19 febrero 2017

Estuvo en política como presidente del Partido Liberal, de

Muere José Antonio Segurado García, co-fundador de la CEOE y fundador de CEIM, su sección madrileña

Hechos

El 18 de febrero de 2017 la prensa informó del fallecimiento de D. José Antonio Segurado García.

18 Febrero 2012

El elegante liberal

Carlos Salas

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Cuando un estudiante de Económicas lee que los empresarios españoles tuvieron su primera patronal en 1977, se pregunta: ¿y qué había antes? Antes había una cosa llamada Organización Sindical Española, donde estaban representados los trabajadores y los empresarios. El Sindicato Vertical falangista.

Cuando llegaron las primeras elecciones democráticas en 1977, los trabajadores se fueron con CCOO y UGT. Y los empresarios, con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), uno de cuyos fundadores fue José Antonio Segurado. Hijo de un actuario de seguros que también fue campeón de España de 110 metros vallas, Segurado nació en 1938 en Barcelona. Empezó sus estudios en Derecho y Economía en la célebre Universidad de Deusto (País Vasco), pero los tuvo que abandonar dos años después tras la muerte de su madre, a la que él calificaba como «el auténtico motor y guía espiritual de la familia».

Segurado se puso a trabajar como agente de seguros y representante de la compañía Alianza, en la base norteamericana de Torrejón de Ardoz. Al mismo tiempo daba clases como profesor de inglés, una dedicación insólita en unos tiempos donde el segundo idioma en España era el francés. Con 25 años inició su actividad empresarial y a partir de ahí fue imparable. Consejero, consejero delegado, vicepresidente o presidente de multitud de empresas: Sefisa, Sefiauthi, La Unión y el Fénix, Acerinox, Cenavi, Vusa, Asnef… Hasta que en 1977, con la desaparición del Sindicato Vertical, fue invitado por los empresarios J.M Sunyer y Max Mazin a fundar la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), uno de los pilares de la CEOE. La CEOE estaba presidida por el catalán (y campeón nacional de tenis) Carlos Ferrer Salat, y codo a codo con él.

En una España que necesitaba mostrar una imagen más internacional, no tardarían en lloverle los anzuelos de la política. En 1983 Manuel Fraga le pidió que encabezara la lista de Alianza Popular a la alcaldía de Madrid, pero Segurado la rechazó. Era demasiado de derechas. Tenía sus propios planes, que vieron la luz en 1985 cuando fue nombrado presidente del Partido Liberal. Él mismo confesaba que su objetivo de «unir al centroderecha español». Al año siguiente, fue elegido diputado nacional por la Coalición Popular. En 1989 renovó su escaño por el recién creado Partido Popular (más centrado), y ese mismo año voló más alto: vicepresidente del PP. ¿Hasta dónde podría llegar? Muy lejos. Pero el 28 de febrero de 1990 todo cambió para él.

La enfermedad y el fallecimiento de dos de sus hijos le obligaron a abandonar los cargos y trasladarse a Mallorca, donde tuvo que afrontar un enorme «vacío», según sus palabras. Eran dos de los tres hijos de su matrimonio con María del Mar Martí en 1961, de la que se había separado en 1970. En 1991 volvió a sus orígenes: fundó la correduría de seguros Segurado y Galobart. Este apellido último correspondía a su segunda esposa, Ana Galobart (desde 1971), con la que tuvo un hijo. Fue después cuando descubrió el atractivo de la prensa. Columnista de Abc, Diario 16 y El País, y tertuliano de Intereconomía, Cope, Veo, Radio Nacional, TVE, Telecinco y Telemadrid. Era un gran comunicador, con un tono tranquilo y transparente.

Hombre de estatura imponente y de formas elegantes, le encantaba leer, viajar y el jazz, y adoraba «la soledad, y el silencio de su biblioteca». Él mismo decía que era una persona muy exigente, rasgo que, para su sorpresa, le hacía a veces «herir sin querer» a los demás.

José Antonio Segurado, empresario y político, nació en Barcelona el 23 de enero de 1938 y murió en Madrid el 16 de febrero de 2017.

19 Febrero 2017

Fallece José Antonio Segurado, un auténtico líder empresarial

Juan Pablo Lázaro (Presidente de CEIM)

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Como empresario y político supo alzar la voz para defender la importancia de la unidad de España

Hay personas que se adaptan a los cambios, sin embargo los verdaderos líderes los generan. Sin duda José Antonio Segurado era uno de esos líderes. Su actividad empresarial estuvo siempre vinculada al mundo del seguro, siendo a lo largo de su vida miembro de consejos de administración de distintas empresas en diferentes sectores. También dedicó una parte de su vida a la política, siendo cofundador del Partido Liberal, partido con el que obtuvo su acta de diputado del Congreso y donde participo en distintas comisiones, vinculadas siempre a áreas económicas.

Sin embargo, fue en el entorno del asociacionismo empresarial donde realizó un papel más relevante, siendo probablemente una de las personas más significativas del citado entorno de los últimos 50 años. En 1976, junto a Max Mazín, José María Sunyer, Celso García, José Meliá, Antonio Beteré y otros empresarios, constituyó la Asociación Empresarial Independiente, embrión de la actual Confederación de Empresarios de Madrid CEIM-CEOE, de la que fue su primer presidente y, hasta estos últimos días, presidente de honor fundador.

A lo largo de estos años, su papel, representando y defendiendo los intereses empresariales, ha sido encomiable. Desde sus propias empresas, desde sus puestos como consejero de sociedades, desde las asociaciones empresariales a las que perteneció, desde toda clase de medios de comunicación e, incluso desde la política, siempre argumentó con conocimiento, sentido crítico y pasión, sus firmes convicciones en defensa del libre mercado y la iniciativa privada como única fuente de creación de riqueza y bienestar para los ciudadanos.

Fue también un gran defensor de la unidad de mercado y supo alzar su voz claramente cuando como dirigente empresarial defendió la importancia de la unidad de España, especialmente ante los acontecimientos que han ido ocurriendo durante los últimos años.
España siempre ha precisado y precisa de una sociedad civil fuerte que aporte a aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar, ideas, proyectos y, por qué no decirlo, también control y supervisión. Está demostrado que los países que disfrutan de ese tipo de sociedad participativa en los distintos ámbitos, económicos, educativos, culturales… son los que más han prosperado en los últimos 50 años.

José Antonio creía firmemente en ello y por eso dedicó gran parte de su tiempo a la defensa colectiva de los intereses empresariales. Con voz grave, rico vocabulario, contundentes argumentos y preciso lenguaje impregnaba, tanto a sus fieles seguidores como a sus esporádicos lectores u oyentes, de una forma de ser, de pensar y de actuar en las que anteponía las ideas a las ideologías, la tolerancia al dogma y las personas a los colectivos. Defendía a las empresas con independencia de su tamaño y también defendía a los trabajadores porque sabía que las personas son el principal activo de las mismas.

Sus amigos, sus compañeros de fatigas y sus discípulos nunca olvidaremos la lección que José Antonio nos mostraba cada día y hasta el final de su existencia, como siempre lo han hecho los grandes hombres, con la palabra y con el ejemplo; la enseñanza de que una vida plena pasa por el compromiso de aportar esfuerzo y talento para dejar un mundo mejor.

Los empresarios madrileños, sus compañeros de CEIM-CEOE, demostraremos nuestro infinito agradecimiento a José Antonio de la manera que a él le hubiera gustado, trabajando sin descanso para alcanzar una sociedad más próspera, más justa, más solidaria y más libre de la que puedan disfrutar el conjunto de los ciudadanos. El éxito de una sociedad depende en gran parte del éxito de sus empresarios, siendo además fundamental que en dicha sociedad existan canales para que esa riqueza y bienestar se distribuya entre todos sus ciudadanos y no quede solo en manos de unos pocos. En ello creyó José Antonio y en ello creemos los que hemos tomado su testigo, por ello en nombre de los empresarios de Madrid y de España solo puedo decir, gracias, nunca te olvidaremos y descansa en paz.