24 diciembre 1996

La tensión en política en torno a su permanencia al frente de las Corts marcó los últimos días de su vida

Muere de un infarto el presidente del parlamento valenciano Vicente González Lizondo a los 20 días de haber sido expulsado de su partido

Hechos

El 23.12.1996 falleció el Presidente de las Cortes valencianas, D. Vicente González Lizondo.

Lecturas

El 18 de diciembre de 1996 D. Vicente González Lizondo, presidente de Las Corts de la Comunidad Valenciana, padece un infarto en medio de una discusión en Las Corts, su antiguo partido la Unión Valenciana, tras expulsarle, le había exigido reiteradamente la dimisión y este había bajado a su escaño para defenderse de estas acusaciones cuando padeció el infarto. Muere el 23 de diciembre de 1996

El periódico Las Provincias de Dña. María Consuelo Reyna, aliado del fallecido, le despido con un afectuoso artículo de su directora, Dña. María Consuelo Reyna Domenech, en contraste con el artículo de La Vanguardia le despiden calificándolo como ‘anticatalanista’.

24 Diciembre 1996

Vicente

María Consuelo Reyna

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Cuando todos empezábamos a estar optimistas, cuando todos creíamos que, una vez más ¿la quinta?, habías vencido a la muerte, tu maltrecho y cansado corazón dijo basta, ya no puedo más.

Que mala faena nos has hecho, Vicente, marchándote cuando, con tu desprecio habitual hacia la enfermedad hacia el dolor, parecía que habías vuelto a dar esquinazo a la muerte.

Quizá debería hablar de ti como el político controvertido, amado y odiado, como el hombre que consiguió llevar el valencianismo político adelante, como el excelente presidente de las Cortes que has sido durante este último año y medio. Pero ante todo y sobre todo. Vicente, te recuerdo y te llevaré siempre en el corazón, como el hombre que, a su aire, luchó contra viento y marea para que la Real Senyera fuera la bandera de la Comunidad Valenciana… Con ese triunfo, Vicente, se cambio la historia, y eso era lo que quizá algunos no te perdonaban.

Recuerdo aquella ya lejana época, las manifestaciones, tu apasionamiento, tu entrega total y absoluta… Tu intuición, que pocas veces te ha falldado, te dijo que era una batalla que había que dar. Y la diste junto con otros muchos seres anónimos que hoy estarán, estaremos, junto a ti.

Se me parte el corazón, Vicente, al tener que escribir esto. A lo largo de estos años hemos luchado juntos por los símbolos, hemos discutido, discrepado y, desde esta misma columna, te he criticado un montón de veces (‘menudo palo me das hoy’, te quejabas), pero la amistad ha permanecido inalterable por encima de las cuestiones políticas porque estaba cimentada por encima de cualquier otra cosa, en el amor a nuestra tierra.

Eso se ha terminado. Ya no podremos discutir. Ni tomar café por las mañanas. Ni pelearnos por las cuestiones políticas. Se acabó. Pero tu obra no. Tu obra, tu lucha por el valencianismo, ha dejado huella. Y si no hubiera sido por ti, y por personas como tú, hoy todo sería muy distinto. Esa obra permanecerá y puedes sentirse orgulloso de lo que has hecho en tu vida, desgraciadamente muy breve.

Queridos Teresa, Olivia, Diana, Vicente y Fernando… ¿qué puedo deciros en estos momentos? Vais a estar rodeados de gente, arropados y acompañados por el cariño de miles de personas, pero el vacío que deja Vicente, es muy difícil de llenar, es el inmenso desconsuelo que deja la muerte de un padre, un esposo que, aunque entregado con toda el alma a al política, tenía el corazón lleno a rebosar de amor por vosotros. Y eso no ha desaparecido. Ese profundo y tierno amor os acompañará siempre desde allá arriba, desde el cielo. Os quiero y me uno, como tantos valencianos, a vuestro dolor.

María Consuelo Reyna

El Análisis

INFARTOS A LA VALENCIANA

JF Lamata

¿Qué tendrá la política valenciana que hasta en tres ocasiones ha causado infartos célebres contra políticos en activo? D. Vicente González Lizondo parecía dispuesto a luchar contra sus compañeros de partido que le acaban de expulsar para defender su asiento en Las Corts. Al pobre hombre le falló el corazón en plena batalla y se quedó en el sitio.

A una gran aliada política del Sr. Lizondo, la dirigente del Partido Popular Dña. Rita Barberá le fallaría el corazón poco después de ser expulsada del Partido Popular que se negó a respaldarla cuando varios colaboradores suyos aparecieron implicados en corrupción.

La comunista Dña. Gloria Marcós logró sobrevivir, pero también sufrió un infarto en pleno parlamento valenciano mientras los diputados de Compromís debatían como proceder a pegarle el patadón.

Nótese que los grandes ataques cardiacos son siempre en peleas internas entre miembros de mismo partido. Como decía la frase: «en frente están los adversarios, los enemigos están con nosotros».

J. F. Lamata