29 diciembre 2017

Muere Carmen Franco Polo, la única hija del dictador, tras una vida discreta y en la que pudo mantener hasta el final de su vida la propiedad de El Pazo de Meirás

Hechos

El 29.12.2017 falleció Dña. Carmen Franco Polo.

30 Diciembre 2017

LA HERENCIA MILLONARIA Y SIN SORPRESAS DE CARMEN FRANCO

María Pina

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«MAMÁ YA NO ESTÁ CON NOSOTROS». En torno a las siete de la mañana de ayer, Carmen Martínez–Bordiú comunicó a sus contactos de WhatsApp con ese escueto mensaje la muerte de Carmen Franco. La única hija de Francisco Franco falleció ayer a los 91 años a consecuencia de un cáncer que le fue diagnosticado en septiembre y por el que no recibió tratamiento. La duquesa estuvo lúcida hasta el final, y estos últimos meses los ocupó en recibir a visitas en su casa de la calle Hermanos Bécquer de Madrid y en ordenarlo todo de cara al reparto de su herencia.

No se esperan sorpresas ni luchas en los tribunales por parte de los siete hijos que Carmen tuvo con Cristóbal Martínez Bordiú. Al contrario, la familia conoce los pasos a seguir y todos tienen un futuro económico asegurado. Carmen recibió muchos bienes en herencia de su padre, Francisco Franco, y aumentó su fortuna por su matrimonio con Cristóbal. Eso le ha permitido vivir de las rentas hasta su muerte y que sus hijos y sus nietos también puedan hacerlo con una buena gestión de las rentas mensuales que entran en las cuentas de la familia.

Tras la muerte de Franco, Carmen Polo heredó el pazo de Meirás, en Galicia; la finca Canto del Pico, en Torrelodones; el palacete de Cornide, en A Coruña; la finca de Valdefuentes en Arroyomolinos y un edificio en el número 8 de la calle Hermanos Bécquer de Madrid. Estas propiedades pasaron después a manos de su única hija, Carmen, que recibió, además, la gestión de varias sociedades que los testaferros de su padre constituyeron durante el franquismo para atesorar apartamentos, fincas y pisos sin manchar la imagen del dictador.

De las propiedades legadas por Franco, la más polémica es el pazo de Meirás. El palacete en Sada que perteneció a Emilia Pardo Bazán y cuyos herederos firmaron la cesión para los Jesuitas. Sin embargo, en 1938 fue cedida a la familia Franco como residencia de verano. Desde entonces la familia pasó allí sus estíos hasta que en 2016 Carmen decidió no ir por las protestas contra su dueña. El pazo se puede visitar durante todo el año excepto en verano y es la Fundación Nacional Francisco Franco quien gestiona el turismo. En Galicia, Carmen también es dueña del palacete de Cornide, una propiedad de 879 metros cuadrados que Pedro Barrié de la Maza compró en subasta pública en 1962 por 1.800 euros y a continuación cedió a Carmen Polo.

Pese a que Carmen Franco consiguió vivir de las rentas de lo legado por sus padres, también vendió algunas de las propiedades para conseguir efectivo. Así pasó con Canto del Pico, en Torrelodones. Se trata de un palacete que perteneció al conde de las Almenas y que en 1940 dejó en herencia a Francisco Franco. Allí se instaló su hija Carmen con Cristóbal Martínez Bordiú los primeros años de su matrimonio. En 1970, su hija Merry hizo lo propio tras casarse con Jimmy Jiménez Arnau. En 1988, Carmen Franco vendió la casa por 5,3 millones de euros.

‘PELOTAZO’ EN VALDEFUENTES

Esa cantidad es insignificante al lado del dinero que ganó Carmen con la finca de Valdefuentes. Se trata de un terreno de 9,8 millones de metros cuadrados en el pueblo madrileño de Arroyomolinos. Es el activo más importante que Francisco Franco legó a sus herederos. La finca, de naturaleza rústica, se explotó desde tiempos de Franco mediante la ganadería y la agricultura.

Sus ganancias se canalizaban a través de Valdefuentes S.A., sociedad presidida desde 1981 por el marido de Carmen Franco, Cristóbal Martínez Bordiú. Al ser terreno rústico, los beneficios eran discretos. En 2003, el Ayuntamiento de Arroyomolinos recalificó 3,3 millones de metros cuadrados. Esto permitió a la familia construir 2.700 viviendas y 2 polígonos industriales junto al constructor Fidel San Román. Con esa operación, cambiaron el nombre de la sociedad por FR Promociones del Suroeste y en 2007 presentaron 23,9 millones de euros de beneficios.

En 2009, la familia escindió esa sociedad y crearon Arroyo de la Moraleja S.L, desde donde controlan los terrenos de Valdefuentes. Presidida por Francis Franco, en ella también figuran sus hermanos Cristóbal y Mariola. En las últimas cuentas presentó un capital social de 8,3 millones de euros.

La última propiedad que Carmen heredó de manera clara –es decir, no a través de sociedades–, fue un edificio en el número 8 de la calle Hermanos Bécquer de Madrid. Se trata de un inmueble de 4.807 metros cuadrados divididos en siete plantas. Tras la muerte de Francisco Franco, su mujer y su hija abandonaron El Pardo y se instalaron en la quinta planta de esa vivienda. Allí, en un piso de 664 metros cuadrados, falleció ayer Carmen Franco. El resto de las casas del edificio las alquilan.

En esa dirección Carmen preside aún hoy Sargo Consulting S.L., una sociedad de servicios financieros constituida en 2002 y que en las últimas cuentas presentadas, las de 2016, tenía un activo de 17 millones de euros. El pasado 22 de noviembre, los siete hijos de la duquesa entraron como consejeros en la sociedad y le dieron el mismo cargo a su madre mientras que designaron a Arancha Martínez–Bordiú presidenta. Fue el primer cambio fiscal que hicieron ante la cercanía de la muerte de su madre. Es la única empresa en la que figuran todos los hermanos.

FINCAS Y CASAS

Lo que sí tendrán que repartir los hijos son las 25 propiedades de pleno dominio que figuran a nombre de Carmen dentro del Registro de la Propiedad y que están esparcidas por España. Llama la atención la vinculación de la duquesa con La Cogolla de San Cucufate, una parroquia en el interior de Asturias de apenas 13 kilómetros cuadrados en los que la hija de Franco heredó 14 propiedades. En fincas rústicas suma 39 hectáreas. Además, posee una casa de 277 metros cuadrados, un solar de 80 en el que antes había una construcción, otra casa de 122. Por último, dentro de la finca más grande, de 10 hectáreas, hay una casa de 350 metros, otra de 232 y tres más de 40,38 y 30 metros. En Asturias también poseía otra finca de 1.300 metros cuadrados en Ables.

En el capítulo de tierras, la familia también se tendrá que repartir una finca rústica de cinco hectáreas entre Baeza y Jimena (Jaén) y un olivar en Chillarón del Rey, en Guadalajara.

En Madrid, además del edificio de Hermanos Bécquer, Carmen posee un trastero en el número 31 de la calle Príncipe de Vergara y tres plazas de garaje en el 10 de López de Hoyos. Completan su patrimonio dos apartamentos de 153 y 135 metros cuadrados con sendas plazas de garaje en la urbanización Alhambra Golf de Estepona.

El patrimonio de Carmen Franco tiene un valor incalculable, en parte por el valor histórico de algunas de sus propiedades. Aunque no se avecinan disputas por los bienes inmuebles, el reparto de los enseres personales de Carmen sí que podría generar tensiones. La hija de Franco heredó importantes joyas de su madre, Carmen Polo. La única hija de Franco recibió como regalo de boda una diadema de perlas y brillantes que lució en numerosas ocasiones. Su marido, además, le regaló una importante pulsera de brillantes el día de la pedida. Carmen tenía otra diadema-collar, también de perlas, que lució su hija Mariola el día de su boda con Rafael Ardid. En el joyero de la duquesa también destaca un conjunto de collar y pendientes de brillantes y esmeraldas que Carmen se puso en la boda de la Infanta Elena y que hace un año lució Margarita Vargas, esposa de su nieto Luis Alfonso de Borbón.

Los hijos de Carmen Franco cumplieron su deseo de morir en casa. El viernes fue velada en el tanatorio de Servisa, en la carretera de Toledo. Tras el velatorio, la hija del dictador será enterrada en la cripta que la familia Martínez-Bordiú tiene en la Catedral de la Almudena, junto a los restos mortales de su marido, el marqués de Villaverde.

Esa fue su última voluntad. Los próximos días, sus herederos leerán su testamento, en el que todo ha quedado bien organizado. Francisco Franco fue un dictador austero, pero en sus años en el poder acumuló un importante patrimonio que permitió vivir sin agobios a su única hija. Ahora, sus nietos harán lo mismo.

@marinapinau

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LA EXTENSA Y PÚBLICA FAMILIA FRANCO

1. CRISTÓBAL MARTÍNEZ BORDIÚ. Marido de Carmen Franco. Se casaron el 10 de abril de 1950 y tuvieron siete hijos.

2. ’MERRY’ MARTÍNEZ-BORDIÚ. Cuarta hija de Cristóbal y Carmen. Se casó con ‘Jimmy’ Jiménez Arnau y tiene una hija, Letizia.

3. CARMEN MARTÍNEZ–BORDIÚ. Hija mayor de Carmen Franco, tiene 66 años. Se ha casado tres veces. Tuvo tres hijos.

4. CRISTÓBAL MARTÍNEZ-BORDIÚ. Quinto hijo del matrimonio, tiene 59 años. Este año se ha separado de Jose Toledo, con quien tiene dos hijos.

5. ARANCHA MARTÍNEZ-BORDIÚ. La sexta hija del matrimonio, tiene 55 años. Está casada con Claudio Quiroga Ferro.

6. CARMEN FRANCO.

Única hija de Francisco Franco y Carmen Polo. Murió ayer a los 91 años en su casa de Madrid.

7. CARMEN POLO.

Mujer de Francisco Franco, con quien se casó en 1923 en Oviedo.

8. MARIOLA MARTÍNEZ-BORDIÚ. Segunda hija de Carmen Franco, de 65 años. Está casada con Rafael Ardid y tiene tres hijos.

9. FRANCIS FRANCO.

Tercer hijo de Carmen Franco, tiene 63 años y es el único que invirtió los apellidos familiares para llamarse como su abuelo. Está divorciado y tiene cuatro hijos.

10. FRANCISCO FRANCO.

Padre de Carmen Franco y dictador en España hasta su muerte en 1975.

*. JAIME MARTÍNEZ–BORDIÚ.

No aparece en la foto pero es el último hijo de Carmen. Nació en 1964 y está divorciado.

31 Diciembre 2017

La marquesa y el marqués, al fin juntos en la Almudena

Carmen Rigalt

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Para despedir a Carmen Franco de este mundo no basta con un obituario. Habría que obsequiarle también con una tanda de salvas y un capítulo del NO-DO. Y es que ella cierra un tramo de la Historia de España. Hija única del dictador, cuenta la leyenda que Franco no dio para más (tenía un solo testículo: el otro se lo dejó en la guerra de África). Èste es uno de los aspectos de la vida del general que más dieron que hablar. Su esterilidad temporal, su voz atiplada que tanto recordaba a la de los castratti, su rostro barbilampiño y sus hechuras suaves fueron determinantes a la hora de reconstruir la controvertida personalidad del hombre que dirigió los destinos de España durante 37 años.

Muchos españoles daban ya por muerta a la duquesa de Franco cuando apareció el libro Carmen, testimonio novelado de la vida de Carmen Franco, escrito a partir de muchas horas de conversación entre la periodista y la hijísima.

Anteriormente Nieves Herrero ya había hecho una incursión en la familia Franco Polo con una novela sobre los amores entre Sonsoles de Icaza y Ramón Serrano Suñer, padres biológicos de Carmen Díez de Rivera. Fue la bomba. No hablaron los protagonistas porque ya habían muerto, y si quedaba alguno estaba escondido debajo de las alfombras y no soltaba prenda. Tal era el caso de Ramón Serrano Polo, hijo de Serrano Suñer y parte fundamental del culebrón: él y Carmen Díez de Rivera fueron novios sin saber que eran hermanos.

Aquella historia de enredos surgida en los aledaños del poder le sirvió a Nieves Herrero para encariñarse con las principales familias del régimen, entre las que se encontraba Carmen Franco y su marido el guaperas del marqués de Villaverde, de nombre Cristóbal Martínez-Bordiú, un cardiólogo que jugaba a transplantar corazones como Christiaan Barnard. Cristóbal y Carmen eran, para la prensa del corazón, los marqueses de Villaverde. El título de duquesa de Franco se le había concedido a la viuda del dictador y Carmen lo heredaría más tarde. Ahora pasará a Francis Franco, quien desde su nacimiento fue preparado para perpetuar el apellido, como así ha sido.

Carmen Franco era un personaje silencioso que recibió ofertas tentadoras para romper el silencio. No hubo manera. La hija de Franco siempre fue una mujer insobornable, o como ella misma decía quitándose importancia, «normalita». Según Nieves Herrero, tenía un carácter frío y contenido, con los sentimientos blindados. La educaron como una señorita por fuera y como un soldado por dentro. Abarcaba muchos mundos. El de su familia y de sus íntimas amigas, con las que jugaba a las cartas y viajaba sin cesar pasando siempre por Miami, su apeadero favorito. En Madrid sólo tenía tiempo para el Rastrillo, y allá que iba todos los años, directa al Santo Sepulcro, su puesto de antiguallas.

No era autoritaria, y si lo era no lo parecía. Jamás puso objeciones a la vida de sus hijos, ni siquiera a María del Carmen, que iba de escandalera en escandalera. Cuando la nietísima rompió con José Campos y se colgó de Luis Miguel Rodríguez, el rey de los desguaces, éste le correspondió de forma un tanto extraña. Más que de la nietísima, el chatarrero se enamoró del apellido Franco, de ahí que hiciera tan buenas migas con la duquesa, que a punto estuvo de quedárselo para ella y ponerlo en una vitrina de la Fundación

A Carmen Franco la conocí en Marbella siendo marquesa de Villaverde. Fue en casa de los Coca, en el año 1971. Me preguntó que hacía yo en casa de los Coca. Seguramente nada. En aquella época los periodistas no teníamos prohibida la entrada a las fiestas y pululábamos por donde queríamos.

Aquella noche Cristóbal vestía un caftán rojo sangre, y estuvo todo el rato rodeado de señoritas que le bailaban el agua. La marquesa de Villaverde, ajena a los coqueteos de su marido, se retiró a una hora temprana. Desde aquel día supuse que ambos vivían dándose la espalda. Hasta hoy. Ahora duermen juntos el sueño eterno en la catedral de la Almudena. Más vale tarde.

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LOS AFINES A CARMEN, ¡¡PRESENTES!!

El culto a los difuntos no está exento de su buena dosis de morbo. En el caso del fallecimiento de Carmen Franco, existía un interés malsano por conocer quiénes irían al tanatorio y al entierro. Con bastante probabilidad serían los mismos que en su día presumieron de franquistas y han justificado ciertas actuaciones de los herederos del dictador, como la apropiación indebida del Pazo de Meirás, sobre el que todavía no se ha dicho la última palabra.

Una de las presencias más significativas, si no la que más, fue la de Antonio Tejero, ex teniente coronel de la Guardia Civil y artífice del intento de golpe de Estado en 1981. También Villar Mir (fue ministro con Arias Navarro), Luis Miguel Rodríguez, ex novio de la nietísima y franquista redomado. Tampoco faltaron personajes de la prensa del corazón, como Isabel Preysler y Nuria González, ‘Pocholo’ Martínez Bordiú, sobrino de la fallecida, Paloma Cuevas, Cuqui Fierro, una nutrida representación de ex (los herederos de Franco se han casado y descasado mucho), Morante de la Puebla, Miriam Ungría y la señora de las infinitas pelucas, que a punto estuvo de dejar la que llevaba puesta a merced de una ráfaga de aire.