20 mayo 2008

La filtración a TVE de que la detención policial iba a producirse pudo poner en peligro la operación

Detenido en Burdeos el cabecilla terrorista ‘Thierry’, responsable de ordenar la ruptura de la tregua y el atentado a la T-4

Hechos

El 20 de mayo de 2008 fue detenido el miembro del Comité Ejecutivo de ETA, Javier López Peña ‘Thierry’

21 Mayo 2008

Importante éxito policial y del Gobierno

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La Guardia Civil y la Gendarmería francesa asestaron anoche un importante golpe a ETA al detener en una casa de Burdeos a Javier López Peña, alias Thierry, considerado por Interior como el número uno de la banda, a Ainhoa Ozaeta, al ex parlamentario abertzale Jon Salaberria, uno de los máximos responsables del aparato político, y al ex dirigente de Haika (precedente de Segi) Igor Suberbiola. Los agentes les arrestaron mientras mantenían una reunión. Con estas detenciones, se puede dar por desmantelado el grupo negociador de la tregua. De hecho, Thierry fue el dirigente que puso fin al «alto el fuego permanente» y que ordenó colocar las bombas en la T-4 y en Legutiano, así como asesinar al ex edil socialista Isaías Carrasco. Ainhoa Ozaeta fue la encargada de leer el comunicado con el que la banda rompió la tregua. En cuanto al ex diputado vasco, en busca y captura desde 2005, pasará a la historia del Parlamento de Vitoria por afirmar durante una sesión que ETA defendía «los derechos legítimos que tiene el pueblo vasco». Es muy satisfactorio ver que se ha logrado detener al que señalábamos como principal responsable de la dirección de ETA desde que Josu Ternera fue relegado como máximo dirigente. Además, la operación contra el aparato político es un importante éxito de las Fuerzas de Seguridad y del Gobierno que demuestra que, con la unión de los partidos democráticos y ahondando en la vía policial-judicial, se puede acabar con la banda.

22 Mayo 2008

Golpe en Burdeos

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Una operación conjunta de las fuerzas de seguridad de Francia y España, fruto de una colaboración cada vez más estrecha, permitió detener en Burdeos a la cúpula dirigente de ETA, apenas horas después de que el lehendakari se entrevistase con el presidente del Gobierno. La coincidencia en una sola jornada del encuentro en La Moncloa, celebrado por la mañana, y el arresto de los terroristas, ocurrido poco antes de la medianoche, acentúa los contrastes entre la estrategia que patrocina Ibarretxe y la que ha adoptado el Gobierno tras constatar el fracaso del final dialogado del terrorismo, y que está siendo apoyada por todos los partidos, incluido preliminarmente el PP.

Entre los detenidos se encuentra el actual número uno de la banda y principal interlocutor en el tramo final de las conversaciones, Javier López Peña, Thierry, impulsor de la ruptura de la tregua y responsable, entre otros atentados, de la voladura de la T-4, en la que murieron dos ecuatorianos. Al presentarse en La Moncloa con una versión de los documentos que los terroristas rechazaron -que rechazó, en concreto, el jefe de la banda detenido ayer en Burdeos-, Ibarretxe se entregó a un ejercicio de voluntarismo tan arriesgado como inútil. Desde la ruptura de la tregua, ETA ha demostrado que no tiene en cuenta su plansoberanista para seguir perpetrando crímenes, y el Gobierno, por su parte, que no lo necesita para cumplir con la tarea de detener a los asesinos. El lehendakari, en cambio, ha perdido una ocasión única para desempeñar el papel que cabe esperar de él y su partido: la deslegitimación social del terrorismo. Y perderá otra ocasión más grave si no desiste de su consulta ilegal.

Entre los detenidos en Burdeos se encuentran algunos dirigentes de diversas franquicias con las que ETA concurrió a las elecciones durante los últimos años, como es el caso de Ainhoa Ozaeta Mendiondo, ex concejal de Batasuna; Jon Salaberria, ex parlamentario vasco de la izquierda abertzale, e Igor Suberbiola, ex militante de Jarrai y Haika. Más tarde, en Andoain, fue también detenido Antonio Barandiarán Ezama, ex alcalde de Euskal Herritarrok. La pasarela entre la dirección de la banda y sus sucesivos brazos políticos ha quedado, una vez más, de manifiesto, lo que invalida para el próximo futuro cualquier estrategia que pretenda ver distinciones artificiales.

Las detenciones de Burdeos suponen un apoyo inesperado al pacto no escrito que parece abrirse paso entre los partidos democráticos. El Gobierno tiene ahora la ocasión de afianzarlo, compartiendo información con las restantes fuerzas políticas, y éstas, por su parte, están obligadas a responder desde la lealtad en la lucha contra el terrorismo. La iniciativa de Ibarretxe no sólo parece fuera de lugar, sino que acentúa la soledad hacia la que se encamina el PNV. Descabezada, ETA puede seguir matando, pero estará cada vez más encerrada en la burbuja sangrienta que la acabará asfixiando.

22 Mayo 2008

UNA MONSTRUOSA SOSPECHA FLOTA SOBRE LOS CRÍMENES DE ANDOAIN

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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A la operación del martes contra la cúpula de ETA en Burdeos, en la que fue capturado el numero uno de la banda, Francisco Javier López Peña, alias Thierry, siguió ayer la detención del ex alcalde de EH en Andoain, José Antonio Barandiarán, una pieza «relevante» en la investigación, según señaló el ministro de Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba.

La importancia de Barandiarán radica en dos circunstancias. Por un lado, su pista condujo a la policía hasta el jefe de ETA, con quien se reunió el pasado domingo en Francia. Es decir, o el ex alcalde formaba parte de la dirección de la banda, o bien tenía interlocución directa con ella.

Por otro, Barandiarán era primer edil en Andoain cuando fueron asesinados Joseba Pagazaurtundúa y nuestro compañero José Luis López de Lacalle. En la ejecución de estos atentados pudo ser clave la información suministrada a los sicarios desde dentro del consistorio. Esta monstruosa sospecha queda ahora acrecentada por el hecho de que en la cita entre Barandiarán y Thierry en Burdeos participó la también detenida Ainhoa Ozaeta, ex teniente de alcalde de la localidad cuando ETA perpetró los asesinatos e identificada por la policía como la etarra que leyó los comunicados con que la banda anunció y puso fin a su tregua. No podemos sino recordar con estremecimiento la indiferencia que mostró el Ayuntamiento guipuzcoano ante la campaña de hostigamiento contra De Lacalle, su frialdad tras el crimen, las pintadas infames con que el entorno de ETA saludó el atentado, así como que no se pudiera instalar la capilla ardiente en el Consistorio y, en general, el clima de complicidad que destilaba la conducta de la corporación municipal. Ahora parece evidente que, en coherencia con lo que ha dicho el Tribunal Supremo, José Antonio Barandiarán no era un político de la izquierda abertzale sino un miembro de ETA que actuaba como comisario de la banda terrorista. Su detención supone un ejemplo elocuente de lo absurdo que es hacer distinciones hipócritas y miserables para fingir creer que cuando los etarras se disfrazan de políticos son menos etarras.

La operación policial en Burdeos ha permitido ver los diferentes rostros de ETA -un jefe pistolero, un joven jarrai y tres ex cargos públicos abertzales-; una banda terrorista que, como una sola cocina que sirviera a dos restaurantes, acomete actividades criminales, pero también políticas, si se le permite.

La satisfacción por el descabezamiento de ETA ha aunado a todos los partidos, con la cicatera excepción del PNV, cuyo portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, restó importancia al protagonismo de los detenidos aduciendo que se había sobredimensionado la operación para ocultar otras informaciones, en referencia a la reunión entre Zapatero e Ibarretxe. Un ejemplo de miopía política que descalifica de nuevo al PNV.

27 Mayo 1998

Las gafas

Rosa Montero

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Veo las fotos de la captura del etarra Francisco Javier López Peña, aliasThierry, vociferando proclamas terroristas con su careto atrabiliario y desabrido, y me quedo absorta en la contemplación de sus gafas. Son unas gafas modernas, de cristales al aire, con el puente y las patillas de plástico transparente, muy parecidas a las que yo llevo; es un modelo típico de persona coqueta que no quiere que la montura tenga protagonismo y altere las líneas de su rostro. Unas gafas nada casuales de alguien que se preocupa por su aspecto, pese a que la apariencia desmesurada de Thierry, con su corpachón tipo barril, la barba crecida y el enredo de pelambre en la pechera, hagan difícil de creer que ese hombre se cuida.

Pero sí debe de hacerlo. Esas gafas se me clavan en la retina con su primorosa incongruencia en mitad de tanta violencia y tanto dolor. Imagino a ese tipo entrando en una óptica y probándose modelos de anteojos durante largo rato. Mirándose de refilón en los espejos y preguntando, ¿éstas me quedan bien? ¿Con cuál de estas dos estoy más atractivo? Desazona pensar que también los asesinos pueden ser presumidos. Que también quieren gustar y ser queridos. Que acarician perros y juegan con niños. Preferiríamos pensar que los criminales son personas raras, que la crueldad es una anomalía en el ser humano, que los tipos atroces están locos. Pero no, la enfermedad mental no tiene nada que ver con la maldad. Los terroristas son totalmente normales, y eso es lo que más angustia, lo que más repugna. Imagino a Thierry probándose las gafas con sus ensangrentadas manos de matón, invirtiendo tiempo y energías en encontrar una montura a la moda mientras parte de su cerebro sigue pergeñando modos de asesinar, y me estremezco. Tanta ligereza, tanta frivolidad frente al horror. Qué inhóspito lugar ese cerebro.

CASOS DE FILTRACIONES POLICIALES A TVE, QUE PONEN EN PELIGRO PARTE DE LA OPERACIÓN: