21 octubre 2012

Se le acusa de 13 delitos, entre los que destacan los de blanqueo de capitales, amenazas, extorsión, prostitución y tráfico de drogas

Operación Emperador: Encarcelado el empresario Gao Ping, referente de la comunidad china en Madrid

Hechos

El 21 de octubre de 2012 el juez D. Fernando Andreu decretó el ingreso en prisión del Sr. Gao Ping.

17 Octubre 2012

La mafia china, desafío silencioso para el Estado

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

LA MAGNITUD de la operación Emperador revela la gravedad de la amenaza que representa la mafia china. Ochenta detenidos, más de un centenar de registros de inmuebles en varias ciudades, seis millones de euros en efectivo y 200 vehículos incautados… Se trata de la mayor operación realizada en España contra el blanqueo de capitales y el delito fiscal, y ha requerido de tres años de investigación.

La detención de un concejal de Fuenlabrada (Madrid) por la concesión de licencias fraudulentas o la del actor y productor de cine porno Nacho Vidal por la emisión de facturas falsas para la trama indica el grado de infiltración que el crimen organizado de origen chino ha alcanzado en nuestro país.

Uno de los cabecillas, Gao Ping, vive en España desde 1989 y estaba considerado como un empresario de éxito y un mecenas del arte. Según la investigación, la red sacaba cada año del país 300 millones de euros en efectivo obtenidos de forma fraudulenta para ser blanqueados.

El principal problema para enfrentarse a esta mafia es la endogamia y el mutismo que rodea sus actividades. Chinos son los extorsionadores y chinos los extorsionados, una población poco proclive a denunciar y que desconfía por regla general de las instituciones occidentales. La extrema violencia con la que actúan estos grupos mafiosos también contribuye al silencio y dificulta la labor de la Justicia. Y la barrera del idioma tampoco ayuda. Por ello, la realización de campañas informativas dirigidas a ese colectivo de inmigrantes y las actuaciones encaminadas a evitar la formación de guetos son medidas que debería poner en marcha la Administración.

España ha vivido una burbuja china con la apertura de negocios en todos los rincones del país. Los censados se acercan ya a los 200.000. En Fuenlabrada se ha levantado el mayor polígono industrial de Europa dedicado a la importación y exportación de mercancías chinas. En ese punto, decenas de agentes realizaron ayer registros.

La sociedad española ha acogido con una mezcla de admiración y desconfianza el éxito de los inmigrantes chinos. Se reconoce su laboriosidad y así, el presidente de Mercadona, Juan Roig, no ha dudado en ponerles como ejemplo de dedicación y espíritu de sacrificio en el actual momento de dificultad, pero al mismo tiempo han generado suspicacias entre muchos ciudadanos, muy probablemente como consecuencia de su poca permeabilidad y la poca interacción con el resto de la población.

La espectacular redada de ayer, con una puesta en escena de película, con 300 agentes en acción, encierra el peligro de que puede llevar a muchos ciudadanos a ver confirmados sus prejuicios. Pero sería tremendamente injusto creer que los chinos que regentan un restaurante o una tienda de todo a cien se dedican a negocios turbios. Si de algo debe servir la operación Emperador es para tomar conciencia del problema del crimen organizado y para actuar en consecuencia, poniendo a disposición de la Justicia y de la Policía los mejores medios.

18 Octubre 2012

La lavandería china del arte

Antonio Lucas

Leer
El empresario Gao Ping no sólo se apoyó en su galería de arte -Gao Magee- para obtener el máximo reconocimiento social, sino que buscó el acercamiento a las más altas personalidades aprovechando diferentes actos públicos. En estas imágenes aparece junto al Rey Juan Carlos y al ex ministro socialista de Exteriores Miguel Ángel Moratinos.

Uno de los puntales más visibles del entramado empresarial que confeccionó el empresario chino Gao Ping era la galería Gao Magee de Madrid, en la calle del Doctor Fourquet, tras el Museo Reina Sofía y perímetro de algunas de las salas de arte más destacadas: Helga de Alvear, Maisterravalbuena, Nogueras Blanchard, Espacio Mínimo… Allí instaló en segundas nupcias su centro de operaciones artísticas en España (la primera sede de la galería de Gao Ping estaba en la C/ Antonio Maura).

La sala ha tenido al menos cuatro directores desde su creación: Joaquín Gallego, Carmen Blánquez, Miguel Suárez del Villar y Raquel Serrano. Sólo trabajan con artistas chinos, preferentemente nacidos en los 70 y los 80. El propósito del principal encausado hasta ahora en la operación Emperador era tender lazos entre artistas chinos y coleccionistas españoles. Una relación de ida y vuelta que tenía en Pekín su reverso para promocionar creadores españoles.

La actividad de la galería, según fuentes cercanas al caso, era aparentemente normal: exposiciones trimestrales y tránsito habitual de gente. No desentonaba en el ambiente comercial del barrio. Según uno de sus primeros directores, Joaquín Gallego, que decidió abandonar la firma por desavenencias con Gao Ping, «la actividad de la galería era aparentemente normal… En fin… Prefiero no hablar. Tras mi salida llegaron otros. Pregunte por ahí». El del arte contemporáneo chino fue la última ficción del mercado artístico.

El negocio del arte, salpicado de claroscuros, era un terreno propicio para el empresario chino. «La cultura da a ciertos personajes un prestigio social y abre puertas para otro tipo de negocios», explica un experto en arte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. «Aunque Gao Ping no era un hombre reconocido dentro del ámbito galerístico… Se salía de los estándares… Algunos vecinos reconocen haber visto coches de alta gama en la puerta de la sede, así como a distintas personas sacar bolsas negras que se introducían en los vehículos».

Entre los artistas que colaboraron fugazmente con el cerebro de la operación Emperador está el pintor y fotógrafo José Manuel Ballester. En una ocasión fue requerido por la gente de Ping para prestar dos fotografías de gran formato que iban a ser colgadas en una muestra colectiva en el exclusivo espacio que el empresario tiene en el denominado Distrito 798 de Pekín, el Iberia Art Center: «Cuando la exposición se clausuró me las devolvieron. Esa fue, afortunadamente, toda mi relación. Al tratar con marchantes no abres una investigación sobre ellos. Confías en que son profesionales… Aun así, hubo cosas que no me dieron buenas vibraciones y no me vinculé más. No sé cómo funcionarían, pero la idea que vendía Ping de propiciar el intercambio cultural entre España y China era tentadora. Artistas como Ouka Lele o Soledad Sevilla también son víctimas de esta aventura. Nos ha utilizado para su ficticia promoción como hombre del arte».

Ping logró aun así colar su galería en Arco 2011 con stand propio. Antes ya había hecho tentativas de acercamiento presentando allí el primer número de su revista trimestral Art in China. Hay firmas españolas que tardan años en lograr ser aceptadas en la feria. Pero a Ping no le costó demasiado esfuerzo. ¿Trato de favor?… Asimismo, pronto alcanzó ventas de gran volumen, como la que cerró con el Instituto Valenciano de Arte Moderno (Ivam), dirigido por Consuelo Císcar. La institución adquirió 61 fotografías por valor de 440.000 euros, a la vez que el museo mantuvo más colaboraciones con Ping alrededor de las muestras 55 días en Valencia y Plusmarca. Arte y deporte, que se presentó después en el Iberia Center de Pekín, coincidiendo con las olimpiadas de 2008. «Tienen que salir más cosas de este turbio asunto», explican algunos expertos en arte. «La trama es larga y compleja. Y el arte ha sido uno de sus espacios operativos a través de la fundación que capitaneaba Ping, por donde pasaba todo». Será cuestión de ver si hay luz al final del túnel.

Consiguió tener ‘stand’ propio en la feria Arco con inusitada rapidez

20 Octubre 2012

De Gao Ping a la banda del 'Pingao'

Federico Jiménez Losantos

Leer

Golpe al blanqueo de dinero

De Gao Ping a la banda del ‘Pingao’

El ingenio popular español para defenderse de lo que no puede combatir ni, a veces, entender, es inagotable. Una confusión -acaso un acierto pin yin- en un programa matinal de televisión, multiplicado por las llamadas de los oyentes a las cadenas de radio, ha convertido a Gao Ping, prebautizado por la policía como el Emperador de la mafia china en España, en algo mucho más cutre y con menos ínfulas: «la banda del Pingao». Sus cómplices españoles en el amplio abanico delictivo de su incansable actividad han sufrido mutaciones similares. Así, el actor de cine porno Nacho Vidal es «el porno del Pingao» («porno» está popularmente sometido a metonimia: la parte por el todo); el empresario Patxi Garmendia es «el del Rey en la Banda del Pingao»; el político del PSOE en Fuenlabrada que, al final, ha dimitido, es «el concejal del Pingao»; y el policía y el guardia civil detenidos por sus servicios a la banda que blanqueaba dinero son «el madero del Pingao» y «el picoleto del Pingao». Según las primeras encuestas, la mayoría duda de que se haga justicia, por las aldabas (contactos políticos) del Pingao. Así que, al menos, le baja los humos.

20 Octubre 2012

El último emperador

Boris Izaguirre

Leer
"No todos los días tienes un amigo entre los implicados en una redada gigante. Apena ver a Nacho Vidal envuelto en la Operación Emperador, porque hemos compartido alegrías con él"

No todos los días tienes un amigo entre los implicados en una redada gigante. No todos los días te das cuenta de que es fácil sostener por años una monumental red de blanqueo. Solo cuando es descubierta, ese día te das cuenta de lo fácil que resulta esconder más de seis millones de euros en efectivo, dispuestos en billetes de 50 y, en un surtido multicolor, de 100, 200 y 500. Aparte de esa cantidad contante y sonante, armas, diamantes y esclavas. Vamos que el mal en todas sus dimensiones camina a nuestro lado y creemos que se trata de un cuento chino.

Aunque no forme parte del núcleo central, apena ver a Nacho Vidal implicado en la Operación Emperador, porque hemos compartido alegrías con él desde que presentamos un libro sobre su vida, donde, por cierto, explicaba cómo el porno le había salvado de la delincuencia juvenil. Tampoco consuela recordarle en la presentación de su perfume, de nombre 25 y cuyo envase es un molde de vidrio de su famoso miembro. No había mucha gente esa noche de diciembre, salvo Rossy de Palma y yo, acompañando al actor para bautizar “un esfuerzo de muchos años, un perfume que me identifique”, como nos dijo Vidal, pletórico y encantado de enseñar cómo aplicarnos la fragancia. El envase descansa ahora, prácticamente virgen, en el salón de casa. Muchos lo asumen con humor como una obvia escultura fálica. Hoy esos recuerdos se agolpan junto al montón de malos chistes que se hacen sobre su implicación en la trama, su filmografía y sus medidas físicas. Pero lo que de verdad asombra de esta trama no es su tamaño, sino todo el tiempo que permaneció activa e impune. Quizá porque estaba protegida, no solo por sus ahora conocidos implicados, sino por nuestra propia cultura del dinero. Cuando vemos dinero moverse, es sexi, no queremos preguntar ni de dónde viene ni adónde va. Ni mucho menos a quién afecta, hiere o destruye en su vaivén.

En un lugar tan siniestro y anónimo como ese polígono industrial donde antes no entraba la ley, de un día para otro aparecen inspectores heroicos que descubren al galerista y hombre de mundo, el señor Gao Ping, como un nuevo arquetipo de malo para futuros filmes de Bond y de Torrente: el oriental apuesto y más alto de la media, superados los 40, que extorsiona y acuña montañas de dinero en su domicilio de estilo Tudor en Pozuelo. Gao Ping dijo en una ocasión que “el arte contemporáneo es como la cerveza, le gusta a todo el mundo”. Y es irónico, o quizá signo de nuestro tiempo, que su estructura de mecenazgo y exhibición del arte español en China y del chino en España se fundamente en una red de blanqueo de dinero que se nutría de cutres prendas de bisutería, bolsos, cajas con decoración navideña y todo ese enjambre de cosas inútiles y baratas propias de los bazares chinos. Tan inútiles y llamativas como sus versiones caras. Con su estafa, Ping hizo real la relación entre lo bajo y lo sublime, jugó al pimpón entre falsificación y lo que se asume como “arte bueno”. Hasta una institución como el IVAM fue su cliente. Observándole en las imágenes que repiten los telediarios, Gao Ping parece el yerno ideal para toda familia con vocación multirracial. En realidad es uno de los primeros malvados pillados en esta era de la impunidad, un hombre con la fachada impecable y el trastero forrado de cajas fuertes repletas de billetes morados y fiebre amarilla como el oro.

De oro y diamantes es el brazalete que perteneció a la abuela del Rey, la reina Victoria Eugenia, que ahora sale a la luz y a subasta en Sotheby’s con un misterio colgando: el nombre de su propietaria, una dama con título y probablemente en apuros. Desde que Tita Thyssen, por necesidades de liquidez, se desprendiera de uno de sus cuadros, vender se ha convertido en una nueva fiebre del oro. Por eso muchos se preguntan si el brazalete de Victoria Eugenia, extraordinaria y millonaria pieza de la casa Cartier, pudiera pertenecer hoy a una hermana del Rey o a una de sus hijas, cuatro damas con título que son familia del Monarca, pero no miembros del núcleo central, como se define ahora al politburó de la Casa del Rey. El brillo del misterioso brazalete quizá consiga opacar un rato el bling-bling del juicio al Instituto Nóos. El misterio adquiere tonillo de culebrón con un final claro: cuando empiezas a desprenderte de cosas es porque necesitas toda la liquidez de un rescate.

Para hacer todo más triste, fallece Sylvia Kristel, mito erótico de nuestra infancia, la mujer que no pudo escapar de Emmanuelle. El mundo del cine erótico parece poseído de un maleficio. Como si explorar el laberinto del deseo siempre trajera consecuencias. Sin Emmanuelle, desde luego, no habría existido el destape español, ni el pelo corto en mujeres guapas. Contribuyó a la liberación sexual de las mujeres y de los hombres. Sin ella y sus perlas tampoco habríamos llegado a las Cincuenta sombras de Grey, la novela erótica superventas para mamás de hoy. Krystel deja un mundo donde el sexo es tan masivo y de origen tan confuso como los objetos de los bazares chinos o de las grandes casas de subastas.

27 Enero 2013

Escasez endémica

Juan José Millás

Leer
Gao Ping, acusado de liderar una gran trama de blanqueo de dinero, salía así de la prisión. Qué difícil resulta encarcelar a los delincuentes de corbata. Siempre hay algún defecto de forma.

Como un ministro, así salió Gao Ping de la cárcel al poco de haber entrado en ella. Con esta gente siempre se comete algún error formal que justifica su liberación. Y cuando no hay error formal, ahí está el Gobierno para indultarlos. Ya es sabido, por metafórico, que en el último Consejo de Ministros presidido por Zapatero se indultó a un banquero. Según una información de Álvaro de Cózar y Mónica Ceberio aparecida en las páginas de este periódico, 107 malversadores y 25 prevaricadores fueron indultados entre 2000 y 2012. Si repasas los perdones concedidos por los diversos Gobiernos a lo largo de los últimos años, resulta que la prevaricación, la malversación de caudales públicos y el cohecho están muy bien vistos. También la tortura, pues a unos mossos d’esquadra que se emplearon a fondo con sus víctimas se les indultó hasta dos veces porque con una, dados los daños producidos, no bastaba. Si a los defectos de forma y a la generosidad de los gobernantes con determinado tipo de delitos les añadimos las prescripciones, que son el pan nuestro de cada día, es muy difícil que un delincuente con corbata acabe entre rejas. Los hay, pero pocos y con mucha vocación. Son los que en la soledad de la celda se descubren a sí mismos o a Buda o se dedican a la práctica del taichí. Precisamente, Gao Ping acababa de manifestar su deseo de enseñar esta disciplina a los compañeros de cautiverio, cuando la Audiencia Nacional descubrió el defecto de forma y no hubo otra que excarcelarle. ¡Con la escasez endémica de profesores de taichí que sufren las prisiones españolas!

15 Junio 2013

Gao Ping tenía en nómina al contable de Correa y al gestor de Bárcenas

Manuel Cerdán

Leer

La sombra de Arturo Fasana, el contable de Francisco Correa, es tan alargada que coloca al bróker suizo en los casos más sonoros de la corrupción política y la evasión fiscal en España. El intermediario de medio centenar de acaudalados hombres de negocios españoles y de personalidades políticas aparece de manera directa o indirecta en escándalos como Gürtel, Bárcenas, Palau, Malaya, familia Pujol, padre de ArturMas… Y ahora: en la Operación Emperador relacionado con el chino Gao Ping.

El bróker helvético es una figura transversal en muchas de las investigaciones policiales sobre el blanqueo de dinero en paraísos fiscales. Pero los agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) no se percataron de ello. Cuando, en el transcurso de sus pesquisas sobre la organización del chino Gao Ping comenzaron a aparecer en las interceptaciones telefónicas continuas referencias a un personaje misterioso al que conocían por el nombre de Arturo o don Arturo, no le siguieron el rastro. Al menos, en el sumario del caso Emperador no existe ninguna prueba que lo rubrique.

En los informes que los agentes de la Udyco van entregando al juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, resaltan la figura y la importancia dentro de la trama del tal Arturo. Por ese motivo en el dossier entregado en el Juzgado Central de Instrucción número 4, el 21 de marzo de 2012, señalan:

«Sería un encargo del jefe de la organización François Leiser de parte de Arturo, circunstancia de la MAXIMA (sic) significación para la organización, como ya se expusiera en el informe del resultado de las intervenciones telefónicas del periodo anterior… El propio Leiser pedía personalmente disculpas al cliente por los problemas acaecidos…. por ser un encargo del hasta hora sin identificar fehacientemente Sr. Arturo».

En la página 198 del mismo informe, la policía insiste:

«Estos clientes irían de parte de Arturo, término que el propio Leiser utiliza, y que sería un individuo de una importancia capital para sus intereses, a juzgar por el empeño que dedica la organización a satisfacer las necesidades de los clientes que aquel avala».

Tras una larga y ardua investigación, la policía ejecuta la gran redada en Madrid a finales de 2012 y detiene a cerca de cincuenta integrantes de la red. Entre ellos, a algunos de los cabecillas: el chino Gao Ping y la española de origen israelí Malka Maman, entre otros. Dos de los responsables máximos de la trama, que se hallan en el extranjero, el belga François Leiser y Marc Pérez, un trabajador del HSBC de Ginebra, logran salvarse de la operación policial. Y el tan importante personaje espectral, conocido como Arturo, desaparece del punto de mira policial.

Tras la desarticulación de la banda, los informes de la Udyco se centran en la figura de François Leiser, a quien presentan como el «jefe de una organización internacional que se dedica a la evasión fiscal», pero no se esfuerzan por identificar al tal Arturo que, como reconocen, marca muchas de las estrategias.

A Leiser, los agentes lo presentan como El Súper o El Jefe, con antecedentes policiales en media Europa, pero no ocultan que, a menudo, recibe instrucciones del tal Arturo. Como también recalcan otros protagonistas de la banda de Gao Ping.

A finales de la semana pasada, en medio de la investigación de El Confidencial sobre Arturo Fasana y la trama Gürtel, uno de los afectados de la Operación Emperador aseguraba:

– Resulta increíble que la policía haya interceptado las conversaciones telefónicas de todos los encausados y que, después de un año, con los datos técnicos obtenidos de los móviles y de las llamadas entrantes y salientes, no haya podido establecer la relación entre el Arturo de la Operación Emperador y el Arturo Fasana de la Gürtel. Hay algo que no cuadra. Con motivos suficientes para que lo investigue el magistrado Andreu.

El gestor del extesorero del PP formaba parte de la red de correos belgas dedicados a blanquear y evadir capitales de empresarios españoles con cuentas en Suiza. En el caso de la red liderada por Gao Ping, Mentha formaba parte de la conocida como trama hebrea. Se dedicaba a contactar con empresarios o personas españolas con cuentas en Suiza que, por una comisión del 2% de cada gestión, enviaban dinero de sus propias cuentas a China. A cambio, gente de la trama les entregaba su dinero más la comisión en metálico, según fuentes de la investigación.

Mentha, uno de los gestores suizos que trabaja con conocimiento de que sus clientes manejan dinero ilegal, está imputado en la operación Emperador y ha sido reclamado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu para investigarle en España. Sin embargo, las autoridades helvéticas no han accedido por la nacionalidad suiza del reclamado. Lo único que han logrado es que haya sido interrogado en su país en calidad de testigo.

31 Marzo 2014

Anticorrupción investiga una supuesta trama policial unida a Gao Ping a espaldas del juez

Manuel Cerdán

Leer
El fiscal anticorrupción y el jefe de Asuntos Internos investigaron a espaldas de Andreu una supuesta trama policial corrupta relacionada con Gao Ping

El fiscal anticorrupción José Grinda y el jefe de la Brigada de Asuntos Internos de la Policía, Marcelino Martín Blas-Aranda, investigaron en secreto, a espaldas del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, una supuesta trama policial corrupta relacionada con la banda de Gao Ping. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, el máximo responsable de las diligencias de la Operación Emperador contra las mafias chinas en España, se enteró de las pesquisas cuando Asuntos Internos le presentó el informe en marzo pasado.

Hasta ese mes, el magistrado Andreu, el fiscal Grinda y los jefes de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (UDYCO) habían acordado que los policías afectados no habían incurrido en ninguna irregularidad. Se daba la circunstancia de que el magistrado era amigo de uno de los investigados, el comisario del aeropuerto de Madrid, Carlos Salamanca, y que de esa determinación dependía si seguía o no al frente de las diligencias judiciales para no ser acusado de falta de imparcialidad.

Meses antes, el Juzgado de Instrucción de Fuenlabrada y el propio Juzgado Central número 4 de la Audiencia Nacional, con el visto bueno de la Fiscalía, habían considerado que no existían elementos para adoptar medidas penales contra una decena de funcionarios policiales que habían ofrecido favores a miembros de la red de Gao Ping.

Los nombres de los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, entre quienes se hallaban tres comisarios, uno de ellos el jefe del aeropuerto de Barajas, aparecían mencionados en las conversaciones telefónicas interceptadas por la Policía entre los miembros de la cúpula de la organización de Gao Ping, que era investigada por blanqueo de dinero.

El Confidencial ha tenido acceso a los diferentes oficios de la UDYCO sobre las observaciones telefónicas dentro de la pieza separada, conocida como ‘Trama A’, que figuran en las diligencias previas 131/11. En uno de los informes, fechado en abril de 2012, ya se refieren al «trato de favor por parte de miembros de la Administración Pública del Estado en el cumplimiento del ejercicio de sus funciones». Y mencionan al chino Xianxian Wang, que, según la UDYCO, se ha favorecido de la ayuda de Federico Sánchez, exjefe de un grupo de Extranjería en excedencia, y de Miguel Ángel Gómez, su sustituto en el mismo grupo, por «acortar el periodo de espera en la tramitación de su situación legal como extranjero en España».

En las escuchas telefónicas ordenadas por el magistrado Andreu, también aparecían varias menciones al comisario Carlos Salamanca, a quien se le relacionaba con el chino Xia Yongping, uno de los hombres fuertes de la organización de Gao Ping.

Por el contenido de varias llamadas, los agentes policiales deducen que Yongping le había regalado un bolso a la esposa del comisario Salamanca y que la comisaría del aeropuerto había autorizado la entrada en España de una china, casada con un español, a la que le faltaba un documento.

El propio fiscal Grinda entregaba al juez Andreu, en el segundo semestre de 2012, un informe en el que señalaba a varios policías por hacer favores a los chinos. A uno de ellos lo acusaba de haber facilitado a una ciudadana china que se saltara la cola de la comisaría de Aluche para tramitar una documentación. No obstante, en ninguno de los informes el fiscal anticorrupción mencionaba el nombre del comisario Salamanca, de quien estaba al tanto de su relación de amistad con el magistrado.

Sin embargo, en sus primeros informes el fiscal ya empieza a contemplar el delito de cohecho por parte de los funcionarios policiales. Y así lo refleja en uno de sus informes: «Dichas contraprestaciones y beneficios, en algunos casos concretos, podrían considerarse como trato de favor aprovechando la pertenencia a uno u otro Organismo, lo cual constituiría una actividad ilícita tanto por parte de la persona que lo realiza como por parte de aquel que se beneficia de dicha actividad, constituyéndose un delito de cohecho».

Reunión en el despacho del juez

Por todo ello, cuando surgieron en las escuchas telefónicas las primeras referencias al comisario del aeropuerto, el titular del Juzgado Central número 4 de la Audiencia Nacional convocó a la policía y al fiscal Grinda en su despacho para estudiar el asunto, ya que el magistrado mantenía una relación de amistad con Carlos Salamanca. Sin embargo, tanto los representantes de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) como de la Fiscalía Anticorrupción convinieron ante el juez que «eran conversaciones normales, carentes de interés para la investigación y que no tenían nada que ver con los hechos que se investigaban en la causa».

Con respecto al comisario Salamanca, todos coincidieron en que el contenido de las grabaciones era fruto de una relación de amistad entre el policía y el ciudadano chino Yongping, que entonces se movía por los círculos económicos como un influyente miembro de la comunidad asiática. Según los informes policiales, el empresario chino, nacido en Zhejiang en 1967 y casado con Lingzhi Hu, era propietario de varios bazares y administrador único de las sociedades Guomao Cheng Import-Export, con sedes en Italia y China, y de Industrial Factory Difusión SL.

El propio fiscal Grinda le reconocía al magistrado en aquel encuentro en su despacho de la Audiencia Nacional que «aquello carecía de importancia», según fuentes policiales conocedoras de la investigación. Y así fue como se plasmó en las diligencias previas. Nadie exigió que se dedujera testimonio contra el comisario y otros funcionarios policiales que asimismo aparecían en las grabaciones telefónicas como beneficiados de regalos y favores de la trama china de Gao Ping.

El fiscal Grinda, para cubrirse las espaldas, solicitó al magistrado que encargara un informe a la Policía en el que se recogieran todas las conversaciones entre los policías y los empresarios chinos. Y tal cual se hizo: los agentes elaboraron un trabajo recopilatorio con el contenido de las mismas grabaciones que ya había estudiado el juzgado y la Fiscalía. Seguidamente, el tribunal dio traslado del informa al ministerio público y se habló con el comisario Salamanca.

Como el fiscal Grinda no solicitó al magistrado ni la imputación ni ninguna otra medida coercitiva contra el comisario de Barajas, el juez Andreu continuó con la instrucción de la causa. Por tanto, desistió de inhibirse en las diligencias porque, al quedar el comisario fuera de cualquier investigación, la amistad con este ya no afectaba a su objetividad en el procedimiento.

Pero en marzo de 2014, un año y medio después de aquel acuerdo, se producía en la causa una derivada que nadie esperaba. Un movimiento procesal de la Fiscalía Anticorrupción hacía temblar los cimientos de la Audiencia Nacional y provocaba un profundo estupor entre la mayoría de sus magistrados. El fiscal Grinda presentaba por sorpresa en el Juzgado Central de Instrucción número 4 un nuevo informe de Asuntos Internos que la unidad policial había elaborado durante meses en secreto, sin el conocimiento del juez instructor. Partiendo de las mismas grabaciones de los primeros informes y sin apenas variaciones, la Fiscalía se pronunciaba a favor de abrir una causa contra varios miembros de la Seguridad del Estado, entre quienes se encontraba el comisario del aeropuerto de Barajas, Carlos Salamanca.

Algunos de los jueces de la Audiencia Nacional se hacen ahora una pregunta: por qué en marzo de 2014 sí se puede actuar contra los policías, a pesar de que el informe de Asuntos Internos no aporta ningún dato nuevo de relevancia, y no durante los dos años anteriores desde que se interceptaron las conversaciones en abril de 2012

Supuestos favores a la trama de Gao Ping

El informe de Asuntos Internos insistía en que los policías afectados habían hecho favores a miembros de la trama de Gao Ping. En concreto, el documento, que estaba firmado por el comisario principal jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas-Aranda, relacionaba las llamadas que recibían los policías con la facilitación de datos confidenciales a los miembros de la trama de Gao Ping. Para la Unidad de Asuntos Internos, los agentes investigados recibían, como compensación a sus favores, regalos, tales como jamones, viajes, comidas o entradas para el fútbol.

Sin embargo, según fuentes judiciales conocedoras de la investigación, ninguno de los supuestos favores podrían acarrear consecuencias penales porque en ninguno de los casos se establecía una relación con el delito de blanqueo de dinero que se investigaba en la causa. Además, los funcionarios no formaban parte del entramado de las tramas chinas, descubiertas tras la Operación Emperador.

«En todo caso, si se demostrara algunas de las acusaciones, sólo cabría la posibilidad de que el Ministerio del Interior pudiera abrirles un expediente disciplinario, al margen del proceso judicial contra los chinos. Pero eso no es lo que estaba en juego. Se buscaba otro objetivo: mezclar la corrupción policial con la mafia de Gao Ping», señalaron fuentes judiciales.

La operación conjunta entre Asuntos Internos y Fiscalía suscita otra pregunta: por qué los mandos policiales consintieron que la investigación se desarrollara en secreto, ajena al control del titular del Juzgado, el único responsable de las diligencias

Algunos de los jueces de la Audiencia Nacional se hacen ahora una pregunta: por qué en marzo de 2014 sí se puede actuar contra los policías, a pesar de que el informe de Asuntos Internos no aporta ningún dato nuevo de relevancia, y no durante los dos años anteriores desde que se interceptaron las conversaciones en abril de 2012.

La operación conjunta entre Asuntos Internos y Fiscalía suscita otra pregunta: por qué los mandos policiales consintieron que la investigación se desarrollara en secreto, ajena al control del titular del juzgado, el único responsable de las diligencias.

Además, se daba la circunstancia de que durante la Operación Emperador fueron detenidos dos policías de segundo nivel por sus relaciones con la trama china y la Fiscalía en ningún momento emprendió actuaciones contra el resto de los investigados que, al igual que los anteriores, aparecían en las intervenciones telefónicas.

Objetivo: apartar al juez Andreu

Fuentes judiciales señalaron a El Confidencial que lo que se pretendía con el informe de Asuntos Internos era apartar al juez Andreu de la instrucción del sumario. Y, efectivamente, esa fue la primera consecuencia de la jugada del fiscal Grinda: el juez Andreu se vio obligado a inhibirse en la causa por su manifiesta amistad con el comisario Salamanca. La investigación pasó al juzgado del magistrado Ismael Moreno, quien tendrá que decidir sobre la situación de los funcionarios policiales.

La sorprendente reacción de la Fiscalía Anticorrupción se produjo en enero pasado a raíz de que el juez Andreu convocara a los fiscales de la causa para anunciarles que había decidido poner en libertad a varios de los encarcelados de la Operación Emperador, siempre con unas fuertes fianzas económicas. El magistrado esgrimía que ya había transcurrido más de un año y que había desaparecido el riesgo de fuga. Asimismo, la Policía había reunido un cúmulo importante de pruebas contra los procesados y, prácticamente, se había culminado la investigación.

Según fuentes judiciales, cuando el juez Andreu informó al fiscal Grinda de la excarcelación de la esposa de Gao Ping y de otros dirigentes de la trama china, a las que la Fiscalía venía oponiéndose, se encontró con el informe de Asuntos Internos encima de su mesa, lo que le obligaba a abandonar el proceso.

Fuentes judiciales señalaron a El Confidencial que, si los agentes de Asuntos Internos durante la elaboración de su polémico informe hubieran conculcado alguno de los derechos fundamentales de los policías investigados, tales como la obtención de los extractos de sus cuentas bancarias, la correspondencia privada o la interceptación telefónica, sin un mandamiento judicial, podrían verse sometidos a un proceso penal.

Las mismas fuentes también destacaron que durante el proceso se había cometido otra irregularidad procesal: «El fiscal nunca puede facilitar a los policías de Asuntos Internos datos judicializados de las conversaciones telefónicas sin el conocimiento del juez y mucho menos al margen del Juzgado. Y, si ya existía un procedimiento judicial, la policía tampoco podía elaborar informes secretos sin la presencia del juez instructor. El comisario jefe de Asuntos Internos debería saber que su Unidad no podía actuar por su cuenta y, si existía de antemano una investigación abierta, estaba en la obligación de pedir permiso al magistrado o de comunicarle cuáles eran sus intenciones».

La unidad de Asuntos Internos de la Policía, bajo las órdenes del comisario Marcelino Martín Blas-Aranda, está adscrita a la Dirección de Apoyo Operativo (DAO), cuyo mando es el comisario principal Eugenio Pino, el número dos de la Dirección General y el policía de mayor rango del Cuerpo.

Fuentes del Ministerio del Interior aclararon a El Confidencial que no creían que de las investigaciones de Asuntos Internos pudiera derivarse ninguna responsabilidad penal por la conducta de la mayoría de los policías investigados. La cúpula policial, al mismo tiempo, se mostraba un tanto confundida por las actuaciones del comisario jefe de Asuntos Internos.