16 marzo 2004

El empresario elige a un ex político del PP para que ponga cara a su brazo audiovisual en pleno proyecto de conseguir que CANAL PLUS pase a emitir en abierto

Polanco cede la presidencia de Sogecable al ex ministro Rodolfo Martín Villa y el control a Javier Díez de Polanco

Hechos

El 16.03.2004 D. Rodolfo Martín Villa asumió la presidencia de Sogecable (sección de televisión del Grupo PRISA). D. Javier Díez de Polanco asumió las funciones ejecutivas como Consejero Delegado.

Lecturas

La Junta de Accionistas de Sogecable celebrada el 16 de marzo de 2004 D. Jesús Polanco Gutiérrez anuncia su retirada como Presidente ejecutivo y también como miembro del Consejo de Administración operador y su sustitución por D. Rodolfo Martín Villa como Presidente no Ejecutivo, quedando así el Consejero delegado D. Javier Díez Polanco como principal ejecutivo del operador.

Su retirada es fruto de la integración de Vía Digital en Sogecable por la que Telefónica ha pasado a ser el primer accionista de Sogecable con un 23,8% de acciones por delante de PRISA, con un 20% y Canal Plus Francia / Vivendi que ha reducido su presencia a un 8%. En el consejo entran también Vicent Vallejo en representación de Vivendi y D. Borja García-Nieto Portabella como independiente.

El nombramiento de D. Rodolfo Martín Villa es criticado por D. Cayetano González Hermosilla desde El Mundo y por D. Jaime Campmany Díez de Revenga desde ABC (a pesar de que el Sr. Martín Villa fue socio suyo en la revista Época).

18 Marzo 2004

LANZADAS Y PLUMAZOS

Jaime Campmany

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A moro muerto, gran lanzada. Los periódicos, las radios, las televisiones y el internet se han poblado de alanceadores súbitamente entusiastas. A José María Aznar están cosiéndolo a lanzadas, que en este caso las lanzas serán plumas, de las de escribir se entiende, y por lo tanto las costuras estarán hechas a plumazos. Hay columnistas, contertulios y similares que ya antes le daban caña (leña al mono hasta que hable catalán aunque sea en la intimidad), pero ahora, con el morito ya alanceado, las cañas se vuelven lanzas, y están dejándole que ya no hay por donde coserlo.

Que el inhóspito Haro Tecglen haya aprovechado esta ocasión de oro para escribir unos artículos perfectamente dignos de figurar en la Historia Universal de la Infamia es lógico, es lo previsto y es lo esperable porque es algo que pertenece al ser natural de las cosas y a la vileza trabajada de los hombres. ¿Dónde irá el buey que no are? Y que sus congéneres de «El País» y la Ser, empezando por el académico de pitiminí, se unan a la fiesta del alanceamiento es suceso que nada tiene de fenoménico.

Hasta el mismísimo Jesús Polanco se ha quejado de que contra Canal+ y Sogecable se montara una de las «campañas más ignominiosas» de la historia de España. Y estaba clara su alusión a Aznar y a su Gobierno porque expresó su confianza de que los socialistas tengan un «fair play» más claro en la política de información. Menos mal que no añadió: «Bueno, el que ya tuvieron cuando gobernaron». La acusación de «campaña ignominiosa» cobra valor especial en boca de Polanco, porque debemos reconocer en honor a la verdad que es persona que en esa materia de las campañas ignominiosas conoce muy bien de lo que habla.

Este discurso lo pronunciaba Polanco en ocasión de abandonar la presidencia de Sogecable y ponerla en manos de Rodolfo Martín-Villa, toma nísperos. Bien es verdad que alguna razón tienen ciertas críticas de las plumas de Sogecable contra Aznar. Las razones serán varias, pero sobre todas, una: gracias al obsequio del monopolio de la televisión de pago, a la vista gorda que ha hecho el Gobierno sobre las mangas y capirotes de Localia y a la negligencia en vigilar el cumplimiento de la condena judicial en el asunto del «antenicidio», el imperio informativo de Polanco ha dispuesto de unos instrumentos poderosos. Tan poderosos que han resultado capaces de aprovechar la masacre del 11-M para derribar al Partido Popular en unas elecciones que tenía ganadas. De nuevo, en la historia de la gratitud humana, el perro ha mordido la mano que lo alimentaba.

Menos previsibles parecen las lanzadas de otros alanceadores de las afueras y hasta de las lejanías del polanquismo-felipismo-zapaterismo. No es que me resulten demasiado sorprendentes, porque en los años que llevo vividos en este oficio mío encuentro muchos precedentes. Ese es acontecimiento vulgar, y su repetición es el que dio lugar a la frase preciosa, explicada con elocuencia en el «Tesoro» de Covarrubias: «A moro muerto, gran lanzada». Bueno, en realidad, éstos no son propiamente alanceadores; llegan después y son más bien puntilleros. Me explico, ¿verdad?

24 Marzo 2004

LA FOTO DEL RÉGIMEN

Cayetano González

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Es una foto que resume con toda su crudeza lo que ha sido la política del Partido Popular respecto a los medios de comunicación durante los ocho años que ha estado en el poder. Es una instantánea que ha pasado muy desapercibida por el terremoto informativo que se ha vivido en los últimos días a raíz de la masacre terrorista del 11-M y de la victoria del PSOE en las elecciones generales.En otras circunstancias, hubiese merecido mucha mayor atención, dado su profundo simbolismo y lo que latía en el fondo de ella.

La foto de marras recogía el momento en que el todopoderoso Jesús Polanco cedía los trastos de la Presidencia de la plataforma digital Sogecable, la exclusiva televisión de pago de nuestro país, nada más y nada menos que a Rodolfo Martín Villa. El antiguo y el nuevo régimen fundidos en un abrazo.

No deja de tener su aquel que, transcurridas sólo 48 horas desde que los españoles decidieran castigar al Gobierno del PP, al Gobierno de Aznar, de la forma más dura que se puede infligir a un partido político -como es decidir desalojarlos del poder-, aparezcan estos dos personajes escenificando un relevo en la Presidencia de la plataforma digital resultante no de una fusión, sino de una absorción, la de Vía Digital (Telefónica) por Canal Satélite Digital (PRISA). Operación que fue llevada a cabo hace dos años a impulsos de César Alierta, con el visto bueno de Rodrigo Rato, y que contó con todas las bendiciones del presidente del Gobierno.

Sólo 48 horas después de sufrir el mayor revés político de su vida, y en el que han tenido una participación no menor los medios del Grupo PRISA, Aznar tuvo que desayunar con esa foto, que pone de manifiesto lo poco y mal que han hecho los sucesivos gobiernos del PP en el campo de los medios de comunicación y lo escasamente previsores que han sido para una situación que ha llegado, quizás, antes de lo previsto, pero que en cualquier caso algún día iba a producirse: la pérdida del poder.

Y entonces, ¿qué? Los sucesivos y teóricos responsables de ese área del Gobierno -¿han existido realmente?- se han preocupado mucho más del regate en corto -bien fuese éste el control de los medios públicos, salir mucho y bien en los telediarios, o tener una cierta cohorte de tertulianos- que de hacer un diseño más global, más a largo plazo. Ha faltado visión de futuro y han sobrado reinos de taifas sobre esta cuestión dentro del Gobierno y del PP.

El destrozo producido a lo largo de estos últimos años tanto en el ya extinguido Grupo Admira, propiedad de Telefónica, como en Antena 3 y en Onda Cero, es otro ejemplo paradigmático de esa pésima política en medios de comunicación, donde ha primado mucho más el amiguismo que la buena gestión y la competencia profesional.

En la travesía del desierto en la que de alguna manera tendrá que vivir el PP en los próximos tiempos, va a lamentar seriamente no haber trabajado inteligentemente para el florecimiento de unos medios que, respetando su independencia, pudieran apostar y reflejar correctamente las ideas de un proyecto político e ideológico que ha tenido el pasado día 14 el nada desdeñable apoyo de 9.700.000 votos.

«Un poder fáctico fácilmente reconocible rompió el luto de los españoles», dijo ayer Aznar ante la Junta Directiva Nacional, en una clara alusión a al actitud de los medios del grupo PRISA en los días previos a las elecciones. Palabras que fueron aplaudidas por todos los asistentes , incluido Rodolfo Martín Villa. El mínimo sentido de lealtad de este veterano político leonés hacia su partido y, si se me apura, por cuestión de dignidad y decencia personal, debería haberle obligado a renunciar a la Presidencia de la plataforma.

Rajoy y los dirigentes del PP van a seguir experimentando en sus propias carnes -y, además, ahora desde la oposición- lo que es un grupo mediático compacto y bien dirigido, al servicio, en primer lugar, de los bolsillos de sus dueños y, en segundo lugar, del partido político al que tan eficazmente han ayudado a recuperar el poder perdido. Las cosas no se han podido hacer peor en este campo. La foto de Polanco y Martín Villa lo dice todo.

Cayetano González

30 Marzo 2004

No se enteran

Federico Jiménez Losantos

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Lo más difícil para el grupo dirigente del PP va a ser, está siendo ya, enterarse de que no han perdido unas elecciones o las elecciones, sino el poder. No hay más que ver cómo algunas de las cabezas del núcleo duro de la oposición siguen comportándose como ministros eternos cuando no son casi nada y van camino de todavía menos.A mí me recuerdan el caso de Martín Villa, que desde su más temprana juventud se instaló en el coche oficial y casi no ha bajado de él -se jubilará en Sogecable, quizás con acceso ya al jet privado- y, claro, cuando tenía que actuar como dura oposición no podía.Ministro ucedeo de Interior en los peores años del terrorismo, entre otros muchos cargos, tenía una experiencia formidable, pero acabó de hombre bueno para templar gaitas regionales, con resultados -Hormaechea- generalmente catastróficos. Quizás alguna vez intentó pelear con el felipismo, no lo sé, pero oponerse al Gobierno, con el que se identificaba instantáneamente, era superior a sus fuerzas. El otro día en Génova, cuando Aznar acusó al PFFR (Poder Fáctico Fácilmente Reconocible) de manipular el dolor y el luto del 11-M, todos aplaudían, incluido Rodolfo Sogecable, para escándalo de muchos de los presentes. ¡Y cuánto rodolfo y cuánta rodolfa veo yo ahora en el PP!

Cuando entonces, a Cascos, a Trillo, a Loyola, a Rato, al propio Aznar les salía de dentro atacar al Gobierno socialista y lo hacían con fruición y eficacia. Eso sí, cuando venteaban La Moncloa (1993) se arriolizaban, singularmente Aznar, y perdían contundencia en proporción directa a la cercanía de las urnas y el barrunto del poder. Es el síndrome del rico, que teme hasta los cambios que le pueden enriquecer más, pero entre los ricos más tontos de la Historia, porque no pasó de pobre, figura la lechera del cuento. Así era el PP de los años de la crispación, peleando en el Parlamento y las ruedas de prensa pero dejando que la faena dura de oposición la completaran o remataran en los momentos decisivos los medios de comunicación antifelipistas, que nos rompíamos la crisma contra el burladero mientras ellos, los centristas, marcaban distancias, mimoseaban con Polanco y le hacían promesas de trato preferencial, que al final, en los casos de Localia, de la fusión digital y sobre todo del antenicidio (como para su vergüenza ha demostrado de nuevo el Supremo), han cumplido más allá de cualquier predicción e incluso prevaricación. Pero, ay, lo que ayer era marrullería e inmoralidad hoy resulta sólo estupidez e impotencia. Ya no hay medios que les hagan la oposición.Polanco ha declarado la guerra a muerte a Aznar y a todos sus descendientes, incluido Rajoy. Ya los ha echado a patadas del poder pero algunos llevan tanto tiempo en el coche oficial que ni siquiera saben sobre qué se sientan. Vamos, que no se enteran.

El Análisis

¡FRANQUISTA! (NO COMO NOSOTROS...)

JF Lamata

Es curioso ver a tantos representantes de la derecha mediática despellejando al Sr. Martín Villa por su pasado franquista. ¡Anda que no habrá franquistas en el Partido Popular! Entre otras cosas porque, mal que le pase, el PP, es el partido heredero de AP y UCD y, mal que les pese, son los partidos de la derecha política, herederos de la derecha política que sostuvo la dictadura del general Franco. de gente del régimen anterior. La izquierda les podía echar en cara su vinculación con el régimen, pero lo raro es que los que echaban en cara el pasado franquista del Sr. Martín Villa ¡Eras los de la derecha! Desde la derecha mediática no criticaban el pasado franquista ni de Suárez, ni de Orti Bordás, ni de Cisneros, pero sí el de Martín Villa.

Por tanto ¿se le criticaba porque les molestaba que hubiera sido franquista o lo que de verdad molestaba es que hubiera fichado por PRISA?

J. F. Lamata