17 mayo 2006

Tanto Vocento como el director de su periódico ABC, mantienen paralelamente una demanda civil contra el Sr. Jiménez Losantos por injurias

El Grupo Vocento presenta una demanda mercantil contra ‘La Mañana’ de la COPE por las descalificaciones de Jiménez Losantos

Hechos

El Grupo Vocento, cuyo consejero-delegado era D. José María Bergareche anunció el 26.05.2006 una demanda mercantil contra el programa ‘La Mañana’ de D. Federico Jiménez Losantos.

Lecturas

La caída de lectores del ABC ante esa guerra empezaba a ser cada vez más notoria y a ello podía ayudar el hecho de que la COPE llegara a dar el número para darse de baja a los que estaban subscritos. El resultado sería una querella del Sr. Zarzalejos y el ABC contra el Sr. Jiménez Losantos. Vocento, cuyo Consejero Delegado era D. José María Bergareche, presentó una demanda por competencia desleal por el lado mercantil. “¿Cómo va a haber competencia desleal en una radio contra un periódico?”, replicaría el periodista desde sus micrófonos. Un juez de lo mercantil remitió una lista de cosa s que el comentarista de la COPE no podía llamar al director de ABC, por ejemplo: le podía llamar “falso” pero no “mentiroso”. Por otra querella posterior el Sr. Jiménez tendría que pagar 100 mil euros al Sr. Zarzalejos. El ABC, por su parte, se referiría siempre al comentarista como “Federico Jiménez”.

07 Abril 2006

Radios

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

Leer

Entre Radio Mil Colinas, que jaleó el genocidio de Ruanda en 1995, y la BBC, que es el modelo de la radio informativa, cabe una extensa gama de formatos radiofónicos. La cadena COPE, propiedad de la Conferencia Episcopal, y especialmente el programa de Federico Jiménez Losantos, está más cerca de la primera fórmula que de la segunda. Su actividad tiene mucho de agitación y casi nada de información, y su especialidad es atizar a diestro y siniestro contra todo aquel que no coincida con su visión sectaria y guerracivilista. Su vocación insultadora y su esfuerzo por dividir y enfrentar a los españoles son ecuménicos: desde Zapatero a Fraga Iribarne, pasando por los obispos catalanes, Duran i Lleida, Josep Piqué, y Mariano Rajoy si baja su agresividad frente al Gobierno; y siempre, por supuesto, manteniendo en su punto de mira al grupo PRISA y a su presidente. Su diana más reciente ha sido el diario conservador ABC, a cuyos suscriptores invitaba ayer a darse de baja. Y todo porque el diario madrileño ha tenido el atrevimiento de criticar sus excesos. La cadena episcopal ha sido expulsada del EGM después de haber infiltrado un equipo de falsos encuestadores que, con la excusa del periodismo de investigación, se dedicaron a introducir datos mendaces en la encuesta sobre las audiencias. La editora Vocento ha decidido emprender acciones legales ante el Tribunal de Defensa de la Competencia por lo que considera «un acto de denigración del competidor».

Entre los principales colaboradores de la actividad imprecatoria de Jiménez Losantos se cuenta el director del diario EL MUNDO, que se ha constituido en el medio privilegiado de las sinergias de la Cope. Es especialmente lacerante que en tales circunstancias la Federación de Asociaciones de la Prensa le haya distinguido con su V Premio de Periodismo.

07 Julio 2006

Inaceptable censura por lo mercantil

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Un juzgado de lo mercantil ha acordado, como medida cautelar, la prohibición a Federico Jiménez Losantos de utilizar una serie de expresiones contra el diario ABC, propiedad de Vocento, por considerarlas una muestra de competencia desleal. Este juzgado había admitido a trámite en mayo pasado una demanda de Vocento, que argumentaba que el periodista de la COPE había denigrado a ABC en sus comentarios matinales. En el auto, el juez hace un catálogo de palabras y expresiones que constituyen ‘opiniones amparadas por la libertad de expresión’ y hace otra lista de palabras y expresiones que no lo están y que, por ello, no pueden ser empeladas en el futuro por Jiménez Losantos. El juez considera que es lícito utilizar expresiones como ‘mentiroso’, que miente descaradamente o ‘que no existe informativamente’ pero que no se puede decir ‘lamentable, falso, irresponsable o traidor’. Resulta difícil explicar la lógica de esta división entre lo que se puede y lo que no se puede decir. Y también resulta difícil de comprender por qué Vocento ha recurrido a lo mercantil y no a la jurisdicción penal o civil si se siente injuriada, a menos que se trate de una iniciativa con segundas intenciones. Pero lo que es totalmente inaceptable es que un juez de lo mercantil se arrogue el derecho de prohibir la utilización de determinadas expresiones, lo cual supone el establecimiento de una censura previa y una clara vulneración del derecho a la libertad de expresión, amparada en la Constitución. La libertad de expresión está por encima de la legislación mercantil y es surrealista que se apele a ella para dirimir polémicas públicas entre comunicadores y medios.

12 Julio 2006

Los límites de la libertad

ABC (Director: José Antonio Zarzalejos)

Leer
Han transcurrido ya varios meses desde que el conductor de un programa de radio de una cadena nacional iniciara una cada vez más insistente campaña de graves insultos y descalificaciones personales y empresariales contra el diario ABC y Vocento. El citado locutor incluso ha pedido que los oyentes de su programa que sean suscriptores o lectores de nuestro periódico dejen de serlo, llegando al extremo de decir en antena los teléfonos del departamento de suscripciones para darse de baja.
Un comportamiento así, que en algún ámbito, como el de la publicidad, está absolutamente prohibido, supera con mucho los límites de la libertad de expresión y carece de precedentes en la historia reciente de la comunicación en España, pese a que en ésta no han faltado enfrentamientos entre grupos empresariales de prensa y periodistas atrincherados en sus columnas. Pero nunca se ha llegado a un extremo tal, ni en el grado de los insultos, ni en la duración de la campaña ni en la insistencia.
Ésta es la razón de que el Grupo Vocento, al que pertenece el diario ABC, y la propia sociedad editora del periódico presentaran una demanda ante la jurisdicción mercantil en defensa de sus intereses. En ella solicitaban, entre otras cosas, la adopción de medidas cautelares que pusieran fin a lo que los demandantes consideran actos dolosos de competencia desleal y denigración. El pasado 30 de junio, el titular del Juzgado número 5 de lo Mercantil de Madrid dictó un auto en el que acepta en lo sustancial las medidas cautelares solicitadas y en consecuencia ordena a los demandados que se abstengan de manera provisional de utilizar una serie de expresiones denigratorias que habían sido comunes en sus intervenciones y que el propio juez enumera con detalle.
En este punto del contencioso, ha irrumpido en escena el diario EL MUNDO, que el pasado viernes incluía en sus páginas una nota editorial en la que considera que la adopción de las citadas medidas cautelares es una «inaceptable censura por lo mercantil». Es, sin duda, una actitud sorprendente la de este diario, y ello por varias razones. La primera, que EL MUNDO ha asistido impávido a los ataques continuos, los insultos desaforados y las condenables prácticas de competencia desleal dirigidos contra ABC. Al parecer, a EL MUNDO no le parece que ello suponga un quebrantamiento no ya del «fair play» que debe regir las relaciones entre empresas, sino de los límites que la libertad de expresión debe tener precisamente para evitar que en su nombre se causen daños irreparables.
Decía EL MUNDO en su nota que le resulta difícil comprender por qué Vocento y ABC han elegido la vía mercantil para su demanda. Dejando a un lado que se arroga un papel de asesor jurídico que nadie le ha pedido, no parece que la elección haya sido mala, ni por la naturaleza de la demanda interpuesta ni por la primera decisión judicial obtenida a partir de la misma.
Pero es que, además, resulta por lo menos llamativo que, a partir de esa decisión judicial que ha supuesto la aceptación de la mayor parte de las medidas cautelares solicitadas, EL MUNDO aparezca en escena investido de adalid de la libertad de expresión y criticando al órgano judicial competente por su auto. Por lo visto, para el colega madrileño no asiste a ABC derecho alguno: ni a la salvaguarda de su imagen ni a su prestigio profesional e informativo. Sobre eso no tiene nada que decir EL MUNDO, preocupado tan sólo por el hecho de que un periodista no pueda insultar cada mañana a ABC.
Con todo, quizá lo más sorprendente no sea nada de lo anterior. Lo más sorprendente en todo este desagradable episodio es que ahora mantengan esta postura contraria a las medidas cautelares descritas un periódico y un director que, no hace tanto tiempo, las han solicitado cuando se vieron víctimas de ataques injustificados, algunos de ellos de carácter muy personal. Entonces, periódico y director encontraron el apoyo generalizado de sus colegas, incluido ABC, porque éstos consideraban que esos ataques no podían entenderse como amparados por la libertad de expresión.

18 Julio 2006

Libertad y, ¡ay!, libertinaje

Víctor de la Serna Arenillas

Leer

El diario ABC dedicaba la semana pasada un airado editorial a EL MUNDO en respuesta a nuestro propio comentario, días antes, sobre el recurso del periódico del grupo Vocento a un tribunal mercantil para lograr que éste impusiera a Federico Jiménez Losantos dos listas -curiosísimas, por cierto- de epítetos, una de los que podía dedicar a ABC y otra de los que no podía.

Decía nuestro periódico: «Resulta difícil de comprender por qué Vocento ha recurrido a lo mercantil y no a la jurisdicción penal o civil si se siente injuriada, a menos que se trate de una iniciativa con segundas intenciones. Pero lo que es totalmente inaceptable es que un juez de lo mercantil se arrogue el derecho de prohibir la utilización de determinadas expresiones, lo cual supone el establecimento de una censura previa y una clara vulneración del derecho a la libertad de expresión, amparada en la Constitución.La libertad de expresión está por encima de la legislación mercantil y es surrealista que se apele a ella para dirimir polémicas públicas entre comunicadores y medios».

Replicaba ABC: «EL MUNDO ha asistido impávido a los ataques continuos, los insultos desaforados y las condenables prácticas de competencia desleal dirigidos contra ABC. Al parecer, a EL MUNDO no le parece que ello suponga un quebrantamiento no ya del fair play que debe regir las relaciones entre empresas, sino de los límites que la libertad de expresión debe tener precisamente para evitar que en su nombre se causen daños irreparables».

Uno acaba sospechando que en ABC sufren una cierta confusión, la de la libertad de expresión con su propio concepto de la urbanidad o las buenas maneras. O no la sufren, y saben bien que un tribunal penal no admitiría nunca su queja, por lo que han ido a un juez de los que advierten a la Coca-Cola que no puede anunciar que su bebida está más rica que la Pepsi-Cola. Por muy desabrida que sea una disputa entre medios, y no digamos entre una radio y un periódico, no tiene nada que ver con la competencia desleal.Los epítetos de Jiménez Losantos no han sido mejores ni peores que lo que otros hemos tenido que oír aplicado a nosotros: por ejemplo, lo de sindicato del crimen. Nunca se nos ocurrió recurrir a los tribunales, porque sabíamos que era un trago desagradable pero estaba amparado por la libertad de expresión. (Curioso: el consejero delegado de PRISA clamó entonces ante el Instituto Internacional de Prensa contra el supuesto sindicato, y el director del Sunday Times tuvo que saltar a replicarle que las polémicas entre medios, aun las más enconadas, en nada merman ni amenazan la libertad de expresión).

ABC, que ahora reclama de EL MUNDO una solidaridad que dice habernos demostrado en defensa de nuestra libertad de expresión (cosa de la que no tenemos constancia), también obvia convenientemente un dato que a otros no nos parece tan nimio: los ataques de Jiménez Losantos nacieron de una información falsa sobre la COPE y el EGM que ABC no se ha dignado rectificar.