Pablo Sebastián rompe con EL MUNDO tras varios enfrentamientos con Pedro J. Ramírez y funda su propio diario para Internet: ESTRELLA DIGITAL

Esta es mi última columna en el diario EL MUNDO después de casi cinco años de encuentro cotidiano con los lectores del periódico. Me voy, muy agradecido a los lectores y a quienes en esta casa me ayudaron a expresarme con libertad. Dejo esta terrenal y apasionante cita con el lector de periódicos impresos para viajar de la galaxia de Gutenberg hacia la más moderna galaxia de la información. Al ciberespacio, cuarto jinete de la comunicación que, con la prensa, radio y televisión, cabalga a lomos de un imparable y libre corcel: Internet.

Desde hoy dirigiré la ESTRELLA DIGITAL (www.estrelladigital.es)  el primer diario español exclusivamente electrónico distribuido a todo el mundo a través de la red. Un desafío con el que espero desde la distancia sideral intentar de nuevo (EL INDEPENDIENTE no pudo ser, el felipismo lo mató a garrotazo ciego en el corazón) abrir para España una tercera vía informativa y editorial en los campos de la cultura y de la información, que cada día parecen más cercanos y dependientes de los multimedias controlados por los grupos de presión política.

Llevo cerca de 10 años (3.000 artículos) escribiendo ¡a diario! sobre la trepidante actualidad política española con la esperanza de ver una mayoría de edad democrática española que aún queda lejana. Sobre todo, porque la partitocracia, el gobierno de los jefes de los partidos mayoritarios (PSOE y PP, bien en solitario o bien coaligados con CIU) se ha impuesto en España frente a la soberanía del Parlamento (convertido en apéndice del Poder Ejecutivo) y ha extendido sus largas y codiciosas manos sobre el Poder Judicial (ahí está el juicio de los GAL) y los medios de comunicación, el cuarto poder, cada día más mediatizado por los amos de la política.

En España se dice, para justificar lo injustificable, que la democracia es joven. En realidad, la democracia no tiene edad. Eso no es. Y aquí en nuestro país, hay otra cosa, un subproducto llamado partitocracia – que sólo tiene separadas sus funciones y con un Parlamento que no representa a los electores sino a los jefes de los partidos . que tiene en su poder el lpaiz que ha de redactar las listas cerradas de la sumisión al poder.

Lo he escrito y dicho muchas veces y lo voy a repetir hasta la saciedad desde Internet. España necesita una regeneración ética, política y cultural (el fin de los intelectuales y abajo firmantes y de los 150 novelistas de doña Carmen Romero, por ejemplo) y una reforma a fondo de las reglas del juego democrático. Y entre ellas, las que han de garantizar la independencia de la información y la cultura, como los pilares que son del a sociedad que quiera vivir en democracia y libertad. Nos veremos entre las estrellas (doña Aurora Pavón me acompañará).

Pablo Sebastián

Pablo Sebastián era el núcleo duro del ‘Sindicato del Crimen’, Pedro Jota y él organizaron una marimorena en presencia de Antonio Herrero. No recuerdo el porqué, pero sí el tono que ambos utilizaron en sus respectivas descalificaciones. La tensión de su enfrentamiento fue tal que el propio Antonio, un árbitro más que permisivo en ese tipo de situaciones anduvo escaso de agua para sofocar el incendio. Poco tiempo después, Pablo Sebastián abandonó la columna que firmaba en EL MUNDO.

Si con Pedro Jota no se llevaba bien, conmigo tampoco. Sebastián no soportaba que el proyecto televisivo de Antena 3 hubiera colocado en el escaparate de los informativos a lo que él denominaba ‘erales del periodismo’. Una noche invernal del recién inaugurado 1992, después de la tertulia radiofónica de la radio, José Luis Balbín nos invitó a cenar en el restaurante Rugantino. Pablo cargó con fiereza contra Martín Ferrand:

• ¡Lo que no puede ser es que Manolo siga empeñando en tenérsela tiesas con el felipismo sin echar toda la carne en el asador! – dijo mientras el camarero le servía un entrecot muy poco hecho – ¡Debería coger a los pesos pesados de la profesión y dar la batalla con todas las consecuencias si no queremos que estos golfos se vayan de rositas del Gobierno!

Estaba claro que le importaba muy poco que yo estuviera sentado en la misma mesa. Estaba tan claro eso como se estaba postulando para sustituirme en la dirección y presentación del telediario y que andaba buscando voceadores que pusieran en circulación su disponibilidad. Sirva el antecedente para entender mejor lo que pasó pocas semanas después, cuando escondido en las páginas de ABC bajo el disfraz de Aurora Pavón me acusó de manipular el telediario nocturno de la cadena. En el mismo artículo llamaba ‘gremlin’ a Federico Jiménez Losantos y arremetía contra el criterio blandengue de Martín Ferrand a la hora de elegir los rostros del periodismo de vanguardia en la lucha contra la corrupción. Le contesté por sugerencia del propio Manolo Martín Ferrand, en una carta al director que se publicó, también en ABC, al día siguiente. No me anduve por las ramas. Manifesté mis dudas a propósito del sexo del autor del artículo replicado, ya que podía tratarse del señor Sebastián o de la señora o señorita Pavón y opté por hacer una simbiosis de ambas posibilidades recurriendo a la socorrida imagen de la mujer barbuda. Del resto apenas me acuerdo. De lo que sí estoy seguro es que Antonio Herrero dio la instrucción de reproducir fragmentos de la carta al director en casi todos los informativos horarios de Antena 3 Radio. El estilo profesional de Pablo nunca ha sido plato de mi gusto.