7 enero 1989

La destitución fue realizada por Pilar Miró como una de sus últimas decisiones antes de abandonar la casa

RTVE despide a Rafael Taibo, locutor de RNE y popular actor de doblaje de España, por criticar la programación en antena

Hechos

El 7.01.1989 el periodista D. Antonio Papell denunció en prensa la destitución del Sr. Taibo de Radio Nacional de España.

07 Enero 1989

La destitución de Rafael Taibo

LA NUEVA ESPAÑA

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Rafael Taibo, uno de los locutores legendarios de la radio española, y con una de las mejores voces de este país – lo recordarán ustedes por el doblaje de la serie ‘El Mundo submarino de Cousteau’ – ha sido fulminantemente destituido porque durante la retransmisión del concierto de Año Nuevo que corría a su cargo, hizo un comentario crítico hacia el show de Javier Gurruchaga de la noche anterior. En concreto, el comentario textual fue: “Espero que después del triste y lamentable espectáculo de la mala copia de ‘La Grande Bouffe’ que presenciamos ayer, hayan recuperado la alegría con este concierto”.

Poco después, el director de Radio 2 – uno de los canales de RADIO NACIONAL DE ESPAÑA – anunciaba a Taibo su destitución y le comunicaba, en medio de una agria discusión, que nunca más tendría acceso a un micrófono de RADIO NACIONAL.

Se mire como se mire, la decisión es desproporcionada, habida cuenta de los factores que concurren, por añadidura, en Rafael Taibo: su incuestionable y bien comprobada profesionalidad, y su expulsión, años ha de RNE; por rojo en tiempos en los que presidía el entonces subversivo ‘Club de Amigos de la Unesco’. Elegantemente Taibo, al reintegrarse a RADIO NACIONAL en 1976 se negó a aceptar una indemnización que le hubiera correspondido.

Con toda evidencia quienes controlan actualmente el ‘ente público’ RTVE tienen un deleznable sentido patrimonial de su esfera de poder, seguramente más acentuado que los propios franquistas en su día. La intolerancia que se desprende de este último gesto termina de arrasar definitivamente la credibilidad que pudiera guardar el equipo de Pilar Miró, puesto al descubierto en todos los flancos, incluso el de la intransigencia ideológica, el de la negativa a cualquier crítica, el de las relaciones laborales autoritarias. Y no es que hayan perdido los nervios: es que esta es su concepción arbitraria de la sociedad y de su función en ella.

Los españoles, que tuvimos la experiencia de cinco años de un Gobierno liberal, queremos, exigimos un modo de gobernar más abierto, más libre, menos tasado, menos sujeto a reglas y a represalias, en el que un locutor de prestigio pueda exponer respetuosamente su opinión sobre un programa de televisión o sobre un libro o sobre una manifestación artística, sin que se hundan los cielos ni crujan los cimientos.

Y estamos hartos de este clima de aparente tolerancia, que hace posible la generación de mamarrachadas como la de Gurruchaga, de la otra noche y que sin embargo impide criticar después la exhibición de mal gusto, convertida ya en coartada.

Porque esto es lo que a sucedido: La libertad, la modenrez, la progresía, el afán de epater de bourgeois, de que hace gala TVE y su todavía directora general, quisieron quedar patentes en el bodrio con que se cerró el año… Y, sin embargo, la mentalidad represiva, la falta de valor intelectual, el escaso instinto liberal, han quedado crudamente de relieve al caer todo el imperio de televisión, con la fuerza de una santa inquisición, sobre la cabeza de Rafael Taibo, quien tuvo la osadía de discrepar estéticamente de la ínclita directora general.

Tras todo eso no sólo está una cuestión de personas más o menos capaces: hay, como decía antes, toda una concepción del poder, que hay que cambiar urgentemente.

La libertad no sólo ha de servir para emitir sandeces como las que reparte Javier Gurruchaga sino para decir voz en grito que esto o aquello es una porquería. Otra cosa es una vulgar estafa. Pilar Miró, en nombre de quienes la mandan, ha estafado a Rafael Taibo, al país, a los electores que un día votaron libertad. Más libertad.

Antonio Papell