1 junio 2006

Muere la cantante María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado «Rocío Jurado», esposa del torero José Ortega Cano

Hechos

El 1 de junio de 2006 fue noticia.

Lecturas

D. Amador Mohedano, hermano de la cantante, fue el encargado de anunciar el fallecimiento de la cantante con apenas 60 años.

D. José Ortega Cano, su marido, estuvo al lado durante toda su enfermedad.

EL RESPETO DE JESÚS MARIÑAS SÓLO DURÓ 30 DÍAS

D. Jesús Mariñas participó en el especial de ANTENA 3 TV sobre la muerte de Dña. Rocío Jurado el día 1.06.2006 en el que se mostró respetuoso hacia la fallecida: “No sólo se me ha ido una amiga y una artista irrepetible, se ha ido parte de mi vida”.

 El 30.06.2006 el programa ANTENA 3 TV emitió otro especial sobre Dña. Rocío Jurado. En él D. Jesús Mariñas arremetió contra el viudo de la artista, D. José Ortega Cano:

«Ortega Cano y Rocío Jurado iban a separarse pero la enfermedad de ella lo impidió».

«Ella llegó a decirme que podía ser la lesbiana más grande de España. Eso me lo dijo a mío Rocío Jurado y que venga Ortega Cano a desmentir a su mujer muerta si se atreve».

«Lo que pasa es que Ortega, en la entrega de los premios de Ponferrada, se fue de los premios a la 1 de la madrugada, y no apareció ahí hasta las 4 de la madrugada».

01 Junio 2006

Canción española, flamenco y copla

EL PAÍS

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Rocío Mohedano Jurado nació el 18 de septiembre de 1944 en Chipiona (Cádiz). Dejó los estudios para aprender costura en un taller de su localidad natal cuando todavía era una niña, y ya entonces despuntaba sobre los escenarios por su torrente de voz, su imponente físico y su temperamento y poderío.

Trabajadora incansable, en los años sesenta se dio a conocer por sus intervenciones en el cine en películas como Los guerrilleros, con Manolo Escobar de galán. A finales de la década de los sesenta fue nombrada Lady España y Lady Europa.

El 21 de mayo de 1976 se casó con Pedro Carrasco, campeón mundial de boxeo. Fruto de esa relación fue el nacimiento de Rocío, el 29 de abril de 1977. Parafraseando una de sus más famosas canciones, a la chipionera y a Pedro Carrasco «se les rompió el amor de tanto usarlo», y ambos se separaron el 24 de noviembre de 1992. Ese año, Rocío se volvió a enamorar, y en esta ocasión de un torero: José Ortega Cano, con quien contrajo matrimonio el 17 de febrero de 1995. La felicidad de la pareja aumentó cuando decidió ampliar la familia con la adopción de Gloria Camila y José Fernando.

En el verano de 2004, la artista recibió un gran embate: le fue diagnosticado un cáncer de páncreas, lo que le obligó a permanecer desde entonces alejada de los escenarios y de su entregado público. Reapareció por primera vez durante las pasadas Navidades. Fue en el especial que emitió TVE, Rocío ¡…siempre!, en el que cantó con destacados cantantes españoles y latinoamericanos.

La última vez que se la pudo ver en público fue el pasado 10 de enero en una entrevista, también en TVE, con el periodista Jesús Quintero. Unos días después, unos dolores agudos la llevaron de nuevo al Hospital MD Anderson de Houston (Estados Unidos), donde le trataban el cáncer de páncreas. Allí fue operada de urgencia. Una reacción alérgica al tratamiento de quimioterapia la puso ya entonces al borde de la muerte.

Rocío Jurado volvió a Madrid el pasado 24 de marzo y quedó ingresada en el hospital Montepríncipe de Madrid. Hoy ha fallecido como han transcurrido los últimos meses de su vida: rodeada de sus seres más queridos.

Rocío Jurado cantó a los más grandes en una carrera de más cincuenta años

Comenzó cantando flamenco y copla, pero se convirtió en la gran señora de la canción española. Más de cincuenta años de música durante la que cantó a los más grandes, desde Quintero, Quiroga, Solano y León, a Manuel Alejandro, José Luis Perales, Juan Pardo o Bebu Silvetti.

Los inicios de La Jurado tienen un aire flamenco. Poco después de aterrizar en Madrid desde su Chipiona natal, trabajó en los tablaos flamencos El Duende de Gitanillo de Triana, donde conoció a Pastora Imperio y Concha Piquer, y La Cuevas de Nerja, donde entró en contacto con Manolo Escobar, que más tarde la contrataría para participar en su espectáculo Pregón de Amores.

Aunque grabó sus primeros temas en 1964, el primer álbum completo no apareció hasta 1969. Titulado Rocío Jurado, estaba formado por canciones melódicas españolas originales, muy en la línea de los siguientes, Amor marinero (1974) y De ahora en adelante (1978), y con incursiones en la copla con Rocío y Soy de España, ambos de 1975.

La famosa tonadillera dejó a un lado el flamenco para centrarse en la copla con su primer espectáculo, Pasodobles (1967), un montaje con temas de Quiroga y Quintero y acompañada por Rosita Ferrer, que la lanzó a la fama en el Teatro de la Zarzuela.

La colaboración con manuel Alejandro marcó un antes y un después en la carrera de Rocío Jurado. Con él se pasó al género de canción española y comenzó su ascenso en la década de los setenta. El fue el autor de temas tan populares como Si amaneceLo siento, mi amor¿A que no te vas?Como una olaSe nos rompió el amor o Sevilla mora.

Esta colaboración continuó durante los ochenta, la plenitud musical de Rocío Jurado. De esta época son los álbumes Señora (1980), que contiene los principales cortes de su carrera, entre los que figura Como yo te amo o Ese hombre; seguido de Como una ola (1981), que daba nombre al álbum se convirtió en el himno de los mundiales de fútbol de 1982 de España; Desde dentro(1983) y Paloma brava (1985). A finales de esta década publicó ¿Dónde estás, amor?(1987); Canciones de España: A mi querido Rafael León (1988), un homenaje al compositor Rafael de León y Quiroga; y Punto de partida(1989), con letra y música de Juan Pardo. Sus actuaciones más famosas se remontan a 1985 frente el presidente Reagan y en la Expo’92 con Azabache, donde cantó junto a Imperio Argentina, Juanita Reina y María Vidal.

Abrió la década de los noventa por todo lo grande con el álbum Rocío de luna blanca y el navideño Nueva Navidad, luego vinieron Sevilla (1991) y Como las alas al viento (1993), con canciones de Agustín Abellán muy aflamencadas. Ese mismo año se publicó la banda sonora de La Lola se va a los puertos. Juan Pardo compuso para ella en 1994 Palabra de honor y en 1998 publicó Con mis cinco sentidos, que tenía canciones de Rafael del Estad (Me ha dicho la luna) y Antonio Burgos que le escribió el homenaje a Lola de España y el tributo a su esposo, José Ortega Cano, en Va por usted.

Comenzó este siglo en el Teatro Real, donde ya había actuado en 1986 y 1998, e interpretó versiones de Turina, Falla, Granados y Rodrigo en De las raíces al alma, Rocío más clásica que nunca. Por primera vez, las tres compañías discográficas que poseen el repertorio de Rocío Jurado, se unieron para presentar a finales de 2004 la antología más completa de la cantante, que con el título de Señora, reunía 36 canciones de la artista y 16 vídeos con sus mejores actuaciones.

El nuevo incluía sus primeros éxitos desde 1969, año en que se consagra con el disco Rocío Jurado y más concretamente, con su interpretación de Un clavel, hasta 1998, momento en el que se lanza su último disco de estudio, titulado Como las alas al viento, y dúos con Lola Flores, Juan Pardo, Ana Gabriel y José Luis Rodríguez El PumaRocío siempre es el último trabajo de la chipionera publicado hasta ahora. Salió a la venta el 31 de enero y ella ya no pudo presentarlo. En él se recoge el especial grabado para TVE los días 22 y 23 de noviembre, con un disco y un DVD que recoge lo mejor de la actuación.

David Bisbal, Chayanne, Raphael, Mónica Naranjo, Paulina Rubio, Falete, Malú, Lolita, Antonio Canales y Rosario Mohedano compartieron con ella el escenario, en el que dio un repaso a su repertorio cantando piezas como Como una olaComo yo te amoSeñoraQué no daría yoMi amante amigo,… y clásicos de la copla y el cante flamenco como Tengo miedoMi amigoUn clavel o Solita en mi balcón.

12 Julio 2006

Miscelánea Rosácea

Karmele Marchante

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El mundo del colorín está lleno de turbulencias veraniegas. Se murió «La más grande» y salieron a volar las aves de rapiña para ensombrecer las últimas voluntades de una persona que sabía lo que hacía. Continuaron proyectando sombras negruzcas y perversas sobre la relación de la artista desaparecida con su marido. La misma gente que había elevado a los altares a un Ortega Cano que no hizo sino cumplir su cometido de marido enamorado, lo arrojó a los dos días camino del Averno con la leyenda de que el matrimonio no funcionaba bien y no era amor todo lo que relucía. El reparto de la finada tampoco sentó bien en los estómagos agradecidos de quienes  siempre se habían hecho llamar sus seguidor@s y las críticas hacia el círculo de la Jurado todavía están abiertas y con pocos visos de cicatrizar.

Para mayor gloria del morbo nos sale el ex guardia civil, que hoy llora por una suegra a la que demandó y mañana suelta rebufos forenses convertidos por él en un disfraz para seguir en el púlpito del trinque.

La «Nietísima» se nos ha casado todos los días desde que comenzó el verano. Vende hasta cuando sale a ponerse el rulo. Nada nuevo en ella, la ex reina de El Pardo es ahora la idem de las exclusivas. Todo el mundo habla de ese nuevo marido como «un bonachón del Norte sin trampa ni cartón», como si ser del Norte implica eso tan tópico de bonachón. Mi alma bakala ha detectado que al «nietastro político» del dictador le gusta hacerse notar, salir en la foto y escuchar todo lo que se habla acerca de él más de la cuenta. Más de la cuenta en alguien que ha jurado ignorar lo que era una revista de esas en las que ahora sale a todas horas. La pareja vende felicidad y bonanza económica por los poros bancarios y nos lo enseñan todo. Trajes, cabañas de madera, entradas, salidas, casa rimbombante, sonrisas y unas ausencias que pesan más que las endebles presencias.

Contra toda lógica sigue el despropósito de un Julián Muñoz en la calle, una Marbella-estercolero y una Pantoja dientuda. La corrupción ha puesto el cartel de RIP a un entorno de papel-cartón.

Y ahora resulta que nuestra «pequeña duquesita» ya se casó enterada de que el torerín de plastilina no acudió al altar tan casto como se espera de un novio enamorado. He escrito mucho sobre aquella boda, de la que sólo salvo a mi «Gran Duquesa», que la pobre pone salones donde debería atemperar tanto desmadre de hijos a base de celosías.

Descendiendo en la escala de personajes y ya casi con un pie en el infierno, nos queda la peluquera oronda cuyo marido siempre está viajando. ¿Cuándo hablará la Mosquera? ¿Qué pintaba en el duelo de la Jurado? ¿Por qué aguanta a un zángano de gimnasio? Todo eso y mucho más cuando la Campanario nos pueda relatar su apasionante aventura de organizar bajas fraudulentas contra una entidad estatal que no hay quien le tosa: la Seguridad Social.