bien nostálgica de estilos eclesiales poco evangélicos, la ha tomado con los religiosos, con todos los religiosos, sobre todo con los religiosos de las grandes órdenes. Y amparándose en el único dato de la crisis de vocaciones (ya decía San Juan Pablo II que no había crisis de vocación, sino de respuestas a la vocación), se les echa en cara haberse relajado, haber traicionado su carisma, y sobre todo, haber dejado a las clases pudientes para estar con los pobres. «¡Qué manía con los pobres!», dicen.

Pero mientras estos voceros vacuos arremeten contra los jesuitas (Papa incluido), carmelitas, franciscanos, claretianos, salesianos y dominicos, y tantos otros, y sus fobias panfletarias de las lleva el viento y nadie lee por cansinas y aburridas, resulta que los buenos dominicos cumplen nada menos que ochocientos años. Ochocientos años de servicio ininterrumpido a la Iglesia y a la humanidad, ochocientos años de fidelidad inquebrantable, ochocientos años de misiones en los ámbitos más olvidados del mundo y de creación de escuelas, universidades, y centros de investigación. Ochocientos años de santos y de mártires, ochocientos años de los que mejores doctores y predicadores llevando el habito blanco de los discípulos por el bautismo que un Papa dominico dejo como vestimenta de los siguientes sucesores de Pedro. Ochocientos años de un álbum con los rostros de Domingo de Guzmán, de Alberto Magno, de Fray Angélico, de Margarita de Hungría, de Martín de Porres, de Catalina de Siena, de Melchor de Quirós, de Raimundo de Peñafort, de Francisco Coll i Guitart, de Rosa de Lima, de Juan Álvarez de Toledo, de Juan de Colonia, de Bartolomé de las Casas, de Jerónimo Savonarola, de Luis de Granada, de Francisco de Vitoria, de Tomás de Aquino, de Vicente Ferrer.

Ochocientos años de evangelización intrépida, de evangelización dialogante, de evangelización de la cultura, de evangelización humanizadora. Ochocientos años amando con el don más sublime que puede entregarse y compartirse, el don de la fe que ennoblece la razón, el don del saber y de la sabiduría, del don de la ciencia y de la prudencia.

Solo con los dominicos y las dominicas de estos ochocientos años bastan para dibujar la visión de San Juan en el Apocalipsis de una gran multitud de vestidos de blanco y con palmas en las manos. ¡Qué ridículos los que quieren manchar con su mal aliento los hábitos blancos de ochocientos años de sabios y santos dominicos!

25 Enero 2016

A Manuel María Bru: No me toques las narices que igual las tuyas salen tumefactas

Francisco José Fernández de La Cigoña

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No leo a Bru. Dos amigos me hacen llegar un texto que creen me dirige: http://blogs.alfayomega.es/primereando/ochocientos-anos-sirviendo-a-la-iglesia/

Están en lo cierto. Porque no hace aún tres meses me dijo de palabra lo que ahora escribe. Yo con este cura madrileño he tenido una relación superficial. De poco más de un saludo en tres o cuatro ocasiones. Pensé que menos cordial por su parte que por la mía. Pero siempre estuvo en niveles de elemental educación aunque todas las veces me diera la impresión de que venciéndose. Bru es muy dueño, como yo, de manifestar las simpatías que quiera pero si ya es coram populi se arriesga a la respuesta. Y a mí me encanta responder. No vayan a creer quienes me buscan las cosquillas que les desprecio. O sí.

Creo, Bru, que siempre he estado muy comedido contigo. Nunca escondo la mano pero nunca te había tirado una piedra. Tal vez algún amago de mínima importancia. Tampoco lo voy a hacer ahora. No voy a entrar para nada en tus relaciones maternas, paternas, fraternales, medio fraternales, ni en los barrios que frecuentas, con canales o sin ellos, aunque creo que los canales no son precisamente tus preferencias. Ni en fotografías, tribunales, conspiracioncillas, apetencias, tratamientos…

Últimamente me da la impresión de que te ves crecido. Hasta el punto de que cuando el 30 de noviembre te vi en Burgos reventabas el alba. Que ya es prenda que disimula casi todo. Pues tú verás. Si quieres sacamos a colación todo ello. Hasta esquelas de ABC. Pienso que la confianza que ha depositado en tu persona nuestro arzobispo, muy dueño en depositarla en quien quiera, te ha infundido un valor que quieres acreditar. Pero tal vez no le hagas a Don Carlos un favor. Porque si como os esforzáis en poner de manifiesto sus amigos sois vosotros, el P. Ángel, los responsables de RD, Manola Carmena, tú y algunos pocos más similares se lo ponéis muy fácil a quienes, con razón o sin ella, están arremetiendo contra nuestro arzobispo.

Creo que sería penoso para él que le pudieran aplicar aquello de dime con quien andas… Nuestro arzobispo no puede ser encasillado en un sector discutido y discutible. Y tú, Bru, eres ambas cosas.  Con razón o sin ella. Por mi parte no tengo la menor queja de la acogida de mi arzobispo. Sólo gratitud. Pero no voy haciendo alharacas de ella porque entiendo que no le haría un favor. Y él está muy por encima de mis vanidades. Tampoco os paséis vosotros porque en estos días todo sale a la luz. Y pienso que no pocas cosas tuyas mejor en la trastienda. Pero eso es cosa tuya. Tú verás. Aunque ya ves que no soy muy inclinado a poner la otra mejilla. Soy así de malo. El bueno es sin duda el que la golpea y además espera la otra. Amos vete, salmonete.