12 abril 1995

Su hija es demócrata y militante del PSOE

Muere el capitán de Navío Camilo Menéndez Vives, condenado por apoyar el 23-F y por enfrentarse a gritos con Martín Villa y Gutiérrez Mallado con la frase: «¡Por encima de la disciplina está el honor!»

Hechos

El 12 de abril de 1995 falleció D. Camilo Menéndez Vives.

Lecturas

PADRE GOLPISTA, HIJA DEMÓCRATA

Dña. Maru Menéndez es militante de UGT y PSOE defensora declarada del sistema democrático frente a los ideales de su padre, simpatizante de Fuerza Nueva / Frente Nacional de D. Blas Piñar López, con el que está emparentado.

13 Abril 1995

Camilo Menéndez Vives

ABC (Director: Luis María Anson)

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Ayer falleció en Azuqueca de Henares (Guadalajara) el capitán de navío Camilo Menéndez Vives, a los setenta y cuatro años. Menéndez Vives fue procesado y condenado a un año de prisión por el asalto al Congreso de los Diputados del 23 de febrero de 1981. En noviembre de 1982 pasó a la situación de retiro forzoso, meses después de haber solicitado el pase a la reserva activa tras conocer la sentencia del juicio por el 23-F. Menéndez Vives, autodenominado ‘componente naval’ de aquellos sucesos, había protagonizado en sus últimos años de actividad diversos incidentes que le ocasionaron cambios de destino o sanciones.

27 Abril 1995

Crítica a Necrología

Manuel Ángel Vieitez Pérez

Secretario General de la Hermandad Nacional de Combatientes Requetés

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Con fecha 13 de abril fue publicada en ABC una nota necrológica con motivo del fallecimiento del capitán de navío Camilo Menéndez Vives que en parte es digna de agradecer.

Sin embargo, queremos hacer constar que hasta ni en la hora de la muerte se deja de destacar la parte negativa, incluso con errores, pasando por alto su parte positiva, como es el que fue voluntario a los 16 años en el Tercio de Requetés de San Marcial, y seguidamente en la Marina, en la cruzada, llegando a capitán de navío por méritos propios, diplomado de Estado Mayor en la Marina y en el Aire y profesor de la Escuela Superior de Guerra en la Marina, en Madrid.

Que si bien es cierto que fue condenado a un año de prisión con motivo del intento de golpe de Estado del 23-F, conviene aclarar que no intervino para nada en la preparación del mismo y que acudió al Congreso cuando ya los participantes habían desistido del mismo, para acompañar en los momentos más amargos a su amigo el teniente coronel Tejero. Lo que dio lugar, así como por su conducta humanitaria, reconocida por los testigos, a que fuera condenado sólo a dicha pena, a consecuencia de la cual le obligaron a pasar a la reserva.

También se omite que fue un firme creyente en Dios, la Patria, así como en la Monarquía tradicional y un declarado enemigo del terrorismo, de la corrupción y del separatismo, y que una de las más duras amonestaciones fue con ocasión de salir en defensa del homenaje que varios compañeros de un general asesinado y dos militares más por ETA, cuando en su despedida entonaban el himno de Infantería, al pretender hacerlos callar al grito de ‘Disciplina, Disciplina’, contestó de acuerdo con las Ordenanzas con aquella frase de que ‘Por encima de la disciplina está el honor’.

 

23 Febrero 2011

Maru Menéndez: "En cuanto supe del golpe del 23-F pensé en mi padre"

Lola Galán

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Llega puntual a la cita, y eso que su agenda es apretada. Maru Menéndez, nacida en Ferrol hace 51 años, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, dice que le dedica 14 horas diarias a su trabajo político. Y que le encanta. Viene de una reunión, precedida por un desayuno con la ministra de Defensa, y le esperan varias citas más, incluida una comida inaplazable. Por eso acepta compartir con EL PAÍS solo unas tapas y unas bebidas, para hablar de sus recuerdos del 23-F.

Pide una coca-cola para acompañar unas exquisitas croquetas de jamón que saborea despacio. «En la comida no podré abrir la boca», se ríe. «Me gusta comer, me gusta disfrutar de la vida». Lo dice con la autoridad de quien ha sufrido algunos serios zarpazos en su vida. Hace siete años superó un cáncer de pecho, y hace 30 se dio de bruces con la realidad de que era la hija de un golpista.

Su padre, el capitán de navío Camilo Menéndez Vives -fallecido en 1994-, fue el oficial de mayor graduación de los que ocuparon el Congreso el 23 de febrero de 1981. Conocido por su devoción franquista, y por un famoso enfrentamiento con el teniente general Gutiérrez Mellado en un funeral, no dudó en respaldar a Tejero.

Maru Menéndez era ya una joven independiente cuando se produjo la intentona. Llevaba un año casada y estudiaba Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. «Sufrí un adoctrinamiento ideológico muy fuerte en mi casa. Hasta que llegué a la Universidad, y descubrí que había otro mundo. Y me hice roja»dice, mientras prueba, distraída, una berenjena con miel. Su transformación ideológica no fue sin costes ni traumas. Las relaciones con su familia distan de ser óptimas, aunque su madre, «una mujer maravillosa», está por encima de las querellas.

Fue su madre, precisamente, la primera persona a la que llamó aquella tarde, cuando el decano de la facultad les reunió para contarles que había habido un golpe, y pedirles que volvieran a sus casas. «Enseguida pensé en mi padre. Llamé a mi madre y me dijo: ‘No pasa nada. Estate tranquila». Esa noche, que pasó en vela, se enteró por la radio de que su padre estaba con Tejero. ¿Era solo un espontáneo que se sumó a la asonada? «No lo sé, no lo sabemos. El golpe no está todavía completamente claro. Es hora de que se desclasifiquen papeles», dice.

Para cuando la camarera trae el pulpo y el ragú de setas, Menéndez está ya inmersa en el pasado, en las turbulencias dolorosas de aquel histórico día. «Lo viví con una doble congoja. Como una ciudadana más, sentí que era un retroceso democrático, una pérdida de libertades, y luego además, estaba la congoja personal». Dos años después ingresaba en UGT, luego en el PSOE. «En la familia socialista he encontrado mucho afecto, y es un afecto compartido, no me he sentido estigmatizada nunca», dice. ¿Le duele recordar el golpe? «No creo que se deba olvidar. La historia hay que recordarla. Además tuvo el efecto positivo de afianzar la conciencia democrática. Y este 30º aniversario tiene que servir para revalorizar el papel de la política, ahora que los políticos estamos poco valorados».