20 diciembre 2011

El nieto de Kim Il Sung representa la tercera generación de la familia Kim en el poder

Muere el dictador comunista de Corea del Norte, Kim Jong Il, que será reemplazado por su hijo Kim Jong Un

Hechos

El 19.12.2011 murió Kim Il Sung, Jefe de Estado de la República Democrática de Corea, al que los medios públicos del citado del país identificaban como ‘Querido Líder’.

20 Diciembre 2011

El tercer Kim

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La generación de los nietos ha llegado, al menos formalmente, al poder en Corea del Norte, la dictadura más recóndita, incomprensible e incompetente que se conoce desde la última guerra mundial. El sábado murió Kim Jong-il, que gobernaba el país desde 1994, a la desaparición de su padre, Kim Il-sung, primer presidente y fundador del régimen comunista, tras la guerra de Corea, que él mismo desencadenó en 1950.

Kim Yong-un, de 28 o 29 años, hijo del fallecido y tercera generación en el liderazgo norcoreano, está llamado a presidir una transición que las cancillerías occidentales estiman difícil y que hasta el poder tutelar de Pekín debe ver con aprensión. El hecho de que la noticia se hiciera pública solo a las 48 horas de la muerte de Kim Jong-il hace pensar que hubiera lealtades que confirmar en el seno del Ejército, sin el cual no se puede ser presidente de una nación que vive al borde de la hambruna epidémica, y que solo confía su salud -política- al arma nuclear. Corea del Norte ha detonado bombas atómicas en 2006 y 2009 y puede tener combustible para siete u ocho más. En 2010 provocó dos incidentes militares en los que murieron, según Seúl, más de 50 soldados surcoreanos, por lo que Corea del Sur puso ayer en estado de máxima alerta sus Fuerzas Armadas.

Pyongyang sostiene desde los años noventa inacabables conversaciones, notablemente con Washington, sobre su eventual abandono del arma nuclear, para lo que se cree que exige la firma de un tratado de paz en debida forma con Estados Unidos, que lo abrigue de una invasión a lo Irak. Pero, con tratado o sin él, Occidente debería aprovechar la ocasión para hacer las representaciones más constructivas que fuera posible, a Pyongyang, a fin de que el tercer Kim comprendiera que solo una apertura al mundo puede resolver los problemas de esa reliquia estalinista que es Corea del Norte.

20 Diciembre 2011

El régimen escenifica su poder total

Georgina Higueras

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Vestido con el sempiterno uniforme kaki y cubierto con un lienzo rojo, el cuerpo de Kim Jong-il fue expuesto hoy en el palacio Kumsunsan, que alberga el mausoleo con la momia de su padre y fundador de la República Popular Democrática de Corea, Kim Il-sung, fallecido en 1994. La televisión nacional mostró distintas imágenes del catafalco de quién la presentadora llamó: “Nuestro querido líder, que nos guió y lo sacrificó todo por la reunificación del país y por su pueblo”. El heredero de la única dinastía comunista existente, Kim Jong-un, rindió tributo a su padre, junto con altos mandos del Ejército y del Partido del Trabajo.

En las calles del país, mientras tanto, se sucedían las escenas de llanto, a veces histérico, y los golpes de pecho, según mostraba la televisión norcoreana y reproducía el principal canal surcoreano. Gentes de todas las edades depositaban flores en señal de duelo delante de las grandiosas esculturas y pinturas de Kim Il-sung, con su hijo Kim Jong-il, que iluminan Pyongyang, la capital del paraíso.

Por extraño que parezca, muchas de las lágrimas que se derraman estos días son espontáneas. La gran mayoría de los 24 millones de norcoreanos no sabe qué existe más allá de sus fronteras. Jamás ha escuchado nada peyorativo sobre sus líderes, sino las mismas machaconas frases sobre la “bondad”, el “trabajo” y el “esfuerzo” de sus dirigentes, que luchan a capa y espada contra el “imperio del mal” estadounidense y japonés que pretende ocupar la “sagrada tierra” de Corea.

El heredero de la única dinastía comunista existente, Kim Jong-un, rindió tributo a su padre, junto con altos mandos del Ejército y del Partido del Trabajo.
Solo hay una cadena de televisión, varias emisoras de radio que se conectan a la central para dar las noticias y unos cuantos periódicos. No hay acceso a Internet y los móviles –que están prohibidos pero entran de contrabando desde China- solo tienen cobertura nacional. De ahí que muchos norcoreanos se sientan huérfanos a la muerte del “padrecito”, como los soviéticos llamaron a Josif Stalin.

Tras muchos titubeos, el Gobierno surcoreano optó por expresar sus condolencias al pueblo norcoreano, dejando claro que no daba el pésame al régimen por la pérdida del dictador. Seúl anunció que no enviará ninguna delegación al funeral. El ministro de la Reunificación, Yu Wook-ik, indicó, sin embargo, que se permitirá viajar a Pyongyang a los familiares del fallecido presidente Kim Dae-jung y a los del también fallecido presidente de la corporación Hyundai, Chung Mong-hu, porque Pyongyang mandó delegaciones cuando estos murieron.

Desde la llegada al poder en 2008 del conservador Lee Myung-bak las relaciones con el Norte han sufrido un fuerte retroceso, agravado el año pasado por el hundimiento norcoreano –aunque lo desmiente categóricamente- de la fragata Cheonam, que costó la vida a sus 46 tripulantes, y por el incidente en el islote de Yeonpyeong, cuya soberanía surcoreana no reconoce el Norte, y donde los dos vecinos se enzarzaron a cañonazos y murieron dos civiles. Fue uno de los percances más peligrosos ocurrido entre los dos países desde el final de la guerra (1950-1953).

Crisis en Corea del Sur

La muerte de Kim Jong-il ha desatado una crisis interna en Corea del Sur porque el vecino líder murió en la mañana del sábado y solo fue hecho público 50 horas después. La oposición ha criticado al Gobierno porque después del enorme gasto en espionaje “es inadmisible” que el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) se enterara por la televisión, como ha reconocido en una sesión a puerta cerrada en el Parlamento el director del NIS, Won Sei-hoon.

El féretro de Kim Jong-il se encuentra protegido por una urna de cristal y sobre un túmulo rodeado de centenares de kimjongilias, una especie de begonias gigantes rojas conseguida en 1988 por el botánico japonés Kamo Motoredu, tras 40 años de investigación para cambiarle el ciclo de floración y el tamaño. Bautizada con el nombre del desaparecido líder, esta flor de un rojo intenso simbolizó para Kim Jong-il la alegoría revolucionaria y representó el culto a la personalidad del fallecido líder, que inundó de kimjongilias el país durante los 17 años de su reinado. Un manto de flores blancas a todo alrededor completa el cuadro.

El féretro de Kim Jong-il se encuentra protegido por una urna de cristal y sobre un túmulo rodeado de centenares de kimjongilias
Hoy los visitantes fueron todos altos funcionarios, pero a partir de mañana, decenas de miles de personas llorosas formaran colas kilométricas para, en la mayoría de los casos, ver a su líder de cerca por primera vez. El cuerpo estará expuesto hasta el día 27. El 28 se celebrará una “solemne ceremonia de despedida” y el 29 “un servicio nacional de conmemoración”. Esto podría significar que, al igual que su padre, los restos de Kim Jong-il podrían ser momificados, pero hasta el momento no se ha descartado oficialmente ni el entierro ni la incineración.

Según el Comité Nacional del Funeral, que preside su hijo Kim Jong-un –cargo que dentro del lenguaje comunista ostenta el nuevo líder-, “todas las instituciones y empresas” de todas las “provincias, ciudades y distritos” celebrarán las mismas ceremonias a las mismas horas.

Corea del Sur ha decidido suspender, al considerar que “no es el momento adecuado”, la iluminación durante tres días de tres gigantescos árboles de Navidad colocados en las colinas cercanas al vecino país. La iluminación, que debía comenzar el viernes próximo, era considerada por Pyongyang un “acto de propaganda inadmisible” tanto por el carácter occidental de la Navidad como por el derroche de luz en un país con larguísimos cortes de electricidad. El régimen norcoreano había amenazado con represalias. Al menos en este punto, la muerte de Kim Jong-il ha rebajado la tensión entre los dos vecinos.

Tanto el Ejército del Norte como el del Sur se encuentran en estado de alerta, aunque la situación es de normalidad. El Norte suspendió unas maniobras militares que realiza todos los años y los soldados volvieron a sus cuarteles. El Sur ha colocado también en alerta a todos los funcionarios de la Presidencia y del Ministerio de Exteriores por si se desatara una crisis.

Esta tarde un centenar de veteranos de guerra conservadores se manifestaron en el centro de Seúl para celebrar la muerte del dictador y pedir la disolución de la dinastía comunista. No hubo incidentes.

29 Septiembre 2010

Corea del Norte, nuevo jefe para el campo de concentración

Ramón Lobo

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Corea del Norte no es un Estado, es una secta. Un régimen estalinista hereditario que acaba de elegir a Kim Jong-un, El Brillante Camarada, un joven cercano a los 28 años, para que dirija en el futuro un país convertido en una inmensa cárcel para la mayoría de sus 24 millones de habitantes. No hay derechos, ni libertad de expresión, reunión y manifestación. Tampoco una red sanitaria en condiciones ni escuelas que enseñen algo de provecho más allá de ensalzar a Kim Jong-il, El Querido Líder.
El adoctrinamiento de los súbditos, que no ciudadanos, es absoluto, desde el nacimiento hasta la muerte. Un Gran Hermano orweliano permanente. No existen grietas ideológicas aparentes ni visibles y aquellos que se permiten el lujo de la duda acaban en campos de internamiento. En las hambrunas de los noventa murieron millones de norcoreanos. Nadie tiene acceso a otra información que la suministrada por el régimen. En Corea se venden aparatos de radio y televisión con las frecuencias bloqueadas para que solo se puedan escuchar las emisoras oficiales. Sintonizar la BBC o La Voz de América es alta traición. Está prohibido salir de la aldea de residencia sin permiso oficial. La actual carestía ha forzado un avance, que lleva a John Simpson (gran reportero de la televisión pública británica) a preguntarse si Pyongyang ha optado por el modelo chino de apertura. Un ejemplo: la policía es ahora permisiva con los campesinos que venden sus productos en las calles para subsistir.

Las ONG de derechos humanos calculan que más de 250.000 personas viven en campos de reeducación o de internamiento. Entre 250.000 y medio millón de norcoreanos han escapado o tratado de escapar hacia China, el protector último del régimen. En Corea del Norte es obligatorio portar en el pecho un pin rojo con el rostro del líder Kim Jong-il o de su padre, Kim Il-sung. Los delitos graves se llegan a pagar durante tres generaciones. Hay personas encarceladas hoy por algo que hicieron sus abuelos. La arbitrariedad es absoluta porque eso es la esencia del miedo.

Las noticias no se entienden, pero se nota el tono monocorde.
El último régimen estalinista es, además, el primer país comunista gobernado por una familia real que se sucede a sí misma. Kim Il-sung, El Supremo Líder, fundó en 1945 la República Popular de Corea del Norte en su versión actual. En 1980 escogió a su hijo Kim Jong-il (el actual jefe), que debió esperar hasta 1994 para asumir el poder pleno a la muerte de su padre.
Ahora Kim, visiblemente desmejorado tras sufrir un infarto hace dos años, prepara a su hijo menor, Kim Jong-un, para una eventual sucesión. Según Georgina Higueras, experta de El País en asuntos asiáticos, el hijo estaría tutelado por su tío Jang Song-taek, de 64 años, casado con la hermana del Querido Líder, Kim Kyong-hui. En el proceso de sucesión tendrá un peso decisivo el Ejército, garante de las esencias.
Para seguir la dinastía recomiendo este quién es quién preparado por la BBC.
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Conferencia de Dong Hyuk-shin, organizada por GoogleTech, que incluye el documental Born and raised in concentration camp.

Kim Jong-il vive en su burbuja de poder y adulación. Dicen que es un hombre obsesionado por el cine. Posee una colección de 20.000 películas de Hollywood. Los que le conocen sostienen que es menudo, 157 centímetros, que eleva gracias a unas alzas en el calzado y un pelo de la cabeza bastante cardado.
No es como el iraquí Sadam Husein, quien vivió años de las apariencias (de tener armas de destrucción masiva). Corea del Norte ha construido varias bombas atómicas y exhibe ese poder sin rubor. Sabe que la diferencia entre la propaganda bravucona y el arsenal real es obvia: con las armas sobre la mesa siempre se negocia mejor. Así hay mucha paciencia.
Lectura recomendada sobre el terror: Una tumba para Boris Davidovich de Danilo Kis.

21 Diciembre 2011

'Kimlandia', la dictadura de cristal

David Jiménez

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Tiene 100.000 metros cuadrados, está rodeado de inmensos lagos con cisnes y en sus jardines se han plantado árboles traídos desde todos los rincones del mundo. El dictador norcoreano Kim Jong-il descansa ya en el Palacio Memorial de Kumsusan, el mausoleo que a partir de ahora compartirá con su padre y fundador de la patria Kim Il-sung.

Vestido con su habitual uniforme color caqui, en el interior de un sarcófago de cristal, el cadáver del Querido Líder fue mostrado ayer por primera vez desde que se anunciara el fallecimiento a sus compatriotas. «La nación entera llora la muerte cruel y súbita del padre esclarecedor de la nación», anunció la agencia de noticias oficial KCNA.

El dirigente norcoreano, fallecido el pasado sábado a los 69 años de un ataque al corazón, recibió las visita de los principales hombres fuertes de su régimen y de su sucesor, el menor de sus hijos Kim Jong-un. La televisión oficial retransmitió los honores al fallecido y sus locutores volvieron a pedir insistentemente lealtad hacia el heredero, de tan sólo 29 años y sin ninguna experiencia política o militar. La desaparición del líder ha demostrado que detrás de las armas nucleares y la represión, Kimlandia es una dictadura de cristal que depende de la mitología que rodea a una sola familia para mantenerse en pie.

Los Kim -abuelo, padre y ahora hijo- han dirigido la nación desde su fundación tras la II Guerra Mundial y la división de la península entre el norte comunista y el sur capitalista. El régimen necesita ahora acelerar el culto a la personalidad de un líder especialmente vulnerable a las luchas de poder y a las intrigas de las diferentes facciones norcoreanas.

La visita de Kim Jong-un al mausoleo para despedir a su padre fue acompañada de loas al que ya llaman Gran Sucesor y salutaciones respetuosas por parte de los generales más poderosos del país, cuyo padrinaje decidirá en estos días la suerte del delfín, un desconocido veinteañero aficionado al baloncesto y al cine de acción.

La muerte del Querido Líder ha sido utilizada por el departamento de propaganda para alentar la unidad nacional y reafirmar la naturaleza totalitaria de Pyongyang. Miles de personas siguieron postrándose por segundo día ante las estatuas del líder y escenificando su dolor con reacciones histéricas y llantos públicos contrarios al pudor normalmente mostrado en las culturas asiáticas. ¿Quiénes fingían temían no mostrar el suficiente luto o lo sentían sinceramente? En Corea del Norte, el país más aislado y represor del mundo, no es posible saberlo.

Sólo los dirigentes y las personalidades pudieron entrar en el Palacio de Kumsusan para despedirse de cerca del hombre que ha dirigido con mano de hierro sus destinos durante los últimos 17 años. El país inició el lunes 11 días de luto que terminarán tras los funerales por el líder fallecido, previstos para el 28 de diciembre. Pyongyang ha confirmado que no piensa invitar a delegaciones diplomáticas extranjeras a los actos y Corea del Sur anunció que no tenía previsto enviar a ningún miembro de su Gobierno. Será un acto de reafirmación de la última nación estalinista pura del mundo.

La posibilidad de que la última potencia nuclear viva una transición problemática siguió ayer preocupando a surcoreanos, japoneses y estadounidenses, que acordaron ofrecer una respuesta conjunta a cualquier desafío que proceda de Pyongyang.

Más allá de los tradicionales enemigos de Corea del Norte, el país con más interés en lo que está ocurriendo es China, su único aliado incondicional. Pekín se apresuró a reconocer a Kim Jong-un como el legítimo sucesor al poder y extendió una invitación para que visite China «en el momento de su conveniencia».

La importancia que China da a esa relación quedó reflejada en la visita que el presidente chino, Hu Jintao, realizó a la embajada norcoreana para mostrar sus condolencias. Ambos países mantienen una alianza inquebrantable desde que tropas chinas ayudaron a Corea del Norte en su guerra contra Corea del Sur y Estados Unidos (1950-1953).

Pekín vería como una amenaza para su estrategia regional la creación de una Corea unida, capitalista y aliada de los americanos junto a su frontera. China será, probablemente, la mejor garantía de supervivencia para el novel Kim Jong-un.

21 Diciembre 2011

Cuento chino

Carmen Rigalt

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La muerte de Kim Jong-iI nos ha metido un poco más el gusanillo de la curiosidad en el cuerpo. Líder de Corea del Norte durante 17 años, era hijo de Kim il-sung, y padre de Kim Jong-un, que ahora le sucederá. Todos pertenecen a la dinastía Kim. Una dinastía comunista, algo estrafalario y metafísicamente dificil.

La curiosidad periodística es proporcional a la distancia. Cuanto más cerca se halla el foco, más grande es la noticia. Corea (del Norte) está lejos de todas partes, excepto de China, y no sólo por la distancia geógrafica: también por la informativa. Los países opacos pillan completamente a trasmano. Albania, que cae a mitad de camino de Turquía, está igual de lejos que Corea porque no ha producido información para el exterior.

Desde el lunes, los telediarios ofrecen imágenes de gente llorando la muerte del caudillo con grandes aspavientos. Niños, hombres regorditos y con el pelo como un casco, militares de graduación, ancianos: todos lloran. Las lágrimas tienen efectos miméticos. Cuando muere un dictador, la gente derrama lágrimas como descosida. Hay suficientes ejemplos en la reciente historia. Aquí, sin ir más lejos, se lloró en su día la muerte de Franco. Por suerte, en la asepsia democrática, los políticos viven y mueren sin conmover a nadie. Cuanto más democráticos y más asépticos, menos alarde de emociones. Un jefe de Estado no es un padre, y las identificaciones que se han hecho en este sentido sólo han traído desgracias.

Desde hace años, Occidente señala a Corea del Norte como el espíritu del mal. Cierto es que el país vive encastillado en su régimen, pero no podrá resistir mucho los embates de las libertades. Sobre todo, el de la información. El día que el joven Kim Jong-un descubra Twitter, se acabará la fiesta.

Corea del Norte es una reliquia y así lo considera su propio Gobierno, que ofrece tours para que los americanos conozcan las maravillas del parque temático. Del juguete nuclear que guardan los Kim en la despensa, nada se sabe. Ese es el pretexto utilizado por Occidente para reforzar su marcaje al Gobierno de Pyongyang. Un pretexto cínico, pues hasta ahora el país que peor ha usado las armas nucleares ha sido EEUU.

En Corea, las esencias comunistas están aliñadas de morbo. Pese a su hermetismo, el régimen ha prohijado a un único occidental que ejerce de ministro ambulante (delegado especial, dice él). Se llama Alejandro Cao de Benós de Les y es un aristócrata español.

«El día que el joven Kim Jong-un descubra Twitter, se acabará la fiesta en Corea del Norte»