8 agosto 1997

Jobs anuncia el fin de un enfrentamiento radical con sus competidores para iniciar un periodo de colaboración

Microsoft (Bill Gates) entra en el capital de Apple (Steve Jobs) a petición de estos inyectando 150 millones a ambio de acciones

Hechos

El 7.08.1997 Steve Jobs, cofundador de Apple, anunció el acuerdo al que había llegado con Microsoft, empresa presidida por Bill Gates.

08 Agosto 1997

Microsoft y Apple

LA VANGUARDIA (Director: Juan Tapia)

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“Tenemos que olvidar la noción de que, para que Apple gane, Microsoft tiene que perder”. Con estas palabras, el confundador de Apple, Steve Jobs, anunció ante la sorpresa de los usuarios de los ordenadores de la manzana de colores que la firma presidida por Bill Gates adquirirá 150 millones de dólares – unos 23.000 millones de pesetas – del capital de Apple en los próximos tres años. Serán acciones sin derechos políticos (“non voting shares”), lo que indica bien a las claras que Microsoft no pretende absorber a Apple, sino cooperar con ella.

Al margen de los detalles técnicos de acuerdo, interesa aquí recoger el profundo simbolismo del pacto. Apple, especialmente a raíz de la introducción del Macintsh, fue el gran innovador de los años ochenta. Pero su resistencia a no compatibilizar sus ordenadores la fue marginando de un mercado donde el ‘software’ de Microsoft reina indisctuiblemente. La revolución que supuso la introducción por parte de Apple de los iconos, que hacen mucho más fácil la tarea del usuario, fue extendida, consolidada y hábilmente aprovechada por Microsoft y sus programas Windows. Los asistentes a la exposición MacWorld en Boston silbaron las palabras de Jobs, lo mismo que el mensaje que por videoconferencia les remitió el mismísimo Bill Gates, pero a los accionistas les sonó a música celestial; la cotización de Apple subió un 33% en un día.

Puede ser la última oportunidad para el mítico fabricante del Macintosh, que ha perdido 1.600 millones de dólares – unos 250.000 millones de pesetas – en apenas 18 meses y por cuya dirección ejecutiva se han sucedido diversos presidentes que no han conseguido hasta el momento enderezar sus cuentas. Para Microsoft y Bill Gates, es, desde luego, una excelente operación de imagen, porque su acreditada fama de ‘abarca y devora’ está empezando a incomodar al sector.

17 Agosto 1997

El monopolio amable

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Bill Gates, el rey Midas de la informática, presidente de Microsoft, acude en socorro de Apple, el competidor que le llevó ante los tribunales y le acusó de plagio y de violación de patentes al publicar Windows, el sistema operativo casi universal de los ordenadores personales. De momento, Gates ha hecho sólo unos guiños. Ayudará a sobrevivir a la marca de la manzana, comprará en torno a un 5% de su capital como signo de confianza y Microsoft seguirá publicando versiones de sus programas adaptadas al sistema operativo de los ordenadores Macintosh. De golpe, las acciones de Apple salieron del limbo y valían un 30% más.Microsoft, y su fundador y presidente, han conseguido desde la comercialización del primer sistema operativo que permitió el lanzamiento masivo del ordenador personal por IBM una hazaña comercial y tecnológica. El sistema operativo es el programa que permite al usuario comunicarse con la máquina, darle órdenes y recibir los resultados de su trabajo. Es el alfabeto de la informática.

Al borde del año 2000 subsisten miles de idiomas y varios alfabetos o conjuntos de caracteres distintos, desde el latino al cirílico, desde el árabe al chino, el japonés o el coreano. El primer ordenador personal de Apple apareció en 1977 y aportó la novedad revolucionaria de que se vendía montado, y no por piezas, como algunas máquinas anteriores. IBM lanzó su ordenador personal, con el sistema operativo de, Microsoft, en 1981. Apple ocupa hoy un 4% del mercado. El resto lleva dentro los sistemas de Microsoft.

Eso quiere decir que, en menos de 20 años, Bill Gates ha conseguido unificar elalfabeto informático, imponer prácticamente a todo el mundo su sistema. Se encuentra al borde de un fantástico monopolio universal. Decenas de millones de máquinas usadas en cualquier rincón del planeta -para jugar, archivar los datos de los bancos, escribir y corregir textos, diseñar objetos o edificios, controlar, otras máquinas, mantener en actividad todo tipo de empresas o navegar por Internet- necesitan su sistema operativo para funcionar.

Además, Microsoft tiene ya la parte del león en programas informáticos para uso familiar o profesional, y su voracidad parece insaciable. Si Netscape lanza unnavegador para Internet que se convierte en un éxito comercial, Microsoft renuncia a vender el suyo. Simplemente, lo regala. Y ahora pone un pie, en actitud aparentemente amistosa, en el único competidor que mantiene viva, aunque languideciente, la llama de un sistema operativo alternativo al suyo.

En cierto modo, Gates es el hijo (o el padre) que casi todos hubiéramos querido tener. Recorre el mundo como un artista, mientras acumula una fortuna que ya es la mayor del mundo y que ha anunciado que destinará en su mayor parte a causas humanitarias cuando se retire. Pero representa el primer caso de monopolio planetario, sin alternativa real y sin competencia. Él, sus consejeros comerciales y sus programadores dictarán el futuro de unas máquinas sin las cuales el mundo no sería como es. Y el año próximo decidirá, él solo, cuál es el precio que habrá que pagar por la nueva versión, Windows 98. Su aventura empresarial y tecnológica es arrebatadora; pero un punto inquietante.

08 Agosto 1997

Microsoft muerde la manzana

Pedro de Alzaga

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– Mientras los usuarios abucheaban, los inversores aplaudían. Esta es, en resumen, la reacción al acuerdo por el que Microsoft se compromete a invertir 150 millones de dólares (unos 24.000 millones de pesetas) en Apple.

Steve Jobs, cofundador de Apple, y Bill Gates, presidente de Microsoft, se dirigieron al público para proclamar que la rivalidad entre ambas empresas había terminado. En otras circunstancias, hubiera sido sólo el oportuno rescate de una compañía en dificultades. Pero esta operación tiene otras connotaciones: llegar a los millones de usuarios fieles al Mac, el ordenador estrella de Apple, uno de los mercados más exigentes del mundo de la informática. Aunque la inversión no da a Microsoft derecho a voto, nadie pone en duda la futura influencia de Gates en el destino de la empresa.

Junto a la entrada de Gates, la renovación de Apple pasa por la incorporación a su consejo de otros destacados empresarios como Larry Ellison, fundador de Oracle.

EL FUTURO DE INTERNET.- El acuerdo supone un intercambio de tecnologías durante cinco años y la cooperación en el desarrollo de nuevos programas como MacOffice98, un paquete de aplicaciones cuya anterior versión cuenta con más de ocho millones de usuarios.

El pacto resulta especialmente importante para el futuro de Internet. Por un lado, Internet Explorer, el programa de Microsoft para navegar por la red, se distribuirá con los ordenadores Macintosh, por lo que dicho programa estará incluido en prácticamente todos los ordenadores personales que se vendan en el mundo. Por otro, Apple y Microsoft trabajarán conjuntamente para que Java, el más famoso lenguaje de programación de la red, funcione correctamente en sus sistemas operativos. Varias cosas quedan en el tintero: el futuro de los acuerdos que varias empresas firmaron con Apple para la fabricación de ordenadores; la relación con Netscape, el gran competidor de Microsoft en Internet, y la guerra de los navegadores, pese a que fuentes de Apple han declarado que no tienen intención de rescindir los acuerdos de distribución, y, por último, la relación con Sun Microsystems, empresa creadora del lenguaje Java. Mientras tanto, los usuarios de Mac se encuentran divididos en cuanto al acuerdo. Si bien muchos reconocen que sólo así podría salvarse a Apple, otros ven la unión como el fin de su independencia frente a la empresa que domina el mercado mundial. Esta independencia ha sido una de las características del usuario de ordenadores Apple.

En todo caso, desde la renuncia de Gilbert Amelio, antiguo presidente de Apple, no han dejado de subir las acciones de la compañía, que alcanzaron su máximo anual el día en que se hizo público el acuerdo con la sociedad presidida por Bill Gates.

El compromiso entre Microsoft y Apple, además, cierra también disputas sobre la propiedad intelectual de algunos elementos de Windows, el principal producto de Microsoft.

GATES, EL EMPERADOR

Rey de un imperio de 20.000 asalariados, es el hombre más rico de EEUU. Con un aire de adolescente de 42 años, Gates se ha hecho con el monopolio en los sistemas operativos de los PC de IBM.

JOBS, EL HIJO PRODIGO

Steve Jobs fundó a los 21 años Apple Computers, abandonó la empresa hace 10 años y, en diciembre pasado, volvió a Apple como la última esperanza para evitar la liquidación de la empresa.

…Y ELLISON, EL «OUTSIDER»

El fundador de Oracle está convencido de que la mejora de las redes terminará sustituyendo a los PC por terminales de bajo coste. Ellison considera que «Microsoft representa el pasado, y yo el futuro».

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APOYO

El garaje fantástico

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La historia dio la vuelta al mundo como ejemplo del sueño americano: Steve Jobs y Steve Wozniak, dos informáticos veinteañeros, diseñaron en un garaje el primer ordenador de una marca que se convertiría en uno de los buques insignia de la informática personal. Posteriormente, contrataban a John Sculley, por entonces presidente de Pepsi, para que se hiciera cargo de la dirección de una nave demasiado grande para ellos.

Sculley tomó una de las más difíciles decisiones: la destitución de Jobs por motivos estratégicos, episodio que, según Sculley, no estuvo exento de lágrimas. Los caminos de la empresa y el fundador se separaron, hasta que en 1996 Jobs volvió a casa después de emprender varios proyectos con Pixar, dedicada a la infografía y conocida por la película de animación Toy Story, y Next, dedicada al diseño de sistemas operativos. La vuelta coincidió con tiempos en los que Apple había decidido entrar en la lucha por las cuotas de un mercado dominado por los PC, los clónicos y la fabricación oriental.