19 febrero 1988

Muere en México el socialista español Víctor Salazar Herrero, que llegó a ser durante un año secretario general del PSOE (Histórico) y acabó en el PASOC – Izquierda Unida

Hechos

El 19 de febrero de 1988 la prensa española dio cuenta del fallecimiento de D. Víctor Salazar Herrero.

Lecturas

Viejo colaborador de D. Indalecio Prieto, al dividirse el PSOE entre el sector Renovador de D. Felipe González y D. Nicolás Redondo y el sector Histórico de D. Rodolfo Llopis, él se alineó con estos segundos llegando a ser nombrado en 1974 secretario general del PSOE Histórico.

Para 1976 ya había dejado el mando, aunque siguió siendo militante del partido incluso cuando este cambió su nombre por Partido de Acción Socialista (PASOC) en 1983, en el que seguía militando en el momento de su fallecimiento. El PASOC es uno de los partidos que componen la coalición Izquierda Unida.

Aunque viajaba a España, nunca dejó de tener su residencia fija en México, donde vivía desde la finalización de la Guerra Civil.

19 Febrero 1988

Víctor Salazar

Lorenzo Contreras

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 Ha llegado desde México la noticia de que Víctor Salazar Herrero ha muerto, pocos días antes de cumplir 80 años, en la localidad de Tecate. Había nacido en 1908 en Sopuerta (Vizcaya) en el seno de una familia de ideología socialista. Colaboró desde su juventud con Indalecio Prieto, tanto en el periódico «El Liberal», de Bilbao, como en el Ministerio de Obras Públicas.

Durante la contienda civil fue hombre de confianza de Prieto en su etapa de ministro de la Guerra, para pasar después a la Dirección General de Carabineros. Juan Negrín, jefe del Gobierno republicano, no sólo le nombró para este puesto sino que le encargó también establecer contactos directos en París con los responsables soviéticos del suministro de armamento a la República. Ya en el exilio volvió a ser el colaborador más cercano de Indalecio Prieto hasta la muerte de éste en 1962.

Como miembro del comité federal del PSOE en el exilio se mantuvo leal a Rodolfo Llopis cuando en 1972 se produjo la escisión del partido. Pasó entonces a formar parte de la dirección del sector conocido como PSOE Histórico. En 1974 sucedió al propio Llopis en la secretaría general de este partido durante el congreso celebrado en Toulouse y se esforzó por conseguir la unidad de los dos partidos socialistas.

En la actualidad pertenecía al Partido de Acción Socialista (PASOC), heredero del PSOE Histórico, y mantenía actividades relacionadas con la historia del socialismo en el exilio. Entre sus logros figura la creación de la Fundación Indalecio Prieto dotada con fondos aportados por Concha Prieto, única hija superviviente de aquel líder. Esos fondos materiales consistieron en la donación de los archivos de su padre y en el importe íntegro de la venta de las instalaciones de «El Liberal», de Bilbao, confiscado por Franco y recientemente devuelto por el Gobierno democrático.

En esa Fundación conviven socialistas del PSOE Histórico y del PASOC, como Julián Lara, Ovidio Salcedo y Alonso Puerta, con otros procedentes del felipismo, como Ricardo García Damborenea, Cassinello, José Andreu y Abelló y Juan Pablo Fusi.

En los últimos días de su vida Víctor Salazar se apresuraba a terminar un libro de memorias donde aparecerán detalladas todas las actividades realizadas por la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), que incluye el destino dado a los fondos del llamado «tesoro del «Vita», el yate que arribó a México con dinero y joyas enviadas por el Gobierno republicano.

Víctor Salazar, socialista insobornable y hombre bueno, tuvo ocasión de protagonizar un episodio inscribible en la empresa de reconciliación de los españoles. Hace pocos años entregó a la familia Primo de Rivera, en nombre de la familia Prieto, los efectos personales de José Antonio en la cárcel de Alicante, efectos personales que Indalecio Prieto conservaba en su exilio como señal de respeto por un hombre al que intentó, sin éxito, salvar la vida, por encima de sus posturas políticas antagónicas.

La dirección del PASOC ha comunicado directamente por telegrama la noticia de la muerte de Salazar a los dirigentes del PSOE y de la UGT Ramón Rubial y Nicolás Re­dondo, antiguos amigos y compañeros del fallecido dentro del importante grupo constituido desde siempre por los socialistas vascos.

En su último viaje a España Salazar tenía la intención, no realizada, de despedirse de Nicolás Redondo y conversar sobre la difícil situación del ideal socialista en España.