26 febrero 1983

El columnista de EL PAÍS incumplió la norma que exigía guardar el secreto de los concursantes

Umbral (EL PAÍS) expulsado del Jurado del Premio Ruano por pedir la depuración de uno de los concursantes, Aguinaga por ‘franquista’

Hechos

El 26.02.1983 D. Francisco Umbral fue expulsado como miembro del Jurado del Premio Ruano por conculcar, en un artículo en EL PAÍS, una la normas del concurso que prohibía hacer públicos los nombres de los concursantes.

Lecturas

Francisco Pérez Martínez ‘Francisco Umbral’ publica el 23 de febrero un artículo en El País lamentando que a los concursos periodísticos como el del premio González-Ruano de cuyo Jurado forma parte se sigan presentando periodistas franquistas como Enrique de Aguinaga López recomendando una depuración. El citado Auguinaga López responde desde ABC que ‘Francisco Umbral’ se ha saltado la norma de confidencialidad obligada para ser parte del jurado logrando que este sea expulsado como miembro del jurado del mismo.

23 Febrero 1983

EL NIÑO

Francisco Umbral

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Me llega el carpetón con los artículos para el premio González Ruano, lo primero me sale Aguinaga, una ilustre carroza de ARRIBA. Presidente González, o se va a la depuración, aunque la palabra tenga connotaciones siberianas, o aquí no damos un paso.

Lo que hace falta saber es si con este niño se le ha pegado el alto -y el tiro de gracia- al socialismo democrático, o si con lo de este niño se ha suicidado moralmente un Cuerpo.Anoche estuve en el Colegio Mayor Santa María del Pino hablándoles a las niñas y las monjas (de civiles) de nuevo y viejo periodismo. Aquel que recibe una pistola del Estado debe saber que el arma es un símbolo más que una herramienta. Esto me parece que no se les ha explicado, y la culpa es de nuestras sempiternas autoridades, no del profesional de los caminos, que no conoce más letra pequeña que la del reglamento. Hay sitios donde socialistas y socialdemócratas, recién nombrados como directivos o presidentes, se encuentran con el mar de los Sargazos de la burocracia franquista, que sigue incógnito. No se hace una reforma, tíos, con el personal de la dictadura. El fascista sigue siendo fascista por muy, temprano que se levante, y ahora tengo oído que se levantan cuando «apriesa cantan los gallos, ya quieren quebrar albores». El dibujo de Máximo, en este periódico, me ha hecho llorar. Cómo emociona la emoción de los «cartesianos». Las ninfas del Pino me hacían preguntas reticentes, resistentes, indagantes. Se ve que no van a ser pasotas ni liberadas ni acratillas ni modernas de ahora , ni rien de rien. La enseñanza religiosa, pues (en cuya polémica sigue olvidándose a los colegios mayores), tiene sus efectos narcotizantes hasta que las ninfas dejan de serio. Nabokov ya se ha muerto y Ada o el ardor me parece que ha perdido mucho ardor, con la menopausia.

Me llega el carpetón con los artículos para el premio González Ruano. El primer nombre conocido que encuentro en la relación de concursantes es el de Enrique de Aguinaga, que hizo la columna municipal en ARRIBA muchos años, con marcha, cuando yo era pequeñito, y luego se pasó de la crítica municipal a la Administración municipal, como tantos, en un curioso mercado de rehenes que fomentaron mucho Mayalde y otros alcaldes que no ejercieron en balde. O sea, que es lo que me dijo una vez don José María de Cossío, con sus dientes feos y su risa verde de ranita de cuento:

-Mire usted, Umbral, desengáñese. Aquí en España, en cuanto se averigua un poco, somos siempre los mismos, una gran familia: toreros, duquesas, nobles y escritores.

Quiero encontrar mi caballo ganador entre el nuevo periodismo (también les hablé de esto a las pequeñitas, sí, y qué adorables algunas), pero lo primero me sale Aguinaga, una ilustre carroza de ARRIBA.

Son siempre los mismos, presidente González, lo cual que o se va a la depuración, aunque la palabra tenga connotaciones siberianas, o aquí no damos un paso. La monja me decía, muy liberal:

-Todavía no se creen que haya venido usted. Es como una aparición . Tienen que reaccionar. Vamos a esperar un poco.

Ya es algo, en fin, que yo me aparezca a unas colegialas como a otros escritores se les aparece la Virgen, y que mi aparición laica la propicien unas monjas civiles. O sea, que se hace,camino al andar, yes, pero la enseñanza religiosa -«pública», qué burda paradoja- y la Administración de cuando Berenguer hacen posible que el administrativo, si gasta pistola, la descargue sobre un niño dominical de dos años. La culpa no es del administrativo, claro, sino de la pistola y de quien se la da.

A Juan Félix Domínguez Martín de la Fuente, una intensa biografia de dos años de edad, lo ha matado, para qué vamos a engañarnos, la Administración, una Administración española que, armada o inerme, es todavía isabelina o isabelona, inercial y cruenta, y que está muy enseñada a que todos los españoles somos culpables mientras no se demuestre lo contrario. Hasta los de dos años.

Francisco Umbral

24 Febrero 1983

DICE AGUINAGA

Enrique de Aguinaga

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El hecho de que Francisco Umbral se declare partidario de la depuración política o, si a mano viene, del chequismo es una cuestión de gusto o de conciencia que le pertenece. Ahora bien, por si no lo sabe, o por si le complace o por si se lo quiere comunicar al presidente González, que ya he sido depurado laboralmente

En tres ocasiones EL PAÍS ha desestimado mis réplicas a textos que afectaban a la verdad (uno de ellos de Francisco Umbral). Por eso, por evitar el riesgo de una cuarta ocasión, recurro a ABC para enderezar con la urgencia debida las alusiones que ayer, miércoles, Umbral me dedica en su diaria columna. Dejándonos de literatura, hablando del honor y de la verdad de las personas, mucho habría que decir de aquellas frívolas y alevosas salpicaduras, pero hoy me limito a dos señales:

  1. Los lectores de EL PAÍS han sabido que concurro al premio González Ruano (como es bien notorio, César González Ruano fue ‘una ilustre carroza’ de ARRIBA) porque Francisco Umbral no sólo ha conculcado la sexta de las bases del concurso (‘… no se harán públicos los nombres de los concursantes…) y otras normas de general observancia entre personas, sino que además, me ha descalificado públicamente en un acto que se clasifica por sí sólo y que, por lo menos, invalida a su autor como miembro del jurado de aquel premio.
  2. El hecho de que Francisco Umbral se declare partidario de la depuración política o, si a mano viene, del chequismo es una cuestión de gusto o de conciencia que le pertenece. Ahora bien, el modo con que exalta la depuración como instrumento de gobierno interior me obliga a decir, por si no lo sabe, o por si le complace o por si se lo quiere comunicar al presidente González, que ya he sido depurado laboralmente con gran quebranto material, por la pérdida del fundamento económico de mi casa. Y no menos quebranto moral por la iniquidad de la operación.

Enrique de Aguinaga

02 Marzo 1983

Umbral expulsado

ABC (Director: Luis María Anson)

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En pocas columnas ha cosechado tantos elogios como en éstas de ABC la obra de Francisco Umbral. Le hemos aplaudido cuantas veces ha acertado, que han sido muchas. Por eso no podemos dejar sin comentario el error que ha cometido ahora y que le ha supuesto la humillación de ser expulsado del jurado del premio González Ruano por elementales razones de ética literaria. Umbral violó el secreto del jurado y agredió públicamente en su columna de EL PAÍS a uno de los concursantes, Enrique de Aguinaga, al que llamó ‘ilustre carroza de ARRIBA’. El jurado del premio González Ruano, que preside uno de los primeros nombres de la literatura actual, Manuel Halcón, decidió expulsar a Francisco Umbral, lo que ha producido gran impresión en los medios literarios. La medida ha sido acogida con general aprobación. Nadie puede quebrar impunemente las normas de la convivencia. Nadie tiene bula. Umbral llegó además a escribir: “Son siempre los mismos, presidente González, lo cual que o se va a la depuración, aunque la palabra tenga connotaciones siberianas, o aquí no damos un paso”. Con el recuerdo de Solzhenitsin y Sharajov esa ‘depuración siberiana’ que propugna Umbral ha abierto las carnes de numerosos escritores.

Enrique Llovet ha dicho que el ‘Cavia’ es el Toisón de Oro de los premios periodísticos españoles. Tras él están considerados como los grandes del periodismo español: el ‘Luca de Tena’, el ‘Víctor de la Serna’, el Nacional de Periodismo y el González Ruano, este último, el González Ruano se ha considerado como uno de los cinco grandes del periodismo español.

El Análisis

¡AGUINAGA, A LA HORCA!

JF Lamata

Al, en ese momento izquierdista D. Francisco Umbral, le molestó que entre los galardonados para llevarse el nombre de un ilustre periodista franquista [González Ruano] estuviera, precisamente, un periodista franquista como el Sr. Aguinaga. Y lo soltó en EL PAÍS vulnerando una norma del concurso y causando su humillante expulsión del jurado. El Sr. Aguinaga renunció a seguir en el concurso, aunque cuando hablé con el sobre el tema, me dio la impresión de que él esperara de que el jurado del Ruano le hubiera pedido que no lo hiciera, cosa que no ocurrió, por lo ambos, Sres. Umbral y Aguinaga, se quedaron fuera. Lo triste es que en un concurso de esa naturaleza se discutiera sobre la conveniencia de un premio a un franquista y no sobre cómo escribía, puesto que el concurso, teóricamente, era sobre la forma de escribir de los concursantes, no de su ideología. A parte de que el Sr. Umbral se arriesgaba a que le echaran en cara que el también escribió en la Prensa del Movimiento en años de dictadura.

El hecho de que el Sr. Umbral pidiera ‘la depuración’ del Sr. Aguinaga, causaría que otros columnistas de la derecha (o de la anti-izquierda, si lo prefieren) lo llamaran ‘El Depurador’, como D. Ricardo de la Cierva en YA o D. Luis María Anson en ABC.

J. F. Lamata