12 abril 1985

Matanza terrorista en el Restaurante ‘El Descanso’, un crímen sin resolver que se atribuyó al extremismo islámico

Hechos

El 12 de Abril de 1985 estalló una bomba en el restaurante ‘El Descanso’, en España, matando a 18 personas.

Lecturas

Al menos 18 muertos y más de 70 heridos es el balance del atentado perpetrado esta noche en el restaurante ‘El Descanso’, en Barajas, frecuentado por personal de Estados Unidos de la base aérea de Torrejón de Ardoz.

A consecuencia de una gran explosión, el inmueble, de tres pisos, se desplomó sobre los comedores.

Fuentes policiales señalan a la organización integrista musulmana ‘Yihad Islámica’ como la presunta autora del criminal atentado.

14 Abril 1985

Una matanza escalofriante

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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La catástrofe ocurrida anteanoche en el restaurante El Descanso, situado en las inmediaciones de Torrejón de Ardoz y frecuentado por militares estadounidenses, fue asociada rápidamente por la opinión pública con la hipótesis de un atentado terrorista. Desde los primeros momentos, en efecto, testigos de los hechos habían descartado la posibilidad de una explosión ocasionada por el gas de las cocinas, ya que esta parte del edificio era precisamente la menos dañada. Aunque con bastante retraso, el propio Ministerio del Interior reconoció la tesis del atentado como la más verosímil, e incluso dio precisiones sobre la eventual composición del explosivo utilizado en la matanza, si bien personas relacionadas con la investigación no descartaban que otras circunstancias hubieran aumentado la magnitud del desastre.Nos encontramos, pues, y a reserva de que las investigaciones policiales y la instrucción judicial establezcan las conclusiones definitivas al respecto, ante la casi certeza de un atentado terrorista de una naturaleza escalofriante, tanto por la proporción de los daños personales y, materiales como porque el objetivo elegido ha sido en esta ocasión un lugar público destinado a la diversión y al recreo de pacíficos ciudadanos. Aunque existen algunos antecedentes lamentables en la historia reciente española, como el tristemente famoso caso de la calle del Correo de Madrid, en 1974, la explosión que causó 18 muertos y casi un centenar de heridos el viernes en el restaurante El Descanso hace temer que nos hallemos en el preludio de la extensión a España de un tipo de terrorismo salvaje e indiscriminado que ya se ha cobrado numerosas víctimas en otros países europeos.

Cabe entonces preguntarse sobre los posibles responsables de tamaña escalada terrorista. La cloratita, que el Ministerio del Interior señala como probable componente del explosivo, es un compuesto que se emplea, según los expertos, en artefactos de tipo artesanal. En España ha sido utilizado en ocasiones en atentados reivindicados por los GRAPO, lo cual no quiere decir, de acuerdo con los responsables de la investigación, que sean los principales sospechosos de este atentado. Todavía es muy pronto para establecer hipótesis serias sobre los posibles autores, pero, además de los grupos terroristas del interior, algunas de las circunstancias del atentado del viernes por la noche sugieren la posible responsabilidad de organizaciones terroristas del exterior.

En primer lugar, la oleda de atentados realizados durante los últimos meses contra instalaciones estadounidenses o de la OTAN en Bélgica, Alemania Federal, Francia, Portugal y Grecia pueden dar fuerza a la idea de que esas acciones criminales se integren en una ofensivaeuroterrorista de vasto alcance y cuya extensión a España era predecible. El restaurante de San Fernando de Henares derrumbado en la noche del viernes era un lugar de encuentro habitual para los oficiales y los soldados de la base de Torrejón y para sus familias. En el momento de la catástrofe, casi una tercera parte de los clientes del establecimiento eran de nacionalidad norteamericana. De esta forma, cabría establecer una relación causal entre un eventual atentado contra ese restaurante y la decisión del Gobierno de aconsejar la permanencia en la OTAN.

Por otra parte, el objetivo elegido hace pensar igualmente en la autoría de grupos radicales islámicos autores de numerosos atentados contra ciudadanos e intereses israelíes y norteamericanos en Líbano y en diversos países europeos. En favor de esta tesis está el hecho de que la única reivindicación verosímil que se ha producido hasta ahora es la realizada ayer por teléfono a la oficina de una agencia de noticias internacional en Beirut por un comunicante anónimo que decía hablar en nombre del grupo terrorista shií Jihad Islámica; así como también el que este atentado guarda importantes similitudes con el llevado a cabo en París, hace unas semanas, contra un cine donde se proyectaban películas judías y que fue reivindicado por el mismo grupo.

En cualquier caso, el atentado pone también en evidencia la falta de adecuación de numerosos establecimientos públicos en España y la necesidad de someter la concesión de licencias a una normativa mucho más exigente. Las investigaciones oficiales deberán dictaminar sobre el estado real en que se encontraba el local, pero las apreciaciones de miembros del cuerpo de bomberos sobre la aparente endeblez de la construcción hacen pensar en la falta de seguridad de un establecimiento capaz de albergar a la vez a más de 200 comensales.

18 Abril 1985

Cinco días después

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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CUANDO AÚN duran la indignación y la sensación de impotencia que provoca un crimen tan horrible como el cometido el sábado pasado en el restaurante El Descanso, es necesaria una reflexión sobre fenómenos que están apareciendo en los últimos tiempos, no sólo en España, sino en diversos países europeos, y que parecen definir un tipo de terrorismo diferente al que hasta ahora conocíamos; no ligado a los problemas concretos de los países donde se produce, utiliza varios Estados de Europa occidental -Francia, Italia, y ahora parece que España- como teatro de operaciones y como caja de resonancia de conflictos que tienen su razón de ser a miles de kilómetros del lugar.En los últimos tiempos se observa un cierto retroceso del terrorismo de ETA en España; el debilitamiento de las Brigadas Rojas en Italia era más obvio; el terrorismo corso se manifiesta menos en Francia. En cambio, otros actos terroristas espeluznantes han ocurrido, con un grado de barbarie sin límites, en cines, sinagogas, restaurantes, lugares públicos. Y los observadores coinciden en señalar que la resurrección de las Brigadas en Italia es ficticia y se inscribe en la agresión terrorista intemacional; no es en realidad un verdadero regreso de las Brigadas. Este terrorismo, en muchas ocasiones, ni siquiera golpea a los definidos como enemigos, a dirigentes, a gente significada, sino a símbolos más o menos ligados a la causa que se invoca; con amalgamas caprichosas, que causan víctimas totalmente inocentes, cuyo sacrificio no tiene absolutamente ninguna relación con las cuestiones que luego se invocan por voces anónimas como justificación del crimen.

Al crimen, al horror se une la ausencia de la más mínima lógica. ¿En qué puede influir la matanza de ciudadanos españoles que cenan tranquilamente en Madrid respecto a la resistencia contra la ocupación israelí, o sobre la mayor expansión de las ideas islámicas? No pretendemos con ello atribuir sin duda raíces de ese género a las redes que han realizado el atentado de Torrejón, pues no existen por ahora pruebas concretas de que ello sea así. Pero en todo caso hay manos que mueven los hilos, y casi con toda seguridad son manos de fuera de España.

¿Existen hoy en España cuestiones políticas que se pueden relacionar, aunque sea indirectamente, con el atentado de El Descanso? Quizá la falta de información explica la sordina evidente que el Gobierno ha pretendido poner a un atentado de esta naturaleza. Acostumbrados a ver la aglomeración de ministros y autoridades en los sepelios de las víctimas de ETA, la serenidad teñida de frialdad con la que el Ministerio del Interior y el Gabinete en pleno han reaccionado ante lo sucedido en El Descanso sugiere sobre todo una ignorancia mayúscula. Parece que el Gobierno no sabe frente a lo que se halla y que se siente en cierta medida cómodo con la reivindicación hecha en Beirut por fundamentalistas islámicos. No negamos que esta reivindicación no responda a los hechos. En cualquier caso, esperamos que la policía sea capaz de aclarar algo más. No resulta admisible que cinco días después del atentado la única pista fiable conocida sea la que los propios asesinos voluntariamente ofrecieron: una llamada telefónica.

Y, puesto que parece fuera de dudas el carácter internacional que tiene este terrorismo, es preciso acordar medidas, formas de información y de lucha internacionales. Sorprende que en ese orden las cosas hayan ido tan lentamente. El Gobierno español planteó reiteradamente la cuestión, en una etapa en que la zona casi franca de que disponía ETA en Francia constituía una preocupación primordial para nosotros. Ahora, si se confirma la utilización de España por redes terroristas extranjeras, esa necesidad de coordinación internacional no debe descuidarse: no vayamos a convertirnos también en santuarios del terrorismo ajeno.