1 noviembre 1982

Secuestrada una edición del diario EGIN por incluir una proclama de terroristas

Hechos

En noviembre de 1982 fue secuestrada una edición del diario EGIN a instancias de la fiscalia.

Lecturas

Con su forma de tratar los atentados terroristas – justificándolos y denigrando a las víctimas, como en el caso de D. Alberto Toca, el diario EGIN se convertía en la personficación del argumento “algo habrán hecho” de cada víctima del terrorismo. La posición del PSOE, el   partido que  se  disponía a asumir el Gobierno era de oposición radical al terrorismo, y por lo tanto, era evidente su poca afinidad con lo que publicaba el EGIN.  El  23  de noviembre de 1982 los juzgados ordenaron el secuestro de la edición de ese día del EGIN. El motivo era la reproducción íntegra de un comunicado de la banda terrorista ETA en relación con un atentado de Rentería en el que habían muerto tres trabajadores. Existían factores que podían hacer pensar que aquel triple homicidio obedecía a un error de los terroristas que sólo hubieran pretendido causar daños materiales. Fue la propia banda terrorista la que se encargó de desmentirlo en el comunicado de aquel día en el EGIN donde, según los asesinos, aquellos trabajadores eran confidentes policiales. Aquella información, nuevo ejemplo del “algo habrán hecho” que defendía de manera sistemática el diario, además salpicaba a los familiares de los tres asesinados y a sus entornos. Por lo que los juzgados (aún con el Gobierno en funciones de UCD), optaron por el secuestro de aquella edición, era la tercera vez que una edición del periódico abertxade era “secuestrada”. La Junta de Fundadores de EGIN envío un comunicado de respuesta: “No nos dejamos intimidar por semejantes prácticas antidemocráticas y nos reiteramos una vez más en que EGIN seguirá su línea informativa de denuncia conforme a sus principios”. La línea de EGIN era incuestionablemente de denuncia: al Estado y a las víctimas del terrorismo, lástima que no incluyeran la denuncia a los asesinos. Uno de los dirigentes políticos que más indignación mostró con aquellas publicaciones sobre el atentado de Rentería fue el senador del PSOE, don Enrique Casas, de quién hablaré en un capítulo posterior ya que su beligerancia antiterrorista le costó caro.  Pero el militante socialista al que  más  le    afectaba toda aquella situación era a don José Barrionuevo, concejal de Madrid del que ya se sabía que iba a ocupar el cargo de ministro de Interior cuando tomara posesión el nuevo Gobierno. El Sr. Barrionuevo aseguro que su idea de acuerdo a la administración de la policía no era rectificar ni revisar sino una idea de mejorar lo mucho bueno que se había hecho hasta ese momento con lo que asumía lo que se había logrado.