22 enero 2003

Fue uno de los fundadores de la formación política Izquierda Unida junto al PCE en 1986

Muere Jaime Miralles, el abogado monárquico que se la jugó por defender a comunistas durante la dictadura franquista

Hechos

En enero de 2003 falleció el abogado D. Jaime Miralles

22 Enero 2003

Jaime Miralles, la lealtad monárquica

Fernando Álvarez de Miranda

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Nos ha dejado Jaime Miralles; ejemplo hasta el último día de una vida de entrega a sus ideales monárquicos y de servicio a la causa de los derechos humanos.

Compartí con Jaime momentos de esperanza en las horas inciertas del franquismo y pude comprobar su entereza ante la adversidad y su capacidad para vencer el desfallecimiento. Hay en su vida gestos ejemplares, como en junio de 1962, en el marco del Congreso Internacional del Movimiento Europeo, donde, junto a otros combatientes del bando «nacional» como Joaquín Satrústegui y Vicente Piniés, da el paso decisivo para superar el abismo de la España cainita y se reúne a dialogar con quienes habían combatido en el otro bando «republicano», consiguiendo que de verdad aquel día de junio de 1962, como dijera Salvador de Madariaga, terminara la Guerra Civil. Aquel gesto, que hoy parece casi trivial y sin importancia, fue el primer paso -siempre el más difícil- de la reconciliación entre los españoles, divididos por la sangre y el rencor.

Porque tu paso, Jaime, fue quizá el más complicado y significativo teniendo, como tenías, presente en la memoria el recuerdo de tus hermanos muertos en el frente de batalla. Los hombres de Unión Española hicisteis posible con aquella apertura que apareciera en el horizonte de la oposición antifranquista la opción de una monarquía liberal y democrática.

Durante los meses de confinamiento en Fuerteventura, pasados a veces con algo de monotonía y depresión, tu temple siempre despierto no permitía retroceso alguno en nuestras posiciones. La colección de tus telegramas dirigidos al ministro de la Gobernación y al gobernador civil de Las Palmas es el mejor testimonio de que jamás claudicamos ni nos humillamos.

Junto a este rasgo de firmeza que tanto te ha caracterizado, recuerdo también tu aspecto humano, cordial y entrañable ayudando en un difícil parto a una majorera a la que no pudieron trasladar al hospital y que gracias a tu ayuda pudo salvar la vida de su hijo.

Jaime, amigo, qué largas noches hablando con Joaquín y Jesús de nuestras inquietudes en aquel clima asfixiante de los años 1962 y 1963. Al regreso del confinamiento de Fuerteventura seguimos la línea marcada y, aunque el camino no fue cómodo, siempre tuvimos la imaginación y el coraje necesarios para recorrerlo.

Los tribunales de Madrid son testigo de tu entrega en la defensa de los derechos humanos y fuiste el principal valedor de los militares de la Unión Militar Democrática. Hoy tenemos felizmente un régimen constitucional consolidado y la institución monárquica es una parte esencial del mismo. Jaime Miralles, leal con su Rey, fiel a la dinastía, entregado a la defensa de quienes padecieron persecución, fuere donde fuere, valedor de los derechos humanos, permíteme que te recuerde siempre como el amigo que fuiste: firme, fuerte y siempre señor.

Pronto volveremos a vernos, allá donde sea, porque «tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero».