Seis países árabes protestan formalmente contra el periódico DIARIO16 por publicar insultos a Mahoma de Martín Prieto

Desde semanas antes que ardiera la guerra de Arabia estoy sumido en la lectura del Corán en la versión del eximio Cansinos Assens. Mi intención es honesta poc cuanto, aunque jamás lo consigo, siempre pretendo entender el argumento de esta historia furiosa relatada por un loco.

No le recomiendo la lectura a ningún cristiano que no sea renuente a las migrañas, insomne crónico, maniaco o simplemente raro. Apenas he entendido la Azora IV sobre las mujeres, al margen del pequeño detalle acerca del emparedamiento de las adúlteras, no está nada mal en asuntos como el divorcio por consenso y el reparto de bienes que llega a beneficiar a las cuñadas del marido.

Por no entender ni siquiera se me alcanza la sospecha de por qué el fundamentalismo chiita se ha empecinado tanto en degollar despacito al pobre Salman Rushdie y a promocionar tan insensatamente la venta de su novela «Los versos satánicos». No sé qué resulta más abominable: si que quieran asesinar al autor (lo que conllevaría cierto gusto literario) o que estén promocionando la venta de la obra.

Como no tengo ninguna necesidad de buscar refugio ante las iras islámicas desde el momento en que, escondido en mi cueva, hasta mis íntimos tienen dificultades para encontrarme, puedo confesar que, a tenor de todos los análisis psiquiátrico-históricos, Mahoma estaba bastante loco, lo cual no le impidió desarrollar una teoría higienista de la existencia, compasiva, monoteísta y avanzada para su época. El problema del Islam es doble: son ucrónicos con el catolicismo – ellos están atravesando su propia Edad Media – y se dan de bofetadas con la reforma protestante que dirige el mundo occidental.

Círculo por la vida con bastante modestia y sólo en una ocasión me han parado los pies: un muslim iraquí, sunnita, estimó, creo que erróneamente, que había faltado al respeto a la Virgen María en una pobre discusión intelectual sobre el dogma de la virginidad.

Sunnitas y chiítas, sirios e iraquíes, el partido Baas nacionalmente dividido entre ambos, el pueblo palestino ahí, los persas, que para mayor complicación no son árabes, esperando el plato frío de la venganza, fundamentalismo, no ya en Irán sino en Mauritania y en la Asamblea Nacional Argelina, la broma de Israel que ocupa territorios ajenos sin que las Naciones Unidas le pasen ni el resguardo de una tarjeta de crédito, Jordania en el borde de su extención, Libia perpleja, Marruecos en el orden público impuesto por las tropas…

En un panorama maravilloso para que las fuerzas aliadas al mando de ese oso del desierto que es el general americano de cuatro estrellas Schwarzkopf, quien, si no me pierdo en los apellidos de mis parientes políticos, ha de ser un judío polaco, le pegue una patada al tablero y restablezca la paz, la concordia, el orden internacional y la tranquilidad financiera de algunas monarquías teocráticas del Cercano Oriente que deben simbolizar, como los Reyes Magos, lo mejor de la cultura occidental. Habrá que recordar que sólo los animales ven en blanco y negro. Sadam Husein es un oportunista criminal, pero el rey Fahd de Arabia, que ha modernizado la ley coránica lapidando a las adúlteras con volquetes hidráulicos repletos de piedras, no es menos crápula que el Hassan II de Marruecos que tanto parece herirnos con sus visitas recíprocas.

No es noticia saber quién va a ganar la guerra; ya es sabido. Pero después, y por años después, nos vamos a enterar de la cólera de los pobres humillados que no dejan rozar el manto de una Virgen María. No me extraña que el Papa, que siempre tiene buena información, esté preocupado.

Martín Prieto

En nombre del Altítismo.

Sr. director.

Se ha publicado en la contraportada de su periódico del día 22 de enero de 1990 un tema ofensivo por alguien llamado Martín Prieto, en el cual no sólo se insultan las creencias de más de mil millones de musulmantes del mundo, sino también a las santas reencias de las religiones divinas.

En torno a esta cuestión queremos llamar su atención sobre lo siguiente: indudablemente, como dicha persona reconoce varias veces en su texto, no debe gozar de un buen equilibrio psíquico, sin embargo, lo que causa asombro y pena es el hecho de que un individuo tan enfermo pueda tener acceso a las páginas de ese periódico y consiga pubicar ahí sus defectuosas emanaciones mentales.

El departamento de Relaciones Públicas de la Embajada de la República Islámica de Irán expresa su más profundo pesar por le hecho de que estas personas puean utilizar este periódico como altavoz y un medio de fácil acceso para insultar las creencias de los musulmanes del mundo y las religiones divinas.

Asimismo, también desea añadir que la publicación de estos textos – contrarios al principio común de todas las leyes, reglamentos y normas que rigen las libertades individuales y de Prensa – además de para su autor, conlleva también responsabilidades para ese periódico, sin olvidar que no puede tener sitio en las buenas relaciones tradicionales entre España y el pueblo musulmán.

El Departamento de Relaciones Públicas de la Embajada de la República Islámica de Irán, expresando una vez más su más profundo disgusto por la publicación de dicho texto en ese periódico, urge la adopción de medidas para que aquellas personas mal intencionadas que hayan autorizado su publicación se disculparan lo antes posible, a través de la misma página, ante los musulmanes y los seguidores de las religiones divinas.

Embajada de Irán

Con todo respeto al derecho de expresión y amparados en ese mismo derecho, nos vemos obligados a dirigirnos a usted en relación con el artículo firmado por un señor Martín Prieto, publicado en ese diario con fecha 22-1-1991.

1 – Entendemos que la responsabilidad que incumpe a un medio de comunicación y a quienes lo dirigen es servir objetivamente a la verdad y al buen entendimiento, basado en el respeto mutuo, entre los pueblos y comunidades del mundo. No se compadece con este objetivo noble y básico difundir subjetivas elucubraciones.

2 – Textos gratuitamente ofensivos como el de referencia, que lo menos que denotan es una falta de información descalifican no ya al autor, sino al medio que lo publica.

3 – No comprendemos que se mantenga una línea de tan bajo estilo que no obedece a las coordenadas mentales de nuestro tiempo.

Lamentamos que escritos de nula categoría y características soeces como el que nos ocupa, merezcan que nos movilicemos para protestar enérgicamente por tal pulicación, y ello, más que por el escrito en sí, por el medio de difusión.

Embajada de Arabia Saudí

Los embajadores de cinco países árabes han presentado al Gobierno español una nota verbal de protesta por dos artículos firmados por Martín Prieto en DIARIO16, tal como informó este periódico en sus ediciones de ayer. El ministro de Asuntos Exteriores, que los recibió, les contestó del único modo razonable que cabía, con una explicación de la legislación vigente y del juego de la libertad de opinión en una democracia.

Los embajadores, cuyos países respectivos no disponen de una organización jurídico-política parecida a las de España y demás países occidentales libres, equivocaron el destin ode sus críticas. El Gobierno español no podría intervenir – al modo como se entiende donde la vida diaria se regula desde el poder – sin una grave lesión al sistema y sin un escándalo político consdierable. La réplica a las informaciones o la contestación a las opiniones libremente expresadas en una sociedad pluralista tienen un ámbito de juego, que es el formado por los distintos medios de opinión.

DIARIO16 ya publicó días pasados tres cartas de contestación a los artículos de Martín Prieto, respetando su contenido íntegro pese a los insultos que vertían contra el autor y a las veladas amenazas que formulaban. Los supuestos agravios han tenido la oportunidad de replicar las afirmaciones que consideraban erróneas u ofensivas para sus creencias. Y siguen teniendo la puerta abierta para seguir opinando. DIARIO16 es una plataforma de opiniones y presta sus páginas a sus lectores. Quien no tiene nada que hacer en este asunto es el Gobierno.

Y como vehículo plural de opiniones, DIARIO16 respeta la libertad de quienes opinan en sus páginas. Naturalmente, no todos los lectores pueden estar de acuerdo o identificados con todos los escritores de DIARIO16. Incluso algunos pueden sentirse ofendidos por determinadas opiniones. Las opiniones contenidas en un periódico plural no pueden satisfacer a todos por igual. Pero los lectores de DIARIO16 saben que la libertad comporta estos riesgos y que, en todo caso, pueden acceder al periódico para opinar en sentido contrario. Esto es lo que pasa y nada más.