7 marzo 2001
El juez Garzón cierra la organización juvenil abertzale Haika por considerar que forma parte del entramado de ETA
Hechos
Fue noticia el 7 de marzo de 2001.
07 Marzo 2001
La cantera de ETA
Según el Ministerio del Interior, la organización juvenil abertzale Haika, cuyos dirigentes fueron detenidos ayer por orden del juez Garzón, forma parte del complejo organizativo de ETA como cantera de la que salen los terroristas. El PNV, por su parte, calificó las detenciones de nueva ‘garzonada’, recordando anteriores iniciativas de este juez que la Audiencia Nacional desmontó en alguna medida, y expresó su temor de que se trate de una operación que obedezca a ‘un impulso político’ relacionado con las elecciones.
Acabar con la impunidad de hecho con que se mueven esos grupos juveniles que extienden la intimidación de los ciudadanos que no se pliegan -políticos, jueces, periodistas, profesores- es una condición para interrumpir el proceso de renovación generacional de ETA. Que existe una relación entre Haika, prolongación de Jarrai, y la violencia callejera es una evidencia social; también lo es que esa práctica sirve de iniciación y campo de captación de futuros terroristas. Pero se necesitan pruebas personalizadas para considerar que ser dirigente de Haika equivale a formar parte de ETA, y no será fácil encontrarlas.
Sin embargo, no es exacto que la Audiencia haya desautorizado la investigación realizada por Garzón de las tramas financiera, de comunicación, exterior, etcétera, de ETA. El pasado 8 de febrero, la Audiencia Nacional dictó un auto en respuesta a un recurso de los encausados por sus actividades en Xaki, organización especializada en las relaciones exteriores del entramado. El auto distingue entre ‘integración’ y ‘colaboración’, aunque admite que una colaboración permanente con ETA podría considerarse equivalente a pertenencia a la misma. En función de ese criterio, la Audiencia rechaza la identificación automática de Xaki con ETA, pero considera que hay suficientes indicios como para mantener el procesamiento de la mayoría de los imputados por sus actuaciones individuales orientadas a ‘favorecer los fines’ de ETA.
El director de la Policía dijo ayer que se ha requisado ‘documentación como para llenar un camión’. Habrá que esperar a conocer los resultados de un análisis preciso para saber si hay pruebas que justifiquen la acusación de pertenencia a la banda. Pero, con independencia de ello, merece elogio, y no sarcasmos, que la justicia intente acabar con la impunidad con que el sector juvenil del tinglado se entrena para matar amenazando, agrediendo y destruyendo.
11 Mayo 2001
Rama ilegalizada
Un auto del juez Garzón acordó ayer la ilegalización de Haika, rama juvenil del llamado entorno de ETA. Fruto de la fusión, hace un año, de Jarrai y su organización homóloga en el País Vasco francés, nunca había sido legal: era una organización alegal, como lo fue siempre su antecesora Jarrai, integrada en KAS, la coordinadora en la que participaba ETA y encuadraba a diversas organizaciones sectoriales; la propia KAS era una estructura alegal, al igual que su sucesora, Ekin, también ilegalizada recientemente por Garzón.
Por orden suya, el pasado 6 de marzo fueron detenidos varios dirigentes de Haika y registrados diversos locales, en los que, según declaró entonces el director general de la Policía, se incautó ‘documentación como para llenar un camión’. Un efecto inmediato del análisis de esa documentación fue la localización de una cita entre miembros de Haika y dos activistas de ETA, que fueron detenidos al acudir a la misma; un efecto diferido es la ilegalización de la organización juvenil como resultado de las pruebas que Garzón cree haber encontrado en los papeles requisados. El juez considera que Haika es ‘un apéndice integrado en la estructura terrorista de ETA’, a la que ‘sirve de cantera’.
Prosigue así la línea de investigación iniciada hace tres o cuatro años por Garzón y según la cual ETA no está integrada únicamente por los comandos, sino que son éstos los que forman parte de una estructura más amplia y que cuenta con una parte sumergida y una parte visible. La alegalidad en que se ha movido tradicionalmente la parte visible ha permitido a esos sectores actuar con relativa impunidad durante años. La especialidad de Jarrai/Haika ha sido amenazar mediante carteles y pintadas y atacar mediante acciones de acoso y violencia callejera a profesores, políticos, escritores, periodistas y otras personas, algunas de las cuales, como José Luis López de Lacalle, serían posteriormente asesinadas por ETA.
Muchas personas se espantan ante la extensión de la cultura de la violencia entre los jóvenes abertzales, pero se oponen a cualquier intento de poner fin, con la ley en la mano, a la atmósfera de impunidad y legitimación condescendiente en que ha germinado. El nacionalismo ha tendido a minimizar el efecto de esa violencia juvenil y a desautorizar (garzonadas) las iniciativas del juez, a las que atribuye una motivación política. Esa sospecha fue reiterada ayer por Egibar, que atribuyó a Garzón la voluntad de ponerse al servicio de Mayor Oreja al tomar esta decisión en víspera de las elecciones. Si hubiera esperado al lunes, es seguro que le habrían acusado de retrasar la decisión para no perjudicar al partido del Gobierno. Lo cierto es que nada resulta tan políticamente oportuno como dejar actuar sin trabas a los jueces.