Mundial Brasil 2014: Penosa actuación de la Selección de España que es eliminada a la primera de cambio

Al calor de las derrotas más duras del fútbol español es fácil y hasta lógico caer en un juicio absolutista basado en dos resultados dolorosísimos. No se puede negar la evidencia. El momento es grave. Pero también sería faltar a la verdad no reconocer que España tiene mimbres para iniciar la reconstrucción en cuanto finalicen estas semanas de pesadilla. Afortunadamente, durante los días de vino y rosas la Federación -con el trabajo de cantera de los clubes- no dejó de trabajar y la actual generación tiene el relevo asegurado. Hay futbolistas y estructura para volver a ser competitivos.

La selección no murió anoche. Se ha acabado una época irrepetible. Se van a marchar jugadores que quedarán para siempre en el corazón y en la memoria de los aficionados, pero no es un punto final para España.

El fútbol español ofrece cada temporada síntomas de gran fortaleza. Hace apenas un mes, Real Madrid y Atlético jugaban la final de la Liga de Campeones y el Sevilla levantaba la Europa League. Muchos de esos jugadores están llamados a sumar su talento y esfuerzo en los próximos partidos de la selección.

La manera de establecer el relevo ya se verá. Habrá que esperar decisiones. Pero que el futuro existe no debería dudarlo nadie.

Son momentos para lamentarse pero también para agradecer esta época gloriosa. Y, desde luego, para asegurar con absoluta certeza que volveremos. España volverá.

Bueno, fue bonito mientras duró. Muy bonito, pero se acabó. Este equipo glorioso hace mutis por el foro en condiciones dolorosas, que personalmente me entristecen por esos aficionados que viajaron a Brasil gastando dinero y vacaciones, y también por los jugadores, cuyo dolor siento cercano. Los dos partidos los han jugado mal y además circunstancias raras han agrandado los resultados. Y el final es duro: fuera al segundo partido, un gol marcado en un penalti que no fue y siete encajados. Y la penitencia de un partido inútil con Australia, ese grupo de fortachones. No lo quiero ni pensar.

Del Bosque confió en el grupo de los grandes éxitos. Yo no lo vi mal. Les veía gigantes, tanto que salté por encima de contratiempos visibles, como la falta de portería de Casillas, que bien la ha notado, las recientes y largas lesiones de Piqué, Busquets y Jordi Alba, los problemas de Diego Costa. No llegaban en su punto de ajuste fino. Tampoco Xabi Alonso ha llegado bien. Xavi no ha sido él mismo en toda la temporada. Se nos va a Qatar. Villa se nos va a Melbourne. Esas decisiones indican que no se sienten ya competitivos para el gran fútbol. El grupo lo componían los mismos, pero nada era lo mismo.

Así que todo se fue derrumbando hasta provocar la eliminación más estrepitosa que haya sufrido jamás España en un Mundial, y mira que las he visto sonadas. Ahora vendrá la renovación. Por detrás empuja una generación (de la que tuvimos una buena muestra en Koke) que ha ganado los dos últimos Europeos Sub-21. Ayer despedimos al grueso de esa generación gloriosa que ha hecho un Mundial directamente infame, pero eso no emborrona los recuerdos. Hoy están bajo una nube negra. Pero pasarán los días, los meses y los años y esas fotos triunfales volverán al primer plano. No pidáis perdón. Os debemos mucho.