27 septiembre 1985

Mattei y Frugoli acribillaron a José María Etxaniz Maiztegui, Maki Aztiasun Inzarra, Agustín Irazusta Barrena y Xabin Etxaide mientras veían un partido de la selección española

Mercenarios del GAL asesinan a balazos a cuatro presuntos miembros de ETA en Francia en el bar Monbar

Hechos

La noche entre el 25 y el 26 de septiembre de 1985 fueron asesinados en la cafetería Monbar José María Etxaniz Maiztegui, Maki Aztiasun Inzarra, Agustín Irazusta Barrena y Xabin Etxaide.

Lecturas

La noche entre el 25 y el 26 de septiembre de 1985 fueron asesinados en la cafetería Monbar José María Etxaniz Maiztegui, Maki Aztiasun Inzarra, Agustín Irazusta Barrena y Xabin Etxaide.

MonbarEgin El periódico EGIN dirigido por José Félix Azurmendi definió en su titular a los cuatro terroristas muertos como ‘refugiados políticos vascos’.

Por aquel crimen la policía francesa arrestó a los mercenarios Mattei y Frugoli.

José Amedo recuerda la matanza de Monbar.

REACCIÓN DE LOS LÍDERES POLÍTICOS SOBRE LOS GAL

D. Ricardo García Damborenea (PSOE).
D. Jaime Mayor Oreja (Coalición Popular).

D. Mario Onaindia (Euskadiko Ezkerra)
D. Joseba Azcárraga (PNV)
Txomin Ziluaga (Herri Batasuna).

27 Septiembre 1985

La Duda del GAL

ABC (Director: Luis María Anson)

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La lucha contra el terrorismo es, ante todo, un problema de criterios claros. El asesinato de cuatro miembros de ETA el pasado día 25 a manos del GAL es un hecho gravísimo. Creemos que el Estado tiene el deber de utilizar todos – repetimos, todos – los medios legítimos a su alcance para extirpar de raíz los cuadros y los circuitos del terror. Creemos que hay que tomar ejemplo de la dureza con que se ha aplicado la ley en democracias consolidadas, como Francia, Gran Bretaña o Alemania federal. La actividad del GAL, sin embargo, nos repugna y nos alarma. Dos mafiosos de Marsella han sido detenidos en Bayona después del cuádruple crimen del miércoles. Esa ‘vendetta’ tiene todo el aspecto de una sangrienta chapuza que nada resuelve. Insistimos: hay que extirpar el mal en su raíz, con todos los medios, aplastantes, que un Estado tiene a su alcance. El GAL no es sino una banda de criminales útiles para alimentar la espiral de terror. La oposición debería emplazar a don Felipe González para que desmintiera con datos fehacientes cualquier equívoco entre los llamados GAL y los Servicios de Seguridad del Estado. Don Felipe González debería probar, a su vez, ante el Parlamento, que tiene un verdadero proyecto contra el terrorismo, digno de un hombre de Gobierno.