13 febrero 2014

Explicó que se marchó después de que Pedrerol rechazara darle más presencia, aunque aseguro que en el último momento este estuvo dispuesto a nombrarle co-presentador para evitar su marcha

Siro López rompe con Josep Pedrerol y ‘El Chiringuito’ y ficha por ‘Tiki-Taka’ de Enrique Marqués en Mediaset España

Hechos

  • El 13.02.2014 D. Siro López se estrenó como tertuliano en el programa ‘Tiki-Taka’ que se emitía por CUATRO y ENERGY, canales de Mediaset España.

Cuando me fui de El Chiringuito

Siro López

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Contrariamente a lo que muchos piensan, mi marcha de El Chiringuito no se produjo tras la bronca viral con Josep Pedrerol. Ese enfrentamiento fue un año antes de que naciera El Chiringuito.

Al día siguiente de aquella disputa, Pedrerol llamó primero a Julita, porque yo no le quería coger el teléfono. Ya había decidido marcharme. Pero, una vez más, me dejé convencer. Julia me persuadió, le terminé cogiendo el teléfono, me pidió disculpas y hablamos un rato. Era un poco como la actitud de estas personas que siempre parece que quieren denigrar y someter a los que están bajo sus órdenes. No pretendo banalizar el tema, lo digo en serio. No quiero exagerar, pero es de esas personas que tienen una reacción violenta de la que después se arrepienten y te piden disculpas. Le ha pasado conmigo y con más gente, que conste. Él tiene reacciones incontrolables y luego siempre intenta solucionarlas pidiendo perdón, lamentándose y diciendo que no volverá a pasar.

Creo que, al final, mi marcha se debió a un cúmulo de circunstancias.

Habría que comenzar hablando de la relación que mantuve durante años con Josep Pedrerol y aclarar que nunca fuimos amigos. Aunque en algún momento haya podido utilizar la palabra ‘amigo’ para definir mi relación con él, creo que es un término con una entidad más importante que llega tras mantener una relación con alguien con el que puedes pensar distinto, pero donde acaban por ser más los aspectos que te unen que los que te separan. En el caso de Pedrerol, tanto profesional como personalmente siempre hemos estado en polos opuestos. Habrá quién diga: “Aguantaste durante 12 o 14 años con él”. A ver, codo con codo solo estuvimos los últimos cuatro años, desde que dejé TELEMADRID en el verano de 2010 hasta que me fui de ‘El Chiringuito’ en enero de 2014. Hasta entonces fui un colaborador más, que iba unos minutos antes al a tertulia, me maquillaba, debatíamos y me volvía a casa. Es cierto que conmigo, quizá por ser uno de los que estuvo desde el principio, tenía más acercamiento y me pedía más consejos.

Su forma de ver el periodismo no tiene nada que ver con la mía. Es una persona a la que le obsesionan las exclusivas y ser el número uno, pero a nivel de números, no de reconocimiento profesional, algo que creo que nunca ha tenido. Siempre ha estado rodeado de personas que le han dorado la píldora y han ejercido la labor de palmeros, pero muy pocas veces se han atrevido a llevarle la contraria. Me metería en un saco con Luque, a los que nos preguntaba más y le mostrábamos lo que haríamos o dejaríamos de hacer, aunque luego él siempre hacía lo que le daba la gana.

Recuerdo sus inicios. Empezó en la SER cuando yo ya llevaba tres o cuatro años en ANTENA 3 RADIO con José María García, y coincidíamos en algunos partidos de fútbol del Barça. Poco más.

Después, cuando yo ya estaba en el Depor, cada vez que CANAL PLUS narraba desde nuestro campo, Carlos Martínez, Michael Robinson y Josep Pedrerol quedaban para cenar con Augusto César Lendoiro, con el que habían entablado amistad. A esas cenas yo no iba, ya que los domingos, después de los partidos, solía ir a cenar con Irureta y con nuestras mujres, si estaban, como ya os he contado en otro capítulo. Nuestra relación se limitaba a la estricta entre el jefe de prensa de un equipo de fútbol y el periodista que hacía entrevistas a pie de campo y a pie de palco.

En 2002 me llamó para preguntarme si me interesaría participar en una tertulia nocturna que iban a hacer Joaquín Ramos Marcos y én en Radio INTERECONOMÍA.

Le dije que sí.

  • ¿Y cuánto vas a cobrar? – Me dijo Julia.
  • Pues no sé, no les he preguntado.
  • ¡Hala! Como siempre. Te has vuelto a comprometer sin saber… ¿Y si no te pagan?
  • Pues, Julia, si no me pagan, estaré mientras me apetezca, y después Dios dirá. Qué le vamos a hacer…

Total, empezamos ese programa. Los primeros años, insisto, era un colaborador más. No tuvimos ningún tipo de enfrentamiento. Podíamos tener disparidad de criterios, poco más.

El Contexto.

Josep Pedrerol es una persona de esas que pasa del amor al odio con mucha rapidez e intensidad. Tan pronto te adora, como te repudia.

Mucha gente me pregunta por qué, si lo sabía, aguanté otros cuatro años. No le falta razón. Antes de nada, soy un profesional, y si no tengo un puesto de trabajo que cubra mis necesidades mínimas, pues aguanto. Y aguanté. No me quedaba más remedio.

Josep ve enemigos por todas partes. Para él, el rival no es un rival sin más, sino un enemigo a batir. Intenta generar lo que podría ser el modus vivendi de las sectas: “Estás conmigo o contra mí, somos una familia estamos juntos, y no puedes colaborar con nadie más, tienes que renunciar a amistades del pasado que no sean una buena influencia para el programa”.

Una anécdota: una vez fui a comer con Juanma Rodríguez, una de las actuales estrellas de ‘El Chiringuito’, con el que tenía algo de relación en aquel momento.

  • Vamos a hacernos una foto – me dijo después de comer. Y la subió a alguna de sus redes sociales.
  • ¿Cómo es que has ido a comer con Juanma Rodríguez? – me dijo Pedrerol esa misma tarde, cuando llegué a Intereconomía.

Juanma estaba en la radio y de tertuliano en un programa que después derivó en ‘Tiki-taka’ y en otro programa de MARCA-TV en el que Cristobal Soria y Paco García Caridad también apuntaban maneras televisivas.

  • Pues nada, porque es amigo mío. Nos vemos de vez en cuando. ¿Por qué lo dices?
  • Joder ¡porque es el enemigo!
  • ¿Cómo que el enemigo? ¿Te ha hecho algo?
  • No, joder, pero está en el programa este…
  • Ya, pues para mí no es más que un compañero que trabaja en otro programa, y ya está. Y te digo una cosa, no te voy a pedir permiso para irme a comer con quien me dé la gana. Voy a seguir siendo amigo de quien considere que merece mi amistad.

Fue otra vuelta de tuerca a lo que os decía antes. En esa redacción he vivido situaciones dantescas. De puertas para dentro, fuera de cámara, era mucho peor. Podía aparecer en la redacción, dar un golpe fuerte en la mesa y soltar un grito desgarrador porque se había acordado de algo de la noche anterior, profiriendo insultos hacia el que hubiera cometido ese error, con muchísimo menosprecio hacia los chavales que allí trabajaban o trabajan.

  • ¿Y por qué lo seguís aguantando? – Les he preguntado alguna vez a los chicos que siguen por ahí.
  • Ya sabes que es muy exigente y que luego siempre te pide perdón.

A veces compensa a los que denigra dándoles un caramelito, como dejarles hacer alguna publicidad. Pero te lo puede volver a quitar si te portas mal. Con las explicaciones pertinentes o sin ellas.

Con José Antonio Luque también tuvo algún detalle que marca lo que os he dicho sobre el concepto de la amistad y la enemistad de Pedrerol.

  • Oye, Siro, ¿le hacemos una despedida a Luque? – Me preguntó Josep al confirmarse que este se iba a TELECINCO.
  • Claro, hombre ¡cómo no se la vamos a hacer! En el último programa con él anunciamos que se va y le agradecemos lo que ha aportado a nivel periodístico y humano.

Y nos salió un programa muy bonito.

Pero al día siguiente – quizá después de que alguno de sus ‘consejeros’ o de su séquito le dijera lo que estaba bien o mal – al volver a coincidir, me cogió por banda y me dijo:

  • Siro, yo creo que nos hemos equivocado despidiendo a Luque.
  • ¿Cómo que nos hemos equivocado? Si quedó muy bonito, jodoer. Dimos una imagen cojonuda y estuvisteis muy bien José y tú.
  • Nada, yo creo que nos hemos equivocado. Al final nos ha dejado tirados, se va al otro lado, son nuestros rivales y ya verás como a la larga, a pesar de que me ha dicho que no, aparece en ‘Tiki-taka’, nuestros rivales directos. Nos hemos equivocado.

Intenté convencerle de que no era así. José era el mismo antes y después de tomar esa decisión; no dejaba de ser un tema laboral, y ahí no podíamos entrar. Ni nos ha fallado a nivel personal, ni nos había engañado, ni nunca tuvo un mal comportamiento con nadie de la redacción.

Esas formas de actuar me fueron haciendo mella hasta que me vi empujado a alejarme de todo aquello. Como era el dueño del cotarro, le quitaba o te daba su sentimiento, y te obligaba a bailar a su son.

Llegó el mes de diciembre de 2013 y hubo un rifirrafe entre Pedrerol y Julio Ariza porque nos debían dos meses de sueldo. Una tarde, Julio decidió prohibirnos la entrada. Y nos quedamos fuera.

Nos reunimos, los que nos habíamos quedado fuera hicimos piña y tranquilizamos a la gente de redacción, pues les hicimos ver que aquello ya no tenía remedio, pero que seguro que encontraríamos trabajo en otro lugar.

Y así fue. A cabo de pocos días nos llamaron de TRECE Televisión para hacer el programa en su cadena. También nos telefoneó Bardají, el consejero delegado de ANTENA 3 TV, con el que Pedrerol siempre tuvo una buena relación. Habían tenido contacto el verano anterior y ya comentaron la posibilidad de desembarcar en su canal.

Era difícil dejar Intereconomía porque, haciendo números, Josep Pedrerol ganaba muchísimo dinero. Pero muchísimo.

Echando cuentas de los sueldos que dejó de pagar Julio Ariza, unos 400.000 euros, y lo que sabíamos que costaba el programa, llegamos a la conclusión de que Pedrerol se llevaba una pasta gansa al mes. Siempre he dicho que Ariza le hizo millonario y que este, a pesar del final que tuvieron, tendría que besar por donde pisa el primero.

Eso me empezó a generar dudas sobre el Pedrerol persona, no por lo que ganaba – de lo que me enteré después – sino porque, al analizar la situación, comenzó el programa en la radio con Joaquín Ramos Marcos con la única publicidad de Halcón Viajes, ya que el exárbitro era íntimo amigo de Juanjo Hidalgo, expresidente de la Unión Deportiva Salamanca y presidente y dueño de Halcón Viajes, y emprendieron la aventura de la radio y dejaron CANAL PLUS gracias al soporte económico de esta empresa.

Curiosamente, a medida que el programa ganaba protagonismo en la televisión y aumentaba su audiencia iba creciendo la falta de confianza de Pedrerol en Ramón Marcos, del que se fue distanciando poco a poco. Pedrerol cada vez le veía más defectos y muy pocas virtudes, lo que terminó desembocando en la ruptura empresarial. Lo que había sido una sociedad que funcionaba muy bien dejó de existir. Desconozco qué tipo de compensación económica recibió Joaquín por salir del todo aquello, nunca lo hablé con él, pero dejó de ser socio de Pedrerol y, al cabo de poco tiempo, de colaborar en el programa.

EL DESENLACE

Volvamos al fin del camino en Intereconomía. Como he comentado, empezamos a recibir distintas ofertas. Y digo ‘empezamos’ en plural, porque fui su hombre de confianza para ayudarle a tomar decisión del desembarco. Tan de su confianza era que todavía guardo en casa los números de lo que iba a cobrar la gente en ‘El Chiringuito’ y de lo que cobraban los colaboradores en ‘Punto Pelota’ y por eso puedo hablar de los números de aquella época sin temor a equivocarme.

Durante esas intensas semanas hablamos mucho. Llegó un momento, hacia el 18 o 19 de diciembre que, con las dos ofertas sobre la mesa (TRECE Televisión y Atresmedia), llegamos a la conclusión de que había que tomar una decisión ya, pues la idea era empezar a emitir desde la nueva cadena en enero.

TRECE nos ofrecía una oferta muy similar a la de Intereconomía en lo que a infraestructura se refiere, aunque alejada en el aspecto económico. Nos daban toda la publicidad que consiguiéramos y ellos ponían los medios técnicos y había cierto reparto de los ingresos publicitarios. No había mucha diferencia. Económicamente, quizá fuera más interesante TRECE, al menos a corto plazo. Pero a nivel de empresa y de futuro, era mejor la oferta de Atresmedia.

Valoramos los números, lo que cobrarían fijo Tomás Roncero y Petón, lo que podría cobrar yo y lo que se iba a ofrecer a los colaboradores. En ese sentido, Pedrerol siempre ha sido de los que mejor han pagado a los tertulianos, todo sea dicho, lo que ayudaba a que la gente no se le vaya.

Nos fuimos a Atresmedia. Organizamos una cena con los tertulianos el 22 de diciembre para dar a conocer la noticia.

Pasamos de hablar casi a diario a no recibir ninguna llamada suya. El día 27 de diciembre seguía sin saber nada de él.

A través de la prensa me enteré de que el 5 de enero se iba a presentar oficialmente el nuevo programa de deporte de las noches de Atresmedia, conducido por Josep Pedrerol

No me lo podía creer. “¿Qué cojones le ha pasado a este tío?” pensaba yo. Hacía apenas dos semanas que estábamos comiendo para organizarlo y, de repente, eso.

Y cuando llegué a la presentación noté que el feeling no era el mismo. Algo se había roto y no sabía cómo ni por qué. Pasé a ser uno más. Pidieron una foto de todos juntos y al único al que no llamaron fue a mí. Me incorporé, sí, pero estaba claro que yo ya no era su hombre de confianza ni nada que se le pareciera.

  • Oye, que aquello de que habíamos hablado de que ibas a cobrar lo mismo que en Intereconomía, no llegamos.
  • Bueno, ya te dije que no te preocuparas. Fuiste tú el que te comprometiste a pagarme como en Intereconomía. Sabes que con que me cubras los mínimos es suficiente.
  • Vale, Vale, perfecto, quedamos así.
  • De todos modos, ¿sabes como me lo podrías mejorar? Como estamos en Atresmedia, presentas el programa de los deportes de La Sexta y llevas siempre a un tertuliano para debatir, invítame.

Lo presentaba con Lara Álvarez, quien podría escribir un libro sobre lo que vivió en aquela época. Le podríamos preguntar cuántas veces salió llorando de aquel programa y por qué lo dejó cansada de que le hicieran mobbing.

Aquella proposición cayó en saco roto.

“Podrías echarme una mano para que me salga a cuenta. Llévame de tertuliano a Jugones alguna vez por semana, que eso además no sale del presupuesto de ‘El Chiringuito’.

  • No, joder, es que eso baja mucho la audiencia.
  • ¿ME estás diciendo que por un minuto y medio que entre a hacer un comentario la audiencia baja tanto como para no poder llevarme? Estás de coña, ¿no?
  • Sí, sí, joder, es que tendrías que ver los números.
  • Se me ocurre que en nada se celebrará la Gala del Balón de Oro, que también sale del presupuesto de ANTENA 3 y me podrías llevar a participar.

Se quedó callado. Si eso fue un jueves, al lunes siguiente, en vez de llevarme a mí, se fue con Tomás Roncero.

  • Oye, le dije a José Antonio Luque – pregúntale a Manolo si la oferta qye me hizo en octubre sigue en pie, si le sigo interesando para ‘Tiki-taka’ e incorporarme a Mediaset.

La oferta de Manolo incluía la narración del MundoBasket y la posibilidad de hacer el siguiente EuroBasket.

  • Oye, que sí. Si no estás a gusto, nos sigue interesando que te vengas y hagas baloncesto de Mediaset con nosotros.

El jueves se emitía el último programa y coincidió con fin de mes.

  • Oye, Siro, joder, ya sé que te va a molestar, pero tenemos que sentarnos porque he estado haciendo números y no llego. Tenemos que hablar para ver lo que te voy a pagar.

Corté por lo sano.

  • Mira, creo que puedo resolver el problema y te va a venir bien para el tema económico del programa. No te lo había dicho pero desde octubre tengo una oferta de Mediaset encima del a mesa y he decidido aceptarla. Sé que estoy siendo un problema y el presupuesto lo tienes muy ajustado. Creo que es lo mejor para los dos.

Le cambio el rictus. Se quedó helado. Se le dio la vuelta el alma. Cambió de actitud.

  • ¿Pero les has dicho ya que sí?
  • No, no se lo he dicho todavía, pero se lo voy a decir porque ya lo tengo decidido, lo tengo claro y…
  • Joder, pero ¿no me puedes dar una oportunidad? Voy a hablar con Ferreras y Bardají porque tú no te puedes ir. Para mí eres el más importante.
  • Pero vamos a ver, Josep. ¿Qué me estás contando? Sabes que eso no es verdad desde hace un mes y medio. Te has ido desdiciendo de todo lo que me habías prometido.
  • No, joder, eso no es verdad. Ya sabes como soy…
  • ¿Sabes cuál es tu problema? ¿Te lo cuento? Que castigas y descastigas a la gente, y así no se puede ir por la vida. Un día decides que tal persona no te merece y, como si esto fuera el colegio le castigas con tu indiferencia personal o con la laboral. ´

De pronto, todo lo que era un no rotundo se convirtió en un sí incondicional. Tal fue la cosa que llegó a ofrecerme copresentar el programa con él. ¡Copresentar Jugones! Lara se acababa de ir y, de un día para otro, quería que estuviera con él. También me ofreció ser el comentarista en La Sexta en los partidos en los que hubiera equipos gallegos. Me puso sobre la mesa todo lo que pudo y más porque, según él, en ese momento yo era imprescindible. Llegó hasta a llamar a Julita para que intercediera e intentara convencerme. Y con esas estuvimos unos quince días.

  • Mira, Josep, es mejor que separemos neustros caminos. No voy a estar a gusto ni como estaba antes. Aquí se ha roto algo. Espero que no me la líes cuando me vaya, que nos conocemos, que tenemos que acabar bien. No te pido que me hagas una despedida porque ´se como piensas, pero no me la líes. Le insistí.
  • No, joder. No te preocupes. Ya sabes que somos amigos. Yo te quiero mucho.

Ese lunes se anunció mi fichaje en una web en la que decía que dejaba ‘El Chiringuito’ y que me iba a ‘Tiki-taka’ de Mediaset.

Pedrerol escribió un editorial en el que insinuó, con palabras muy sutiles – arte que maneja a las mil maravillas – que se quedaban los que se han querido sacrificar por la causa. Metió frases diciendo que me deseaba lo mejor y que respetaba que cada uno tomase sus decisiones, pero dejó caer delante de todo el mundo que me iba por dinero, que había sido un traidor, que había abandonado el barco, pero que ellos seguirían siendo una familia aunque hubiera gente que eligiera marcharse. Todo con mucha sutileza, ya digo. Lo que parecía una despedida cariñosa, fue una hostia en la línea de flotración para que me pusieran a parir.

Días después me mandó unos wasaps cariñosísimos: “Eres la peor persona que he conocido en mi vida. No me busques, que me encontrarás”, me dijo, entre otras lindezas.

“Mira, Pedrerol, olvídate de mí, que he pasado página hace unos días. Relájate y olvídate de mí”, le contesté.

Y se acabó.