30 septiembre 1993

Director de los diarios LEVANTE de Valencia, JORNADA de Valencia, LA HOJA DEL LUNES de Valencia y también de EL CORREO GALLEGO

Muere José Barberá Armelles, destacado periodista de Valencia durante el franquismo y la Transición y padre de la alcaldesa

Hechos

El 30 de septiembre de 1993 se conoció el fallecimiento del periodista D. José Barberá Armelles.

Lecturas

El 6 de octubre de 1993 la Agencia Efe difunde la noticia del fallecimiento del periodista D. José Barberá Armelles (padre de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá Nolla) ex Director de los periódicos El Correo Gallego (1940-1953), Jornada de Valencia (1953-1975) y Levante (1981-1982).

21 Noviembre 1975

Todo atado

José Barberá Armelles

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Valencia, entera, ha sentido en la fría madrugada del 20 de noviembre un temblor de congoja con la noticia de la muerte del primer español. Las flores que desde el amanecer han ido espontáneamente rodeando la estatua del generalísimo en la plaza del Caudillo han sido un vivo testimonio de admiración, ternura y homenaje.

Franco ha exhalado su último suspiro en la habitación 1.040 en la residencia de La Paz de la Seguridad Social. Hospital fundado por él mismo como en tantos otros puntos de la geografía nacional. Ha dejado, pues, de existir entre las cuatro paredes una institución creada para mitigar el dolor de los españoles y un trabajador más fuerte y sólida ligadura. La justicia social, su gran preocupación.

Por otra parte la tristeza y la serenidad de la capital valenciana han dado la imagen de una última jornada inolvidable. Tristeza y honor. Ha desaparecido el hombre que ha llenado con su talento y su entrega una larga etapa de la historia seguida por la confianza que supo despertar en el ánimo y en el corazón del pueblo. Todo ha quedado bien atado. En efecto, las leyes y las instituciones le suceden con matemática precisión. Durante la enfermedad del jefe del Estado el príncipe asume sus funciones en momentos especialmente delicados. Al fallecimiento del Caudillo el Consejo de Regencia se hace cargo de la máxima magistratura del país. El próximo sábado al mediodía al toque del Ángelus Juan Carlos jurará sobre los evangelios como Rey siendo testigos Las Cortes. En ese preciso momento un inocente niño rubio, el infante Felipe ascenderá al rango de príncipe heredero del trono de España, quizá un escalofrío de emoción recorra su infantil cuerpecito. El futuro ha comenzado. La institución monárquica se inicia y asegura su permanencia el joven Rey y el niño príncipe. Todo atado.

El pueblo valenciano con un temblor de congoja como la del presidente Arias ¡Que destino! cuando nos leía la despedida con la última voluntad del Caudillo ha tenido una frágil pero eterna ligadura de flores de nuestros campos.

La bandera hondea a media hasta. Ha muerto Franco, ese hombre.

Don Pepe

 

30 Septiembre 1993

DON PEPE

Rafael Brines Lorente

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Durante muchos años firmó sus ‘Rumores’ o su ‘Bla bla bla’ con el pseudónimo ‘Don Pepe’, porque tenía la suficiente categoría para rubricarse con el don, aunque su sencillez le mantenía como Pepe. José Barberá Armelles, a los 78 años de edad, se ha marchado con el silencio modesto con que vivió y ejerció su profesión de periodista, en la que, al margen de la actividad en ‘los papeles’ fue un auténtico valedor de sus compañeros para cuanto pudiesen necesitar.

Nacido en Valencia en 1915 – ¡vaya año periodístico, en que vieron la luz él, y José Ombuena y Adolfo Cámara! – hijo de un destacado médico de cabecera, muy joven se dedicó ya a lo que sería su actividad plena. Fue redactor de EL TRADICIONALISTA y corresponsal en Roma de EL SIGLO FUTURO  hasta que la guerra civil y el ingreso en prisión le privaron un tiempo de su quehacer profesional.

Terminada la contienda ingresó en el diario LEVANTE y poco después pasó a dirigir EL CORREO GALLEGO, en Santiago de Compostela, para regresar a su Valencia y ya en 1953 ocupar la dirección del vespertino JORNADA, puesto en el que permaneció hasta 1974 en que fue Director Adjunto de LEVANTE y después, al principio de los ochenta, Director definitivo hasta la jubilación.

En 1953 fue elegido por sus compañeros Presidente de la Asociación de la Prensa Valenciana, entidad que durante su mandato de más de 30 años alcanzó su mayor prestigio y consolidó un valioso patrimonio, que se mantuvo hasta su renuncia voluntaria tras la jubilación. Simultaneó su actividad diaria y la presidencia de la Asociación de la Prensa con la Dirección de LA HOJA DEL LUNES de Valencia, que igualmente bajo su batuta se situó en cabeza de difusión. Fue, además, Consejero Nacional de Prensa y obtuvo en su momento el premio nacional Jaime Balmes.

Su paso por todos esos puestos – centenares de compañeros lo disfrutaron y el abajo firmante tiene la obligación moral de proclamarlo – fueron una constante dedicación al periodista, por el que igual se desvivía en la asistencia sanitaria, que en la gestión para solucionar cualquier contrariedad. Compañeros, viudas, huérfanos de periodistas, todos encontraron siempre en su despacho la atención a nuestras cuitas. COmo bien nacido y como beneficiado por ello, me veo obligado así a proclamarlo. Fui ayudado siempre por él desde el inicio y el intento de mi ingreso en la Escuela oficial de Periodismo hasta hace pocas fechas en que siempre encontré en José Barberá el sosegado, acertado y veterano consejo. Mi padre profesional.

Junto a ello, su presencia en Valencia fue siempre notoria y al tiempo que trabajaba siete días a la semana y velada por sus compañeros asistencialmente, fue concejal delegado de Parque y Jardines y vicepresidente de la Federación Nacional de Asociaciones de la Prensa. Y hasta creó un semanario, la revista CLIMA que en su momento llenó una parcela importante de la información en Valencia. Todo ello atendiendo al mismo tiempo a una familia numerosa, para lo que contó en todo con el apoyo estimable y estimado de la buena de Carmen, que la gran ‘sufridora en casa’, mientras el marido repartía sus 24 horas entre trabajo y compañeros. Fruto de esa familia bien orientada ha sido el reconocimiento y cariño popular hacia su hija Rita, que hoy para muchos no es la alcaldesa, sino la hija de don Pepe, que nos acaba de dejar.

Desde la orfandad profesional en que me deja José Barberá – ¿hubiera yo, hubiésemos muchos periodistas podido defendernos en esta vida sin él? – enjugo una lágrima que auténticamente he derramado porque no tengo seco el corazón, y pido a Dios que le pague los méritos que ha contraído en la ayuda a sus colegas. Si algún pecado pudo tener como humano, lo superará con creces en el juicio sumarísimo al que acbaa de someterse ante el Altísimo, en Él que siempre creyó y que espero le premio su generosidad con nosotros. Conmigo, la tuvo al máximo.

Rafael Brines Lorente