TELECINCO decide suprimir el programa de burlas y cotilleos ‘Aquí hay Tomate’ (La Fábrica de la Tele), líder de audiencia de la tarde

“Aquí hay tomate” se despide este viernes de Telecinco. La cadena de Mediaset ha decidido echar el cierre por sorpresa y de manera fulminante a su veterano y emblemático programa de corazón, después de casi cinco años de emisión, debido fundamentalmente al desgaste de audiencia sufrido a lo largo de esta temporada.

La noticia ha sido avanzada por Vertele.com poco antes de ser comunicada a los espectadores por los presentadores del programa. “Hoy es un día histórico para nosotros”, ha dicho Carmen Alcayde sobre la repentina despedida del programa, una noticia que a ellos mismos les había pillado por sorpresa. «Nos hemos enterado hoy y no nos lo esperábamos», ha comentado Jorge Javier Vázquez, que ha agradecido los “mensajes de apoyo” recibidos durante la emisión del programa.

«Han sido cinco años regalados que no vamos a olvidar nunca”, ha declarado su compañera Carmen Alcayde, que ha prometido «llorar» el viernes y «decirle a Jorge Javier Vázquez algo que nunca le había dicho antes».

«La vida de Isabel Pantoja va a cambiar radicalmente dentro de 3 días», repetían con ironía los presentadores.  «Volverá a sonreir pero estamos seguros de que no tardará en echarnos de menos, porque ‘Aquí hay tomate’ acaba para siempre».

“Aquí hay tomate”  se despide con tres especiales que la cadena emitirá a lo largo de esta semana y que recogerán los mejores momentos del programa.

«Supervivientes» le sustituye a la espera de un nuevo formato

Se espera que la cadena reestructure su tarde a partir del lunes con el traslado de “Supervivientes” a la franja de sobremesa, seguido de «Yo soy Bea» y  una previsible ampliación de “Está pasando».

Telecinco prepara «nuevos retos para Jorge Javier y Carmen Alcayde»

Telecinco destaca en un comunicado oficial que “Aquí hay tomate” ha “acompañado a los telespectadores de la sobremesa en más de 1.200 jornadas, ofreciendo su particular visión del mundo del corazón con un estilo irónico y desenfadado que ha generado continuos éxitos de audiencia y ha convertido a su logotipo -el tomate- en un clásico de estrenos, “saraos” y acontecimientos de la vida social”.

Telecinco considera que ha llegado el momento de “proponer nuevos retos al talento de Jorge Javier Vázquez, de Carmen Alcayde y de los productores del programa cuando todavía es líder de su franja”. La cadena se “propone cruzar nuevas fronteras en el lenguaje televisivo con un nuevo proyecto que sea capaz de acercar a los espectadores la información de sociedad en una fórmula tan innovadora como fue en su día la de “Aquí hay tomate”, un referente del género en la televisión española.”

Fuentes de la cadena reconocen que el programa «venía dando señales de que su ciclo se estaba acabando». «Es verdad que la audiencia ha dejado de seguirlo masivamente porque estaba empezando a perder interés por el formato».

Una retirada a tiempo es una victoria

La cancelación de “Aquí hay tomate” es la “crónica de un final anunciado”, a juzgar por la progresiva erosión que venía sufriendo el programa en los últimos meses. Su media en esta temporada (21.5% y 2.588.000) está  4 puntos y 500.000 espectadores por debajo de la anterior y el programa no consigue superar el 20% desde que comenzó el año. Sin embargo, aunque todos los profesionales del sector eran conscientes de que el espacio de Telecinco había entrado en una fase de retroceso, lo cierto es que nadie se esperaba que Telecinco fuera a tomar la decisión de retirarlo a mitad de temporada y de una manera tan tajante.

Con esta maniobra, la cadena de Mediaset demuestra una vez más que no está dispuesta a bajar la guardia lo más mínimo y ceder terreno a la competencia. Tras comprobar que los últimos cambios introducidos en “El Tomate” no surtían el efecto deseado sino el contrario –la caída de audiencia se ha acusado en las últimas semanas-, los directivos de Telecinco han preferido retirar el programa en un momento en el que todavía obtiene unos datos más que dignos, en lugar de dejarlo morir.

Parece que en Fuencarral se asume así que la fórmula de “Aquí hay tomate”, que tan rentable ha sido para la cadena durante los últimos años, ya no daba más de sí. Ahora se explica, por ejemplo, que Telecinco decidiera no incluirlo este año en sus candidaturas a los premios TP de Oro.

“En televisión no te puedes quedar dormido porque te despiertas muerto”. Es una de las máximas del consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, que refleja muy bien la filosofía de cadena y el alto nivel de autoexigencia que se marcan sus directivos y que les ha llevado a liderar la televisión en España por cuarto año consecutivo.

Adiós a un clásico del corazón

Con el cierre de “Aquí hay tomate”, la televisión dice adiós a un clásico del corazón, como en su día fue el ya mítico “Tómbola”.

Desde su estreno en la primavera de 2003, “Aquí hay tomate” se ha movido siempre entre las alabanzas de los expertos a su factura técnica y carácter innovador y las críticas por su falta de moralidad, obscenidad y agresividad con la que abordaban los contenidos de corazón.

“Aquí hay tomate” es uno de los programas más polémicos de la televisión y que más querellas acumulaba en Telecinco, pero al mismo tiempo ha sido uno de los espacios más emblemáticos y que más han contribuido en los últimos años a vertebrar la parrilla de la cadena.

La vuelta a la “esencia” no funcionó

“El Tomate” viene mostrando síntomas de agotamiento desde el inicio de la temporada. Por ello, Telecinco ya decidió hace dos meses tomar cartas en el asunto y darle una vuelta de tuerca al veterano y exitoso programa que conducen Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde para intentar revitalizarlo.

El equipo de “Aquí hay tomate” emprendió el pasado 26 de noviembre una profunda renovación de diseño y contenidos, a través de la cual se pretendía volver a la esencia y el espíritu del formato original que nació hace cinco años revolucionando el periodismo de corazón con un lenguaje visual que creó escuela en la televisión española.

De esta forma, “Aquí hay tomate” decidió renovarse inspirándose en su grafismo original, recuperando la fuerza del rojo, la famosa lata del principio (en la fotografía), la sintonía original (“Toma que toma”) y demás iconos de la etapa inicial.

El programa también trató de volver a su raíz en lo que a contenidos se refiere, tratando de recuperar el tono más humorístico del principio que se había ido perdiendo con el paso del tiempo, así como los reportajes polémicos de investigación, que también habían perdido peso en el programa.

Para emprender todos estos cambios, el programa también recuperó a sus directores iniciales, Óscar Cornejo y Adrían Madrid, que volvieron a tomar las riendas del programa después de haber estado un tiempo volcados en su productora, La Fábrica de la Tele, que también realiza para la cadena los espacios “El ventilador”, “La noria” y “Hormigas Blancas”.

Sin embargo, todos estos cambios no han tenido el efecto deseado sino el contrario. «Aquí hay tomate» no sólo no ha conseguido levantar el promedio de audiencia que acumulaba en noviembre (22.5%, tres puntos menos que en la temporada anterior), sino que lo ha empeorado en 1 punto de cuota (21.5% es la media con la que se despide ahora el programa).

Además, si entonces “Aquí hay tomate” todavía ostentaba el liderazgo habitual de la sobremesa, ahora lo ha perdido en favor de la telenovela de La 1 “Amar en tiempos revueltos” (en torno al 19% en las últimas semanas frente al 18% de “Aquí hay tomate”).

El programa de Telecinco no consigue superar el 20% de share desde el pasado 8 de enero. En este descenso de audiencia ha tenido que ver también la entrada en la parrilla de “Fama”, el último programa revelación de Cuatro que en poco tiempo se ha instalado en un 10% de cuota, otorgando a la cadena de Sogecable hasta 4 puntos más de lo que conseguía “Friends”. en la sobremesa.

Pero antes de “Fama”, la imbatibilidad de “Aquí hay tomate” ya se veía erosionada esta temporada por el exitoso espacio de laSexta, “Sé lo que hicisteis…”, que también ha acusado en el último mes la entrada del nuevo espacio de Cuatro, si bien ha aguantado el tipo mejor que “El Tomate”.

Audiencia de “Aquí hay tomate” por temporadas

“Aquí hay tomate” dice adiós con una digna audiencia media superior al 21%, y todavía líder de las sobremesas en el promedio de la temporada, pero a nadie le ha pasado inadvertido que el programa ha sufrido en este inicio de curso cierto desgaste de audiencia en relación a su demoledor éxito de los últimos tiempos.

Así, su media en esta temporada es de un 21.5% de cuota y 2.588.000 espectadores, mientras que el curso pasado promedió un 25.7% y 3.086.0000. Es decir, que ha perdido ya más de 4 puntos y casi 500.000 espectadores de una campaña a otra.

2007/08: 21.5% 2.588.000
2006/07: 25.7% y 3.090.000
2005/06: 24% y 2.882.000
2004/05: 25.1% y 2.976.000
2003/04: 24.3% y 2.843.000
2002/03: 18.3% y 2.036.000

“El mismo tomate, con distinta lata”

Los lectores de Vertele.com opinaron sobre los cambios iniciados por «Aquí hay tomate» el pasado 26 de noviembre. Estos son algunos de los comentarios que más se repetían, más inteligentes o más ingeniosos:

«Tendrían que hacer un ‘parón’ para volver frescos y recuperar audiencia»

– “’El Tomate’ en sus principios era genial, no me lo perdía, pero ahora ya está muy desgastado. Su bajada de audiencia es por su culpa, pues la competencia que tienen tampoco es tan grande. Si quieren volver al éxito tendrían que hacer un ‘parón’ de un tiempo y volver frescos”. (Pardall, 27/11/2007)

– “No han vuelto a los orígenes, únicamente han cambiado el ‘logo’, las cortinillas, el plató y poco más. ‘AHT’ empezó emitiendo reportajes al estilo de ‘El Buscador’, no entraba en temas de corazón. En definitiva, una frase que lo resume todo: El mismo tomate en diferente envase”. (VuL, 27/11/2007)

«Los contenidos no cambian por tener un plató nuevo»

– “¿Pero, que ha cambiado? Yo sólo he visto un cambio de decorado, más bonito, eso sí, pero sigo viendo al mismo chirriante Jorge Javier y la-presentadora-que-no-es-nada-sin-un-guión-delante como es Carmen Alcayde. Que la renovación del programa sean Terelu Campos y Noemí Hungría me hace alegrarme aún más del éxito de calidad de ‘Amar en tiempos revueltos’. ¿De verdad se creen que esta supuesta vuelta a sus inicios les hará subir?”. (Sergio_McBeal_, 27/11/2007)

– “Los cambios fueron entrevistar a una persona a la que han puesto a parir desde que se lo ordenó (y/o permitió) la dirección de la cadena y un reportaje con cámara oculta, que ni es reportaje, ni es nada (no descubrieron absolutamente nada que no supiéramos desde hace tiempo sobre la Cienciología). Si creen que un plató nuevo y un diseño de cabecera pueden cambiar los contenidos, están listos”. (Esquizofrenico, 27/11/2007)

«El único acierto ha sido la encuesta para elegir al famoso más aburrido»

– “El Tomate no necesitaba un cambio de imagen, sino de contenidos. Los grafismos anteriores estaban mucho más cuidados y quedaban mejor que los nuevos. Y los contenidos son los mismos que en la ‘etapa’ anterior. La entrevista a Terelu fue muy corta. El único acierto me parece que es poder votar al famoso más aburrido para no verlo en ‘El Tomate’. Pero hasta ahí hubo fallos. En algunos vídeos decían que al ganador no lo veríamos ‘jamás’, y en otro decían que no lo veríamos ‘en este curso’…”. (etoS_, 26/11/2007)

«Me gusta el nuevo plató, pero prefiero el ‘logo’ antiguo»

– “Fue el mismo programa de los últimos tiempos: ‘Periodistas graciosillos’, cortinillas que prometen el oro y el moro para luego no ofrecer nada, presentadores que se hacen ver entre vídeo y vídeo, y una manita de pintura al decorado para que el espectador no se ‘canse’”. (.neox, 26/11/2007)

– “El plató nuevo me gusta, la sintonía también, pero lo que no me gusta es el ‘logo’: Prefiero el de antes”. (gominolas, 26/11/2007)

«‘Sé lo que hicisteis…’ emitió la entrevista a Terelu unos minutos después que ‘El Tomate'»

– “LaSexta, como siempre, aprovechándose del resto de cadenas y programas. En ‘Sé lo que hicisteis…’ emitieron la entrevista a Terelu minutos después de ofrecer la original en Telecinco. Me parece mal, porque se piensan que por ser los ‘graciosetes’ de la televisión tienen derecho a hacer lo que sea”. (izengabe, 26/11/2007)

– “Telecinco debería denunciar a laSexta porque mucha gente, yo incluido, vemos ‘Sé lo que hicisteis…’ para ahorraros seguir ‘El Tomate’. (New_Jous, 26/11/2007)

En Telecinco lo dan por hecho: «Aquí hay tomate» dice adiós el próximo viernes. Pero las gentes de bien deberíamos hacer como cuando se anuncia la defunción de un genocida: no creérnoslo hasta no ver el cadáver.

Entonces, cuando por última vez pase ante nosotros el fiambre, podremos vaciarle las cuencas de los ojos y llenárselas de orines. Sólo si entonces no trata de mordernos la conciencia, y no se nos revuelven las tripas, entonces será que realmente se trata de un despojo.

El Tomate será historia, negra, de la televisión, y nuestros problemas serán otros: ¿Qué nueva bazofia nos ofrecerá Telecinco en las sobremesas? ¿No será un nuevo programa llamado «Aquí hay pimiento», con similar espíritu tóxico-transgénico?

Lo importante no es que el Tomate viva o muera. Lo importante es que su semilla ya se ha extendido por todas las televisiones. La mala hierba se nos apodera…

¡Por fin tenemos algo grande que celebrar aquí! ¡Acabó cayendo, el Tomate, cual ponzoñosa verdura bañada en sus propios jugos biliares y a causa de un vertiginoso descenso de audiencias, que dejó clara la falta de aceptación del Programa Padre de la Telebasura! Aquí, sí que hay tomate. Se acabó. ‘Kaputt’.

‘The End’. ‘Finito’. ¿Cuál ha sido el problema, amiguitos presentadores?, ¿acaso somos tan sosas y desaborías que sabemos estar a las maduras, pero no a las duras? ¿Tanto escuece que los de ‘Sé lo que hicisteis’ nos den (de nuestra propia medicina)? ¿Creíais que la gente nunca se iba a cansar de padecer tanta caspa? Nunca pensé que llegaría a relacionar en un ‘post’ a House, a Jorge Javier Vodkas y a la ‘alcaydesa’ del País de la Tetuda Tontería.

Pero está visto que, en materia televisiva, nunca falta un roto para un descosido. Ahí va mi teoría: el doctor House echaría más horas extras si estuviese contratado como médico de empresa en Telecinco que las que ahora echa con los ‘cuatreros’, donde repiten y repiten sus capítulos hasta la extenuación.

Anoche mismo, sin ir más lejos, Gregory House proseguía de ‘casting’. Para ello, los sufridos candidatos debían resolver un extraño caso clínico: un paciente con alucinaciones que creía ver muertos. El caso es que yo también veo muertos. Y tú. Y él. Y vosotros. Y ellos. Y todos nosotros podemos ver muertos a nada que forcemos un poco los ojos. A dos, precisamente. Una pareja de fiambres vivientes que emitirán de aquí al próximo viernes desde ultratumba.

Muertos y enterrados, Jorgitojavier y Carmencita en estos días de escabechina tomatera. ¡Que se jodan! Gocemos en firme tal oportunidad. ¡Carnaval, carnavaaaaaaaaaaaal! Aparece también otro muerto en escena. Aunque éste, de lo más vivo. Sylvester Stallone, que elige el Bernabéu para ‘blanquear’ la cuarta entrega de ‘Rambo’ (que, según dicen los entendidos, por lo punzante e hiperviolento de la historia, se trata de un ‘Tomate’ sin Paquirrín) y confiesa no sentir las piernas en un encuentro digital en esta casa. Qué tío.

Hablando de ‘Rambo’. Tengo un colega que, puesto a odiar, odia con ferocidad extrema todo aquello que tenga algo que ver con médicos y con la medicina general en general. Es grave, lo suyo. Cayó, por desgracia, en sus enguantadas manos, las de los médicos, durante una larga temporada. Más allá de lo éticamente recomendado. Peregrinó de quirófano en quirófano, como ánima en pena con exceso de pena, y conoció en carne propia hasta dónde puede llegar la crueldad de algunos tipos que, tras tirarse más de media vida estudiando lo inestudiable, se pasan después las horas ‘muertas’ jugando a ser Dios mientras juran por un Snoopy hipocrático.

Dicen que no hay mal que por bien no venga… Tras su nefasta experiencia, mi compadre ‘somatizó’ sus pesadillas montando una productora cinematográfica (Melanoma Films, un nombre que, por sí solo, ya lo dice todo, o casi todo). Ahora, acaba de finiquitar su primer largo (‘Doctor Infierno’; como que lo mismo, ¿no?).

Pues eso. Que háblale a mi amiguete de lo irónicamente cáustico que llega a ser Gregory House y te dirá que, tras su vía crucis como enfermo de largo recorrido acunado por los robustos brazos la Seguridad Social, a él la teleserie le produce una sucesión de bostezos. «¿Brutalmente honesto? No, perdona. House es la abuelita Paz al lado de los cabronazos que me ha tocado sufrir desde que diagnosticaron lo mío», dice. Y basta con echar un vistazo al ‘trailer’ de su filme para suscribirlo. La escena de La Paz, no la abuelita, sino el hospital madrileño, no tiene desperdicio.

!Qué fácil es hacer leña del árbol caído! Me han pedido que escriba hoy sobre “Aquí hay tomate” y no voy a hacer astillitas, voy a contar lo que pienso. Para muchos siempre será una mierda de programa, pero si era una mierda, fue una mierda muy bien hecha, perfectamente empaquetada, gracias, entre otras cosas a la labor de excelentes guionistas como David Botello, inventor del cebo tomatero, que ahora se dedica a otras cosas. ¿De qué se va a nutrir ahora “Sé lo que hicisteis”? Si “Aquí hay tomate” era una mierda, ellos se han estado alimentando con su zumo. Incluso con maniobras algo arteras, como intentar sacar en pantalla los rostros de personas que nunca dieron la cara, que obedecían órdenes y que cobraban por su trabajo como redactores en el programa.

“Aquí hay tomate” no nació para destrozar ni dar la vuelta al mundo del corazón.Santiago Botello, hermano de David, ideó un programa sobre personajes curiosos,frikies, muy bien realizado que contaba con excelentes periodistas de investigación y una realización y posproducción muy cuidada. Era divertido, ágil, entretenido y tuvo unos desastrosos resultados de audiencias. Lo producía Salta, el departamento de ficción de Atlas, la agencia de noticias filial de Tele5. Como no se comían ni una rosca con la calidad recurrieron a lo que funciona mejor en este país, el mundo del corazón. Ninguno de los periodistas que trabajaban en este programa procedían de este tipo de información y crearon su propio estilo. Willy, reconvertido más tarde en reportero político de “Pecado Original” marcó un antes y un después en el mundo del corazón y en sus repercusiones. Se lo hice notar, recuerdo. Había límites que no se podían traspasar.

Fue cuando le dio un pequeño manotazo en el pelo a la Duquesa de Alba , al comparar los canosos rizos déla aristócrata con sus greñas morenas. Supongo que el gesto de Willy consiguió picos de audiencia terribles. El tiempo me ha dado la razón. Ahora cuando emiten imágenes de la Duquesa de Alba se atreven hasta a poner música fúnebre subliminal. ¿Qué tendrá que ver el culo con las temporas?, reza un dicho castizo. En el Tomate fueron mucho más allá… ¿Quien no se acuerda de aquel espectacular reportaje sobre el desnudo de Jorge Javier para una publicación? Nunca olvidaré aquel terrible zoom sobre el trasero del presentador como si se tratar del escote de Sofía Loren o los ojos de Patrick Dempsey. El problema no era ya la ética, sino la estética.

Me da pena que se acabe “El tomate”. Un gran número de compañeros se han quedado en la puñetera calle. No le faltará el trabajo a los presentadores, de ellos no hay que preocuparse ni un pimiento. Hay quien tiene la teoría de que a los trabajadores televisivos hay que dejarlos descansar durante un tiempo porque suelen estar demasiado quemados. Cómo se las apañaran para comer mientras tanto no es un problema que preocupe nunca a los empresarios.

Cuando entraron estaban fichados por Atlas a con contrato por obra y en los últimos tiempos dependían orgánicamente de La Fábrica de la Tele, una productora en la que tenían intereses el director y subdirector del programa.

Como otras cadenas, la de Fuencarral ha decidido externalizar su producción, aún a costa de ceder sus productos más rentables a empresas que no existirían sin su apoyo. Querían cargarse los restos de Atlas, ya que éstos por convenio tienen los mismos derechos que los empleados fijos de Tele5. La precarización laboral alcanza límites siniestros en el mundo de la tele en estos momentos. Nadie se libra.

Espero que no se quede sin curro una persona muy especial, hacía las mejores piezas, Javi, y nunca salió de noche por las fiestas a cabrear a los famosos. Jamás se le veía la cara. O Mikel, el catalán, a quien los personajes querían mucho. Hasta la Duquesa de Alba le llamaba Tomatito. O Mar Torres.

Y ojo al dato. Que a ningún político del PSOE se le ocurra congratularse con el hundimiento del barco tomatino. Cuando la cadena cambiaba de rumbo político, recibían llamaditas de una mujer muy poderosa y muy delgada para amenazarles con retirar el programa por incumplir las normas dictadas para el horario infantil. ! Cuánta hipocresía!

El final de Aquí hay tomate ha sido tan cínico como cabía esperar. Los que daban la cara por el producto, Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde, han tenido la gracia de convocar a muchos amigos y algunos enemigos para que dieran su opinión sobre un final que se veía venir. Eran tantos los abogados atendiendo las demandas que generaba el programa de marras y la reconversión empresarial de la productora con engendros con apariencia de serios como La Noria iba tan adelantada, que llegaba la hora de la clausura de un formato que estaba pidiendo un cambio de sintonía.

Desconfiar de cualquier movimiento que pretende escenificar la dignificación de lo que ofrece la tele es inevitable. Ya hemos asistido muchas veces al relevo de programas basureros por otros que tienen el mismo fondo. Telecinco es una cadena experta en estos movimientos. Cuando Crónicas marcianas ya había llenado las alforjas de Javier Sardá, se eliminó el programa. Ahora, el hábil comunicador, entra y sale de concursos estrambóticos cuando le parece y se va de viaje cuando le apetece.

Siendo generosos, hasta podríamos pensar que el factor humano tiene algo que ver. Me imagino que Jorge Javier puede tener ganas de no seguir siendo el malo oficial del mundo rosa. Si Mariñas es ya un clásico que se permite perdonarle la vida a Sara Montiel, J.J. Vázquez podría hacer una voltereta y convertirse en digno representante de un clásico de ayer como lo fue Mariñas con Tómbola. Ya pactó con María Teresa Campos y Ana Rosa Quintana y ahora se muestra tierno con su última pareja en pantalla: Carmen Alcayde.

Coincidiendo con la despedida del Tomate y sus Aramis de turno, Caiga quien caiga se ha tomado un respiro después de hacer una encerrona política a un líder del Partido Popular con menos gracia, pero igual intención, que las que le hacían a Esperanza Aguirre cuando tenían una personalidad más clara y un poco más de chispa.

Siempre hay un tufo político mezclado con intereses económicos en todos estos cambios de línea de las cadenas más potentes. Ni siquiera parece casual que todo lo que está en el punto de mira de Sé lo que hicistéis la última semana en La Sexta sea gratuito. Ya sea Aquí hay tomate o Caiga quien caiga o la guerra con Cuatro. Pero, como ocurre en los obituarios, cuando asistimos al entierro del programa, nos encontramos con un festival de adhesiones incomparable. Mercedes Milá ha pedido que todos los tomateros sigan trabajando; Ana Rosa Quintana ha brindado por ellos y la familia de María Teresa Campos ya está integrada en la maquinaria de Telecinco.

Los guionistas del Tomate se despidieron ayer con un ataque brutal al periódico ABC como si fuera el causante de todas sus desdichas, y los presentadores se preparan para revivir nuevas glorias reconciliándose con todos los que se sumaron a su ejército de enemigos. La vida continúa y la simiente de los tomates germinará, porque toca hacer las paces hasta con Isabel Pantoja si el que manda, ordena.

Se acabó el Tomate, la alegría de la huerta. No era más que un programa de televisión (Jorge Javier Vázquez estuvo oportuno al recordarlo), pero muchos lo habían convertido en símbolo del ataque a la intimidad. Ahora ya podemos respirar tranquilos. De aquí en adelante el Tomate sólo se servirá en ensalada de metáforas.

Empezó hace cinco años. La famosfera se sentía feliz con el tratamiento que la prensa rosa (prensa amable, decían entonces) le dispensaba desde el franquismo. Culto de pleitesía y baboseo incondicional. Dos periodistas (Adrián Madrid y Óscar Cornejo), hartos de botafumeiro y sonrisita, decidieron crear una plataforma televisiva para promocionar la tomatina. El programa impartía diariamente clases de didáctica popular, o si se prefiere, de Educación para la Ciudadanía. Desde el principio Carmen Alcayde y J.J. Vázquez apearon a las meretrices de su estilizada silueta y a los galanes equívocos les retiraron el apelativo de solteros de oro. El programa era un instrumento de crítica social. Destrozó mitos y sentó las bases para que la gente perdiera el respeto a los de arriba. Naturalmente, se armó.

Así las cosas, los famosos enseñaron pronto el plumero. El pánico empezó a cundir. Pantoja enseguida deslizó el velo de la noche sobre su semblante y ‘ZP’ guardó a las niñas bajo llave. Gonzalo Miró se puso chulito, Esperanza Aguirre sufrió los primeros reveses de la popularidad y Marina Castaño dejó de dar la barrila con los jets privados. El Tomate se pasaba media vida en los estrenos y la otra media en los juzgados. Cobraban los obispos listos y los políticos necios, los toreros pretenciosos y los humoristas fermentados. Todo el mundo recibía su dosis de estopa. Con el tiempo, el programa fue derivando hacia cotas imprevistas de disparate. Aquí hay tomate abrió sus puertas a la buena fe de la gente y se convirtió en el destino soñado por los mayordomos infieles.

Esta semana, el Tomate ha celebrado su propio entierro. La frivolidad que le caracterizó en vida, sin embargo, se ha vuelto trascendencia en la hora de la muerte. Si los homenajes son tediosos, los autohomenajes, más. Esta vez los chicos del Tomate se han tomado demasiado en serio a sí mismos. A muchos nos habría gustado que se despidieran tomando su propia medicina, pero les ha faltado valor. El éxito no deja ileso a nadie. En este sentido, el Tomate deja huella. Durante los cinco años de existencia, el programa ha generado su cosecha paralela de esperpentos, personajes al aguafuerte que están ya en la galería nacional de monstruos.

No sólo la sobremesa de Telecinco pasa a mejor vida. Últimamente, los medios de comunicación dan cuenta de muchas jubilaciones sonadas. Según Botella, Aznar es un jubilado que hace vida de intelectual. Imparte conferencias, escribe libros con la mano de José María Marco (el cuerpo de las letras de portada crecen al compás del ego: tres milímetros más en cada libro) y factura a nombre de Famaztella (versión sincopada de familia Aznar Botella). Sin embargo, sus ingresos todavía están lejos de equipararse a los de su yerno, quien presumiblemente ha bautizado su empresa con el enrevesado nombre de Agagaznar. El sí que sabe.

Tarde o temprano, los jubilados célebres acaban escribiendo sus memorias. Es el caso de Jordi Pujol, que se ha tomado en serio su condición de avi para hacer repaso a su vida y contar batallitas. El resultado es Historia de una convicción (Destino), un libro de recuerdos donde no falta ese toque socarrón y un poco payés que a algunos nos recuerda a Pla. El ex president lo habla todo, empezando por su infancia en el colegio alemán y terminando por el cementerio que le dará cobijo. Todavía no ha decidido si será en Montjuïc, cerca de Maciá y Prat de la Riba, o en un nicho anónimo de Premiá de Dalt, el pueblo de sus ancestros. Pujol es lo que en otros tiempos se llamaba «un catalán de bien». En este sentido, es elocuente lo que opina de sus siete hijos. «Han salido bien: son nacionalistas y trabajadores». Si esta frase la hubiera pillado el Tomate habría hecho con ella mermelada.

Jorge Javier, ya lleváis cinco años, es mejor que os vayáis por la puerta grande». La puerta grande: 150 millones de euros anuales por ingresos en publicidad para un programa que cuesta menos de tres millones; un share del 19,4%…

Jorge Javier no daba crédito. Cinco minutos antes de que los dos directivos de Telecinco, Carullo y Villanueva, le comunicaran al presentador de Aquí hay tomate que del tomate ya quedaba poco, la columnista de El Mundo y colaboradora del programa, Carmen Rigalt -la opinión profesional que más valora Jorge Javier- había actuado de heraldo negro con un comentario totalmente azaroso: «Siempre es mejor irse antes de que te echen, mejor dejar a un novio cinco minutos antes de que te deje él».

Así fue la sentencia del programa Aquí hay tomate, el mayor éxito televisivo del último lustro; el espacio que sobrevivió a condenas por querellas impuestas por personas tan influyentes como Gonzalo Miró (ex de la duquesita de Alba) o Fran Rivera.

Vázquez, aún sin creerse que le acababan de comunicar sin rodeos la supresión definitiva de Aquí hay tomate, se cruzó en el pasillo a la copresentadora del programa, la valenciana Carmen Alcayde, que minutos después escucharía la misma sentencia. «Ha bajado la audiencia, es mejor así». Por la tarde, más explicaciones de Paolo Vasile, consejero delegado, más de lo mismo. Un día antes, el lunes, lo sabían Adrián Madrid y Óscar Cornejo, directores y creadores de la criatura. En palabras suyas, se quedaron «locos, bloqueados, alucinados»…

Y, desde entonces, tras comunicárselo a los espectadores el martes, el equipo vivía emocionado tres jornadas «extrañas e intensas». «Han sido como tres días de velatorio, agotadores: todos llamando, arropándonos. Es triste que esto termine pero somos felices con tanto cariño», relata a Crónica una redactora del espacio sobre el que más se ha hablado en el último lustro. Para bien y para mal. «Tal vez es lo mejor para todos», dice uno de los responsables del tan vapuleado programa de casi hora y media de duración, «pero el futuro laboral de muchos queda en el aire, es una putada».

Pocas explicaciones por parte de Telecinco: tenemos intención de explorar nuevas fronteras. Propondremos nuevos retos… El fin del Tomate, referente del género en la televisión española, se debe «a la paulatina pérdida de fortaleza en su posición de líder indiscutible de las sobremesas».

Y cierto es que la audiencia tomatera ha sufrido una erosión en los últimos meses. En esta temporada, toque de preaviso incluido, el share había bajado cuatro puntos y no alcanzaba el 20% que tanto obsesiona en la cadena. 19,4, frente al 25,8 de 2006. Las cifras no eran malas, y más teniendo en cuenta el descenso de todas las audiencias. A más oferta, los espectadores se diversifican. Con una media de casi seis millones de ojos pendientes del programa cada día, ¿cuál es la verdadera causa de la retirada del imbatible Tomate? Se han sucedido las especulaciones (¿Casa Real? ¿Venganza de Aznar? ¿Zapatero en un arrebato preelectoral?). En la cadena callan. «El formato se ha desgastado y punto, tocó fondo». Consigna: que nadie hable con los medios hasta que la tormenta amaine.

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660.000 EUROS DIARIOS

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Porque el corazón es un negocio. Análisis de cifras: un spot de 20 segundos en la franja horaria en la que hasta el viernes se emitía el polémico Tomate cuesta, tarifa oficial en mano, 13.200 euros. Si tenemos en cuenta que la publicidad se prolongaba durante al menos 15 minutos del programa (hasta 22), los resultados dejan a uno boquiabierto: un mínimo de 50 spots nos habla de 660.000 euros diarios. Atención, calculadora: 22 programas mensuales, 12 meses al año, suponen ingresar 150 millones de euros anuales, dejando fuera del cálculo los habituales descuentos que se hacen a anunciantes asiduos o contratantes de packs. Con un balance tan escandalosamente bueno, cuesta creer que en la cadena de Mediaset y Vocento se resignen a renunciar a un pastel tan apetecible.

En los pasillos de Telecinco hubo esta semana muchos corrillos. «Algo ha tenido que pasar», dice Lydia Lozano, ilustrísima tertuliana corazonera. «Aunque yo no sé qué es», se apresura a aclarar. Lozano, colaboradora del Tomate, vivió también en primera persona el adiós a otro programa pionero en el escándalo, Tómbola (Televisión Valenciana), que, en 2004, dijo adiós a siete años de éxitos. «Ambos espacios han hecho historia, son míticos», sentencia la periodista.

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EL FINAL DE UNA ÉPOCA

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Desde su primera emisión, del Tomate se ha dicho de todo, quizá por hurgar demasiado en vidas ajenas. Degradante, hiriente, paradigma de la telebasura o agresivo, son algunos de los apelativos más utilizados para un boom televisivo que en sus 1.234 ediciones a nadie dejaba indiferente. Sin entrar en sus contenidos, el sociólogo Lorenzo Díaz lo considera el producto mejor terminado de su género. Autor de La caja sucia. Telebasura en España (Esfera de los Libros), Díaz insiste a Crónica en su extrañeza por que se hayan cargado el programa: «Era impecable, no se entiende la decisión». Cree que la gente no debe demonizar a los presentadores del programa ni a sus responsables: «La misma culpa tienen los que lo ven, el programa se consumía con deleite». Díaz elogia la estética del Tomate, su frenético ritmo narrativo -imitado hasta la saciedad por otros programas- y no entra en asuntos de la moral: «Éticamente, puede ser repugnante o lo que te dé la gana, pero es evidente que la televisión de hoy no la eligen los profesionales sino el público, dejemos a un lado tanta hipocresía: somos los más cotillas de Europa». Díaz cree que la televisión está para divertir, «para formar ya está la universidad», y atribuye el exitazo del ya extinto espacio a que fue una especie de Robin Hood de los medios: contaba las miserias de los ricos para provocar las carcajadas de los pobres.

– ¿Por qué suprimirlo?

-Quizá se han metido demasiado en jardines peligrosos…

-¿Con tantos ataques, les censuran ahora?

-Yo no sé que ha pasado, pero las incursiones en temas de la Casa Real, por ejemplo, perjudican seriamente a nuestra sociedad. Con esa audiencia, algo habrá detrás.

-¿Una mano negra?

-Yo sólo puedo constatar datos. Pero a la gente no le gusta que se dispare contra sus mitos, y este programa tenía esa tendencia.

-¿Esta TV sólo triunfa aquí?

-Qué va. La mal llamada telebasura no es un género exclusivamente nuestro. Pero la clase media española es analfabeta. Esta televisión cubre el déficit cultural de los españoles. Lo dijo Forges: para que haya un Gran Hermano, hacen falta millones de primos.

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AUDIENCIA, 3,7 MILLONES

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El gerente de Barlovento Comunicación, Javier López, enumera otros aciertos del Tomate: «Transgresores, imitadísimos»… y recuerda que pocos programas se convierten en hitos. El 7 de febrero de 2007, cuando la operación Malaya contra la corrupción en Marbella, batieron todos los récords de audiencia, 3,7 millones. «Independientemente de sus contenidos, era un producto barato y muy rentable», dice López. «Para unos será telebasura, pero hay que hablar de su ritmo sobresaliente, su agilidad narrativa y la exquisita gramática televisiva».

A Mercedes Medina, profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra, no le gusta hablar de telebasura como tal. «Las tendencias no suelen durar más de dos o tres años, es probable que los programas rosa vayan desapareciendo hasta que el formato se agote… Los géneros de televisión son muy cambiantes. A partir del apagón analógico y con la TDT (prevista para 2010), las teles deberán encargar más contenidos y habrá mayor segmentación de audiencias», explica, y le gustaría creer que la bajada se debe al daño que ha hecho el Tomate a la seriedad y credibilidad de los programas informativos. «Aunque me temo que puedan lanzar en breve un programa similar, dudo que cambien la línea editorial, los gestores son los mismos y sólo importan las audiencias».

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QUERELLAS, SENTENCIAS

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En 2003, Telecinco encargó Aquí hay tomate a dos periodistas que no se conocían. Adrián Madrid (Zamora, 1970) y Óscar Cornejo (Tarragona, 1972) proyectaron un programa «con un lenguaje distinto, desmitificado, llano, sin rendir tanta pleitesía a los famosos». Querían tratar el corazón igual que hace la prensa política o la deportiva, informando. La idea de este tándem bien avenido gustó tanto que lo que iba a ser un programa semanal se convirtió en un espacio diario, con un equipo de redactores, productores, guionistas y personal técnico de más de 60 personas.

«Era un programa de alto riesgo, es lógico que se exigiera mucha audiencia, y había bajado un poco», dicen ahora los brillantes creadores del formato, que no ven atisbos de censura. A ellos les irá bien: Telecinco montó con ambos la productora La fábrica de la tele, una máquina de hacer dinero de la que salen programas como Hormigas blancas, TNT, El ventilador o La noria. Ambos tachan de mito que se diga que hay cientos de demandas contra su hijo televisivo: «Hemos ganado más que las que perdimos; no han puesto tantas, quizá 20…».

Se quedan muy cortos. A los abogados no les ha faltado trabajo en estos años. Los servicios jurídicos de Telecinco acumulan un centenar de querellas. En el despacho de Marcos García Montes se tramitan las querellas de Cayetano Martínez de Irujo contra Aída Nizar; la de Jaime Ostos y María Angeles Grajal contra la ex mujer del torero, Consuelo Alcalá; la de Carmen Sevilla contra La Camboria; la de Ortega Cano contra su ex mayoral…

Cayetano Martínez de Irujo, habitual en la lista de «damnificados» del programa, manifiesta abiertamente a Crónica su alegría por el fin del suplicio. «Han tocado fondo, estoy muy contento», dice, «no me cabe duda de que detrás de esta decisión hay algo más que el descenso de audiencia…Les he denunciado varias veces». Otros amenazan pero no llegan a los tribunales, aunque Telecinco ha empezado a coleccionar condenas con sentencia firme: 300.000 euros a Gonzalo Miró, 50.000 a Fran Rivera…Aunque no todo han sido malas noticias para el Tomate: un juzgado desestimó la demanda de Álvarez Cascos y María Porto, que pedían 1,2 millones de euros. Telecinco recurre todo y gana tiempo.

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EL MILLONARIO VÁZQUEZ

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Quien jamás ha puesto querellas, pese a lo que se ha dicho de él, es Jorge Javier Vázquez, copresentador y cara más visible del programa. Jorge Javier es quizá la persona que más se alegra de la retirada del Tomate. Personalmente, estaba agotado. Vázquez reconoce a Crónica que el Tomate le cambió la vida. Desde que con 28 años empezó en la televisión con Ana Rosa, no ha dejado de trabajar. Atrás dejó sus estudios de Filología Románica, sus inicios en la revista Pronto o sueldos con los que apenas llegaba a fin de mes. «La vida me ha tratado bien». A los 37 años, el chico de Badalona, que habitualmente mezclaba en pantalla los temas más freakies con cultas recomendaciones literarias, tiene contrato con la cadena hasta 2011. Está encantado con Telecinco, que no ha dejado de mimarle.

Vázquez ya no tiene reparos en coger un taxi cuando lo necesita. Dicen sus amigos que la fama no le ha cambiado, que sigue siendo espontáneo y alegre, que es buen compañero, generoso, «aunque muy susceptible, caprichosillo, absorbente, demasiado acostumbrado a que todo le salga bien», dice su íntima Rigalt, una de las primeras a quien llamó para contarle que el Tomate se iba para siempre.

Él lo reconoce: «Me está saliendo todo redondo, estoy feliz». Sueña con poder hacer un descanso mediático de un par de meses, quizá repetir el viaje de noviembre a las Seychelles. Quiere tener tiempo para hacer cursos de cocina japonesa, para pasar más días en Barcelona, para que Gina le entrene más horas («aunque no se note») o para disfrutar de horas muertas en casa con su novio. Cuenta embalado, como si de uno de sus Tomates se tratase, que fue un flechazo para los dos, y que es la primera vez en su vida que está disfrutando de un amor tranquilo y apasionado… «¡Qué fuerrrrrrte!», dice histriónico,como imitando a su ex compañera Alcayde.

APOYO

EL INMENSO VICTIMARIO

Desde famosos de medio pelo hasta miembros de la Casa Real. Aunque el ranking de apaleados lo encabeza Isabel Pantoja. Antes de su relación con Muñoz especularon con su sexualidad, y se cebaron cuando fue detenida por su presunta implicación en la operación Malaya. En otro tiempo, tras su manía persecutoria con la duquesita de Montoro, les dio por entrometerse en la vida de su novio, Gonzalo Miró, dando claves sobre la identidad de su padre. De su cuñado, Cayetano Martínez de Irujo, machacaron durante días imágenes de su visita a un local liberal. Tampoco se libraron del látigo tomatero los políticos: insinuaron que el matrimonio Aznar-Botella estaba a punto de romperse. Otros que podrán salir a la calle más tranquilos son Terelu Campos, Darek y la Obregón. Ni los muertos se libraron: Encarna Sánchez, Carmen Ordóñez, Lola Flores y hasta Félix Rodríguez de la Fuente.