25 diciembre 1969

Se estrena la sexta película de 007: «Al Servicio Secreto de Su Majestad» con nuevo actor (George Lazenby) para James Bond

25 Diciembre 1969

007 al servicio secreto de su majestad

A. Martínez Tomás

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La serie de aventuras del agente secreto 007, el famoso James Bond, continua. Son ya varios los actores que han encarnado a este personaje, con la ambición de igualar a Sean Connery, que por ser el primero es quien ha dejado en los espectadores huella más profunda. El nuevo James Bond es un actor australiano, George Lazemby, de poco más de treinta años y 1´87 de estatura. Este 007 tiene gran apostura, se desenvuelve sin encogimiento y posee las mismas dotes de fuerza muscular y de aparente intrepidez que sus antecesores, aunque tal vez le falta personalidad.

La película empieza con unos alardes fotográficos de auténtica belleza. Este fastuoso prólogo nos hace presentir que, cuando menos es el aspecto estético el film está destinado a rebasar la ya casi monótona serie de aventuras que tienen por héroe a este personaje. La esperanza no llega a lograrse por entero. ‘James Bond’ tiene que hacer frente a tremendas intrigas y correr fabulosos peligros al tener que enfrentarse a una sociedad secreta que, como es costumbre, aspira nada menos que a dominar el mundo.

Los azares de esta nueva historia basada como las anteriores en la serie de novelas que dejó publicadas Ian Flemming, llevan al 007 a un fastuoso lugar de los Alpes en donde existe una clínica que en realidad no es más que cuartel general de la siniestra organización ‘Spectra’. Los riegos, las luchas, las persecuciones, etc, no diferen gran cosa de las que hemos visto en los films anteriores. Pero el escenario es infinitamente más efectivo y deslumbrante. En aquellos seductores parajes, nevados las aventuras adquieren un tono diferente y, por supuesto, más original.

Se prestan también mucho más a que funcionen los llamados efectos ‘especiales’ que realmente consiguen imprimir al film un tono fantástico en muchas de sus fases. También intervienen en gran proporción las mujeres bonitas. Aparte la protagonista, Diana Rigg, que es físicamente una mujer sensacional, encontramos en el cuartel general de ‘Spectra’ un conjunto de atractivas mujeres a las que se ha atribuido la arriesgada misión de contribuir a los siniestros fines de la agrupación a la que sirven.

No hay que decir que ‘James Bond’ va venciendo, uno tras otro, los tremendos riesgos que le acechan y que al final riunfan en toda la línea.

En suma, una película interesante, entretenida, realizada muy espectacularmente, pero que no añade nada nuevo a este ya trillado y rebosado dinero «de aventuras», nos lleva ofreciendo el cine.

A. Martínez Tomás