15 abril 1991

Por primera vez el consejero de PRISA se enfrenta a un rival en las elecciones: un columnista de ABC

Elecciones Real Madrid 1991: Ramón Mendoza reelegido presidente derrotando a Alfonso Ussía por 4.000 votos de diferencia

Hechos

D. Ramón Mendoza fue reelegido Presidente del Real Madrid en las elecciones presidenciales del 14.04.1991.

Lecturas

Por primera vez desde las elecciones del Real Madrid de 1982 se han presentado dos candidaturas para la presidencia del club blanco.

D. Ramón Mendoza Fontela, que fue elegido presidente ante la dimisión de D. Luis de Carlos Ortiz en 1985 sin que se presentara ningún candidato alternativo y reelegido en julio de 1988 nuevamente sin ningún candidato alternativo.

El 14 de abril de 1991 se enfrentaron dos candidaturas dado que frente a la candidatura de D. Ramón Mendoza Fontela se presentó la del columnista D. Alfonso Ussía Muñoz Seca, del periódico ABC.

Lo que supone un triunfo del Sr. Mendoza aunque ha permitido una derrota digna para el Sr. Ussía que fue respaldado, entre otros, por el anterior presidente D. Luis de Carlos Ortiz.

Lista del Sr. Mendoza:

Con el Sr. Mendoza estaban D. Nemesio Fernández Cuesta Illana, ex ministro, D. Lorenzo Sanz o D. Carlos Bustelo.

Lista del Sr. Ussía:

Con el Sr. Ussía están D. Luis Butragueño como Vicepresidente primero, el ex Presidente D. Luis de Carlos

POLÉMICO DEBATE EN TELEMADRID

zap_MendozaUssia El joven canal autonómico madrileño, TELEMADRID, tuvo en aquellas elecciones una de sus primeras pruebas al organizar un debate entre los dos candidatos a la presidencia del Real Madrid moderado por el jefe de deportes de la cadena pública madrileña, D. José Joaquín Brotons. En el debate se produjeron numerosos reproches, aunque el formato del debate fue criticado en varios medios (como EL MUNDO) por su estético: habitación negra, una única mesa redonda en la que aparecían casi apretujados el moderador y los dos candidatos.

Gano_Mendoza1991Marca Gano_Mendoza1991As

Resultados en la votación:

  • ramon_mendozaa D. Ramón Mendoza: 15.005 votos (57%)
  • alfonso_ussia_joven D. Alfonso Ussía: 10.531 votos (40%)

Las siguientes elecciones en el Real Madrid serán cuatro años después: en febrero de 1995.

10 Abril 1991

Tal como son

Carlos Boyero

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Brotons, eximio representante de la estupidez satisfecha, la seriedad forzada, la impune y grotesca enemistad con la sensatez gramatical y con la sutileza expositiva, fue un árbitro a la ridícula altura de la agresividad abrasiva de sus gladiadores.

Los que reprochamos a los debates en televisión su invariable tono aséptico, la ocultación o deformación estratégica de la realidad, el abuso del tópico, las frases hechas, los enfrentamientos sin sangre, las educadas discusiones de salón, nos sentimos pletóricos con el sórdido, bochornoso y revelador espectáculo que nos donó TELEMADRID en la noche del miércoles.

Los asesores de imagen de Ramón Mendoza y de Alfonso Ussía no han justificado sus tarifas ni su conocimiento de la sicología de masas, pero gracias a su incompetencia o a su impotencia, hemos disfrutado de un espejo minuciosamente cruel de las miserias internas, la dialéctica ferozmente desaliñada, los recursos tabernarios, la puñalada trapera, la compulsión depredadora y la certidumbre implacable de que todas las guerras son sucias, que reflejan las auténticas señas de identidad de dos ciudadanos aparentemente modélicos y enamorados del Poder, de dos apologistas de los buenos modales y de ese concepto tan abstracto y tan peligroso de la Verdad, de dos concienciados adictos al frágil barniz de esa cosita tan cómica llamada «señorío». Los socios del Real Madrid que hayan asistido a la catarsis volcánica de los que sueñan con dirigir el sagrado destino del Imperio, y que mantengan un aceptable caudal de racionalidad y lucidez, ya no tendran que asumir dilemas hamietianos respecto a su voto. Comprendo su desolación y su repugnancia ante las cutres opciones, pero también podrán disfrutar de la sabiduría que proporciona el hastío y el aparatoso derrumbe de los mitos de barro.

El impagable Brotons, eximio representante de la estupidez satisfecha, la seriedad forzada, la impune y grotesca enemistad con la sensatez gramatical y con la sutileza expositiva, fue un árbitro a la ridícula altura de la agresividad abrasiva de sus gladiadores. Su enérgica declaración de principios («aquí, el que modera, soy yo») ofrecía una pincelada zarzuelera al gran esperpento.

En esta riña de gallos mexicanos por trincar el gran pastel, los crispados zarpazos buscaban exclusivamente la yugular del enemigo. Sus armas sentían alergia a los razonamientos, a la mordacidad inteligente, a la embestida noble. Su estrategia iba asociada a la marrullería, el insulto barato y las zancadillas rastreras que otorgan color y sabor a una batalla entre verduleras. Maquiavelo hubiera sentido rubor ante unos discípulos tan limitados. Un garrulo populista como Jesús Gil perdería sus comprensibles complejos de inferioridad observando la mediocre imitación de su arte expresivo y de sus genuinos modales a cargo de esta pareja de señoritos ilustrados que perdieron su disfraz.

15 Abril 1991

Real Madrid

Manuel Vázquez Montalbán

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Es discutible que el PSOE pueda morir de éxito, como temió Felipe González, ya saben a quién me refiero, ese cowboy del Guadalquivir, pero es posible que el Real Madrid muera de éxito. Día de elecciones. Las contemplo en compañía de un joven actor madrileño que debería ya apellidarse Mañas, como su padre, pero se apellida Achero, como le llamaba su hermano pequeño. Achero quizá no sería madridista en Madrid, pero lo es en Barcelona y en mi casa, e intercambiamos inquietudes sobre si gana Mendoza o Ussía. Yo hacia Ussía siento la complejidad corporativa del escritor, aunque él sea monárquico y convencionalmente de derechas. Quizá lo que más me gusta de Ussía es lo bien que imita a los entrenadores de fútbol y lo que menos me gusta es lo que piensa sobre la guerra del Golfo. Pero nadie es perfecto.Mendoza me parece un Julien Sorel a la española, uno de esos triunfadores que quizá conserven escrúpulos, pero pequeños. Los barcelonistas fundamentalistas están divididos entre los partidarios de Mendoza y los de Ussía, entre los que piensan que el peor presidente para el Real Madrid puede ser Ussía y los que piensan que el peor puede ser Mendoza. Trato de explicárselo a Achero. A mí, en cambio, me molesta que el Madrid esté en horas bajas porque eso minimiza el éxito del Barça. A mí me encantaban los interiores del Real Madrid porque siempre hacían pases en profundidad, la única profundidad permitida en España en los tiempos de Velázquez, Aranguren y Sacristán. Velázquez no era el de Las meninas, era el interior izquierda del Real Madrid. No creo que el joven actor Achero entienda mi aireplay,pero en fútbol el prejuicio es mucho más inocente que en política. Por ejemplo, Achero es del Atlético de Madrid, pero como está en mi casa es del Real Madrid. ¡Joder con la nueva generación! Son como nosotros.

15 Abril 1991

Sí, pero…

José Vicente Hernáez

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Ganó Ramón Mendoza. Era lo previsto, aunque algunas encuestas dieran como vencedor a Alfonso Ussía. Perder unas elecciones desde el poder es bastante difícil, por no decir imposible. Mendoza lo sabe perfectamente. Perdió unas yendo de aspirante ante un Luis de Carlos que tenía poco que ofrecer a los socios, salvo un pobre balance deportivo y una débil gestión económica, heredada de Santiago Bernabéu. Convendría que algunos se fueran enterando ya de que el patriarca dejó al club blanco con unas deudas superiores a los setecientos millones de pesetas ¡de entonces!, aunque ello signifique nadar contra corriente.

Tendría que quedar claro también que menos de cinco mil votos de diferencia entre un curriculum vitae de once títulos en cinco años contra otro cuya baza máxima era la de un reciente plantón de Vujadin Boskov no es como para mostrar esa sonrisa de dentífrico que mostraba Mendoza en la noche del domingo.

Lleva razón Ussía al decir que, al menos, las cosas en el Real Madrid ya no serán como antes. Seguro que Mendoza ha captado el mensaje. A partir de ahora se cuidará mucho de pagar cien millones a Ruggeri para que se vaya del Real Madrid, de fichar a Toshack para que el equipo juegue como el Milan de Sacchi, de que Schuster le gane partidos al Atlético mientras cobra del Real Madrid, de que a Michel le castigue Forcen con un partido cuando sólo pensaba ponerle una multa, de que sus asesores le monten otra Asamblea…

José Vicente Hernaez

16 Abril 1991

Ganando también se aprende

Gerardo García

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En la jornada madridista del 14-A, el rotundo 4-0 al Valencia bajo los focos del Bernabéu fue como la guinda de la esperanza blanca en la tarta futurista del Real. Ni el mal tiempo del domingo ni las derrotas cosechadas esta temporada por los campeones amilanaron a la hora de votar a sus socios que reeligieron por goleada a Ramón Mendoza. Fue, justo es reconocerlo, una trascendental jornada para el Madrid, tanto por la masiva y ejemplar afluencia a las urnas, como por la postura de los dos candidatos, que antes, durante y después de la esperada jornada electoral ya habían mostrado su madridismo y sus buenos modales… con los lógicos puyazos, las esperadas indirectas y alguna descalificación propia de toda campaña. El socio lógicamente terminó sopesando juiciosamente los méritos y deméritos de cada cual, su experiencia y sus logros, sus proyectos, sus ofertas y su proyección.

Y tanto el aspirante como el campeón terminaron mostrando deportivamente su buen talante. Alfonso Ussía felicitó a su rival, manifestó que no hará oposición porque el club no es el Congreso y terminó confesando que no volverá a presentarse como candidato a la presidencia. Me figuro que esta experiencia le habrá hecho ver claramente que lo suyo es escribir y no el fútbol de despacho. Y creo que Ramón Mendoza que no había de su victoria, sino de la victoria del Madrid, y que ha destacado el mérito de su inexperto contrincante, sacará seguramente muchas y muy positivas conclusiones de estos meses madridistas de tensiones y tropiezos de decepciones y derrotas, de sufrimientos y de suspense.

Todo lo sucedido esta temporada en suma, les habrá hecho recapacitar seriamente a todos los miembros del Real, empezando por su reelegido presidente y terminando por el último jugador. Ramón Mendoza, al volver a la Casa Blanca, podría repetir lo de ‘decíamos ayer’, pero seguro que su nuevo mandato va a ser ya diferente, bastante diferente al anterior… a muchos niveles.

Ganando, como perdiendo, también se aprende.

Gerardo García

14 Abril 2018

14 de abril

Alfonso Ussía

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El 14 de abril de 1931, con trampas, se proclamó la Segunda República Española, de pésima y catastrófica memoria. Sesenta años más tarde, el 14 de abril de 1991, con trampas, mi candidatura a la presidencia del Real Madrid fue derrotada por la de Ramón Mendoza, con quien mantenía unas estupendas relaciones personales. Su vicepresidente, Lorenzo Sanz, fue protagonista de un milagro que aún no ha sido reconocido por la Iglesia. Centenares de socios fallecidos votaron a Mendoza. Años más tarde, cuando se cumplió la traición de Sanz a Mendoza, frecuentábamos nuestros encuentros. Y disfrutando de un maravilloso arroz en «Casa Benigna», Ramón me lo reveló: «Te hicimos todas las trampas posibles y probables». Y se lo agradecí. La revelación y las trampas. Las noches anteriores a la jornada electoral no pude dormir. Me sentía agotado y preocupado. Me preguntaba con pavor. –Si ganamos, ¿qué hago al día siguiente negociando las primas con Butragueño?-.

Fue tan apretada la votación que mi candidatura la celebró como si hubiéramos ganado. Nos dejó Fernando Satrústegui, inteligencia, generosidad y señorío. El único miembro de la candidatura que deseaba en verdad ganar, era Ramón Calderón, que años más tarde lograría su sueño. Me acompañó gente maravillosa. Juan Guerrero-Burgos, Alfonso López-Pelegrín, Julio García, Carlos Dolz de Espejo, Felipe Hinojosa… El vocal de Agitación y propaganda, era Eduardo Escalada. Y nuestra sede social, la frutería «La Piña de Oro» en la calle Marceliano Santamaría, que fue atacada con cócteles Molotov por los Ultrasur a las órdenes de Lorenzo Sanz. Yo era en aquellos tiempos flaco y larguirucho, y por módico precio, un fotógrafo alemán me retrató para imprimir un cartel, también llamado «póster». Como era muy flaco y tenía las orejas separadas –«Dumbo» me llamaban los Ultrasur-, el alemán intentó pegarme las orejas con pegamento. No concebía que con esas orejas se pudiera aspirar a ser presidente del Real Madrid. Conseguí imponerme y fui retratado con todos mis defectos físicos, de gran atractivo, por otra parte. Tuvimos algún directivo infiltrado. Una hija de Fernando Satrústegui, Marta, era nuestra Jefa de Investigación Criminal. Y Mercedes Urquijo la secretaria de la candidatura. Mercedes es nieta de Luis Urquijo, marqués de Bolarque, que fue Presidente del Real Madrid. Conocí a tres o cuatro de Ultrasur leales y decentes –«Linternas», especialmente-, y a muchos que habían rebasado el límite de la peligrosidad social, como «Ocha», de Ochaíta, y el «Moro», más malo que Abdelkrim. La campaña electoral fue larga y agotadora, pero inolvidable. Paz Casañé a punto estuvo de la ruina porque todos usábamos su móvil, que pesaba aproximadamente tres kilos. Nos apoyó el «bernabeuísmo», con Luis de Carlos a la cabeza. Pero, por fortuna para mí y sobre todo, para el Real Madrid, perdimos. Se me olvidaba. Ya emergía por los mares madridistas Florentino Pérez, al que ofrecimos retirarnos si él decidía presentarse. No lo hizo. Y exceptuando al «As», todos los medios de comunicación se ubicaron del lado de Ramón Mendoza, fundamentalmente José María García, que en aquellos tiempos era el más influyente. De la SER, nada que esperar. Ramón era consejero de «El País», y Paco González y compañía unos obedientes asalariados. Los policías que asignaban a cada candidatura también formaron parte, anímicamente, del grupo. Antonio y Encarna, inolvidables amigos. El día de las elecciones, el Real Madrid les proporcionó unos distintivos en los que se leía: «Policía Secreta». -¿Cómo vamos a ser «Policía Secreta» si se lee a cien metros de distancia?

Aquel 14 de abril supuso para mí el mayor éxito de mi vida. Mientras los ganadores se dispersaron, los perdedores lo celebramos. Y me libré de negociar las primas con Butragueño, mi gran pesadilla. Era niño cuando le pedimos a don Santiago Bernabéu que nos cambiara los abonos del primer anfiteatro por asientos en la Tribuna de Preferencia, para no calarnos los días de lluvia. – Pensadlo bien, chicos, porque cuanto más lejos estéis de los futbolistas, menos os decepcionará el fútbol-.

En ausencia de Fernando, hoy celebraremos el aniversario de nuestra hermosa derrota. ¡Hala Madrid!

14 Abril 2019

Mi 14 de abril

Alfonso Ussía

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Ayer algunos que no pueden recordarlo, recordaron al 14 de abril de 1931, fecha nefasta para España. Al contrario, yo celebré por lo alto mi 14 de abril, que fue el de 1991, día en el que fui derrotado en mi mayor victoria en las elecciones a la presidencia del Real Madrid. Me venció Ramón Mendoza por unos centenares de votos. Ramón, que fue siempre mi amigo, años más tarde, comiendo un arroz en Casa Benigna, me reveló que Lorenzo Sanz, con la colaboración de la Gestora del Real Madrid presidida por un tal Zapata y con conocimiento de la Junta Electoral, había introducido en las urnas los votos a favor de la candidatura de Mendoza de unos centenares de socios fallecidos. No se había puesto al día el censo, y los muertos, por unanimidad, votaron a Ramón.

Ser presidente del Gobierno es mucho más fácil que ser presidente del Real Madrid. Más aún, cuando se llega a las elecciones con un saco repleto de avales y otro saco aún más lleno de ingenuidad e inexperiencia. El objetivo de mi candidatura no era otro que recordarle a Ramón Mendoza que no era el propietario del Real Madrid, objetivo inalcanzable hoy en día porque el actual presidente, con las normas que ha impuesto para competir con él, aunque no sea el propietario efectivo del Club, lo es en realidad. Entre los míos, el único que deseaba ganar con todas sus fuerzas y sueños, fue mi vicepresidente tercero, Ramón Calderón, excesivamente dispuesto a informar de los avatares de mi Junta a José María García, al que deseo un tranquilo y sereno atardecer vital. Mi Junta lo fue de auténticos señores, Fernando Satrústegui, Juan Guerrero-Burgos, Carlos Dolz de Espejo, Alfonso López-Pelegrín, Eduardo Escalada (Agitación y Propaganda), Julio García, Felipe Hinojosa, Rosario Silva, Paz Casañé. Luis Butragueño… No teníamos un puñetero duro, nos enfrentamos al poder establecido, el Real Madrid de Mendoza había ganado cinco Ligas seguidas, La Gestora nos boicoteó, la Real Federación Española de Fútbol nos consideraba unos intrusos, y la prensa deportiva, excepto unos pocos periodistas, se situó en nuestra contra. Los Ultrasur, al conocer que mi primera decisión era disolverlos y cerrar sus locales del Estadio, me amenazaron y cumplieron su amenaza incendiando mi oficina electoral, una frutería llamada «La Piña de Oro» sita en la calle Marceliano Santamaría.

Se llegó a un acuerdo con un fotógrafo alemán con apellido muy musical, Strauss, para que me hiciera la fotografía del «póster» electoral. Su primer paso fue pegarme las orejas con un pegamento que tardó en desaparecer treinta días. Como alemán, no entendía que un individuo con esas orejas despegadas pudiera ilusionar a los socios del Real Madrid. Contratamos en Niza –entrenaba a la Sampdoria–, a Boskov, y días antes de las elecciones, supuestamente con dinero del Real Madrid, se le ingresó a Boskov una agradable cantidad de millones a cambio de abandonar nuestro proyecto, cuyo original manuscrito del propio Boskov guarda Juan Guerrero-Burgos. La puerta de mi casa amaneció dos mañanas con machetes clavados en la madera, y el jefe entonces de los Ultrasur, un tal Ochaíta de Sacedón, me grabó una charla con él, sin importancia alguna, por indicación de Lorenzo Sanz.

El día de las elecciones, 14 de abril, llovía. La jornada resultó inolvidable e interminable. Victoria de Mendoza por unos pocos centenares de votos, los de los socios fallecidos. Curiosas reacciones. La sede electoral de los ganadores era una tumba, y la de los perdedores, una fiesta. Habíamos obligado a Mendoza a competir, y lo habíamos hecho con brillantez. Toda su experiencia a punto estuvo de sucumbir ante nuestra ingenuidad. Mi mejor victoria fue una preciosa derrota.

Ya en mi casa, dormí veinte horas seguidas. Y me desperté feliz. Conseguí más de 14.000 votos, y como buen madridista, el primero que celebró mi derrota fui yo. Días antes, con las encuestas a favor – no conocía a Tezanos–, me asaltaba una permanente pesadilla. –Y si gano, ¿de qué hablo con Butragueño?–. La noche de las elecciones, los miembros de la Junta de Mendoza volvieron a sus casas, resueltamente abochornados, mientras los míos celebraban el revés en una discoteca cantando el «karaoke». Un tiempo inolvidable, de espionajes, traiciones, deslealtades y sobre todo, de amistad profunda con los leales.

Lo mejor para mí, para mis compañeros y sobre todo para el Real Madrid fue perder con tan escaso margen y tanta alegría. Mi 14 de abril es un día que recordaré siempre, libre de trapos tricolores e iglesias incendiadas.