25 marzo 2021

La decisión de Ciudadanos Murcia de romper con el PP y pactar con el PSOE fracasó en la comunidad pero sí ha triunfado en la ciudad

Una moción de censura en el Ayuntamiento de Murcia derriba al alcalde José Ballesta Germán (PP) y lo reemplaza por José Antonio Serrano Martínez (PSOE) con el apoyo de Ciudadanos y Podemos

Hechos

Emitido el 25.03.2021.

Lecturas

Las anteriores elecciones en Murcia fueron en 2019. 

Una moción de censura del PSOE y Ciudadanos votada el 25 de marzo de 2021 destituye al alcalde D. José Ballesta Germán (PP) y nombran en su lugar alcalde a D. José Antonio Serrano Martínez (PSOE). La moción de censura es fruto del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos para gobernar de manera simultánea el ayuntamiento de Murcia y la Comunidad de Murcia, pero en la comunidad la moción no triunfó al romper con Ciudadanos tres de sus diputados autonómicos.

D. Mario Gómez (Ciudadanos), que en 2019 se convirtió en primer teniente de alcalde del Gobierno PP-Ciudadanos y ahora ocupará el mismo puesto en el Gobierno PSOE-Ciudadanos. Justificó su cambio de alianzas en que el PP de Murcia no quería socios, sino cómplices.

Los concejales de VOx encabezados por D. José Ángel Antelo fueron los únicos que respaldaron al PP votando ‘No’ a la moción de censura al Sr. Ballesta.

26 Marzo 2021

Inés, qué mal te ves

Federico Jiménez Losantos

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EL PACTO de Inés Arrimadas con Pedro Sánchez que convierte a Cs en compañía de reserva del PSOE tuvo ayer en Murcia feliz confirmación, prólogo de otros fastos municipales. Fracasado el asalto a las comunidades de Murcia, Madrid y Castilla y León, logró arrebatarle al PP la alcaldía y entregarla al PSOE y Podemos. Los teóricos del centrismo como graciosa voltereta suelen olvidar algo que el votante recuerda siempre: no se puede cambiar de alianzas sin explicarlo y sin ofrecer ocasión a la ciudadanía de refrendarlo en las urnas.

Eso de pactar a derecha e izquierda puede quedar muy bien, lo que queda fatal es cambiar de caballo a mitad del río de la legislatura, porque a dos partidos, dos, contra los que se pidió el voto, se les ve de pronto adornados con unas virtudes en cuya ausencia basó su campaña. Cualquier cambio de mayoría debería someterse al veredicto de las urnas, y, en todo caso, no olvidar de golpe la tabla de sumar, pasar a la de restar y a la de multiplicar. El voto popular puede forzar mayorías imprevistas, lo que no se debe es recomponer mayorías a espaldas del voto popular.

Inés no ha vacilado en unirse a Podemos para darle Murcia al PSOE, tampoco vaciló en denunciar a Ayuso por convocar elecciones en Madrid al ver la traición de Murcia, ni en presumir de que su adversario Igea impidió el triunfo de la moción del PSOE en Castilla y León, ni en echar del partido a los tres tránsfugas que no acompañaban a los otros tres en el asalto a la comunidad de Murcia, ni en mantener en sus filas, si es que le quedan filas y no líneas de puntos, a los tres que ayer, junto a comunistas y socialistas tomaron Murcia.

Así que Inés ha sido fiel a su palabra en Valladolid, ha echado de las listas de Madrid a Aguado por infiel, ha aceptado y castigado a la vez la infidelidad en la comunidad de Murcia y ha sido infiel en el Ayuntamiento. Siempre, eso sí, proclamando que es de fiar.

El cultivo intensivo de la trola es signo de pertenencia al PSOE. Edmundo Bal, ayer abogado del Estado y hoy pasante del Gobierno, recogerá la ubérrima cosecha de calabazas naranja. Podemos, su socio en Murcia, lleva en la lista de Madrid a la tía que presume del escrache a Villacís embarazada de nueve meses. Y Sánchez vetó ayer la visita al Zendal pedida por un enviado europeo, no fuera a elogiar al Gobierno que Cs compartió. Puede acompañarlo Inés.