Emilio Romero recomienda desde PUEBLO a la revista ACTUALIDAD ESPAÑOLA que modere sus críticas a la dictadura franquista

La visión de algunos comentaristas sobre el tema del Régimen y las nuevas generaciones es a veces tan simple que merece la pena plantear el asunto para pedirles un mayor rigor de exploración. La nueva situación de libertad de Prensa ha traído las posibilidades de hacer la crítica al Régimen en su conjunto y en sus obras. Las autoridades administrativas, políticas y judiciales se están comportando en general con mesura y hasta con manga ancha, si nos referimos a la letra de la ley, pues el artículo 2º tiene un terreno resbaladizo para las actitudes efervescentes o febriles. Pero hay dos comportamientos igualmente inaceptables desde los órganos de opinión que son siempre instrumentos de expresión social: uno es la actitud de defensa entusiasta e incondicional del orden establecido; y el otro la crítica irresponsable, desentonada y sin base. Los dos comportamientos aparecen igualmente desacreditados. Asegurar como dice José María Sanjuán en LA ACTUALIDAD ESPAÑOLA que  país está en manos de las generaciones del 36, y que las posteriores están confinadas es un defecto óptico grave. Ni siquiera podría decirse que los Principios del Movimiento – que son los que dan significado político al Régimen – son literalmente las bases programáticas de las dos fuerzas políticas activas que en el orden civil nuclearon el alzamiento de julio: falangistas y tradicionalistas. Esos Principios fueron la expresión política de una etapa posterior, en la que el Régimen se había ensanchado con otras fuerzas, aquellas que parecían débiles o apagadas en el comienzo de la guerra: los monárquicos y los católicos. Pero sin perjuicio de decir al joven Sanjuán, con la riqueza de datos que necesite, tremendo cambio de semblante del Régimen-1940 respecto al Régimen-1966 y sin emitir ni un solo juicio – porque éste es otro problema – sino solamente invitándole a asomarse como diría un político de principios de siglo, al ‘mirador de la Historia’ el caso de las generaciones hay que verlo en función de los lugares que ocupan en la sociedad y del papel que tienen como una realidad dirigente y no suficiente circunscribirse a los acotados especialmente políticos de los que también diremos algo. Si manejáramos la nómina de personalidades que no han tomado parte en la guerra civil, que están muy distantes de ella, y que influyen decisivamente en la sociedad actual, probaría que no existe esa siniestra falta de porosidad a que se refiere el discriminativo articulista de LA ACTUALIDAD ESPAÑOLA. La mayor parte de los periodistas, poetas, autores teatrales, novelistas y, en general, el mundo intelectual que tienen comunicación corriente y directa con nuestro pueblo son gentes jóvenes de diferentes promociones, sin un solo compromiso con las emociones, los intereses y los dogmas de aquella guerra. Podemos decir algo más. Entre estas personalidades figuran quienes no solamente nada tienen que ver con los vencedores de la guerra, sino que ni siquiera les gusta el Régimen. No es preciso decir quiénes son, porque están en el ánimo de todos, y, por otra parte, es útil y aconsejable que coexistan opiniones diferentes pues es una muestra de que la sociedad está viva y una prueba positiva que señala la tolerancia de una situación. En el mundo del trabajo los hombres de más de cuarenta y cinco años figuran ya en áreas residuales y precisamente un hombre de esa edad hacia arriba encuentra muy difícil ocupación si se viera obligado a buscarla. El profesorado de enseñanza primaria media y universitaria está en manos de nuevas hasta el 80% y como es natural, toda la empresa pública y privada en los cuadros secundarios y ejecutivos está constituida por las distintas promociones que arrancan de aquella fecha originaria. Concretamente, desde la iniciación del Desarrollo (el último quinquenio) los jóvenes están entrando en tromba en todas partes, porque efectivamente.

La crítica del régimen no va por donde quieren emplazarla el joven Sanjuán,  son otras razones que requieren sagacidad, honestidad y desapasionamiento.

La buena crítica es casi un instinto. LA ACTUALIDAD ESPAÑOLA – que tiene en su buen sentido tantos tiburones por delante y por detrás tiene hasta casi la obligación de ofrecerse al joven Sanjuan como guías montañeros.

Emilio Romero