23 enero 2007

Indignación en la izquierda mediática por ser Gómez Bermúdez un juez conservador y por anunciar que permitirá que en el juicio del 11-M comparezcan miembros de ETA

Tras varias impugnaciones se confirma que el juez Gómez Bermúdez presidirá el juicio del 11-M frente a las aspiraciones de Garzón

Hechos

Después de dos impugnaciones seguidas presentadas por los jueces De Prada y Garzón, el 17.01.2007 el CGPJ volvió a votar para presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional escogiendo al juez Gómez Bermúdez por 10 votos, frente a los 4 votos del juez Garzón.

Lecturas

CRÍTICAS EN EL GRUPO PRISA A LA ELECCIÓN DEL JUEZ GÓMEZ BERMÚDEZ

zap_iñaki_gabilondo_noticias_cuatroEl principal líder de opinión del Grupo PRISA, el director de ‘Noticias Cuatro’, D. Iñaki Gabilondo, lanzó desde su programa en CUATRO y duro alegato contra la elección de un juez conservador como D. Javier Gómez Bermúdez para presidir la Sala Penal de la Audiencia Nacional y, por tanto, presidir así el juicio del 11-M. En opinión del Sr. Gabilondo con su presencia «buscaría un espacio a ETA» en el juicio de la masacre terrorista, para culminar con el alegato: «la justicia española no es ciega, es tuerta, ve muy bien con un ojo: el derecho».

21 Noviembre 2006

ACOSO A GÓMEZ BERMÚDEZ

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Por segunda vez en apenas seis meses, la Sala Tercera del Supremo decidió ayer dejar sin efecto el nombramiento de Javier Gómez Bermúdez como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Los magistrados han tomado esta decisión en respuesta al incidente de ejecución presentado por Baltasar Garzón, miembro de la terna de candidatos a ocupar el puesto. Garzón -que había permanecido agazapado durante todo el proceso- se decidió a presentar este escrito sólo cuando el pasado mes de mayo prosperó el recurso de su colega José Ricardo de Prada.

El Alto Tribunal -que ha adoptado la resolución por una holgada mayoría de 24 a seis- estima que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha incumplido la sentencia que invalidaba el nombramiento. En vez de motivar la designación sobre los méritos que los candidatos al puesto habían alegado en julio de 2004, el informe del Consejo refleja diversos aspectos del currículum de Gómez Bermúdez posteriores a ese momento.

La decisión de ayer es un serio tirón de orejas al CGPJ, que por tercera vez tendrá que elaborar su informe antes de volver a dictar el nombramiento. Si el máximo órgano de gobierno judicial hubiera sido más cuidadoso al aplicar la sentencia, el presidente de la Sala de lo Penal no habría sido descabalgado de nuevo, pero no es menos cierto que ninguno de los propios jueces del Supremo se sometieron en su día al duro escrutinio que hoy padece Gómez Bermúdez y que sus nombramientos fueron tan inmotivados como el suyo. De todas formas, el descuido del Consejo ha dado argumentos a la minoría progresista, que intenta emborronar el buen nombre de un juez incómodo para el Gobierno en pleno proceso de negociación con ETA.

Porque al margen de la opinión que merezca la actuación del CGPJ, la ciudadanía tiene derecho a sentir una cierta perplejidad al ver que el primer nombramiento que el Supremo anula en su larga historia es precisamente el del magistrado que va a presidir el tribunal del 11-M, el mismo que favoreció en su día un cambio doctrinal del Alto Tribunal para que etarras como el sanguinario Henri Parot no pudieran salir a la calle gracias a la redención de penas, el mismo que dejó en evidencia la falta de competencia del propio Garzón en el caso de los peritos. Es evidente que ni al Ejecutivo ni a la minoría progresista les interesa que Gómez Bermúdez esté en ese puesto clave en un momento tan decisivo. Ésa es la verdadera razón por la que se aferran a cualquier aspecto formal para cuestionar que ejerza en un puesto para el que nadie ha cuestionado sus méritos.

22 Noviembre 2006

El Supremo no transige

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

Leer

No era fácil imaginar una situación en la que el Consejo General del Poder Judicial tuviera que ser llamado al orden por el Tribunal Supremo por el manifiesto incumplimiento de una sentencia. O peor todavía: por hacer el paripé de cumplirla, buscándole las vueltas para eludir hacer lo ordenado por el mandato judicial. Constituye, así, todo un escándalo que el Consejo -controlado por la mayoría de vocales afines al PP- haya pretendido saltarse a la torera lo estipulado expresamente por el Supremo en el caso del nombramiento del magistrado Javier Gómez Bermúdez como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

El primer nombramiento de Gómez Bermúdez al frente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, a la que fue promovido en julio de 2004, fue anulado por la Sala Tercera del Supremo hace apenas seis meses por falta de motivación. Y ahora acaba de serlo el segundo si cabe por una razón más grave: haberse llevado a efecto con una motivación ficticia y discriminatoria para con el resto de los candidatos, mediante el subterfugio de inflar hasta seis folios el historial profesional de Gómez Bermúdez y minusvalorar hasta el ridículo el de los otros, como el del juez Garzón, o el de magistrado con larga experiencia Félix Alfonso Guevara. No es extraño que los ocho vocales de la minoría se desmarcaran de la propuesta de nombramiento por «estar viciada de origen».

El portavoz del CGPJ ha pretendido quitar hierro al correctivo atribuyéndolo a meros «vicios de procedimiento». No son cuestiones de forma, muy al contrario. Son de fondo, y el Supremo ordena respetarlas e indica que tienen que ver con la igualdad y la no discriminación en la valoración de los méritos de los candidatos. El sector conservador del Consejo tiene que poner en claro sin trampa alguna, si es que insiste en proponer a Gómez Bermúdez, cuáles son los méritos que le hacen acreedor del puesto frente a candidatos que están muy por delante en el escalafón y que acreditan una larga experiencia en ese tribunal instruyendo o enjuiciando causas por terrorismo. Es de esperar que a la tercera ocasión lo haga.