Juan Miguel Villar Mir cede la presidencia de su empresa inmobiliaria OHL a su hijo Juan Villar Mir de Fuentes

OHL, una de las principales constructoras del país, vive momentos delicados. El ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, declaró que su presidente y accionista mayoritario, el ex ministro de Hacienda durante el gobierno de Arias Navarro, Juan Miguel Villar Mir, fue uno de los principales donantes del PP. Su yerno, Javier López Madrid, compañero de francachelas y cacerías de Francisco Granados, está siendo investigado en relación con la Operación Púnica, también por financiar al PP.

Las sospechas de corrupción no sólo afectan a la matriz del grupo, sino que se extienden a su filial mexicana, OHL México, que es, además, la compañía que más dinero aporta a su beneficio. Una sociedad mexicana, Infraiber, ha denunciado ante la Fiscalía de aquel país y ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (la CNMV mexicana) a OHL México por supuesto falseamiento de sus cuentas, que recogen un beneficio acumulado de 1.806 millones de euros, cuando, en realidad, según la denuncia, deberían reflejar una pérdida de 977 millones. La CNBV ha notificado a OHL México que no puede contabilizar como «incondicional» el cobro de la concesión por el llamado Circuito Exterior Mexiquense (una especie de M-40 que rodea México DF), por lo que la empresa española no debería registrar ese activo financiero como si tuviera una «rentabilidad garantizada» por parte del concesionario de la explotación, el Estado de México. Además, la CNBV ha comunicado recientemente a la firma Deloitte (otra vez Deloitte), que audita a OHL México, la imposición de una multa de algo más de dos millones de euros por diversas violaciones de la Ley del Mercado de Valores.

Algunos medios mexicanos e incluso la cadena CNN han reproducido cintas grabadas en las que directivos de OHL hablan de mordidas. El escándalo provocó el año pasado la destitución de Pablo Wallentin, jefe de gabinete del presidente, José Andrés de Oteyza, un destacado miembro del PRI.

El grupo OHL hizo público ayer sus resultados, que muestran un beneficio bruto operativo de 967 millones. A finales del pasado año, OHL llevó a cabo una ampliación de capital de 1.000 millones. Sin embargo, su capitalización bursátil apenas supera los 4.130 millones. El grupo familiar Villar Mir posee el 51% del capital: algo más de 2.000 millones de euros a precios de mercado.

Villar Mir es un hombre valioso. Ha construido un imperio de la nada y lo hizo cuando ya era un hombre maduro, que había vivido (al margen de su breve paso por la política como tecnócrata del tardofranquismo) de sus ingresos como ingeniero de caminos.

En fin, es un empresario hecho a sí mismo. Es el dueño de una de las cuatro torres que coronan la Castellana y en su última planta tiene su despacho con vistas a la sierra de Madrid. En una sala adjunta ha colgado una colección de fotografías de todas las empresas que forman parte del grupo. «He creado o comprado una empresa nueva cada año», me comentó con orgullo en una ocasión mientras hacía de cicerone de su galería de trofeos empresariales.

Alberto Alcocer, elogiando su inteligencia y habilidad para los negocios, suele decir de él que «le da pellizcos a los cristales».

Pero Juan Miguel Villar Mir representa un modelo de gestión que tiene más que ver con el vendedor de porteros automáticos de La escopeta nacional que con los tiempos de internet y la globalización. En 2013 incorporó al grupo al también ex ministro Josep Piqué, al que nombró vicepresidente y consejero delegado, tal vez con la esperanza de que ejerciera como lobbysta. Pero se encontró con que el que fuera líder del PP en Cataluña se metió de lleno en la gestión para intentar poner un poco de orden en un esquema organizativo marcado por el paternalismo.

Ayer, por primera vez, fueron su hijo Juan y el propio Piqué los que presentaron los resultados del grupo ante un nutrido grupo de analistas. Juan Villar Mir –vicepresidente de OHL– tiene una visión distinta de las cosas, más moderna, y ha hecho buenas migas con Piqué. En la dirección de OHL y en su consejo hay gente tan valiosa como Tomás García Madrid y Alberto Terol Esteban.

Villar Mir, buen amigo del Rey Juan Carlos, al que ha prestado innumerables servicios y a quien sigue visitando con frecuencia, debería imitar al monarca y adelantarse a los acontecimientos abdicando en favor de su hijo.

OHL necesita abrir una nueva etapa, dar un salto hacia adelante y pasar definitivamente la página de la corrupción. Ése podría ser el último gran servicio de Juan Miguel Villar Mir a su empresa.

OHL, una de las principales constructoras del país y un gigante que da empleo a casi 26.000 personas en todo el mundo, presenta graves problemas de solvencia. Así lo señaló ayer Moody’s que, en un informe en el que anunció que hunde aún más el rating de la compañía en el bono basura, puso el foco sobre las dificultades relativas a la generación de caja y el alto nivel de endeudamiento.

El documento de la agencia de calificación desató una venta masivas de acciones que hundió la cotización de OHL un 24% y desplomó la acción hasta los 2,1 euros, su nivel más bajo en 13 años. Sin embargo, su publicación no hizo más que oficializar lo que los inversores ya habían dejado entrever con sus movimientos en los últimos días. En concreto, durante los últimos cinco, periodo en el que la cotización de la empresa que preside Juan Villar-Mir de Fuentes –hijo de Juan Miguel Villar Mir– se ha desplomado más de un 40% y que ha beneficiado a importantes inversores bajistas como Blackrock.

Y es que los malos resultados de OHL, presentados el pasado viernes, ya supusieron una prueba de las dificultades que atraviesa esta empresa que también se dedica a la ingeniería. Su beneficio neto atribuible en el primer semestre fue de tres millones de euros en el primer semestre, un 94,3% menos que en el mismo periodo del año anterior. Esta cifra, que según explicó la propia compañía se debe a la pérdida de 102,2 millones por un centro hospitalario de Montreal (Canadá) y el efecto de las diferencias de cambio, se antojan insuficientes para hacer frente a la deuda de 3.510 millones a cierre del primer semestre de este año. Por ello, y a pesar de que Moody’s estima que en el próximo semestre la situación financiera de OHL mejorará de forma sensible, la perspectiva que le adjudica es negativa, esto es, no descarta nuevas rebajas de calificación en el corto plazo.

Un nuevo escenario, por lo tanto, que complica aún más la situación de esta compañía que hace poco más de dos años capitalizaba casi 3.200 millones y ahora apenas llega a los 681 millones. Esto, además de haber propiciado su salida del Ibex, hace que el tamaño bursátil de OHL sea similar al de, por ejemplo, Elecnor, Ence, o la mitad que el de Técnicas Reunidas, que es la compañía con menos peso dentro del principal índice de la Bolsa española.

CAMBIOS EN LA CÚPULA

A estos notables movimientos bursátiles hay que sumarles los que se han producido en su cúpula directiva. El pasado mes de junio, sólo unos días después de la expulsión de OHL del Ibex, Juan Miguel Villar Mir anunció que dejaba la presidencia de la compañía en manos de su hijo tras 29 años en el cargo. Al mismo tiempo, se tomó la decisión de apartar a Josep Piqué del puesto de consejero delegado y sustituirlo por Tomás García Madrid.

En cuanto a su negocio internacional, y más alla de los contratiempos en Canadá, el mayor problema de OHL ha provenido de México. Allí, su filial fue acusada de falsear el tráfico de una gran autopista y de un presunto soborno a autoridades. Esto, además de hundir la acción de la empresa, generó una importante crisis reputacional que también ha tenido su réplica en España con los casos Son Espases y Gürtel. En el primero se le acusa de haber participado en la concesión amañada de un hospital en Mallorca durante la presidencia de Jaume Matas, y en el segundo de una supuesta financiación ilegal al Partido Popular (PP).

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681 Millones. Son a lo que asciende el valor en Bolsa de OHL. Hace dos años rozaba los 3.200.

La constructora OHL está atravesando momentos convulsos. La compañía, que ha reestructurado recientemente su cúpula directiva con la salida del fundador y hasta este momento máximo responsable del grupo, Juan Miguel Villar Mir, no es capaz de alzar el vuelo, tal como refleja el desplome de sus títulos en Bolsa. Pese a la tímida subida de ayer, la compañía se ha dejado en una semana más de un 40% de su valor bursátil.

La incertidumbre sobre la capacidad de la firma de reducir su deuda y generar caja, unida a unos resultados que no han convencido al mercado, han lastrado aún más la cotización del grupo español, ya en mínimos históricos. Este desplome ha provocado que la compañía abandonase el pasado mes de junio el Ibex por su baja capitalización.

Ni siquiera la decisión del grupo de poner en marcha un plan de recompra de acciones propias por hasta un máximo de 45 millones de euros o el 3% de su capital, ha logrado paliar su descalabro bursátil.

La compañía redujo su beneficio neto un 94% en la primera mitad del año, hasta los tres millones de euros. En su presentación a analistas la constructora indicó como uno de sus principales retos continuar reduciendo el endeudamiento corporativo. A cierre del primer semestre, la deuda neta de OHL ascendía a 3.510 millones de euros, de los cuales 2.674 millones de euros son deuda sin recurso y 836 millones, deuda con recurso.

En este contexto, el nuevo consejero delegado del grupo, Tomás Garcia Madrid, anunció que el grupo revisará el plan estratégico a 2020 para adaptarlo a la nueva situación y a las actuales perspectivas de la compañía.

A los malos resultados del primer semestre del año, que la compañía achacó a mayores impuestos, la pérdida de 102,2 millones por el centro hospitalario de Montreal (Canadá) y el impacto de las divisas, se sumó el varapalo de Moody’s, que recortó su ráting en un escalón desde B2 a B3, dentro del nivel de bono basura.

Con el fin de despejar dudas en el mercado y atender a sus compromisos de reducción de deuda, la compañía ha puesto en marcha un plan de desinversiones. En este sentido, la firma vendió el pasado mes el 7% de Abertis por 814 millones de euros y analiza nuevas operaciones, entre las que se podrían incluir la venta de OHL Industrial, el complejo mexicano de Mayacobá y una participación minoritaria en Canalejas.

Paralelamente, la compañía reconoció a finales de julio negociaciones con el fondo australiano IFM, su socio en México, para una posible exclusión de Bolsa de su filial en el país latinoamericano.

Batalla en México

México se ha convertido en un quebradero de cabeza para la compañía desde que el regulador bursátil del país, la CNBV, abrió un expediente al grupo por presuntas irregularidades contables. Este expediente se cerró en marzo con una multa de cuatro millones de euros a OHL y a sus directivos. La compañía subraya que, si bien persisten las diferencias del regulador mexicano en el ámbito técnico con la empresa, la CNBV no ha podido determinar la existencia de «dolo, fraude o reincidencia» y tampoco ha detectado impactos negativos para el sistema financiero mexicano ni a terceros, uno de los principales argumentos empleados por el grupo local Infraiber en su batalla contra el grupo español.

OHL debe ahora convencer a las autoridades locales de que no existen irregularidades en su contabilidad.

Además, la firma mexicana ha tenido que hacer frente a un escándalo a raíz de las escuchas telefónicas sobre presuntos sobornos a funcionarios públicos. OHL México cambió a toda su estructura directiva en el país tras la dimisión de su presidente, Andrés de Oteyza, sustituido por Juan Osuna. Este capítulo ha supuesto una importante crisis de reputación para la constructora española.

Relevo directivo

Para encarar los nuevos desafíos y dirigir el plan estratégico del grupo, Villar Mir anunció el pasado mes de junio a los accionistas su decisión de ceder la batuta a su hijo Juan Villar-Mir De Fuentes, actual presidente de la constructora. A la salida del fundador del grupo se sumó la de Josep Piqué, que abandonó sus puestos como vicepresidente y consejero delegado dos años y medio después de su desembarco en el grupo.

El exministro de Exteriores y de Industria del PP ha sido sustituido por Tomás Garcia Madrid, con responsabilidad sobre todas las divisiones operativas, y áreas corporativas. Garcia Madrid ocupaba hasta entonces el cargo de consejero delegado del Grupo Villar Mir.

La Llave / Página 2

Otras desinversiones y la exclusión de Bolsa de su filial mexicana serían un balón de oxígeno