7 noviembre 2004

El veterano periodista reprocha a las autoras de la biografía oficial de PRISA que no quisieran contratar con él su vivencia en toda aquella etapa

Martín Prieto, ex subdirector de EL PAÍS acusa al presidente del Grupo PRISA, Jesús Polanco, de no querer mojarse durante el 23-F

Hechos

El 7.11.2004 D. José Luis Martín Prieto publicó en el diario EL MUNDO el artículo ‘Biografía autorizada de EL PAÍS’.

Lecturas

La publicación de un libro sobre la historia del diario EL PAÍS y el Grupo PRISA como ‘biografía autorizada’ por parte de los máximos dirigentes de ese grupo, Sres. Polanco y Cebrián, dio pie a que desde el diario EL MUNDO, D. José Luis Martín Prieto, que fuera subdirector de ese periódico publicara el siguiente artículo:

Biografía autorizada de EL PAÍS 

EL PAÍS (el grupo PRISA) está en edad de que el hagan la biografía pero para la hagiografía es demasiado pronto porque aún viven demasiados de los protagonistas de aquella aventura periodística y para el gatuperio libresco hay que tener al menos la caridad de esperar a que se mueran los testigos. María Cruz Seoane (historiadora de Prensa) y Susana Sueiro (bibliotecaria de la Hemeroteca Municipal de Madrid) perpetran ingenuas esta Historia de EL PAÍS y el Grupo PRISA, una biografía autorizada del grupo editorial en la que enaltecen a Jesús de Polanco y a Juan luis Cebrián como titanes de la libertad de expresión contra los demonios que habitaban su propia casa. No es difícil el empeño de estas desavisadas. Basta explicar cómo Cebrián le arrebata la dirección a Carlos Mendo engatusando a Fraga y traicionándole después, cuando se tanteaba a Miguel Delibes o Julián Marías y no a un jovenzuelo proveniente de los sindicatos verticales y la información televisiva del franquismo. Basta explicar como Jesús de Polanco le dio la patada al Olimpo al fundador José Ortega y por qué. Basta explicar por qué Cebrián destituyó a Dario Valcárcel como subdirector cuando éste había cosechado durante años el dinero para sacar el diario y era un pilar fundacional que no se merecía tal trato. Basta explicar por qué, tras el fracaso de Radio El País y el ulterior de la revista El Globo (un carísimo capricho de Cebrián) el Gobierno de Felipe González le vende en dos tramos la SER a Polanco sin licitación pública. Basta explicar por qué a don Jesús, con Cebrián de rémora, se le concede una televisión de pago fuera de concurso. La colusión PRISA-PSOE no se analiza porque no es políticamente correcto ni sirve a los interés de este santoral. El periódico nació utópicamente como propiedad de nadie y acabó en prenda de un único sñeor al que se le ve el garfio. Está todo explicado para estas das que se hacen las lelas por debajo de tanta farfolla documental.

Permitanme una alusión personal. Las autoras se preguntan sobre mi misteriosa marcha de EL PAÍS. Que le pregunten a Juan Luis Cebrián que mandó encriptar electrónicamente mis artículos en el periódico, ocultos así a cualquier consulta; remedo estalinista de cuando Trotsky era borrado hasta de las fotografías. O que me hubieran preguntado a mí, que ni estoy muerto ni vivo en Marte. Les regalo a estas señoras, para futuras ediciones, una anécdota sugerente. La tarde del 23-F el despacho del director no estaba abarrotado: estaba la cueva vacía a excepción de Cebrián. Entramos Jesús Polanco y yo, los tres a solas. Polanco muy alterado, pidió que el diario no saliera a la calle ante la posibilidad de que ganaran los golpistas. Escrito sea en honor de Cebrián, éste se emperró en tirar el diario vivando a la Constitución. Polanco se marchó aquella tarde pegando un portazo. Matices que tampoco interpretan las nenas.

Martín Prieto

(EL MUNDO,  7-11-2004