30 abril 2013

Todos los acusados quedan en libertad por ser o absueltos o condenados a penas insignificantes

Penas leves en la sentencia por la ‘Operación Puerto’ que investigaba una trama de Dopaje

Hechos

El 30.04.2011 se conoció la sentencia de la llamada ‘Operación Puerto’.

Lecturas

El 30 de abril de 2013 se hace pública la sentencia por la Operación Puerto, la redada contra un supuesto caso de dopaje realizada en el año 2006 en torno al médico D. Eufemiano Fuentes Rodríguez. La sentencia de la juez Dña. Julia Patricia Santamaría decreta unas penas muy inferiores a las previstas por los medios.

  • Eufemiano Fuentes Rodríguez – Condenado a 1 año de prisión.
  • José Ignacio Labarta Barrera – Condenado a 4 meses de prisión.
  • Dña. Yolanda Fuentes Rodríguez – Absuelto.
  • Vicente Belda Vicedo (exdirector del Kelme) – Absuelto.
  • Manuel Saiz Balbas – Absuelto.

El mayor juicio por dopaje en España hasta la fecha acaba, por tanto, con una sentencia discreta.

ACUSADOS Y SENTENCIA

Eufemiano D. Eufemiano Fuentes condenado a 1 año de cárcel y a cuatro años de inhabilitación como médico deportivo.

Puerto_Labarta D. Ignacio Labarta condenado a  cuatro meses de prisión e inhabilitación como médico deportivo.

Puerto_hermanaEugemiano Dña. Yolanda Fuentes, hermana de D. Eufemiano, es absuelta.

VicenteBelda D. Vicente Belda, ex director de Kelme, es absuelto.

operacionpuerto_Sainz D. Manolo Saiz, ex director deportivo, es absuelto

01 Mayo 2013

Una sentencia frustrante en el peor momento

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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LA SENTENCIA que condena a un año de cárcel al doctor Eufemiano Fuentes, principal implicado en la operación Puerto, deja la sensación de una gran injusticia y constata el fracaso de las autoridades para perseguir el dopaje. Resulta inconcebible que en 2006 aún no existiera en España una legislación específica para perseguir este delito, así como que la operación policial no se aplazara seis meses, el tiempo que tardó en aprobarse la normativa contra el uso de estimulantes prohibidos. Como consecuencia, ningún deportista se ha sentado en el banquillo y los encausados –Fuentes, su hermana, el ex entrenador Ignacio Labarta y los ex directores Manolo Saiz y Vicente Belda– sólo han podido ser juzgados por un delito contra la salud pública.

La resolución es descorazonadora por cuanto incluye como hechos probados que las prácticas de Fuentes tenían «la exclusiva finalidad de elevar artificialmente el rendimiento físico del ciclista», que los tratamientos comportaban «un importante peligro para la salud» y que las transfusiones, realizadas «sin cumplir las garantías higiénico sanitarias», buscaban burlar los controles antidopaje.

Es difícil entender que a Alberto Contador se le suspendiese dos años tras encontrársele una sustancia en la sangre en una proporción infinitesimal que no podía mejorar su rendimiento y que quienes utilizaron los métodos manifiestamente ilegales de Eufemiano Fuentes puedan acabar sin castigo alguno. El fallo, sobre el que ya se ha anunciado recurso, rechaza que las bolsas de sangre requisadas en la operación sean entregadas a los organismos federativos, aduciendo que han de prevalecer «las garantías del deportista y el respeto a sus derechos fundamentales». Con toda la razón, tanto la Federación Española de Ciclismo, como la Agencia Mundial Antidopaje, la Unión Ciclista Internacional y el Comité Olímpico Italiano habían solicitado su entrega. Ya que no se puede actuar penalmente contra los tramposos, al menos debería poder perseguírseles en el ámbito deportivo.

Existe una gran sensibilidad en todo el mundo por el problema del dopaje. El caso de Lance Armstrong ha conmocionado a la opinión pública. Algunos medios, fuera de nuestras fronteras, han extendido sospechas sobre los deportistas españoles a raíz de sus grandes éxitos. Son acusaciones injustas porque pasan las mismas pruebas que el resto. Ahora bien, es cierto que la legislación y los controles en España han ido por detrás de los demás países de nuestro entorno.

Los ojos de los organismos internacionales estaban ahora puestos sobre la operación Puerto, la más importante que se ha desarrollado en España contra el dopaje. Una sentencia ejemplar hubiera contribuido a proteger la imagen de nuestro deporte. Está claro que un juez no puede guiarse por esas consideraciones a la hora de emitir un veredicto, pero también es cierto que la Fiscalía y la Abogacía del Estado pedían penas mayores y que tres de los cinco imputados –Yolanda Fuentes, Belda y Saiz– han sido absueltos. Si la sentencia es frustrante, llega además en el peor momento: a sólo cuatro meses de que se elija la sede olímpica de 2020. Para la candidatura de Madrid es una mala noticia.

03 Mayo 2013

Tibieza ante el dopaje

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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Las leves penas de la Operación Puerto son decepcionantes y dañan la imagen de España

Tras siete años de instrucción y tres meses de juicio, el primer gran caso de dopaje en el deporte juzgado en España, la Operación Puerto, se ha saldado con una gran decepción. Tres de los cinco acusados han sido absueltos y los otros dos, condenados a penas mínimas que ni siquiera implican el ingreso en prisión. Al principal acusado, el médico Eufemiano Fuentes, le ha sido impuesta una pena de un año de prisión y cuatro de inhabilitación, pero solo para ejercer la medicina deportiva.

Si bien es positivo que por primera vez se haya impuesto una condena por facilitar sustancias dopantes a deportistas, la sentencia se alinea con la tibieza que los observadores internacionales atribuyen a las autoridades españolas en la lucha contra el dopaje y en absoluto es coherente con la gravedad de los hechos. Porque en el juicio ha quedado probado que existió una trama de dopaje y que la actividad ilícita pudo alcanzar, según la propia sentencia, a un centenar de deportistas. Como en 2006 el dopaje no estaba específicamente tipificado como delito, la acusación era por un delito contra la salud pública. La juez ha decidido imponer una pena sensiblemente inferior a la solicitada por las acusaciones y ha ordenado además destruir las 212 bolsas de sangre y plasma incautadas, a través de las cuales se podría identificar a los deportistas implicados.

La sentencia será recurrida, pero, de momento, ya ha causado un nuevo y grave daño a la imagen de España. Al deterioro que el descubrimiento de la trama causó a la fama de los deportistas se suma ahora el deterioro de la imagen de la propia justicia. La instrucción se ha dilatado durante años —y es previsible que dure aún algunos más si llega hasta la última instancia—, ha presentado graves problemas de prueba y la juez se ha decantado por una interpretación muy benigna del Código Penal. No es extraño que la Agencia Mundial Antidopaje califique la sentencia de “decepcionante e insatisfactoria”.

El Análisis

¿ESO ES TODO?

JF Lamata

En absoluto pretendo decir que a los acusados por la ‘Operación Puerto’ había que tirarlos por un barranco, aunque sea ese el sentir populista con todo tipo de caso judicial famoso. Las sentencias deben ir ligadas a lo que se pueda probar, y si no se pudo probar lo suficiente es lógico que sean puestos todos en libertad. Ahora bien, eso no implica que se dejen de pedir responsabilidades después de que nos vendieran ‘la Operación Puerto’ como la mega-trama de dopaje español que iba a servir para demostrar lo eficaces que eran nuestra medidas anti-dopaje. Si al final resulta que no era para tanto ¿por qué se magnificó tanto el caso? Y aquí la responsabilidad no es sólo de los sensacionalistas medios de comunicación españoles: la Agencia Estatal Anti-Dopaje y la Secretaría de Estado de Deportes deberían replantearse como fue su política de comunicación durante todo el tiempo que duró el proceso.

J. F. Lamata