10 diciembre 2009

Tertuliano en su día 'Crónicas Marcianas', 'Catalunya Opina' o 'Las Mañanas de Cuatro' su fichaje ahora por el diario EL MUNDO y sus apariciones por TELEMADRID indican un acercamiento al sector mediático conservador

Pedro J. Ramírez ficha al polémico Salvador Sostres como columnista nacional de EL MUNDO tras su despido del diario AVUI

Hechos

El 23.12.2009 D. Salvador Sostres publicó su primer artículo en la edición de ámbito nacional del periódico EL MUNDO.

Lecturas

ENCUENTRO EN EL BAÑO ENTRE PEDRO J. RAMÍREZ Y SOSTRES, CLAVE PARA EL FICHAJE

El relato según Sostres…

El 17 de noviembre de 2009 me echaron del AVUI porque José Manuel Lara (Planeta), accionista minoritario, necesitaba la complicidad de la Generalitat, entonces presidida por Montilla, para hacerse con el total de las acciones del periódico. Montilla y sus secuaces pusieron como condición mi cabeza, que les fue diligentemente servida después de 8 años y medio escribiendo mi columna diaria. Al final no sirvió de nada porque EL PUNT se adelantó y compró el AVUI a precio de saldo.

El día 19 de diciembre teníamos mesa en El Bulli y le pregunté a mi mujer si no le parecía desproporcionado gastar todo aquel dinero en mi nueva condición de decapitado. Ella, que me conoce, y me quiere, me dijo que aquel dinero no iba a sacarnos de ningún apuro y que lo que tuviera que ser, sería, pero al día siguiente. Así que fuimos al Bulli, felices y expectantes como siempre, y la verdad es que conseguí durante unas horas olvidarme de mi querida columna arrebatada.

Ya avanzada la cena, sentí necesidad de ir al baño, y cuando me estaba lavando las manos entró de repente Pedrojota y mi asombro no hace falta explicarlo. Hablamos de todo y de nada durante un rato, le conté lo del AVUI, que ya lo sabía, y me dijo que cualquier persona que escriba realmente bien tendría que tener una oferta de EL MUNDO. Quedamos en que le mandaría un artículo sobre la prohibición de los toros en Cataluña, a la que siempre fui contrario, y saliendo del baño accedió muy amablemente a venir a mi mesa a saludar. Se lo pedí porque tenía miedo de que mi esposa y mis amigos no me creerían cuando les dijera que muy probablemente había encontrado trabajo, y lo tomarían como un delirio del desahuciado que para calmar la angustia pasa una época bebiendo demasiado.

Salvador Sostres

23 Diciembre 2009

Soy independentista y me gustan los toros

Salvador Sostres

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LA INTELIGENCIA es constante y la humanidad no para de crecer. Hay quien piensa que tras la voluntad de prohibir los toros en Cataluña está el empeño de irnos alejando de España. Pero es mucho más simple y mucho menos brillante. Los animalistas no son independentistas. Los animalistas son unos memos. Porque sólo un memo puede creerse que un animal tiene derechos o que un toro de lidia vive peor que uno de granja; o que se sufre más en la plaza que en el matadero.

Seamos serios. Los que llaman al toreo el espectáculo de la muerte son como aquellos que dicen que la ginebra sólo sabe a alcohol, porque no están acostumbrados a beber. Once again, memos.

Soy independentista y me gustan los toros, y lo que aún me gusta más es que cada cual pueda ejercer, sin ser molestado, la libertad de ir o no ir a verlos. Lo que en verdad sucede es que en Cataluña y en España hay muchos memos. Memos.

Con el clamoroso pretexto de la tolerancia se ha llegado a decir que todas las opiniones son respetables. Pues mire usted, no. Porque llamarle asesino a un matador no es una opinión, es una tontería.

Se habla de referendos independentistas, del Estatut, de si Cataluña es una nación o de si España se rompe. Pero más acá de estos debates, y representando una amenaza mucho más devastadora, una nueva patria está a punto de fundarse. Sin segregación alguna por motivos culturales, religiosos, de género o de pertenencia. Totalmente transversal, como se dice ahora. Es la patria de la estupidez sin excusa ni rubor.

Ante la estupefacción de las inteligencias razonadoras, de un lado y de otro, los memos ganan cada vez más terreno. Véase que el pasado viernes, cuando el Parlamento de Cataluña aprobó debatir la prohibición de las corridas, una conocida animalista llegó al insólito extremo de proclamar, entre lloros, que por primera vez «los animales habían tenido voz en un Parlamento», lo cual, a parte de sobrecogedor, es rotundamente falso, pues hace tiempo que Montilla habla allí todo lo que quiere hablar, ese hombre al que la semana pasada le preguntaron en un programa de radio cuál era su canción preferida y respondió «Mediterráneo, de Lluís Llach».

Salvador Sostres