21 diciembre 2000

El objetivo del crimen era el locutor de radio

El ‘Comando Barcelona’ de ETA asesina al policía Juan Miguel Gervilla al frustrar este el asesinato de Luis del Olmo

Hechos

El 20.12.2000 fue asesinado D. Juan Miguel Gervilla.

Lecturas

Hechos: El 20 de Diciembre de 2000 fue asesinado a tiros el Guardia Urbano, D. Juan Miguel Gervilla, fue asesinado a tiros en la Avenida Diagonal de Barcelona. Los terroristas planeaban asesinar mediante Coche bomba al periodista Luis del Olmo (viejo objetivo de los asesinos al que ya habían intentado matar en varias ocasiones). El guardia Gervilla les indicó que su coche estaba obstaculizando el tráfico, al darse cuenta de lo que eran se produjo un forcejeo y finalmente los dos asesinos le acribillaron a disparos.

Víctimas Mortales: D. Juan Miguel Gervilla

LOS ASESINOS:

comando_jodra El Comando Barcelona de ETA estaba formado por  Fernando García Jodrá y  José Ignacio Krutxaga, que fueron condenados cada uno a 54 años de cárcel por el asesinato de Gervilla.

21 Diciembre 2000

UN ASESINATO QUE NO SERA ESTERIL: ETA DEJA RASTRO

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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El asesinato a sangre fría del guardia urbano de Barcelona Juan Miguel Gervilla no es un atentado más del siniestro comando que, desde hace unos meses, siembra el terror en Cataluña. El etarra que lo abatió no había salido ayer de su escondrijo para disparar en la cabeza a un policía local dedicado a ordenar el tráfico. El desdichado agente encontró la muerte porque sorprendió -seguramente sin sospecharlo- a dos terroristas cuyo coche bomba se había averiado en plena Diagonal y en una hora punta. Como reconocieron numerosos políticos, el sacrificio de Juan Miguel Gervilla ha servido para evitar una matanza, ya que el coche estaba cargado con 13 kilos de explosivos. Es muy probable que fuera dirigido a alguno de los cargos públicos que viven en la zona.

Pero hay otro motivo por el que su muerte no será estéril, porque el reguero de sangre que brotaba de su cabeza no ha sido el único reguero dejado por los terroristas. Esta vez el comando Barcelona ha dejado de ser invisible. Las Fuerzas de Seguridad tienen las huellas de los etarras en el coche abandonado de forma precipitada, decenas de testigos los vieron en la Diagonal, puede -incluso- que las cámaras de vídeo de alguna empresa hayan captado sus imágenes. Desde ayer, todos los cuerpos policiales trabajan contra reloj con todas esas pistas para identificar a los terroristas. Con el rastro que han dejado, es muy difícil que una policía moderna no dé con ellos. El ministro del Interior subrayó que por primera vez se tienen datos, por lo que pidió confianza en las Fuerzas de Seguridad. La eficacia que han demostrado en la desarticulación del comando Andalucía hace que ahora quepa esperar un resultado similar. En este sentido, sería también muy importante que los ciudadanos de Barcelona colaboren, como lo hicieron los de Sevilla tras el asesinato de Martín Cariñanos, para poder cazar a los terroristas e impedir que sigan matando en Cataluña, una comunidad especialmente castigada por la brutalidad etarra en los últimos meses.

La ofensiva criminal de ETA desde que finalizó la tregua causa un gran desánimo en la sociedad. Pero sus últimas acciones demuestran que los terroristas son vulnerables. La bomba con la que intentaban sembrar la muerte en la Universidad del País Vasco la detonaron, pero falló. Ayer, en Barcelona, dejaron rastro. Todo ello significa que son menos eficaces e invulnerables de lo que a veces pueda parecer.

17 Enero 2001

LOS PERIODISTAS Y EL TERRORISMO

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La noticia, conocida ayer, de que el coche-bomba que conducían los terroristas del comando Barcelona cuando asesinaron a Juan Miguel Gervilla iba destinado a matar al periodista Luis del Olmo confirma la obsesión de ETA con los medios de comunicación. Su nombre se añade a la lista de profesionales que, por azar o error, se han salvado de la muerte. Acallar la voz de Luis del Olmo hubiera significado más que matar a un ser humano, hubiera supuesto también privar a la sociedad de su denuncia explícita y permanente de los terroristas. Del Olmo era uno de los involuntarios protagonistas del infame vídeo de Pepe Rei, director de Ardi Beltza. Una conexión que vuelve a revelar la cara más siniestra de este personaje, de profesión señalador de los enemigos del pueblo vasco. Al margen de las sanas discrepancias entre medios, hoy todos estamos unidos en el repudio al terror y en la solidaridad humana y profesional.

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#Un acto de autoritarismo de Gallardón

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El presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, obligó ayer a dimitir al director general de Telemadrid debido a la emisión de un reportaje sobre el País Vasco en el que se recogían las opiniones de políticos, juristas y periodistas acerca de la cuestión vasca. Entre ellas, figuraba la del portavoz de EH, Arnaldo Otegi, cuya intervención en el reportaje fue, al parecer, la que desencadenó tan fulminante destitución. Es verdad que los minutos dedicados a Otegi fueran excesivos y se puede criticar al periodista por no haber confrontado al dirigente abertzale con las babaridades de sus jefes etarras. Pero nada de ello justifica la decisión de Gallardón, que evidencia el escaso respeto del presidente madrileño por la independencia de los medios públicos. El, al que tanto le gusta de presumir de sus valores democráticos, ha echado a un profesional de brillante trayectoria en un ejercicio de autoritarismo. ¿Querrá hacer méritos?

21 Enero 2001

Luis

Luis Oz (Felipe Sahagún)

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ETA es un maleficio que lo ensombrece todo, una especie de nube que amenaza cada día con ensangrentar la fiesta. El pasado lunes Protagonistas entraba en el octavo millar y Luis del Olmo quiso celebrar el viaje iniciado en RNE, el 1 de julio de 1973 y continuado después en la Cope (83-91) y en Onda Cero, desde hace nueve años. Rescató de la fonoteca a Adolfo Suárez para recordarnos a Fraga en el papel de Rambo y al Felipe González que le engañó, a González pidiendo sosiego el día que cumplió 44 años, a Alfonso Ussía la mañana que conoció al doctor Gorroño real, a Fernando Onega recordándonos las lágrimas y las risas que contagiaba el gran Tip y a Dolores Ibárruri contando, en 1984, el origen de La Pasionaria: un artículo que escribió de joven sobre la pasión de Cristo.

En pocas horas la risa se volvió rabia y solidaridad. La policía confirmó que el comando Barcelona había intentado matar a Luis del Olmo, no una vez sino siete veces en siete días de diciembre y que, posiblemente, lo hubiera conseguido de no ser por una avería y por un guardia urbano, Juan Miguel Gervilla, que se cruzó en el camino. Amigos, enemigos, admiradores y críticos bloquearon el teléfono de Protagonistas para mandarle un abrazo y ánimos. «Le encontré afectado, pero admirable», dijo Manuel Antonio Rico, desde Radio 1. «Todos los que defendemos la libertad de expresión somos hoy Luis de Olmo», añadió César Alonso de los Ríos. «Es el periodista radiofónico con una hoja de servicio más brillante», declaró Luis Herrero, en la Cope. «Teníamos antes de Navidad información de que cada comando de ETA había recibido la consigna de matar a un periodista», afirmó Luis María Anson, en Onda Cero.

¿Utilizan los comandos la revista de Pepe Rei como fuente de información para seleccionar a algunas de sus víctimas? Pepe Oneto y la mayoría de los tertulianos creen que sí. Los jueces tienen de nuevo la palabra. «Tengo que darle las gracias a Pepe Rei porque, cuando salió el vídeo, por primera vez empecé a tomarme en serio mi seguridad», confesó Del Olmo. «Voy a seguir ejerciendo mi derecho a expresarme en libertad. La palabra en libertad es lo que no pueden soportar estos canallas».

21 Diciembre 2000

Ya no hay 'oasis'

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El guardia urbano Juan Miguel Gervilla se acercó seguramente a los terroristas pensando que eran meros infractores de tráfico. Seguramente se percató de su error sólo un instante antes de ser acribillado a balazos. Su muerte ilustra dolorosamente el sentido del deber del agente, a cuya acción, que evitó males aún peores, hay que rendir homenaje. Pero denota también la ingenuidad reinante entre muchos catalanes que, contra toda evidencia, minusvaloran el peligro: como si Cataluña continuase siendo un oasis de paz y el problema del terrorismo fuese importado, ajeno. No es un oasis. En los últimos tres meses, Barcelona ha sido escenario de seis atentados, cuatro de ellos mortales. El terrorismo es el principal problema de los catalanes, como lo es del conjunto de los españoles. Frente a ello no sirve subrayar que Cataluña es un espejo cóncavo de Euskadi: un nacionalismo constitucionalista, un socialismo nada jacobino, un independentismo minoritario y pacífico. Si quieren estar a la altura de las circunstancias, los partidos catalanes deben obviar la distancia e incrementar su participación en la definición de la política antiterrorista, aunque en ocasiones sea para introducir elementos que puedan parecer contradictorios. Ya todos saben que el nacionalismo de CiU difiere del practicado por la cúpula etnicista del PNV, que el PSC supera en federalismo al PSE y que Esquerra se mira más en Gandhi que en el Ulster. Pero no basta. Es hora de que los nacionalistas de CiU y de Esquerra abandonen cierta inclinación atávica a la equidistancia entre el Gobierno y el nacionalismo vasco, que, al cabo, puede suponer un escamoteo de responsabilidades. Todos pregonan el diálogo. Que lo empleen para aislar a los terroristas, para convencer a sus respectivos homólogos de que es preciso romper toda connivencia con ellos. Importa menos que eso se plasme ampliando la nómina de firmantes del pacto PP-PSOE, creando plataformas de apoyo en torno a ése, o por cualquier otra vía similar. Lo esencial es que los partidos catalanes inequívocamente democráticos indiquen al PNV y a EA que se ha acabado la era de los dobles lenguajes, de tener un pie en los mecanismos constitucionales y otro en las plataformas anticonstitucionales, de estar simultáneamente con la libertad y la paz y con los que hacen la guerra. Sólo así, combinando la firmeza de principios y la flexibilidad de las fórmulas en que éstos se pueden plasmar, podrá restaurarse la unidad de todos los demócratas que un día no tan lejano se escenificó en torno al Pacto de Ajuria Enea.