Willy Claes elegido nuevo Secretario General de la OTAN en sustitución de Manfred Wörner

EL SECRETARIO general de la OTAN, Willy Claes, es un hombre de reconocida solvencia profesional y talento político. Su elección como sustituto del alemán Manfred Wörner para el cargo de máximo representante y coordinador de la Alianza Atlántica fue en su día una decisión razonable. Y las acusaciones que contra él se han vertido por su supuesta responsabilidad en el desvío de comisiones del fabricante de helicópteros Agusta al Partido Socialista belga están lejos de haber sido probadas.Él niega todos los cargos y ha ofrecido su colaboración en la investigación. Y demostró su voluntad de facilitarla cuando, horas después de levantar su inmunidad el Parlamento belga, la policía registró su casa y su oficina. Es muy posible que al final Claes vea probada su inocencia y pueda mantener y defender su prestigio en la política interna belga.

Y sin embargo, el caso Agusta se ha complicado ya tanto que hace imprescindible que la OTAN se ponga rápidamente a buscar entre sus 16 miembros a un sustituto para el secretario general. La Alianza está en un momento de especial importancia para la redefinición de su papel en la seguridad de Europa. La proyectada integración de nuevos miembros de Europa central y los problemas que de ésta se derivan exigen que su estructura sea plenamente funcional.

Claes ya no puede garantizarlo. Los problemas derivados, de la implicación en el escándalo político de su país le han convertido en un obstáculo. Si. el secretario general de la OTAN, que debe actuar asimismo como su portavoz, no puede presentarse ante la prensa sin que el encuentro quede monopolizado por su supuesta implicación en el escándalo financiero, hay indicios claros de que ha dejado de ser adecuado para el cargo en la Alianza. Y nadie puede negarle a Claes el derecho a que, ante la situación dificilísima en que personalmente se encuentra en su país, su máxima prioridad no sea hoy la. coordinación en el seno de la OTAN, sino su propia defensa, de momento política, pronto quizá ante los tribunales.

La OTAN tiene ante sí la reforma más importante de su historia; tiene a un miembro como Turquía combatiendo fuera de sus fronteras; fuerzas de la OTAN están implicadas en otra guerra en los Balcanes que amenaza con agravarse, y varios miembros están enfrentados por diversos conflictos de intereses.

Así las cosas, resulta muy pertinente que los miembros de la OTAN comiencen, si no lo han hecho ya, consultas para relevar a Claes de la forma más rápida y menos traumática posible. Porque si es lógico que para Claes la máxima prioridad sea hoy recuperar su buen nombre, para la OTAN lo es su operatividad. Y su secretario general tiene que compartirla.