19 diciembre 2014

Nuevo triunfo profesional de Lorenzo Beteta en lo referido al doblaje en castellano

Se estrena en España ‘Big Hero 16’ la primera película de Disney combinando el estilo de su adquisición Marvel

Hechos

El 19.12.2014 se estrenó la película ‘Big Hero 6’.

Lecturas

DISNEY APUESTA POR LO SEGURO EN EL DOBLAJE:

 Disney ha vuelto a recurrido a D. Lorenzo Beteta, que se está consolidando como el director favorito para películas de animación (ya dirigió con éxito los doblajes de ‘Up’, ‘Los Increibles’ o ‘Frozen’). Socio fundador del sindicato ADOMA y responsable de una de las principales escuelas de doblaje de Madrid cuenta con un gran prestigio y aprecio dentro del sector por defender en las películas de dibujos que dirige repartos profesionales formados reduciendo la presencia de ‘famosos’ de otros sectores profesionales.

 D. David Robles, del grupo de voces de élite del doblaje de Madrid (hijo profesional de mítico D. Sálvador Arias), que en ‘Frozen’ puso voz al villano príncipe Hans, en esta nueva película se le ha encargado poner la voz al personaje de Tadasi Hamada.

 D. Iván García Jara, también del grupo de voces de élite del doblaje de Madrid (hijo de la histórica Dña. Amelia Jara) y famoso por poner la voz a James en Pokemon pondrá la voz al peculiar Fred ‘Frezilla’.

 Dña. Laura Pastor (voz Hermione en las últimas películas de ‘Harry Potter’) que en ‘Frozen’ puso voz a la protagonista princesa Elsa bajo la batuta del Sr. Beteta, también estará en ‘Big Hero 6’ como Honey Lemon.

19 Diciembre 2014

Animación, "destilando la vida"

Fátima Elidrissi

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El matrimonio de Disney y Marvel ha dado su primer fruto animado. Cinco años después de que la fábrica de los sueños adquiriera al gigante de los cómics se ha estrenado en los cines Big Hero 6, la primera película de animación de Disney inspirada en un cómic de Marvel. Hoy esta cinta de superhéroes llegará a nuestras pantallas, pero la pasada semana los directores Don Hall y Chris Willliams, el productor Roy Conli y el animador español Valentín Amador se adelantaron a su criatura para ofrecer una clase magistral a los alumnos de la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos TAI.

«Hace tres años y medio comencé a hablar con [el director creativo de los estudios] John Lasseter sobre este proyecto», explicaba Hall, que se estrenó en la compañía con Tarzán y desde 1995 ha trabajado en las películas Tiana y el sapo o Winnie the Pooh. «De niño me encantaba la animación de Disney y los cómics de Marvel así que esta película es un sueño hecho realidad». Pero tranquilos expertos del tebeo: es normal que desconozcáis la existencia de esta colección, ni siquiera en Marvel lo sabían. «Se sorprendieron mucho cuando Don se interesó por Big Hero 6. Muchos ni siquiera recordaban que lo tenían. Tuvieron que mandar a alguien a comprar una copia por las tiendas de cómics de Nueva York porque no tenían ninguna», explica su colega Williams, director de Bolt y parte de Disney desde 1994 en míticas animaciones, como Mulán.

Ahora los dos cambian de tercio con este oscuro cómic del que, insisten, sólo se sirvieron como inspiración para crear una historia original sobre la pérdida de un ser querido a una edad temprana. Protagonizada por una pandilla de superheroicos geaks, la acción se sitúa en un futuro no muy lejano en la hipertecnológica San Fransokyo, una ciudad que mezcla San Francisco y Tokyo. Y decimos detalladísima porque para la película se construyeron 23 distritos en 3D y 83.149 manzanas de las 150.000 que componen San Francisco, se realizaron 18,8 millones de elementos de construcción, 215.000 farolas, 260.000 árboles y más de 6.000 personas diferentes.

«Sabemos que tenemos un legado de grandes cuentos de hadas, pero es importante no definirnos por eso y continuar expandiendo las fronteras de lo que una película de Disney puede ser», defiende Hall. Y para muestra los héroes de la película: un niño prodigio de 14 años experto en robótica, Hiro Hamada, y un achuchable robot enfermero llamado Baymax. Dos personajes que cobran vida gracias al arte, entre otros animadores, de Amador.

«Un animador es a las películas de dibujos animados lo que un actor a las películas de imagen real. Nosotros hacemos la actuación del personaje», explica el español, que fichó por Disney hace apenas un año y se estrenó con Frozen: El reino de hielo.

Volviendo a Big Hero 6, el animador confiesa que el reto en su profesión es conseguir que la obra, realizada en este caso por 103 animadores, parezca única, y que cada personaje tenga su propia alma. Por ello los directores insisten en que, sobre todo en el caso de Baymax, era indispensable crear un robot nunca visto. Tanto que buscaron imágenes de todos los robots de la historia del cine para que el suyo fuera único.

«El diseño de Baymax es el resultado de hablar con expertos en robótica sobre las tendencias en los robots enfermeros. No decimos ‘queremos hacer una historia sobre un robot blanco’, sino ‘queremos hacer una historia sobre un robot enfermero que cura a un niño’. A partir de ahí dejas que la vida real te dé inspiraciones», explica Amador.

«En la animación las limitaciones pueden ser geniales», cuenta Williams. «Creo que la gente se puede identificar con Baymax en parte porque dependiendo del contexto nosotros ponemos el significado a sus acciones», comenta mientras bromea con el significado que tiene incluso su parpadeo: rápido en condiciones normales y lento si está procesando. Los cuatro coinciden en que, si bien las posibilidades han crecido con las nuevas tecnologías, abrumar con información no es la respuesta. «La animación es fundamentalmente la destilación de la vida. La seña de identidad de Disney es la contención de nuestros animadores».

El español Valentín Amador fue uno de los animadores de la película

19 Diciembre 2014

El achuchable Baymax

Jordi Costa

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Cuando, a principios de los 60, la animación Disney incorporó una técnica de fotocopiado que simplificaba el proceso creativo, algunos agoreros desinformados hablaron de declive. Los auténticos amantes del lenguaje de la animación supieron apreciar la feliz contrapartida estética de esa innovación: esa fase Xerox de la estética disneyana permitía preservar, en el resultado final, la energía, visceralidad y espontaneidad de trazo de los dibujos a lápiz hechos por los animadores. Unos dibujos que, antes, acababan siendo domesticados con líneas de color tendentes a la uniformidad. La excelencia de 101 dálmatas (1961) daba la medida de las virtudes formales de esa evolución.

En los últimos años, algo muy interesante está pasando en el lenguaje de la animación Disney: se empezó a intuir en Enredados (2010), se hizo evidente en Rompe Ralph (2012) y ha tenido fascinantes campos de pruebas en cortometrajes como Paperman (2012) o este extraordinario “Buenas migas” –toda una lección magistral de bien aplicado lenguaje cinematográfico- que antecede a la proyección de Big Hero 6. El desafío consiste ahora en reconquistar la flexibilidad y elocuencia artesanal de la clásica animación disneyana a través de herramientas digitales. Crear imágenes de síntesis que parezcan hechas a mano, en definitiva.

Si uno compara las rutinarias caracterizaciones de los personajes humanos en cualquier película media de animación digital con la riqueza gestual, y las variadas facciones, del reparto de Big Hero 6 obtendrá prueba palpable de los muchos logros estéticos de esta película singular. Adaptación de un grupo de personajes menores del universo Marvel en clave de relato de iniciación juvenil, Big Hero 6 añade un nuevo factor a la fórmula de los comic-books originales: si allí se trataba de hibridar claves manga con dinámicas marvelianas, la película de Chris Williams y Don Hall intenta armonizarlo todo bajo el signo de la perdurable estética Disney.

La trama sigue el modelo del mito fundacional del grupo súper-heroico y no es un dechado de originalidad, pero el tono –lejos de la histeria cocainómana de la animación Dreamworks, cerca de la buena ficción juvenil atenta a relaciones y desarrollo de personajes- marca una palpable diferencia y la forma no deja de sorprender. En el centro de la seducción está Baymax, un robot inflable que, al principio, parece antes un triunfo del diseño que de la expresividad, pero que pronto revela su potencial para inéditas formas de slapstick y para expresar emociones con eficaz expresión mínima.

10 Enero 2015

Crítica de ‘Big Hero 6’: ¿Está de moda destrozar cómics?

David Larrand

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Cuando Disney compró Marvel sabíamos que iban a explotar los superhéroes más famosos, pero con ‘Big Hero 6’ también han llevado a la gran pantalla un cómic menos conocido.

Aunque no hay que llevarse al engaño, del cómic original solo han tomado el nombre porque cual quier otro parecido es pura fantasía, incluso se podría decir que es una parodia, han hecho un auténtico destrozo llevándolo a su formato más infantil.

La película de animación ‘Big Hero 6’ está dirigida por Don Hall (Winnie the Pooh) y Chris Williams (Bolt), en su versión en original prestan sus voces Scott Adsit, Ryan Potter, Daniel Henney, T.J. Miller, Jamie Chung, Damon Wayans Jr., Genesis Rodriguez y James Cromwell. En su versión en español, la voz de Baymax la pone Álvaro Navarro que también dobla a Rajesh Koothrappali en la serie de televisión ‘The Big Bang Theory’.

En la ciudad de San Fransokyo (mezcla entre San Francisco y Tokyo) el joven genio de 14 años Hiro Hamada malgasta sus días en las peleas callejeras de robots, donde es invencible, su hermano mayor Tadashi le intenta convencer de que debe hacer algo más con su vida, para eso le enseña el laboratorio donde trabaja él y sus compañeros científicos, allí también conoce a Baymax un robot hinchable de aspecto achuchable cuya misión es curar a los humanos, fascinado por el lugar y por el profesor Callaghan, Hiro decide que quiere ingresar allí pero para entrar en Instituto tecnológico (Universidad de San Fransokyo) deberá ganar una feria de ciencias, para ello se rebana los sesos para conseguir algo que deslumbre a todo el mundo, el día del concurso se presenta con unos microbots que son controlados por su mente, con lo que pueden adquirir numerosos formas y tener unas infinitas posibilidades, dejando a todo el mundo impresionado, entonces deberá decidir si quedarse en el Instituto tecnológico o pasarse a la industria privada. Pero un incendio en el edificio hace que mueran su hermano Tadashi y el profesor Callaghan. Pasan las semanas y el joven Hiro sigue deprimido, pero la intervención de Baymax el robot de su hermano y la aparición de un villano que controla los microbots que pensaba que se había destruido en el incendio, hacen que Hiro tenga nuevos objetivos en la vida y decida seguir adelante a pesar de su enorme pérdida.

Crítica de ‘Big Hero 6’: Aunque es una buena película, con una animación muy cuidada y con varios golpes de humor, sobre todo por parte del robot Baymax, está muy por debajo de otros estrenos de Disney como ‘Rompe Ralph’ o ‘Frozen’, quizás han intentado buscar un público más adolescente y la cinta se quede a mitad camino, por eso aunque no ha fracasado en taquilla, no ha sido el éxito que esperaban. La historia está muy vista y el villano defrauda un poco, además la formación del súper grupo está un poco forzada. Aparte de que parece obligatorio que haya un gran trauma infantil para que arranque la historia, algo que Disney le encanta explotar, deberían dejar de usar esa variante y imaginar nuevas formas de hacer puntos de inflexión en las películas que ya cansa un poco. Antes de entrar al cine para ver una de sus películas tendrían que dejar hacer apuestas de quien de los protagonistas va a palmarla. ¡Disney ya sabemos que queréis traumatizar a la juventud pero que no se os vea tanto el plumero!

Lo mejor del film sin duda es la ciudad de San Fransokyo y como se ha modificado para fusionar las dos ciudades que representa, la historia de amistad entre Hiro y Baymax puede recordar un poco a la de Hipo y Desdentao en ‘Como entrenar a tu dragón’.

Lastima que el guión de ‘Big Hero 6’ flojee un poco, pero esperemos que Disney cuando recree otra historia de Marvel sean más fieles, aquí os dejamos el aspecto del cómic y la diferencia que hay con la película.

En definitiva a ‘Big Hero 6’ le damos un 6/10, parece que el número lo hayan puesto a posta porque es la nota que se merece.

20 Diciembre 2014

Crítica: 'Big Hero 6' de Walt Disney

Juan Manuel González

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Tras un buen puñado de años dando tumbos, acorralada entre la preeminencia de Pixar y el evidente gancho comercial de Dreamworks Animation, los estudios de animación Walt Disneyparecen haber encontrado su brújula artística, la senda del éxito. Enredadosseñaló el camino, ¡Rompe Ralph! recuperó el punch de la empresa y Frozen dio la enorme estocada final, amasando montones de millones y generado un interés mediático que continúa ahora, un año después. Ahora Big Hero 6, la primera película de animación Disney basada en unos personajes de cómic Marvel, y por tanto una fusión de los intereses y mitologías de ambas compañías (una es propietaria de la otra, como saben), representa otro notable giro de timón dentro de esta evolución necesaria. ¿Estamos ante otro de los éxitos de la compañía? ¿Qué lugar ocupa Big Hero 6 en esta recuperación de la casa del ratón? ¿Vampiriza Disney los méritos de otros estudios, una vez certificada la inutilidad de ciertos esquemas antiguos?

La respuesta a las cuestiones anteriores está bien clara, salvo en todo caso la última de ellas: estamos ante uno de los buenos títulos de animación del año, y pese algunos episodios un tanto rutinarios, hasta un aceptable filme de superhéroes.

Pese al despliegue de aventura y la evidente evolución en el diseño de personajes, ahora con un ojo mirando al mercado oriental, Big Hero 6 es una de esas películas que tienen bien clara la semilla humana que detona la aventura. Y en este caso es, simple y llanamente, un relato sentimental y de maduración infantil tradicional vestido de aventura de superhéroes a la última. Y aunque la película de Don Hall (Winnie the Pooh) y Chris Williams (Bolt) es mucho más interesante en su primera faceta que en la segunda, una mera y hasta rutinaria excusa para vehicular la historia, hacerla avanzar hacia delante, lo cierto es que triunfa a la hora de conjugar ambos extremos con ritmo trepidante, sentimiento y emoción.

Big Hero 6 es la historia de Hiro Hamada, un joven adolescente que desarrolla un vínculo especial con Baymax, un robot médico heredado de su desaparecido hermano que le lleva a formar equipo con los amigos de aquel. Lo que sigue a continuación es la resolución de un enigma familiar y un relato de maduración personal de Hiro, mientras una serie de situaciones fuerzan a los los chicos a convertirse en una suerte de héroes de alta tecnología.

La primera media hora de Big Hero 6 es la mejor de toda la película, al menos hasta que llega su brillante, emocional desenlace (que por cierto, se guarda una brillante, dramática puñalada final). Repleta de épica cotidiana, fondos de un entorno urbano exuberante y un diseño de personajes expresivo que apenas hace necesarios los diálogos, la película de Hall y Williams nos presenta un mundo futurista creíble y colorista que no hace sino expandirse a cada escena. Su moraleja, en la que la fe en la tecnología que se conjuga con una evidente desconfianza hacia lo corporativo, se basa en desafiar a lo imposible una y otra vez, con un optimismo insistente que jamás resulta cursi, y que de todas formas no oculta el sentimiento de pérdida que atesoran sus imágenes.

Y aquí es donde llegan las referencias a la inalcanzable E.T e incluso a su remedo reciente, la también excelente Super 8 de J.J. Abrams. Big Hero 6 es uno de esos filmes de aventuras infantiles donde el drama del adiós y el duelo se afronta con optimismo y sentido de la aventura, pero se afronta al fin y al cabo. Eso, subrayado por la excelente música de Henry Jackman, y la manera en la que el filme da la cara ante ciertos recodos rutinarios del argumento (la personalidad del equipo no es especialmente reseñable, a diferencia del propio Hiro y Baymax) configuran un lanzamiento estelar, una de esas películas que de postre parecen levantar una franquicia sin particular esfuerzo.