La Hemeroteca del Buitre

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Espectadores – EL PAÍS –  20-3-1995

¡Ah! No me siento enemigo de Jiménez Losantos, como dice, ni le maleficio: él violó, profanó la tumba de una momia y se creyó que era yo: allá ellos dos. No le deseo ningún mal: se también sufrir en su trance, y no se lo deseo. Siga barbotando ante micrófonos, garrapateando en su periódico. Soy su atento espectador.

Haro Tecglen

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Literatura momificada – ÉPOCA – 7-11-1995

Nada parecido a esa fiera corrupia a la que tanto echo en falta en América, el malvado Haro Tecglen, que yo creo que es la peor influencia de Umbral.

Lo último que dijo de mí la Momia fue que quemaría mis libros y patearía sus cenizas, en especial el libro sobre la muerte de Azaña. Semejante alarde nazi es algo ya inencontrable en país alguno salvo en España y por eso me encantó. Es Haro tan políticamente incorrecto que agradezco hasta que me insulte, porque eso significa que, aunque la cursilería progre siga avanzando, todavía quedan en España trincheras de arbitrariedad estética y ganas de pelarse por una idea o por un adjetivo. Gracias, Momia, por acordarte de mí. En adelante te llamaré siempre Don Eduardo. Y si alguien se querella contra ti, cuenta con mi óbolo.

Jiménez Losantos

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Sin duda, soy un malvado, como me dice Jiménez Losantos en la ÉPOCA de Campmany – EL PAÍS – 10-11-1995

Haro Tecglen

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