18 junio 1989

Elecciones Grecia 1989 – La corrupción derriba al veterano socialista Andreas Papandreu (PASOK), la derecha de Konstantinos Mitsotakis toma el poder

Hechos

Las elecciones se celebraron el 18 de junio de 1989.

08 Marzo 1989

Basura en Atenas

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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ALGO HUELE a podrido en Atenas. Y el olor no procede sólo -aunque sea ésta su expresión literal- de la huelga de recogida de basuras que desde hace ya bastantes días hace que el ambiente en la capital griega sea irrespirable. Las acusaciones públicamente formuladas por un banquero enriquecido a la sombra del poder son, por ahora, el punto y seguido de una tormentosa historia en la que la vida pública del primer ministro griego, Andreas Papandreu., ha ocupado un lugar central. Después de ocho años de gobierno indiscutido, la supervivencia política del primer ministro heleno se encuentra gravemente comprometida, y nadie ve claramente cómo podrá superar con éxito la prueba de unas elecciones generales a las que tiene que enfrentarse dentro de tres meses.La nación angustiada que el verano pasado se preguntaba sobre lo que le depararía el futuro si Grecia tenía que prescindir de un primer ministro que estaba siendo operado de corazón en Londres es ahora una ciudadanía irritada e impaciente que se ve obligada a digerir un escándalo tras otro. El primer ministro es criticado públicamente por sus propios votantes, mientras que el Gobierno se encuentra desgastado sólo meses después de la última remodelación.

Hace apenas un año, Papandreu parecía incapaz de cometer pecado o equivocación. Habiendo llevado al partido socialista al poder por primera vez en la historia de Grecia, conducía el Ejecuti,vo don mano firme y carismática. Sólo él había sido capaz de contradecir, sin gran merma política, graves promesas hechas a lo largo de la campaña electoral de 198 1; por ejemplo, que, con un Gobierno socialista, Grecia abandonaría la CE y los norteamericarios serían expulsados de sus bases en territorio helénico. Y únicamente él pudo hacer digerir al país un atisbo de entendimiento con el enemigo secular, Turquía, al tiempo que resistía la presión ejercida por sus socios en la CE para que Grecia se alineara más disciplinadamente con la política comunitaria.

La estrella de Papandreu comenzó a declinar cuando rompió su matrimonio, forjado en el exilio y en la lucha política común, para comenzar una nueva vida con una joven azafata. La historia no tendría mayor importancia que la de escandalizar a una sociedad conservadora en las costumbres, si no fuera por el hecho de que la mujer de Papandreu, Margaret, tiene un enorme peso moral dentro del propio PASOK. Hoy, un banquero estafador, Giorgios Koskotas, le acusa de corrupción y de utilizar los fondos que él le suministraba, primero, para tapar este escándalo sentimental, y después, para propiciar los intereses financieros y políticos del PASOK. Es probable que el corrupto banquero esté extremando sus acusaciones para salvar la cabeza, pero lo cierto es que el financiero hoy preso en Estados Unidos amasó una enorme fortuna en muy pocos años a la sombra del partido en el Gobierno y sirviéndose de las influencias de algunos de sus dirigentes, hoy dimitidos del Ejecutivo. Y de ello, Papandreu, aunque no resultara directamente implicado, es cuando menos su principal responsable político. Independientemente de los resultados de la encuesta parlamentaria iniciada al efecto, la era Papandreu aparece hoy herida de muerte.

29 Septiembre 1989

Sentencia política

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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DESPUÉS DE la decisión adoptada ayer por el Parlamento griego, Andreas Papandreu, jefe del Gobierno durante ocho años, tendrá que comparecer ante un tribunal especial para ser juzgado por dos hechos gravísimos: escuchas telefónicas y corrupción pasiva, o sea, haber recibido seis millones de dólares del banquero Koskotas, culpable del mayor fraude político-financiero de la historia griega. Koskotas escapó de su país con oscuras ayudas de miembros del Gobierno y se halla detenido en EE UU, pendiente de ser extraditado a Grecia.La decisión del Parlamento, que se basa en el informe de una comisión de 13 diputados, seis socialistas y siete de la coalición gubernamental, equivale a una sentencia política contra Papandreu. Éste acudió a la Cámara para defenderse, alegando que era víctima de una campaña de calumnias y acusando a determinados círculos norteamericanos de haberla fomentado. Mientras no haya sentencia judicial, Papandreu tiene derecho a ser considerado inocente. Pero la votación parlamentaria y los debates que la han precedido equivalen a una sentencia política y le dejan en pésimo lugar frente a la opinión pública.

Siempre es lamentable que la política se mezcle con los tribunales. En este caso, la condena de Papandreu, y de varios ministros del PASOK, es el objetivo esencial, casi único, de la coalición contra natura de conservadores y comunistas que asumió el Gobierno después de las últimas elecciones. El aspecto penal del problema se resolverá ante los tribunales. En cuanto a los efectos políticos, se manifestarán en las próximas elecciones, dentro de poco más de un mes, y todo indica que los conservadores serán los vencedores. En todo caso, urge que Grecia salga de este período en que toda su vida política ha girado en torno a escándalos y corrupción.

El Análisis

Mitsotakis hereda el desgaste de Papandreu

JF Lamata

Las elecciones legislativas de 1989 en Grecia marcaron un giro trascendental en la política helena. Konstantinos Mitsotakis y su partido conservador Nueva Democracia obtuvieron 145 escaños, frente a los 125 del PASOK de Andreas Papandreu, mientras que el Partido Comunista (KKE) y el partido de izquierda Synaspismos alcanzaron representación suficiente para convertirse en árbitros del Parlamento. Aunque Mitsotakis no logró la mayoría absoluta —los 151 escaños necesarios—, el resultado reflejó un claro mensaje: tras casi ocho años de dominio socialista, la ciudadanía se inclinaba por el cambio.

La derrota de Papandreu no se entiende solo en clave electoral, sino en el contexto de su desgaste personal y político. La ruptura de su matrimonio con Margaret Papandreu, una figura carismática que había sido fundamental en su proyección internacional y en la consolidación del PASOK como movimiento popular, erosionó la imagen del líder socialista. A ello se sumaron los escándalos de corrupción, en especial el caso Koskotas, protagonizado por el banquero Giorgios Koskotas, que salpicó directamente al entorno de Papandreu y cuestionó la ética del Gobierno. De figura casi mítica de la izquierda mediterránea en los ochenta, Papandreu pasó a estar cercado por sospechas y con el horizonte de procesos judiciales que amenazaban con arruinar su legado.

Por su parte, el nuevo hombre fuerte de Grecia, Konstantinos Mitsotakis, encarnaba un perfil distinto: liberal en economía, pragmático en política exterior y con un estilo sobrio, buscaba proyectar la imagen de gestor fiable frente al carisma declinante de Papandreu. La tarea no se presentaba fácil: gobernar sin mayoría absoluta en un país polarizado, con el comunismo aún fuerte en sectores sociales, y en un contexto europeo marcado por la caída del Muro de Berlín y el inminente reordenamiento continental. Pero Mitsotakis representaba algo más que un relevo: era la promesa de que Grecia podía dejar atrás los años de turbulencia y escándalo para abrir una nueva etapa de estabilidad.

JF Lamata